El joven Skywalker
vivía con sus tíos Beru y Owen Lars en el planeta
Tatooine, donde trabajaba con ellos en su granja de humedad. Ellos
le criaron por la "muerte" del padre de Luke, Anakin Skywalker.
Ya desde bastante joven Luke deseaba irse a conocer la galaxia y a mejorar
sus habilidades de pilotaje en la Academia. Pero su tío retrasaba
sus planes, pidiéndole año tras año que le ayudara
en la granja.
Pero su vida cambió radicalmente cuando su tío decidió comprar a los jawas dos droides para que le ayudaran en la granja: C-3PO y R2-D2. Estos droides pertenecían a la Princesa Leia Organa y contenían información vital para la Rebelión: los planos técnicos de la estación estelar imperial Estrella de la Muerte. En R2-D2 había un mensaje dirigido a un tal Ben Kenobi, al que fueron a ver Luke y los droides. Ben resultó ser Obi-Wan Kenobi, Maestro Jedi que se había retirado de la vida pública al caer la República. Él habló a Luke de su padre, del que fue un gran amigo. También le dijo que Darth Vader, Jedi renegado, le traicionó y le mató. Siguiendo el contenido del mensaje de R2, Kenobi intentó convencer a Luke de que fuera con él a Alderaan, pero Luke no accedió. Sin embargo, la muerte de sus tíos a manos de soldados imperiales, que buscaban a los droides, le hizo cambiar de opinión.

Así que acompañado de los dos droides y de Kenobi fue al puerto espacial de Mos Eisley a buscar un transporte que les llevara a Alderaan. Contrataron al famoso contrabandista Han Solo (acompañado de su copiloto Chewbacca), con el que embarcaron camino al planeta Alderaan. Pero al llegar allí descubrieron que el planeta había sido destruido por la Estrella de la Muerte, en la que se infiltraron y se escaparon posteriormente liberando a la Princesa Leia Organa, líder de la Alianza Rebelde. Sin embargo, Kenobi pereció en el rescate a manos de Vader.
Posteriormente, en la famosa Batalla de Yavin, Luke, ayudado por la Fuerza y Kenobi, efectuó el disparo que acabó con la Estrella de la Muerte, logrando así la Rebelión su primera gran victoria sobre el Imperio. A partir de ese momento su familia pasó a ser Leia, Solo, Chewbacca, R2, C-3PO y las gentes de la Rebelión. Luke era ya un gran piloto, con una habilidad innata y además un tirador de élite. Pero necesitaba un Maestro Jedi que acabara con el entrenamiento Jedi que Kenobi comenzó a impartir a Luke.
Cuando el Imperio atacó la base rebelde de Hoth, Luke acompañado de R2 escapó al planeta pantano Dagobah. Allí encontró al Maestro Jedi Yoda, con el que prosiguió su entrenamiento Jedi. Pero antes de concluirlo tuvo una visión del peligro que aguardaba a sus amigos en la Ciudad de las Nubes de Bespin, por lo que partió en su ayuda.

Allí se enfrentó a Darth Vader, que le relevó el hecho de que Luke era su hijo. La conmoción fue muy grande y ante el ofrecimiento de su padre de unirse al Lado Oscuro Luke lo rechaza y escapa de Vader saltando al vacío. Usando la Fuerza se puso en contacto con Leia, que le vino a rescatar a bordo del Halcón Milenario, la nave de Han Solo, el cual había sido hecho prisionero y congelado en carbonita y ahora estaba camino de la guarida de Jabba el Hutt, siendo el caza-recompensas Boba Fett el que le llevaba ante el señor del crimen de Tatooine.
De vuelta a la flota rebelde se comienza a preparar el rescate de Han. El rescate es un éxito total y Solo es rescatado, muriendo Fett y Jabba en el transcurso del mismo.
Luke regresa a Dagobah a completar su entrenamiento. Allí presencia la muerte de Yoda, que le imparte su última lección antes de morir. También le confirma que Vader es su padre, y que debe enfrentarse a él para llegar a ser un Jedi. Tras la muerte de Yoda, Obi-Wan Kenobi se le aparece espiritualmente para indicarle que no está sólo en su misión, que la Fuerza está con él y que cuenta con el apoyo de otro Skywalker: Leia, hermana de Luke.
Finalmente, en la segunda Estrella de la Muerte, que está en construcción en Endor, Luke se enfrenta a su padre en presencia del Emperador Palpatine. Luke vence a Vader, pero no puede luchar contra la terrible Fuerza del Emperador. Agonizando, pide ayuda a su padre que finalmente se la presta. Palpatine muere gracias al renacer a la Luz de Vader, quien muere poco después en brazos de Luke. Éste escapa de la Estrella de la Muerte instantes antes de que el ataque rebelde la destruya.
De vuelta con sus amigos y su hermana celebran todos juntos la nueva victoria sobre el Imperio. Luke es ya un Jedi, y puede devolver el esplendor de antaño a la orden. Es leal con sus amigos, valeroso y alegre, lo que le convierten en un excelente compañero e ídolo de las gentes de la Rebelión.