Ref: Atman puesto el 3/3/01 0:43
La política está tan jodidamente llena de falacias, de mentiras, de medias verdades, que... cuando uno intenta tirar del hilo, acaba siempre desistiendo ante la imposibilidad de destilar toda la basura que se vierte sobre lo que "debería ser" la ciencia de procurar el bien común.
Ref: Atman puesto el 3/3/01 1:01
Una de las primeras cosas que cualquiera puede observar (y éste es tan buen sitio como cualquier otro) es el absoluto narcisismo de todo aquel que se toma en serio la labor política. Por ejemplo: "no es que hable (o escriba) mal, es que tú no me entiendes. Y si no me entiendes es que eres tonto."

Ni siquiera hay que molestarse en persuadir al otro. La dialéctica es un ejercicio espúreo que suele traer consigo la decandencia de las propias ideas (por uso y por comparación). Señores, aquí de lo que se trata es de cerrar los ojos, bajar la cabeza y arremeter contra el "enemigo" hasta que no quede vestigio de su ideología. "Ese" es el único camino.

¡Es tan fácil! Uno se aprende sus jaculatorias y todo lo que esté fuera de ese credo tiene que ser malo.

Ref: Atman puesto el 3/3/01 1:07
Ya no se trata de buscar la verdad. Hace tiempo que descubrimos que la verdad no existe, o que, al menos nos resulta imposible saber cuál es ésta realmente. Lo único que tenemos es el camino que andamos, aunque sin saber a dónde nos lleva. Lo único que tenemos es la esperanza. El trabajo de los políticos se basa en usar, abusar, manipular nuestras esperanzas.

He tenido amigos que se han acabado dedicando a la política (o están camino de ello). Todos acaban dándose cuenta de que, para llegar lejos en el mundo, debes vender tu alma al diablo. No hay remedio. Algunos aceptan el trato.

Ref: Atman puesto el 3/3/01 1:28
La política trata el bien "común". El problema está en delimitar como de grande es la palabra común. Cuanto más grande es esa palabra, más cosas se está dispuesto a sacrificar.

Si debes de procurar el bienestar de un barrio, tirarás abajo las chabolas que lo afean. Si buscas el desarrollo de una ciudad, no te importará derruir un barrio. Si buscar satisfacer a cuarenta millones de ciudadanos, no importará sacrificar a trescientos mil. Si te crees el dueño mundo, llegarás a sacrificarlo todo.

En el momento en el que aceptas la responsabilidad de dedicir quien o qué debe sacrificarse por el bien de los demás, en ese momento, has vendido tu alma al diablo.

Supongo que a partir de ahí, sólo permite seguir adelante una fé ciega en el camino que la ideología impone. En realidad sólo se trata de "vestir" con visos de racionalidad lo que, en el fondo, no son más que percepciones y conclusiones subjetivas.

Mario Onaindia explicaba su experiencia diciendo (al recordar sus años de militancia en ETA durante la España frasquista), que ellos eran marxistas de pensamiento (de educación) y nacionalistas de corazón (de vivencia), e intentaban encajar y justificar su sentimiento nacionalista dentro de una política de izquierda. En un algún punto, Onaindia se dió cuenta de que aquello no era posible.

Ref: Atman puesto el 3/3/01 1:31
Vista ya mi "perspectiva" de lo que es la política, entremos en el lodazal.
Ref: La integración puesto el 3/3/01 1:52
Hay una serie de términos, de palabras, que suelen provocarme escalofríos y algún que otro enfado. Y la palabra "integración" es una de las que me provoca enfado.

Integrar es sumar, aunar las partes. La integración es la suma de los infinitos términos que forman un todo. Mientras tanto hoy "integración" parece significar algo así como sumisión y renuncia a la propia cultura. Evidentemente, el que debe "integrarse" es el extranjero, corrijo: el inmigrante pobre. Por que los abueletes alemanes que viven en Mallorca y los potentados rusos, ucranianos, etc.. pueden hacer lo que les venga en gana. ¿Alquien le ha pedido alguna vez a los emires que veranean en Marbella que se integren? Igual que en la Edad Media, el dinero permite comprar una bula que exime de la obligación de "integrarse".

Nos olvidados de la parte de la operación que nos toca a nosotros: la asimilación. Y todos nos olvidamos de lo más importante: la comprensión y el respeto a lo diferente.

Para muchos el mestizaje es algo atroz, inaceptable porque socaba las raices de la cultura de la que uno se cree artífice. Sin reparar en que eso que el llama cultura no es sino el fruto del proceso de mestizaje continuo que se produce a lo largo de la historia.

Yo recuerdo con complacencia (un tanto malévola, lo reconozco) aquel anuncio de Benetton en el que un alazán negro montaba una yegua blanca.
Ref: Atman. puesto el 3/3/01 2:03
Supongo que para saber realmente lo que es la emigración hay que haberla vivido, aunque sea de forma sutil. Es posible que baste con haberse sentido extraño, observado, distinto, en una tierra ajena a la propia.

Tengo para mí, que los nacionalistas se caracterizan por no ser precisamente gente de mundo. Lo que ya no puedo precisar es que fué primero: ¿son nacionalistas porque nunca fueron más allá de la frontera que reclaman? ¿o es que no van más allá de su estrechez de miras porque son nacionalistas?

En cualquier caso, una semanita durmiendo en un banco de que cualquier parque "extranjero" haría maravillas.