Ref: puesto el 19/7/99 0:10
un beso esteta de mi sur
Ref: Isolda puesto el 19/7/99 0:15
hola a todo es mundo
Ref: DUDA puesto el 19/7/99 1:48
Que es internet? ... Estais solos...? Me gustaria que contestarais a estas preguntas ... Yo me lo he preguntado y creo que este medio termina aislando a las personas. No creeis lo mismo? No digo a todas pero si a mucha gente que solo se muestra tal y como es detras del anonimato que permite esta forma de "comunicarnos".
Ref: Lía puesto el 19/7/99 2:07
Hola, aquí ando, pero no hay nadie...
Ref: a 1.48 puesto el 19/7/99 2:11
Pues internet ya sabemos lo que es
De soledad nada
Y ésto es de lo más divertido y ameno
ah! y se conoce a gente guapísima ¡vale?
Ref: Proxi al parque puesto el 19/7/99 9:39
Buenos días.
La crecida de la Luna en este ciclo, no solo es especial sino preciosa. Y tu te meces en su cuna.
Y tras esta declaración de principios me voy a hacer diez mil cosas esta mañana.
***Proxi, acelerando
Ref: puesto el 19/7/99 10:46
Mira el correo
Ref: puesto el 19/7/99 10:46
...Y responde rápidooooooooooo
Ref: puesto el 19/7/99 11:33
Líaaaa, líaaaaaaa, Líaaaaaaaa, Líaaaaaaaaa......Lia.
Ref: puesto el 19/7/99 12:05
Ya está, mira el correo
Ref: puesto el 19/7/99 12:15
Te espero
Ref: exludopata puesto el 19/7/99 12:42
Contestacion a vosotros en jobis (me he equivocado) lo siento
Ref: racismo ?????????? puesto el 19/7/99 13:04
Señoras y señores: Para conocer el verdadero alcance de la palabra racismo, les aconsejo se den una vuelta por Marbella, ese "paraiso" Gilmobiliario. No hace más de un año, íbamos mi esposa y quien suscribe paseando por Puerto Banús y al querer acceder a las instalaciones, muy amablemente, eso sí, se nos invitó a no pasar. Alegaron que nuestra manera de vestir no era la más correcta. Decidimos no pasar y evitar confrontaciones innecesarias. Más tarde, al intentar acceder de nuevo, esta vez a bordo de nuestro vehículo, el mismo guarda de seguridad no puso pega alguna y nos franqueó la entrada. Llevabamos la misma vestimenta, pero no íbamos caminando. Yo conducía mi coche, un vehículo alemán, descapotable y valorado en varios millones, y mi esposa seguía siendo la mísma "magrebí" doctorada por Yale en Ciencias Exactas. Eso es racismo? Me gustaría me respondieran. Gracias.
Ref: hola puesto el 19/7/99 14:49
Hay alguien ahora?
Ref: Blue Moon puesto el 19/7/99 14:53
:-***********************Þ******************-:
Y, además, te amo. :-)
Ref: puesto el 19/7/99 14:53
Flor de invierno.
Brisa que refrescas
mis recuerdos.
Flor de invierno.
Ref: p/blue mon puesto el 19/7/99 14:55
a quien amas blue?
Ref: luna azul puesto el 19/7/99 14:59
donde es azul la luna?
Ref: Blue Moon puesto el 19/7/99 15:34
Pues yo te amoooooooooooooooooooooooooooooo
Y además :-****************************ÞÞÞ
Al de las 14:55-- Me ama a mí, que lo sepas. Y la luna es azul sólo para algunas personas afortunadas (como yo) :)))
Ref: menda puesto el 19/7/99 15:40
para RACISMO ???? : permíteme que te conteste un pelín seco. Incluso comprendiendo perfectamente la enjundia de tu cuestión, no me parece que estés autorizado a hablar de racismo, al menos por lo que cuentas.
Cuando se posee un auto alemán de muchísimos millones, se comparte la vida con una esposa como la tuya ( o ella, con un marido como tú) y se pasea uno por Marbella con opción a entrar en los clubs más privados a condición de cambiar el vaquero por el traje de "sport" fino, repito, no creo que puedas, ni en sueños, saber, intuir siquiera lo que siente el pobre desgraciado al que se le niega lo más esencial (a él y a sus hijos) sólo por ser negro, o rojo , o violeta.
Sin ir más lejos que se lo pregunten en estos mismos momentos a ciertos ciudadanos de Tarrasa !!!

Perdona mi brusquedad, y el conato de demagogía que mis palabras puedan suscitar pero no me he podido callar. Hasta otra.
Ref: Solo puesto el 19/7/99 15:49
Hay alguien??
Ref: 14:55/blue moon puesto el 19/7/99 15:57
y como sabes tu que te amo?
si todavía yo no lo se
. La luna es azul cuando el corazón está en calma.
como el mar.
cuando es roja la luna?
Ref: Despedida de soltera puesto el 19/7/99 16:21
Despedida de Soltera.
Una jovencita cuenta como fue dicha juerga en compañía de su hermana mayor. Me sentí realmente dichosa cuando Nuria, mi querida hermana mayor, acepto al fin que la acompañara, junto con sus mejores amigas a participar en la desvergonzada fiesta con que celebraría su despedida de soltera. Yo había cumplido los dieciocho años hacia tan solo unas semanas y, a diferencia de mi hermana, que ya llevaba algunos años trabajando en la capital, apenas había salido del pueblo. Lo cierto es que casi nunca salgo de copas sola, pues como soy guapita, sin falsa modestia, enseguida tengo que apartarme los moscones de encima. No es que defienda mi virginidad a capa y espada es, simplemente, que no hay ning?n chico en el pueblo que me atraiga lo suficiente como para permitir sus manoseos. Con los dos jóvenes con los que empece a salir tuve que cortar por el mismo motivo, porque en cuanto me dejaba besar y acariciar con cierta facilidad ya querían llevarme a la cama; y yo, con ellos, la verdad es que no quería llegar tan lejos. Quizás sea por eso que tengo fama de chica estrecha y reprimida entre los muchachos de mi edad. También por eso me hizo ilusión ir de fiesta solo con chicas, para variar, dispuestas a reírnos de los hombres todo lo que hiciera falta. Las amigas de mi hermana vivían todas en la capital, y eran la mar de divertidas, sobre todo una, delgadita y provocativa, que apenas se separaba de mí y que iba a conseguir que me doliera la barriga de tanto reír. Durante la cena ya nos dejaron entrever que habían preparado meticulosamente toda la velada, incluyendo la visita a un strip-tease de chicos. Yo, con una vaporosa minifalda y un reducido top estaba casi tan radiante como mi hermana, cuyo wonderbra se las veía y se las deseaba para contener toda la carne que amenazaba con escapar por el generoso escote de su ajustado vestido. Las demás vestían mas o menos por el estilo, dejando bien a las claras que esa noche nos disponíamos a ser las reinas indiscutibles de la ciudad. Durante la copiosa cena en el restaurante italiano bebimos mucho más alcohol del que estoy acostumbrada a tomar, y las numerosas copas que consumimos en los diversos locales que recorrimos durante aquella noche no contribuyeron a mejorarlo precisamente. Por eso cuando llegamos a la sala del strip-tease la que más y la que menos estabamos ya bastante borrachas. La gran sala estaba abarrotada, y he de reconocer que había motivos, pues los tres guapos y musculosos chicos que bailaban sobre el escenario eran de lo más impresionante; aunque a uno de ellos se le notara una cierta vena amanerada. Todas nos arremolinábamos como gallinas en celo al pie de la pasarela cada vez que uno de ellos iniciaba alg?n sensual desnudo, peleándonos como fieras cuando se acercaban a nosotras para introducir alg?n que otro billete dentro de sus abultados slips. Sobre todo en el de un negro inmenso, cuyo monstruoso aparato casi le llegaba a la mitad del muslo. Recuerdo que fue en mitad de una de estas actuaciones, siendo las ?nicas luces del local las de los focos que alumbraban a los chicos, cuando note que una mano se apoyaba en mi muslo, por debajo del vestido. Con la poca luz que había pude ver que era la mano de la amiga de mí hermana, esa tan simpática que ya les he nombrado antes. Ella estaba de espaldas a mí, y yo me apoyaba en sus hombros, en parte para ver mejor la actuación, y en parte porque las demás chicas que se apelotonaban a nuestro alrededor no me dejaba otra opción. El alcohol, y la confianza, hicieron que no le diera mayor importancia a esa osada mano; hasta que esta, hábilmente, se introdujo dentro de mis picaras braguitas. Me quede quieta, ya que no solo la gente no me dejaba apartarme, sino que he de reconocer que la puñetera sabia manejar extraordinariamente sus largos dedos. Cada uno de ellos tocaba, o se introducía, en el lugar adecuado para volverme medio loca a base de placer. Termine por morder la mullida hombrera de su vestido para que mis gemidos de gozo, mientras alcanzaba el primer orgasmo de la noche, no se oyeran por toda la sala. Ella, en vista de su inesperado éxito, aceleró los movimientos de sus lujuriosos dedos; los cuales, aprovechando la humedad que ahora reinaba en mi gruta, profundizaban hasta rincones completamente desconocidos para mí. El segundo orgasmo fue tan violento que logro que se me doblaran las rodillas. Por suerte este coincidió con el final de una de las actuaciones, por lo que me pude marchar al fin, casi a la carrera, hacia el cuarto de baño; donde podía asear mi intimidad, y meditar acerca de locura que acababa de cometer. Después de refrescar mi cara, mi cuerpo, y mi intimidad, y destranquilizar mi conciencia echándole la culpa de todo al exceso de alcohol, decidí volver a la mesa. Pues allí estaban sentadas todas las amigas de mi hermana, tomando unas copas mientras aprovechaban el descanso de los atractivos actores para cotillear acerca de sus amistades masculinas, y bromear haciendo las consabidas comparaciones de tamaño y forma entre unos y otros. La picarona que me había hecho gozar me recibió con los ojos brillantes, pero no hizo ning?n comentario sobre lo que acababa de suceder entre ambas. Luego, al percatarme de la prolongada ausencia de mi hermana pregunte por su paradero y ellas, entre sonrisas cómplices, se negaron a revelarme su paradero. Fue mi nueva amante la que se ofreció a llevarme donde estaba mi hermana, siempre que prometiese guardar silencio sobre lo que probablemente iba a contemplar. Yo, más curiosa que preocupada, acepte rápidamente el trato, y deje que me llevara de la mano, como si fuera una niña pequeña, por un largo pasillo que conducía a la zona de los vestuarios. El forzudo vigilante que allí había hablo con ella como si fueran grandes amigos, y acepto que pasáramos en cuanto se entero de que yo era la hermana de la chica que ya estaba dentro. Al final del pasaje solo había una vieja puerta, que la osada chica entreabrió con grandes precauciones, para dejar solo una rendija por la cual pudiéramos mirar las dos. Y vi lo que jamas pense que verían mis ojos. No podía creer que fuera mi hermana mayor, a la que siempre había tenido por tímida y apocada, la que estuviera lamiendo, golosa, el enorme miembro que uno de los artistas había desnudado para ella. El chico estaba sentado, muy cómodamente, sobre una mesa llena de ?tiles de maquillaje y vestuario, dejando que mi viciosa hermanita saboreara su rígido y larguísimo instrumento a placer mientras terminaba de soltarle por fin los ?ltimos botones del vestido, para dejar bien a la vista sus grandes y pletóricos globos desnudos. En cuanto libero sus soberbios pechos de la odiosa esclavitud del wonderbra empezó a amasarlos sin contemplaciones, deleitándose con la dureza de sus gruesos pezones. Nuria seguía devorando, entusiasmada, toda la carne que conseguía introducirse en su ansiosa boca, emitiendo pequeños jadeos y quejidos cuando las habilidosas manos de su galán estrujaban los puntos más sensibles de sus amplias colinas. No supe por que los suspiros se transformaban poco a poco engemidos de placer hasta que no me desplace un poco de mi posición, y vi lo que hacían el resto de los artistas dentro del camerino. Al fondo permanecía, algo indiferente, el que yo consideraba amanerado, presenciando, como nosotras, el espectáculo, mientras jugueteaba con las picaras braguitas de Nuria. Pero lo más curioso fue ver arrodillado detrás suyo al negro colosal. Este, que mantenía las piernas de mi hermana bien separadas con sus musculosos brazos, le había subido el vestido hasta la cintura y le había incrustado toda la cabeza en su h?meda entrepierna. Estaba tan encandilada con el increíble espectáculo que contemplaba hay dentro que no le di ninguna importancia a que la amiga de mi hermana presionara con sus pequeños y puntiagudos pechos contra mi espalda, mientras se pegaba aun más a mí. Pero si me importo que una de sus largas manos se introdujera debajo de mi alegre top, deslizándose hábilmente sobre mi sujetador para bucear entre mis acogedores colinas, a la b?squeda de mis tímidos pezones puntiagudos; aun así decidí que entregarme a sus turbios manejos era un precio asequible mientras pudiera seguir viendo lo que pasaba en el camerino. La lesbiana lujuriosa, consciente de mi forzada pasividad, introdujo su otra mano en el interior de mis braguitas, volviendo a explorar, con una gran maestría, la virginal cueva que tan a fondo empezaba a conocer. Apenas había empezado a juguetear con mi espeso bosquecillo privado, deslizando su mano amorosamente entre mis rizos cuando sus dedos se introdujeron bajo el sujetador, adueñándose de mis sensibles pezones, obligándome a morderme los labios para que no oyeran desde el interior mis primeros suspiros de gozo. Pero era muy difícil que desde el interior del camerino prestaran alg?n interés a lo que pasaba fuera, dado que mi hermana absorbía toda su atención. Y no era para menos, pues su primer orgasmo fue tan intenso que casi se atraganta con el grueso aparato de su amante, que no quería dejar de saborear, ni siquiera mientras jadeaba, ebria de placer. El musculoso negro, considerando que mi ardiente hermana ya estaba lo suficientemente humedecida, libero su monstruoso aparato del interior del slip, pues este apenas podía contener la gigantesca barra de caoba ahora que ya se había endurecido. Luego se situó de pie detrás de mi hermana, acomodándose lo mejor posible para penetrarla de una vez. Aunque después de lo que había visto ya me suponía que Nuria no era virgen no podía dejar de pensar que el negro la iba a destrozar si insistía en introducir el gigantesco falo que tenia al aire en su intimidad. Mi hermana mayor volvió a sorprenderme cuando, nada mas notar la presencia del rígido aparato en la entrada de su gruta, se abrió aun más de piernas, agitando sensualmente las caderas, demostrando así lo dispuesta que estaba para la intromisión. El afortunado negro, que parecía estar tan asombrado como lo estaba yo, fue metiendo su descomunal miembro poco a poco en su esponjosa hoquedad, entrando y saliendo hasta que por fin sus pesados testículos golpearon los muslos de mi hermana. No podía creerme que a Nuria le cupiese una cosa tan enorme en su interior, pero las escasas quejas que ella prefería ante sus envites, y la expresión de felicidad que tenia su rostro, no dejaban lugar a dudas. Haciéndome sospechar cosas terribles sobre su pasado. El impresionante negro pronto empezó a menear la cintura de una forma cada vez más fogosa, firmemente aferrado a sus generosas caderas, obligando a mi hermana a seguir su violento ritmo. Los empujones eran ya tan fuertes y frenéticos que los pesados cántaros desnudos de Nuria se bamboleaban de una forma descontrolada, escapándose una y otra vez de entre los dedos de su primer amante. Este, incapaz ya de pellizcarle los pezones, sé tenia que conformar con estrujar sus globos, amasándolos y tirando de ellos como si la estuviera ordenando. Debió ser por eso que prefirió dejarlo, y usar las manos para sujetar la cabeza de mi hermana, obligándola así a que absorbiese el largo miembro a su modo. Yo, por mi parte, a esas alturas ya había obtenido un placentero orgasmo a manos de la ardiente lesbiana, que parecía haberse enamorado de mis sensibles pezones. Había estado jugando con ellos, muy entretenida, mientras me hacia llegar al clímax; y, cuando este al fin se produjo, aprovecho mi momentánea debilidad para despojarme de toda la ropa interior, que se quedo como recuerdo de nuestro encuentro. Las h?medas braguitas, que ya estaban enroscadas a la altura de mis tobillos a mitad del combate, desaparecieron en un instante, pero despojarme del aparatoso sujetador le costo un poco mas de esfuerzo. Eso sí, mientras me lo quitaba descubrió las amplias aureolas rosadas que rodean mis pezones; pues prácticamente me despojo del top, dejándomelos al aire para maniobrar con mayor comodidad. No sé si fue su bello color, su suave tacto, o su agradable sabor, lo que más la entusiasmo, pero el caso es que estuvo un buen rato disfrutando de ellas. Cuando por fin abandono mis senos desnudos fue para arrodillarse, ansiosa, a mis pies, a la b?squeda de mi cálida intimidad, y demostrarme así que sabia manejar la lengua y los labios aun mejor que las manos; llevándome, rápidamente, a las puertas de otro orgasmo. Pero, a pesar de mi indecente situación, yo seguía pendiente de lo que hacia mi hermana. En el interior del camerino, y a juzgar por los fuertes jadeos de Nuria, supuse que esta ya había alcanzado tres o cuatro orgasmos a manos de sus fogosos amantes, que seguían penetrándola incansablemente, cuando el rubito del fondo se decidió por fin a intervenir. Este guapo jovencito estuvo unos instantes trajinando en los cajones mientras aseguraba a sus compañeros que el tenia lo que le hacia falta a la zorrita; refiriéndose, sin duda, a mi hermana. Al final saco de uno de ellos un impresionante falo de goma, aparatoso y gigantesco, de color rosa oscuro, al que se le veían claramente, a pesar de la distancia, los curiosos rebordes y salientes que rodeaban toda la larga estructura. El mismo se ocupo de humedecer con su boca el curioso artilugio, antes de situarse al lado del negro. El cual, en cuanto había visto los preparativos de su compañero se había apresurado a introducir uno de sus gruesos dedos por su acogedora entrada posterior; que lo celebro, gozosa, agitando las caderas aun más rápido. Viendo la facilidad con que había aceptado la intromisión pronto logro que otro dedazo se cobijara junto al anterior, provocándole nuevos gemidos de placer a mi viciosa hermana, que seguía contoneándose gozosa. Pero cuando el espectacular falo de goma ocupa por fin el lugar de esos osados dedos a la pobre Nuria se le descompuso la cara; gimió, y lloro, desesperadamente, sin que ninguno de sus amigos le prestara la menor atención. Yo, en mitad de un fuerte orgasmo, no sabia si intervenir o no, mientras veía como su tercer amante conseguía introducir casi todo el descomunal chisme en su orificio posterior. Estaba a punto de actuar cuando vi que mi viciosa hermana se orinaba, literalmente, en las piernas, mientras aullaba presa del mas violento orgasmo que había tenido hasta el momento, gritando como una poseída. A partir de ese mágico instante su cara volvió a reflejar el gozo que la embargaba al tiempo que los muchachos se esforzaban, cada uno a su manera, en hacerle alcanzar un nuevo clímax, meneándose todos al ritmo de los lujuriosos movimientos de mi hermana. Pero todo tiene un limite, y pronto su primer amante eyaculo, abundantemente, dentro de su acogedora boca, no permitiendo que Nuria levantara la cabeza de su entrepierna hasta que hubo succionado todo lo que mano de su enorme fuente. Este chico, cuando por fin tuvo su largo aparato limpio y reluciente se bajo de la mesa donde ella apoyaba sus brazos, sentándose en el suelo para succionar y morder ansiosamente los aparatosos senos de mi hermana, que no cesaban de bambolear alocadamente en cada empujón. Mientras, sus otros dos acompañantes seguían penetrándola de una forma cada vez mas violenta, seguros, gracias a sus roncos jadeos, de que Nuria disfrutaba tanto como ellos. Al cabo de un rato el negro también eyaculo en su acogedor interior, colmándola de tal forma que la viciosa rezumaba esperma hasta por la cara interna de los pálidos muslos. Al finalizar el rudo combate extrajeron el enorme consolador de su trasero, sujetándola entre los tres cuando vieron que ella, agotada y falta de apoyos, casi se cae al suelo. Nosotras decidimos que este era el momento adecuado de emigrar, y nos marchamos, abrazadas como buenas amigas, a la mesa, donde nos esperaban, aburridas, y bastanteborrachas, las demás chicas. Mi hermana regresó, bastante fatigada, al cabo de unos minutos, dispuesta a dar por finalizada la interesante y reveladora velada. Yo, desde ese día, solo espero que llegue por fin el de su boda, y vuelva a ver a mi nueva amiga, y fogosa amante; para disfrutar, en su compañía, recordando la increíble actuación que mi lujuriosa hermana nos permitió presenciar en su despedida de soltera.
Ref: Indy puesto el 19/7/99 16:56
La nada se apodera del entorno, la nada, como si el vacío saliera hacia fuera y entablase una ardua lucha entre el vacío y el silencio. Y nada, nada logra pararlo, como cuando crece la semilla en la tierra y germina, y en el proceso no hay enfermedad que venza a la planta.
El día se hace noche, y la noche día, y el intento por despegar es más intenso y ruinoso... Las paredes aplastan, las luces son relámpagos mudos que se perfilan en la montaña, y los letargos se adhieren a la piel produciendo más vacío, más nada. Y la angustia se desvirtúa en el alma, porque ni ella logra que viva.
Llueve, y la tormenta se repliega en mi cabeza, mojándome los pies y las manos, mojándome el sentido mientras yo corro, huyendo de un fantasma que me persigue en la noche y en el día... Me paro, me enfrento, y el miedo vuelve a susurrarme en el oído haciendo de mí en fugitivo eterno.
Claro- oscuro, infinitas luces que no reflejan nada... Sólo nada, todo nada...y vacío y miedo.
Pero sigo mirando la noche y el día, y huyendo...

Ref: Lía puesto el 19/7/99 17:13
¿ Quién me llama, quién me busca?.(b)
A Mackay.- Cuando quieras, charlaremos.

A la PERSONA del relato erótiquisimo : Aunque no le rodea un formato literario, me parece un cuento o relato conseguido, por como lo vas llevando. Sin duda " Enardece".

A MENDA : Llevas mucha razón a la contestación que le haces al de arriba sobre el racismo... Pero creo que hay muchas maneras de ser racistas... como en todo hay clasificación, están los que son ricos y padecen de una forma el racismo y el pobre que ya es la " reoca". No por eso creo que puedas desautorizarle para hablar del racismo... Aunque he entendido tu planteamiento, creo que hay una palabra que existe al menos en el vocabulario " tolerancia".
Ref: puesto el 19/7/99 17:17
Lamento que en mi, sólo veas, Nada, también
Ref: menda puesto el 19/7/99 17:33
Lía : Tampoco te falta a tí razón y admito que mi contestación anterior ha sido más dictada por la pasión que por la razón. Me alegro de todas formas que entiendas lo que realmente quería decir y sólo espero que el autor del primer comentario lo entienda también.
Es pertinente aclarar las cosas, máxime si se tiene en cuenta que "geometricamente" hablando yo mismo me encuentro más cerca del "blanco del mercedes descapotable" que del pobre desgraciado de ciertos suburbios de Africa de Sur, la verdad sea dicha.
Veo que me has entendido, así pues no insisto. Un saludo.
Ref: Humano puesto el 19/7/99 17:40
Por qué siempre buscamos aquellos que nos haga daño?
Por qué siempre vemos con doble sentido la palabra
Por qué no nos dejamos llevar por los sueños? Por qué no buscamos en las cosa más simples? Por qué ese afán de amargar nuestro corazón? Por qué no enternecernos con la sonrisa de un niño
Por qué no alegrarnos de ver un nuevo amanecer? Por qué no sentirnos dichoso de tener un nuevo amigo? Por qué no apoyarnos en quien tenemos a nuestro lado,
cuando tenemos un problema? Por qué no buscamos el sentirnos felices, bien con uno mismo en vez de amargarnos.
Por qué?
Ref: Para Un Halcón Peregrino puesto el 19/7/99 17:45
Manos que susurran, acarician...
Manos suaves que persiguen sueños,
y los alcanzan...

Manos de seda y lustros,
de sombras y chispas...
Crisantemos perdidos en la luz,
amando silenciosas
Como espliego en verano,
como amor en invierno,
como amor todos los días del universo

Manos que asirse a ti quisieran
sólo para escuchar tu piel,
para sentir tu corazón...
Manos, las mías, indoloras al dolor
y sin embargo tan ajadas por el desamor.

Manos abiertas en tus manos
que poco a poco se van cerrando
y los puños están en alto
rezándole a dios, a veces gritando,
pero abiertas y ofrecidas
para otra mano que necesite su calor.

Una Orquídea
Ref: Pálpito puesto el 19/7/99 18:15
Amanecí un día de invierno, y el llanto invadió mi cuerpo, Ser triste que recorre los caminos de la vida en busca de respuestas. Abro mil puertas y asomo mis dudas intentando comprender, asimilándome sin conocerme, y me juzgas sin saber que yo no te juzgo, que nunca seré juez en este estrado.
Amanecí como soy una mañana de marzo, y descubrí que los sueños no eran de barro, y luché por ellos, luché por cuanto fui y di sin esperar nada a cambio.
Déjame que navegue por los más negros caminos, por las sendas más ocultas hasta encontrarme, déjame que me pierda y me aborrezca, que descubra de qué está hecho mi engranaje... Y camina conmigo, con la mano de amigo, con el alma callada que oriente mi norte.
Y cuando llore, ofréceme ese hombro al que poder aferrarme, y deja que el llanto me siembre la luz que tu puedas darme...
Y perdóname por no saber quien soy, ni por dejar de amarte.
Ref: Pálpito puesto el 19/7/99 18:47
Estaba la otra noche mirando el cielo, ese gran desconocido que nos da cobijo siempre, y a hurtadillas, miré más allá de lo que mis ojos podían ver. Y vi algo en todo su esplendor. Era la constelación más impresionante que jamás he sido capaz de admirar.
Caminaba descalza permitiendo que el contacto con la tierra fuese completo, ahuyentando una canción muy triste que recordaba, y me aparté de todas las luces, sólo mirando el cielo negro y estrellado, contemplando la luna en cuarto creciente, admirando mi nuevo descubrimiento.
Me senté sintiéndome infinitamente pequeña, tal vez perdida en ese cielo horizontal que me seduce, imaginándome una estrella fugaz en el universo desconocido. La constelación irradió luz, más de la que cualquier ojo pueda soportar, y me cegó. Pero seguí sin apartar la vista de ella, dispuesta a aceptar el reto que tenía ante mi.
No tardó mucho la luna en esfumarse de mi cielo, mientras las estrellas permanecían clavadas en su lugar, multiplicándose a cada instante, obligándome al recuento una y otra vez...

Y la constelación fue perdiendo intensidad a medida que amanecía... Las estrellas se despidieron como cada noche, y yo permanecí mirando el cielo, sabiendo que mañana volvería a verla... o tal vez no. ¿ Pero...Alguien conoce el futuro?.