Ref: puesto el 30/8/99 0:08 |
un beso, un te quiero y un sueño |
Ref: a Tamara puesto el 30/8/99 1:47 |
Con la palabra en la boca me has dejao. ¡¡¡Vaya trompazo el tuyo, no?. Que te alivies. Un beso. Arga, durmiéndose ya. |
Ref: Pálpito puesto el 30/8/99 10:12 |
¡Buenos días! Se acabaron las vacaciones, y con ellas, alguna que otra historia que tenía pendiente de finiquito... ¡Y me siento libre y feliz ! :-DDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD... Ahora, tras estos días un tanto extraños, en el que la música y el silencio han compartido horas conmigo, en los que el mar ha inundado por completo mis sentidos, regreso a casa... Y he de contar mil y un cuento a quien quiera leerlos... ( Que así compenso :-DDDDDDDDDD) Pero primero he de releeros muy despacio. Besos palpitantes e intensos a todos. @@@Pálpito, empezando una dura jornada@@@ |
Ref: yoi puesto el 30/8/99 10:51 |
¡¡¡ Buenos Días !!! ¡¡¡ BIENVENIDA DE NUEVO PAL !!!! Aquí estaremos a la espera de nuevas historias. Besos castos y puros. |
Ref: Proxi al parque puesto el 30/8/99 11:00 |
Buenos días Alguien dijo, no se cuando...te pongas como te pongas, mañana amanecerá. Y el parque inexorablente se empieza a poblar de veraneantes morenos. Con un poco de suerte hasta termina lloviendo. ***Proxi, mirando hacia adelante asustado |
Ref: de exludopata puesto el 30/8/99 12:11 |
Hola primero me gustaria disculparme por mi tardanza en contestar y la verdad es que apenas tengo tiempo para conectarme ante todo os agradezco los ánimos que me dais y me gustaria contaros como va mi vida: Todo y que llevo una temporada no demasiado buena he vuelto a tener "pensamientos" de jugar pero los he reprimido desviando mis pensamientos en otras cosas o dando una vuelta por mi pueblo con el perro, he ido un par de veces a bares con máquina y la verdad es que cuando estoy alli no me llaman la atencion como antes y paso mucho de ellas y como siempre os digo : POR FAVOR NO METAIS NI UN DURO EN LAS MAQUINAS POR QUE ESE ES EL PRIMER PASO PARA CAER EN UN POZO MUCHO MAS GRANDE DE LO QUE PENSAIS os lo dice uno que esta saliendo de dico pozo y he conocido gente en mi grupo de rehabilitacion que lo ha pasdo mucho peor que yo y se ha gastado millones de pestas en muy poco tiempo. Un saludoa todos y hasta la proxima Un ex-ludopata |
Ref: DAJO para puesto el 30/8/99 16:26 |
YOI No te apures, entendí lo del fin de semana. Y sí, cuando se acaban las vacaciones hay que hacer en casa todo lo que uno se había propuesto hacer y ni se acordó hasta que se vuelve la vista al calendario. Saludos y feliz reentrada. REF.29/8/99 20:11 Tú, como casi siempre, sacando conclusiones precipitadas. PÁLPITO Bienvenida a casa. Cuenta, cuenta. ARGA Y besos de Dajo en su jet... tu... ¡su cara! ¡Y PUNTO! Cuando uno escribe u opina en público, tiene que asumir el riesgo de ser interpretado, bien interpretado y mal interpretado, subinterpretado y superinterpretado. Uno da a luz palabras ensambladas en frases como hijos, pero otros las acunan y las visten, como a los sueños de mi hermano. También tiene uno el derecho y la obligación de puntualizar, defender, corregir lo que sea necesario y considere oportuno. Tú podías haberlo hecho si hubieras dado tu nombre, pero los acontecimientos te llevaron a un callejón sin salida. Gracias, de todas formas. Tenías razón en algunas cosas (¡en lo referente a mí no, desde luego!). Saludos, abrazo y besos en la pantorrilla. PROXI ¿Asustado???? Anda ya. Delante sólo está el principio de algo y eso casi siempre es, cuando menos, estimulante. Raindrops are falling on your head. ALWAYS!!. ¿Cómo no va a llover??? |
Ref: EL CHINO FORTUNADO puesto el 30/8/99 16:26 |
RECOPILACIÓN Y NUEVOS CAPÍTULOS Era una vez un chino que tenía un caballo. El caballo se le escapó. Los vecinos fueron a darle el pésame. –¿Quién dice que sea una desgracia? –les contestó el chino. En efecto, a la semana siguiente el caballo vino trayendo una yegua salvaje. Los vecinos le felicitaron. –¿Quién dice que sea una fortuna? –respondió el chino. A los dos días su hijo primogénito, montando la yegua, se cayó y se quedó cojo. Los vecinos expresaron su sentimiento de dolor. –¿Quién dice que sea una desgracia? –volvió a responder el chino. Al año siguiente hubo una guerra en el país. El primogénito, por estar cojo, no tuvo que alistarse en el ejército... Y la parábola podría continuar... Los vecinos, al ver que se quedaba en el campo, le envidiaron. - ¿Quién dice que sea digno de envidia? -les comentaba el chino. ...Mientras duraba la guerra, se dedicó a la agricultura, por lo que, a causa de una intoxicación de pesticidas, se quedó infértil. Los ancianos que lo supieron, se compadecían de él. - ¿Quién coño se compadece de mi primogénito? - insistía el chino. A causa de la guerra, quedaron muchas viudas y el primogénito se desposó con la viuda más rica y hermosa de la región. Ella tenía ya 2 hijos y legalmente no podía tener más; por eso eligió al primogénito de nuestra historia. Los vecinos se regocijaron de la potra (ojo con el doble sentido, so malos, jeje) que tuvo el primogénito. -¿Quién dice que...? - repetía, con aire cansino el chino Y la parábola podría continuar... –¿Quién dice que sea potra que mi primogénito cojo y estéril se haya casado con la viuda más rica y guapa de la región? Una vez más, los hechos vinieron a dar la razón al vejete, pues seis meses después del feliz enlace, la guapa bella esposa quedó embarazada. Su propio hijo vino a lamentarse de su desgracia: –¡Cagonlaputa, viejo! Mi esposa va a tener un hijo y a mí me han salido unos cuernos en la frente que no puedo ni ir de caza, pues me dispararían como si fuera un Bambi adulto. Todos mis amigos vienen a expresarme sus condolencias, aunque sólo me duele a mí. El anciano miró con cara de cansancio y dijo entre dientes: –¿Y quién dice que sea digno de lamentar? El primogénito pidió el divorcio, con lo que se aseguró una buena tajada de la fortuna de su ex esposa, la cual fue severamente castigada por las leyes del país no por infidelidad (eso ya estaba superado) sino por sobrepasar el cupo de natalidad permitida. La desgracia se cernió sobre su ex familia política, pero él quedó legalmente al margen porque ya no pertenecía a la misma. –¡Qué suerte, tio! ¡Y tú rico! –exclamó un inocente al conocer la noticia. El anciano chino accionó la lengua con gesto rutinario y preguntó: –¿Y quién dice que sea suerte? La guerra había terminado y había dejado, como todas las guerras, su secuela de mercenarios sin bandera y sin ...yuans. El enriquecimiento súbito del hijo, provocó, como no podía ser menos, la envidia de más de uno. En un pís-pás éste fué secuestrado y llevado a las montañas a la espera del pago de un importante rescate. - Qué desgracia tan grande se ha abatido sobre tu familia !!!, le recordaron sus vecinos al viejo chino. - Quién ha hablado de desgracia ???, respondió impertérrito. Una vez más hubo que admitir que el viejo llevaba razón. Una noche de fuerte tormenta el rio Li Kua Do desbordó a su paso por la aldea y se llevó por delante la mitad de las casas con sus habitantes, incluida la casa vacía y todas las pertenencias del rehén. Los secuestradores, ante la poca expectativa de cobrar algo soltaron al hijo - cojo, estéril, pobre, pero vivo al fin y al cabo. - Eres afortunado !!!, le espetaron algo mosqueados los vecinos que quedaban al buen hombre –¿Y quién dice que sea suerte?, contestó el anciano En efecto. Li Kan Tropo, que así se llamaba el primogénito del anciano, había contraído el Síndrome de Estocolmo, de la forma más intensa que se recoge en los libros de psicología occidentales. Su gratitud y amor por los bandidos secuestradores que lo liberaron fue tal que, nada más ser abandonado por los malhechores en la hacienda paterna, apenas si se detuvo a presentar los respetos a su padre y solicitar su bendición, y acto se marchó sin alforjas dispuesto a unirse al grupo que lo había secuestrado. Éste fue el comienzo de la leyenda de Li Kan Tropo, el más fiero y perseguido salteador de caminos y ladrón con banda armada de toda la China. Los aldeanos del viejo chino tardaron un par de años en abrir la boca, cautos ante sus errores de cálculo en el pasado. Pero cuando llegaron noticias de que el ejército del Emperador había capturado a su primogénito y lo había llevado a las mazmorras de su palacio, el más noble vecino se atrevió a murmurarle: –Esto... Qué terrible desgracia, ¿no? El viejo lo miró con sus ojos de hielo y sin mostrar el más leve indicio de emoción alguna, preguntó: –Perdona, bonito, pero... ¿quién dice que sea una desgracia???? ## DAJO ## |
Ref: El chino inmutable puesto el 30/8/99 18:40 |
No había aprendido Li Kan Tropo ni ná desde que se cayó del burro (perdón, de la yegua)!!!. Cojo, estélil, pelo ni ul pelo de tolto !!! (de todas formas, la relación directa entre los dos primeros calificativos y el último nunca ha sido cientificamente establecida). A la primera de cambio (de guardia), y mediante hábil maniobra de soborno, se escaqueó de la prisión, pero esta vez ya no volvió a los caminos. - "Caminoch chucioch. Loch políticos roban mach y chudan menoch", se le oía repetir en aquella época. Pasados dos meses de su huida, y bajo el nombre de Li Tre Pa nos le encontramos como refugiado político en un pais vecino. Cuatro años, dos libros, y tres títulos "honoris causa" más tarde, hele encaramado a lo más alto de la oposición al régimen totalitario del Emperador. Los viejos del lugar, al ver su imagen en la televisón, no pudieron reprimir sus deseos de ir a felicitar al padre. - Tu hijo es honorado y respetado en todo el mundo. Puedes considerarte afortunado . - Qué fortuna y qué niño muerto?, respondió tan seco como las otras veces. menda |
Ref: EL CHINO INCOMPRENDIDO puesto el 30/8/99 19:16 |
-.¿ Y quién dice que sea una desgracia?.- Preguntó el anciano. El silencio se impuso entre los vecinos cuando una voz a sus espaldas tronó en el aire. -. Yo lo aseguro.- Nadie podía creerlo. El rico mandarín señor de la comarca estaba ante ellos montado en su litera cubierta por oro y ricas piedras preciosas. Cuatro chinos la conducían con lentitud dado el peso del ocupante que llevaban, mientras una joven deliciosamente ataviada con finas sedas, iba lanzando a su paso pétalos de flores frescas recogidas esa mañana para tal fin. El viejo chino esperó a que el mandarín se acercase inclinando la cabeza en un acto de obediencia. Jamás le había visto, pero le reconoció en el acto. Aquellos ojos inquietantes cuya fama de traidores le precedían, no le hizo dudar ni un solo segundo de que el alto dignatario que tenía ante él era Kiao Mang Doo. -. ¿ Eres tu el padre de Li Kan Tropo?.- El anciano, sin dejar de permanecer inclinado ante el mandarín asintió. -. Así es, gran señor.- Kiao Mang Doo estudió al anciano que tenía ante él. -. Tu fama de hombre sabio ha llegado a mis oídos, y por ello te haré una pregunta. Sí la respondes acertadamente, le pediré el perdón de tu hijo tu hijo Li Kan Tropo al Emperador.- El anciano chino le miró por vez primera a los ojos -. ¿ Y quién te ha pedido que intervengas en favor de mi hijo?.- @@@Pálpito@@@ |
Ref: EL CHINO INCOMPRENDIDO puesto el 30/8/99 19:18 |
Siento no haber refrescado la página antes, así que pasad del mío y seguir con el de Menda. Mañana me adelantaré :-DDDDDDDDDDDDDDD. @@@Pálpito, muy lenta ya a estas horas@@@@ |
Ref: Lía- EL ULTIMO CUENTO- puesto el 30/8/99 20:40 |
- Venimos a despedirnos - le dijeron - Ya hemos estado mucho tiempo contigo. Los visitantes formaban legión. Venían de la puerta contigua a la biblioteca y después de atravesar el dormitorio, se marchaban por la del pasillo, no sin antes detenerse ante Enrique y ofrecerle algunas palabras de consuelo, de cariño o una zalema o cortesía. Le conocían muy bien y en cierto modo habían formado parte permanente de su vida. Enrique lo sabía y al reconocerles les mostraba su afecto o su gratitud y sonreía o reía o se compungía emocionado, según el que se le ponía enfrente unos momentos. Así no pudo evitar un sollozo cuando quien se dirigía a él, con las manos juntas, pegadas las palmas a la altura del pecho fue Kim de la India, a quien acompañaba el Santón apoyado en su báculo y le manifestaron que se iban a recorrer una vez más la carretera multitudinaria. Le siguió el enorme Gargantúa, llevando de la mano a un exultante Pantagruel que le soltó un eructo en la cara. Tras ellos entraron los representantes de la infancia : Sandokan, el capitán Nemo y Phileas Fogg, este ultimo tan atildado como siempre, que se alejó enseguida tras consultar su reloj de bolsillo. Siguieron los vaqueros de Zane Grey y James Oliver Curwood y los buscadores de oro de Mark Twain. Romeo y Julieta pasaron tomados de las manos y apenas si hicieron a Enrique una leve reverencia de cortesía, tan empeñados iban en mirarse a los ojos y tras ellos la caravana de Capuletos y Montescos, aunque disimulando su rencor mutuo, no dejaban de llevarse la mano al pomo de la espada. El morenísimo Otelo echaba chispas por los ojos, seguido de una evanescente Desdémona que le contemplaba con reprimido temor, solicitándole unos minutos más de vida . - Adiós, don Enrique - dijeron apresurados. Y don Enrique se incorporó en la almohada, pues se notaba respirar con dificultad. Oliverio Twist le estaba contemplando con los ojos anegados en lágrimas : - Ya verás como al final se resuelve todo - dijo, sin ocurrirsele otra cosa. Evanhoe, sin dejar su caballo, había entrado, nadie sabe como, por la puerta de la biblioteca. Su saludo fue un tanto brusco, haciendo honor a los recios ademanes de su época. Todo un desfile de caballeros seguía tras él, entre ellos Amadis de Gaula y el Cid, cuya armadura brillaba metálica al resbalar en ella el sol que penetraba por la ventana abierta. Les siguió don Quijote de la Mancha, con la mirada perdida en sus horizontes manchegos. Su flaquisima mano buscó los dedos de la diestra de don Enrique. - Júrame - le dijo - Que no hay otra como la sin par Dulcinea del Toboso. - ¡ Lo juro !- exclamó don Enrique, además completamente convencido de ello. Y la procesión continuaba en la alcoba del enfermo en un rimero continuado, multicolor, denso y pintoresco. Tras todo tipo de personajes épicos y dramáticos, la alcoba se iluminó chispeante de luces y risas. Allí estaban Rinconete y Cortadillo jugando con una astrosa baraja llena de mugre, tan grasienta como sus jubones y a poco si se llevan la calderilla que se amontonaba en la mesita de noche. Les detuvo el Buscón llamado don Pablos, que recitó unos latines evocando su época universitaria, mientras el Lazarillo condujo al ciego hasta lograr que metiera el pie derecho dentro del orinal y lo sacara chorreante de orines. Un ruido de esgrima llegó desde la puerta de la biblioteca por la que había hecho entrada un grupo de guardias del Cardenal Richelieu, a los que venían hostigando los tres mosqueteros, que como todo el mundo sabe eran cuatro. Y así, durante toda una larga tarde siguió el desfile. Tras Segismundo, pensativo, venían Wherter y Hermann y Dorotea y Raskolnikof y Daffnis y Cloe y el coronel Aureliano Buendía, a quien perseguía un halo de mariposas amarillas. - Adiós, adiós - les decía don Enrique. Un grupo de mujeres avanzaban charlando entre sí, sin hacerse caso las unas a alas otras : Pepita Jiménez, la pícara Justina, la lozana andaluza, la Celestina... La dulce Dot, pendiente del grillo del hogar. Todas le acariciaron y surcaron con sus suaves o ásperas manos las arrugas del rostro de Enrique. - Gracias, gracias, por haberos conocido - dijo él- ¡ Son tantos los que no pueden ufanarse de esta suerte !. Gracias por haberme visitado. Y así hasta que la ventana dejó colarse a las estrellas y la sala de la biblioteca quedó en absoluto silencio. El cortejo se había alejado pasillo adelante y es muy posible que ya hubieran alcanzado las calles más cercanas. Enrique suspiró. Al menos los compañeros de toda su vida habían tenido la gentileza de acudir a despedirse. Pero en este momento se había quedado definitivamente solo. Su brazo derecho se movió torpemente y alcanzó un cuerpo de mujer que aparecía tendido a su lado. Volvió los ojos cansados hacia aquél lugar de penumbras : - ¿ Quién eres ? - susurró - Creí que ya se habían marchado todos. Le contestó una risa suave, como un cascabeleo de sones de plata tintineante : - Soy Scherezade. No me he ido todavía porque he de contarte la historia de la noche mil dos. ¿ Quieres conocerla ?. - ¡ Oh, sí !. Y mientras la bellísima esclava le contaba la historia de la mil y dos noches se murió don Enrique. A la mañana siguiente los sobrinos empezaron a echar cuentas de la herencia. - El tío solo nos ha dejado libros - gruñó el que llevaba la voz cantante- ¿ Podéis decirme que diablos haremos con tantísimos libros ?. - No sirven para nada - dijo una de las sobrinas - Pero como hay tantos algo nos darán al peso como papel viejo. - Así haremos - dijo el mayor. Y los vendieron al día siguiente a un chatarrero y papelero de ocasión. - Bueno. Menos da una piedra- se dijeron. Lo que no supieron jamás, por no haber tenido siquiera la curiosidad de abrir alguno de aquellos volúmenes, es que habían vendido dos mil kilos de hojas blancas, sin nombres, sin dramas, sin paisajes, sin historias, sin letras, sin frases, sin vidas, sin sueños, sin almas, que todo ello se fue con don Enrique en la historia de la noche mil dos. |
Ref: a Pálpito puesto el 30/8/99 21:38 |
Hola!!! Bienvenida otra vez. ¿Te llegó la foto para el colage??? Te la envié por eMISario porque tenía el mail escacharrado. Como ahora parece que ya funciona (veremos lo que dura), se aceptaría una copia ¿podría ser? :))) Que tiene una muchas ganas de verle la cara a un@s cuant@s :DDDDD Tamara :*) sonriendo porque el parque se vuelve a llenar de flores :)))) |