Es un misterio el
cómo se conocieron el droide de protocolo C-3PO y el droide
astromecánico R2-D2. Casi se podría asegurar que ni
ellos lo recuerdan. El caso es que, pese a sus contínuas disputas,
ambos están muy unidos y han desarrollado personalidades "muy
humanas".
C-3PO es un androide humanoide de color dorado, especializado en el trato con humanos, otras razas galácticas y otros droides. Habla más de seis millones de lenguas intergalácticas en su condición de droide de protocolo. Se cree que alguien modificó su programación estándar, pues no es normal que un droide haga los comentarios, protestas y traducciones que C-3PO realiza.
R2-D2 tiene el cuerpo cilíndrico, cabeza semiesférica y tres patas para desplazarse deslizándose sobre superficies lisas. Está especializado en manejar naves espaciales, repararlas y comunicarse con los ordenadores de dichas naves. Su lenguaje lo componen una serie de chirridos, silbidos y extraños sonidos agudos. Entiende varias lenguas, pero para comunicarse con los humanos necesita un monitor o un droide que traduzca lo que dice (C-3PO). Su cuerpo está repleto de herramientas y sensores para ayudarle en sus tareas de mecánico.

El caso es que estos droides llegaron a pertenecer a la Princesa Leia Organa. Durante el abordaje por parte de tropas imperiales de la nave consular Tantive IV en la que viajaba la princesa, ésta confió a R2 los planos de la estación imperial Estrella de la Muerte y le encargó que se los entregara a Obi-Wan Kenobi, que residía en el planeta Tatooine, para que éste los llevara posteriormente al planeta Alderaan.
Ya en Tatooine, y tras otra típica discursión entre ambos, se separaron y siguieron rutas diferentes. Pero ambos acabaron en poder de los jawas, una raza de pequeños humanoides que trafican con droides en Tatooine.
Y fueron los jawas los que los vendieron al tío de Luke Skywalker. El joven Luke, mientras limpiaba a R2, activó sin querer una grabación de Leia en la que pedía a Obi-Wan Kenobi que la ayudara a ella y a la Rebelión. Intrigado por el mensaje, y debido a una escapada de R2 en busca de Kenobi, Luke conoció al viejo Maestro Jedi.
Los droides acompañaron a Luke y Ben a Mos Eisley, donde conocieron a Han Solo y a Chewbacca. Con ellos embarcaron rumbo a Alderaan, pero acabaron dentro de la Estrella de la Muerte. Gracias a la acción conjunta de ambos droides, Luke, Leia, Han y Chewbacca consiguieron salir con vida de varios apuros, hasta que al fin consiguieron escapar de la fortaleza imperial.
Estuvieron presentes en la Batalla de Yavin, en el ataque imperial a la base de Hoth y en las demás aventuras de Luke y sus amigos, demostrando en todo momento su gran valía. La verdad es que la Alianza Rebelde tiene mucho que agradecer a esta extraña pareja de seres.