| Buenas noches Guïlli, acabo de llegar de copas y no he podido resistirme al morboso encanto de conectarme.*** Está la noche plagada de mensajes a favor de Miguel Blanco (hijo de Gallegos-como yo- y de la puta emigración, "maqueto" como muchos, entre quienes pregonan el derecho a disfrutar de mil y una libertades que él hoy no sueña siquiera en poder llegar a vivir) soy Gallego y no Vasco, pero llego a entender (aunque sea de refilón) el sentimiento diferenciador de un país y una cultura que se entienden como diferentes. También entiendo que, por puñetera desgracia, en esta "democracia" que a todos nos ha tocado vivir, sólo llegando a un estado de crisis, puedas tener la garantía de sentirte atendido en tus pretensiones. Las manifestaciones pacíficas (aunque con toda la buena intención del mundo) sólo preocupan al oficial encargado de la jefatura de tráfico y (seamos realistas) a pocos más. No somos quienes (los "extranjeros""foráneos""maquetos") de juzgar lo que acontece entre la sociedad vasca, estoy harto (como muchos) de escuchar el doble lenguaje de los "nacionalistas", tampoco los culpo, es muy poderoso el recurso que le ponen en las manos como para renunciar a usarlo, pero la realidad es cruda de por sí, sabemos que la vida de una persona poco depende de la racionalidad (si por ella fuera, jamás sería secuestrado) , sino que responde a otros (para nada oscuros) intereses, una vida no es más que una carta en el desgastado tapete de la realidad vasca; podremos sentirnos solidarios, dolidos, humillados o agredidos, pero seamos conscientes, que no más de lo que debiéramos estarlo ante otros ultrajes de todo tipo que hoy por hoy se cometen sin que nadie levante un dedo. Por supuesto, sólo hablo de oidas; de encontrarme con gente maja que a la hora de definir y enjuiciar el "problema" o llamémosle, realidad de SÚ país, dejaban muy clara (valga la paradoja) su ambigüedad a la hora de definir el (para nosotros) problema del terrorismo en la lucha nacionalista.
Todavía está reciente la liberación de Ortega Lara y cómo el PNV reaccionó ante ello, con aquellas inesperadas (desgraciadas) declaraciones, que los situaban más cercanos a los secuestradores que al secuestrado.
Son muchas (y muchos) los factores en cuenta y los poderes que sacan partido de situaciones similares, De todos es conocida la indeterminación con la que a veces juega el Gobierno Vasco, ellos no lo provocan, pero ya que está ahí, aprovechémoslo; usémoslo y saquémosle el mejor provecho posible, (¿criticable éticamente?, puede, pero sin duda lucrativo a la hora de usarlo como arma para defender ciertos intereses o posturas). Podremos clamarles, llorarles e implorarles, pero olvidémonos, para quien piensa con mentalidad (y odio) de guerra, de poco valen nuestras palabras (el prisionero siempre suplica) como en caso inverso, de poco nos valdrían las suyas.
Podremos manifestarnos, concentrarnos, reflejar pública repulsa, escribir en periódicos bonitas y sentenciosas columnas, dar ultimátums a nuestra maltrecha solidaridad, lo que queramos, que con ello lo único que lograremos es hacer ruido y publicidad, a un problema que tiene una más pronta solución, un fácil (o eso parece) arreglo, la definición y toma de postura de un colectivo dentro de una sociedad, en tanto y en cuanto no sea la sociedad vasca capaz de reaccionar y definirse ante esos (para mí) asesinos, poco podremos hacer los demás. La lucha por la dignidad personal, por el derecho a la propia libertad, a no sentir miedo ante un grupo "político", ante un grupo de matones en el más amplio sentido de la palabra, es una lucha que ha de ganarse el pueblo vasco, y ante la cual los demás sólo podemos asistir como meros espectadores. No soy yo el que no puede expresar su opinión en plena calle sin miedo e ser golpeado, no soy yo el que no puede andar por la vida enarbolando la bandera que mejor me venga en gana, todavía puedo andar por la tierra y mostrar mi desacuerdo con lo que sea, sin miedo (siempre el miedo) a ser marcado y perseguido, y no hablo precisamente desde la tierra de la promisión, sino desde esta Galicia (que también yo quiero cambiar, pero no a cualquier precio) esta tierra de caciques y de manipulaciones, pero que con todo es más libre que otras que han de revestir su miedo de banderas para no reconocer su negación a afrontar la realidad como es, una dictadura de tres desgraciados, armados de pistolas y jugando a ser profetas del futuro de un país, donde tan sólo unos pocos les apoyan, pero unos muchos aceptan y consienten con su silencio.
Mientras esa situación se mantenga, de nada vale en soñar con liberaciones, ni con treguas, ni con paz...Miguel Angel hoy está muerto, por que sí...por que ellos quieren...por que desde el momento en que lo decidieron, había unos pedazos de metal destinados a su cráneo...y de eso ni Dios le va salvar por que su destino hace ya algunas horas no está en sus manos sino en la de unos hijos de puta, que no tienen ni la más mínima consideración con la vida humana. Yo no sé cómo salvarlo, ni sé que podrá estar pensando, ni cómo era, ni en qué creía, sólo sé que Miguel Angel tiene mi edad, y también sé que a mí todavía me queda mucho por hacer y mucho amor por entregar y muchas noches para hablar y muchos días para disfrutar, pero a él ya no, a él sólo le queda alojar en su nuca ese tiro que dé el pistoletazo de salida a viejas y estériles conversaciones que firmadas con su sangre acabarán perdidas en ecos que rebotarán sobre su lápida... Y pido a Dios que me equivoque...(más de lo que he querido nunca...) |