Sin ninguna duda
fue el mejor caza-recompensas de la galaxia. Era temido y respetado
por los demás caza-recompensas debido a su gran eficacia
y habilidades.
Llevaba un traje especial blindado repleto de armamento, con el que Fett era un verdadero arsenal ambulante. Su peligrosidad era comparable a la del propio Darth Vader, por poner un ejemplo. El casco que llevaba poseía un sistema de visión infrarroja, sensores, macrobinoculares y un microcomputador que combinaba los anteriores elementos para crear un sistema perfecto de detección. El blindaje corporal del traje era aún mejor que el de los propios soldados de asalto imperiales.

Y todo el traje estaba repleto de armamento oculto, entre el que destacaban unos láseres de muñeca, dardos cohete con veneno mortal o paralizante, garfio con lanzador, lanzallamas y un lanzagranadas de fragmentación. Además poseía una mochila-jet que le permitía vuelos cortos y que contenía más armas. (El listado completo de las mismas es imposible, ya que sólo las usaba en combate y no solían quedar muchos testigos). Finalmente, solía ir equipado con un rifle blaster con mira telescópica como arma personal.
Para sus desplazamientos por la galaxia usaba su nave Esclavo I, adaptada perfectamente a sus necesidades.

Muchos hombres de negocios de la galaxia buscaban a Fett para contratarle. Aunque su precio era muy caro siempre merecía la pena, pues nunca fallaba. Ha servido al Imperio capturando rebeldes y otros criminales. También trabajó regularmente al servicio del señor del crimen de Tatooine Jabba el Hutt, para el que capturó al famoso contrabandista Han Solo.
Sin embargo, durante el rescate de Solo por parte de sus amigos rebeldes (Leia Organa y Luke Skywalker entre otros) en el planeta Tatooine, encontró la muerte al caer desde un esquife al interior del pozo en el que se encontraba la bestia Sarlaac.