Ya estoy de vuelta de la cena. Me lo he comido todo y luego he brindado con Champagne. Es la tradición.
Para mi (ahora que mis padres no me escuchan) ha sido una noche como otra cualquiera, con la novedad de
que han estado mis tíos muy guapos y acicatados, mi futuro cuñado (de momento solo se tira a mi hermana
ilegalmente), mi abuelo (que me dejó caer mil duros), un amigo de mi hermano que por motivos que no vienen
al caso se apuntó también (el mamón no paró ni um momento de hacerle la pelota a mi madre), y el perro de la
vecina, que lo dejó en casa porque decía que a su hermana le produce alergias (gorda asquerosa, no dejó ni un
puto hueso de pavo para su animalito). No todas las noches cenamos así, lo cual la ha echo diferente. Una
mierda, hablando claro. Estos excesos tradicionalistas con la miseria que hay en la calle, me parece demencial
y poco serio; pero bueno, con el tiempo espero que alguien demuestre de una puñetera vez de que ese
Jesucristo no nació para salvar a nadie y así se acaben tanta Noche Buena y Navidad de los cojones (¡pero los
regalos no, que me gustan mucho!). Adiós mis nuevos amigos, espero no haber herido a nadie, no ha sido mi
intención, mas bien mi opinión. Sinceramente, prefiero una buena reunión de amigos que un día de Noche
Buena. YOU&I. |