Ya desde joven demostraba
su gran vigor físico y mental. Dotado de una gran Fuerza,
superó las pruebas necesarias para convertirse en un Caballero
Jedi. Su maestro fue Yoda,
y Kenobi fue su penúltimo alumno. Durante los oscuros días
de las Guerras Clónicas, Kenobi se convirtió
en un héroe por su gran defensa de la República. Combatió
con héroes como Bail Organa y su amigo Anakin
Skywalker y llegó a ser general de la República,
a la que condujo a la victoria.
Poniendo a prueba de manera arriesgada sus poderes Jedi, todavía no desarrollados del todo, tomó como alumno a su amigo Anakin. La falta de experiencia del maestro y la gran ambición de su amigo tuvieron una fatal consecuencia: Anakin dio la espalda a sus antiguas creencias y siguió el Lado Oscuro de la Fuerza. Así surgió Darth Vader, que siguiendo las órdenes del entonces Senador Palpatine comenzó a traicionar y a asesinar a los Caballeros Jedi. Viendo el grave error que había cometido y que había puesto en grave peligro a la República, Kenobi buscó a su ex-alumno, al que venció en un duelo a muerte de sables de luz.

Dando por muerto a Vader, Kenobi se retiró al planeta desierto de Tatooine. Viendo que el poder de Palpatine y del Imperio se expandían por la galaxia decidió ocultarse hasta que surgiera el momento oportuno de reaparecer.
Pero desde su autoexilio sufrió al ver cómo Vader sobrevivió a su duelo y seguió matando a los últimos Jedis. Adoptó el nombre de Ben, y vivió como un ermitaño en el Mar de Dunas Occidental de Tatooine. Vigilaba de lejos al hijo de Anakin, el joven Luke Skywalker, pero el tío de éste no le dejaba acercarse al chico.
Y así fueron pasando los años para Kenobi, hasta que un día llegó el droide R2-D2 con un mensaje para el casi olvidado general Obi-Wan. Siguiendo el mensaje, y acompañado de Luke, R2-D2 y el droide C-3PO, compañero de R2, se puso en camino a Alderaan. Para ello contrataron los servicios del contrabandista Han Solo y de su copiloto Chewbacca. Durante el camino se dedicó a instruir a Luke en el camino de la Fuerza, para así convertirle en un Jedi y reinstaurar la antigua orden de los Caballeros Jedi.
Pero antes de poder acabar con el entrenamiento de Luke se volvió a enfrentar con Vader. En el interior de la Estrella de la Muerte, y para permitir la huída de Luke, Leia, Solo, los droides y Chewbacca, Kenobi sacrificó su vida. Durante el combate con sables luz, el que había sido maestro de Vader le impartió la última lección a su ex-alumno Anakin: "Si me matas seré más poderoso", le dijo Kenobi a Vader. Pero el Senor Oscuro de Sith golpeó con su sable, y Kenobi desapareció.
Pese a su muerte, su espíritu se apareció a Luke en momentos cruciales de su vida, dándole importantes consejos y haciéndole importantes revelaciones. Y es que, en el fondo, la muerte para un Maestro Jedi establece una pequeña frontera que puede cruzar para poder aconsejar a sus seres queridos. Quizás Vader perdió mucho más de lo que ganó con aquel golpe de sable.