Ref: a Lakarri puesto el 23/6/99 0:21
Y'astá. Es que no hay como preguntar a la pianista precisa:-).

Como dice el refrán, hoy me voy a la cama sabiendo una cosa más, pero sin hacer la tarea. Comprenderás que ahora no son horas;-). En fin, mañana será otro día...

Arga, enviando un saludo desde la cercanía:-)
Ref: yoi puesto el 23/6/99 0:37
De vuelta de Graná. Sólo un saludito rápido al cargar las páginas.
Besos y abrazos.
Se os quiere ...
Ref: Maryluna a: puesto el 23/6/99 1:26
A Arga: Prechosa, no pude ir a verte de nuevo, el tiempo o más bien el destiempo se me echó encima. He llegado hace unos días y aun ando perdida entre tanto recuerdo. En los próximos días te llamo por teléfono y te pido disculpas formalmente por la prometida visita no realizada. Muchos besos con alas.

A los demás: Ya veis que no aparezco, pero eso no quiere decir que nos os eche de menos, simplemente el maldito tiempo que se me escapa. Muchos besos con alas y abrazos de caramelos.
Ref: Historias encarnadas I puesto el 23/6/99 1:29
Hay un mar, lejano, muy lejano, tan lejano que en el transcurso de la vuelta desde sus playas, se olvida su nombre, se desvanece entre los recuerdos de su sal, de su espuma blanquísima, de sus aguas transparentes, el nombre se borra, el nombre desaparece, solo su imagen queda indeleble en el tiempo. Es un mar de muchos colores, el verde y el azul junto a todos sus tonos, toda la gama, llenan sus olas, sus remansos, su tranquilidad y su embate en la costa; el rojo y el naranja se derraman en el amanecer, y en las tardes agobiantes de calor se incendia el oleaje y las olas presentan crestas encarnadas, llamaradas que inflaman todo el litoral; por las noches, la luna llena de plata y grises sus aguas, refulgente argentina que traza caminos infinitos hacia el cielo lucerino.

En una de esas noches, noche de embolado astro, ella intentaba recordar su nombre. Era mar naranja?, no, así no era, a ver como diablos se llamaba! Nada, que no hay forma de que lo recuerde. Estuve allí cuando era muy chiquita, me perdí en su playa y no me encontraron hasta que él, el mar, quiso que me encontraran. Ja, ja, ja, él se reía con grandes carcajadas mientras pensaba en la maravillosa imaginación que tenía ella, desde que la conoció, hacía solo un par de meses, todos los días le contaba un relato, un cuento distinto sobre ese mar, desde luego algo le había pasado de pequeña en el mar, pero a saber que habría sido, por que era imposible que tantas historias fueran verdaderas. Que se hubiera perdido era más o menos factible, pero que el mar la raptara, como le contaba esa tarde-noche, era demasiado fantasioso, o como hacía solo unos días cuando le relataba el viaje junto a un banco de sardinas, por los abismos, en busca de uno de los lunares de un viejo pirata, o aquella otra gesta en la que dio más de veinte volteretas mientras luchaba con una foca que había robado las llaves del castillo de su abuelo....

Pero no podía pasar los días sin pensar en ella, era imposible, le encantaban sus historias del mar y se había acostumbrado rápidamente al gesto que ponía cuando él trataba de hacerle ver la ilusión de lo que le contaba. Todas las tardes se veían y mientras ella relataba él hacía dulces en la cocina de la casería en la que, desde hacía ya tres años, vivía. Se encerraba allí para crear nuevos pasteles, era un repostero renombrado, creaba nuevos sabores, texturas diferentes, mezclaba mil ingredientes para conseguir el clímax culinario en los postres. Apenas salía, solo sus libros le acompañaban y, por supuesto, los últimos números de las revistas más sorprendentes, desde genética, esto más o menos lógico por lo de los productos transgénicos, hasta algunas de física o matemáticas, como no sabía de donde le podría venir la maravillosa idea o que nuevo invento le podría ayudar para hacer ese yogur o ese helado totalmente distinto, no escatimaba ninguna referencia que lo pudiera auxiliar.

A ella la conoció la última vez que bajó a la ciudad, se la presentó su casero. Él había buscado un sitio retirado, desde donde se pudiera ver el mar, no podía estar alejado de él, que le diera la intimidad necesaria para concentrarse en su labor, y que fuera grande para albergarlo a él, toda la parafernalia de cacharros que le acompañaba, y a sus dos ayudantes. No tenía alquilada toda la casería, necesitaba sitio pero no tanto, solo cinco habitaciones y dos salones llenaba con sus inventos, las restantes, casi todas orientadas al oeste y sin ventanas que dieran al mar, estaban vacías. Ahiara, así se llamaba ella, se encaprichó de la casa nada más verla, intentó convencer al casero para que se la alquilara toda, y la verdad es que estuvo muy tentado de hacerlo si no es por el contrato que lo ataba durante cinco años a Iker y de los que solo habían transcurrido tres. Al final se quedó con la otra mitad.

Ref: Historias encarnadas II puesto el 23/6/99 1:30
Iker aún no había descubierto a que se dedicaba ella, los primeros días le preguntó unas cuantas veces, pero al ver que siempre desviaba la pregunta o hacía como si no la oyera dejó de hacerlo, de todas formas tampoco era algo que le interesara mucho. No era nada curioso para las vidas de la gente que conocía, no así para las grandes preguntas de la existencia. Esto de grandes preguntas debería ir entre comillas, ya que para él esas preguntas estaban casi todas contestadas, buscaba y rebuscaba entre las líneas y en su pensamiento, quizás esa era una razón más por la que estaba subscrito a tan diversa colección de revistas. Una de esas largas veladas que ellos compartían, y que no sabía como habían empezado a ser tan cotidianas, interrumpió el cuento que Ahiara le contaba con una de sus preguntas transcendentales, una que de vez en cuando le asaltaba llenándolo de ansiedad, aun no había encontrado ninguna respuesta a ella que lo reconfortara. Ahiara, que es la muerte? Esta vez fue ella la que rió a carcajadas, no podía creer que Iker pudiera tener tiempo para pensar en esas cosas, se le veía siempre tan liado con sus experimentos de postres imposibles. En ese momento reconstruyó la respuesta, no tardó más de tres segundos, justo el tiempo en calmar sus risas y soltó: la muerte?, pero si yo soy ahora inmortal, como voy a pensar en la muerte. Y quizás tú también lo seas, todo depende del tiempo que tarde en terminar mi historia. Para mí hay muchos mortales, pero creo que más inmortales. Iker siguió mezclando la espumosa masa de color rosa fijando la mirada en el fondo del bol, escuchándola como desde lejos. Esa no era la respuesta que él esperaba, o que deseaba oír. Ahiara calló unos minutos, los dos se quedaron en silencio, solo la espátula se oía golpeando el cristal. Ella se levantó y salió por la puerta. A la media hora, en la cual Iker no había levantado la mirada de la mezcla rosa ni siquiera cuando empezó a derrramarse del recipiente por la ingente cantidad de aire que le estaba introduciendo, entró de nuevo Ahiara y dejó un sobre rojo sobre la mesa.

Al día siguiente el sobre continuaba sobre la mesa y un río rosa intenso llegaba hasta la costa. Iker no podía dejar de batir, no podía salir del estado en que había entrado, una convulsión mecánica le hacía una y otra vez repetir el mismo movimiento sin dejar de insuflar más y más aire a la masa rosa, que a esas horas ya era casi roja, por que de la misma manera que aumentaba el volumen aumentaba el color. A la casería se encaminaban varias autoridades temerosas de que la corriente roja estuviera llena de sustancias tóxicas o contaminantes. En la casa solo estaba Iker y Ahiara, que a esas horas aún dormía, los ayudantes de él se marchaban todos los fines de semana y ese día era sábado. La policía entró en la habitación donde estaba y en ese momento recuperó la conciencia. Se formó un gran escándalo que terminó con la detención de Iker y con todo el material requisado, incluido el sobre rojo.

Ahiara no se enteró de nada, dormía tan profundamente en el jardín, debajo de un naranjo que la había tapado con azahar, que cuando despertó, casi a la tarde, se encontró la casa vacía, las habitaciones únicamente lucían la cal blanca de las paredes y un fuerte olor que no sabía ubicar, le era familiar pero solo eso, no podía identificarlo. Dudaba mucho, dudaba si su recuerdo se unía a su imaginación y los últimos meses habían sido producto de un sueño. Pero no, eso no era posible, no era posible por que se había enamorado de Iker y eso solo le había ocurrido en otra ocasión. Le gustaba observarlo mientras él trabajaba, imaginaba que algún día sus manos se deslizarían sobre ella de la misma manera que lo hacía sobre las masas de harina, agua y mil ingredientes más. Le contaba cuentos al anochecer por que no podía conversar de forma normal con Iker, se le echaba un nudo en el estómago que subía hasta la garganta impidiéndole hablar, un síntoma inequívoco de que se había enamorado irremediablemente de él, solo las historias de un mar fantástico le abrían los labios y sacaban las palabras, a veces escandalosas por lo inverosímiles, otras demasiado crudas y realistas, también las había que quemaban la piel.

El río rojo había llegado hasta el mar la misma noche en que Iker, en estado absorto, no paraba de insuflar la mezcla encarnada, y el mar distinguió los ingredientes de la extraña masa, eran rosas rojas y aire formado de sueños, los sueños de Iker. El mar, iracundo y colérico, trepó la montaña y entró en la casería, pero no había nadie, dejó parte de su sal en las paredes como una red en busca de su presa, dibujando un mensaje que solo podría leer Iker: ni tuya ni mía. Antes de marcharse vio a Ahiara debajo de un naranjo y solo pudo sacudir sus ramas para taparla y que así no temblara más por nadie. Desde entonces el azahar siempre la acompañaría.

Hoy en día no vive nadie en la casería, ya no está llena de pucheros con gachas y cremas, ni de experimentos extraños para sorprender los paladares, ni tampoco guarda secretos inconfesables. Iker, después de que se descubriera que aquella masa roja era totalmente inofensiva, recibió una multa y fue puesto en libertad. No volvió a la casería ni pidió que le fueran devueltas sus pertenencias por lo que no pudo leer ni el mensaje del mar en las paredes, ni la carta de Ahiara, ni tampoco estos hicieron caminos para llevarle esas palabras. Sus preguntas siguen dejándolo, a veces, sin dormir en toda la noche, pero tampoco duerme por otras razones, por sus sueños, por que en ese momento los está haciendo realidad entre flores rojas de rosa y blancas de azahar...


Ref: Historias encarnadas III puesto el 23/6/99 1:32
LO QUE HABÍA EN EL SOBRE ROJO

Iker no sabes que todos nacemos inmortales y que el tiempo le va dando la mortalidad solo al cuerpo de algunos? Me he reído tanto por que no podía imaginar que te pararas a pensar esas cosas, siempre estás tan ensimismado en tus pruebas de sabores con nuevos productos!, eres un alquimista del siglo veinte, lo mismo un día de estos descubres un postre que delimite el bien del mal, o nos matas a todos con alguna crema roja como la que estás haciendo en este momento, pero, claro, eso no será posible por que todos somos inmortales, déjame que te explique esto más despacio. La vida es una historia, como las que yo te cuento, la única diferencia entre las que me invento, vaya ya me descubrí y eso que te repetía una y otra vez que eran reales, lo que te decía, la única diferencia es que esas historias solo las puedo contar yo, por que solo las sé yo. La vida es una historia que podemos contar muchos, y de la misma manera que hay muchas vidas distintas hay muchas historias. En cada vida intervienen una serie de personajes, en principio todos son inmortales, pero si su historia se termina antes que la nuestra en nuestro elenco de personajes pasan a ocupar un papel de mortales, son muertos, es decir que ya no les podemos adjudicar nuevos movimientos, ni nuevas palabras, a no ser que esas palabras solo participen en nuestra historia, que eso también es posible, y no en las historias de otras personas. Por lo general podemos hacer poco por cambiar las particularidades de cada intérprete, vienen ya marcadas en el papel que cada uno representa, lo único que podemos hacer es acercarlos más o menos a nosotros, algunas veces hacerlos entrar en nuestra historia y muy pocas echarlos. También están los figurantes, esos pasan interviniendo poco, por lo general solo nos distraen cuando estamos cansados de los seres que se nos han asignado de antemano. Por eso la muerte no es más que un cambio en las características de los personajes de la historia de la vida de cada uno, solo eso. Todos somos inmortales en nuestra historia particular, podemos intuir nuestra muerte, pero nunca percibirla; cuando en las vidas de los demás cambiamos de estado nuestra historia se termina, y al terminarse nuestra propia conciencia de historiadores, de receptores de repertorios, desaparece. Hay un segundo tipo de personaje que sí podemos representar en nuestra propia vida, o somos inmortales o medio muertos, este segundo estado ocurre algunas veces cuando de nuestras vidas desaparecen personajes que eran parte nuestra, como apéndices, como miembros separados por el espacio que no por el sentimiento, suele ocurrir con las madres que pierden a sus hijos, o con los grandes amantes.... Ya sé que todo esto es un poco difícil de entender, pero me parece que te ha tocado una mala contadora de historias.

Yo quise que entraras en mi historia, te vi por primera vez cuando nuestro casero nos presentó, y en ese momento pude presentir que tú me traerías emociones que hacía mucho que no sentía. Me calaste hondo, muy hondo, me cambiaste el sentir, y mi historia particular tomó otro rumbo, la nave viró y, navegando contra marea, no perdía la imagen de tus labios. Las tardes y las noches se pasaban entre tus postres y mis historias, algunas de las cuales son solo eso, historias, pero otras son lo que comúnmente se llama vida. Es verdad que el mar me raptó siendo una niña, me gustaba mucho pasear por sus playas y él se acostumbró demasiado a mis correrías sobre la arena. Estuve un tiempo sin ir a sus aguas, me enfadé mucho cuando me quitó mi cubo favorito para jugar haciendo castillos etéreos, y al volver me cogió entre las olas y por dos semanas me tuvo en sus abismos. Solo me devolvió cuando le prometí que no dejaría de ir a verle todos los días. Me dijo que si faltaba a la promesa él se llevaría lo que más amara en ese momento y así fue, se llevó a mi hijo y a su padre cuando marché al interior y estuve dos días sin verlo. Pero no quiero ponerme triste, de eso hace muchos años, por lo menos quince, perdí la conciencia del tiempo cuando morí, por que yo pertenecía a ese grupo, el de los muertos cocientes, o más bien inconscientes del mundo, ya que no se percibe, no se siente, solo se participa en las historias de los demás sin tener historia propia. Jamás perdoné al mar, jamás, pero pese a todo, no dejaba de ir a verlo a diario, no me podía quitar nada más pero sí, quizás, devolverme lo que yo tanto había amado. Cuando vi por primera vez esta casa pensé que era el lugar ideal para esperar la devuelta de mi hijo y de mi marido, estaba aislada, se veía el mar, pero él no me podía alcanzar desde aquí. El vivir en esta casa no me ha traído a ninguno de los dos, pero si me ha acercado a ti, y con ello he recuperado la inmortalidad, me he deshecho de mi parte muerta, me has traído las ansias y el deseo, ya ni recordaba como eran. Tiemblo cada vez que te veo, como estoy temblando ahora, las mariposas echan a volar, se levantan del estómago y agitan todo mi interior, es tanto su batir que temo que me deje dormida algún día y no vea al mar y el mar también te lleve a ti.


Besos con alas encarnadas. Maryluna
Ref: puesto el 23/6/99 11:27
Preciosa historia...@.@
Ref: A Mar y Luna de Pálpito puesto el 23/6/99 12:49
Preciosa de verdad. Tus regresos son esplendorosos.:-DD
Besos mil.
Ref: a Lía puesto el 23/6/99 16:34
Tienes un regalo en el literario de ayer a las 3:42
Ref: Lía puesto el 23/6/99 17:04
Y en mi continuo peregrinar, no solo beso las cosas más hermosas del paisaje y a los seres más reales de la naturaleza, porque me voy encontrando símbolos permanentes de la tierra, y así beso al cazador furtivo, al triste ladrón, beso al poderoso que se enfada porque el agua del baño no está a la temperatura deseada, mientras en el Asia y en La América del Sur, mueren los niños, ahitos de comer moscas y sin recordar siquiera el sabor de la leche materna extraida a duras penas de pechos vacíos y colgantes. Y beso también a los ingratos y a los presumidos, y a los ricos incapaces de pasar por un ojo de la aguja y que se ríen de los ojos de las agujas, porque ellos saben que eso es imposible y que además los camellos no se iban a prestaar al experimento. Y beso a las llamas de los incendios forestales que me rodean con apretadas columnas de fuego. beso a las guerras y las muertes y las pendencias y hasta los más humildes insultos...Todo esto forma parte del tejido, junto a los inocentes... Y beso al planeta que rezuma ruido. Todo lo que es ruido trae las convulsiones, el odio y el miedo. Y yo, yo tengo miedo de todo esto... ¡ Vuelve !. Qué necesito que me eleves a la nube blanca, al sol con sus rayos dorados. ¡ Vuelve ! y envuelveme con tu suavidad y déjame encontrarte...
Ref: a Lía puesto el 23/6/99 17:22
Hola Lia
tu generosidad me asusta...
Viento
Ref: a Viento puesto el 23/6/99 17:26
Hola, Viento.
Tu frase a Lía me asusta a mí...
Brisa.
Ref: SOCRATES p/LIA puesto el 23/6/99 17:39
Intento descifrar el sentido profundo de tu mensaje "Oremus"... Me interroga mucho, Lía. Mucho.
Ref: SOCRATES p/ELIZABETH puesto el 23/6/99 17:41
Please ¿podrías mandármela íntegra, con los datos del juzgado, nombre del ponente, etc?. Prometo que la verás en más de un foro jurídico.

Por cierto: ¡es buenísima! :)))
Ref: Lía a Viento puesto el 23/6/99 18:03
No es mi intención asustarte...
Ref: Lía a yoi puesto el 23/6/99 18:04
Me alegra saber que has llegado sano y salvo... escibeme o llamamé, a ver si podemos tomar algo por ahí hoy..¿ o mañana?.
Ref: Lía a Socrates puesto el 23/6/99 18:09
Cuando se escribe..a veces ni siquiera hay reflexión, no era este el caso. Es que la escena fue real, era de noche...y en una étapa de esas donde no sabes muy bien donde te hallas...recurres a lo que sea.. y llegué a esa conclusión en esos momentos. Los pensamientos son a veces vivencias de un pasado.
Ref: A Socrates de Cay puesto el 23/6/99 18:14
Estaba dando una vuelta por este mundo cuando decidí entrar en el parque para ver a quien veía, me alegro de haberte encontrado, de saber que sigues ahí, conecto tan poco...
Espero que podamos volver a vernos... tengo una excursión pendiente a Madrid.
Mañana con más tiempo... os escribo. Besos para todos vosotros....
Cayman.
Ref: A DAJO puesto el 23/6/99 18:16

No se es mujer pero se piensa en mujer porque para eso se tiene madre, hermana, hija o esposa, amén de que uno puede ponerse en la cabeza de otra persona, como sabrá la transfiguración es otra herramienta tanto del pintor como del escritor. Eres mujer y te miras al espejo, desnuda, y te palpas un seno que no tienes porque te lo han quitado antes de que el cáncer te quitara la vida, y te buscas el otro y ves que sólo es recuerdo dentro de una pesadilla que parece te ha amputado tu propia feminidad para siempre. Y te sientes indeseable. Y no dejas ni que tu marido te toque, no por él, por quien sientes la misma conmiseración que imaginas despertará en sus amigos cuando piensen que hace el amor con una mujer sin tetas, sino por ti misma, desdichada, hundida tras la extirpación de tu identidad, una suerte de inexplicable lobotomía del alma humana.

Impresionante el testimonio de Miranda ayer noche en tv. Olía a relato, pero sospeché que habría que dejar correr el tiempo para que la impresión no constituyera fulgurante artificio, se aposente como vino añoso. Y entonces me acordé de usted, simplemente, no sé por qué. Tal vez sea porque ya no le escribo cartas como antaño y los hábitos placenteros siempre tiran, vaya Maese a saber.
Ref: yoi puesto el 23/6/99 18:54
Gracias a RAYJAM, y mis felicitaciones a la parejita ARAN-RED. Que sí, que el internesss es cómo la vida real, que hay parejas que junta y otras que arrejunta, aunque separe de las anteriores ..., ¿ o no era eso ?.
¡ En fin !, que sigo sin ponerme al día, pero ya lo haré ya ...
Cuando me toque el ordenata ...
Sed malos que es más divertido que ser buenos.
Y daos por abrazaos, y por besaos. ( Puse al principio abrasaos pero me sonaba más a cómo estamos por aquí algunos .... ;- ))) jjejejejej )
Ta prontossss
Ref: puesto el 23/6/99 18:59
* *****************************gracias.
Ref: puesto el 23/6/99 19:00
Lo siento,me han puesto coto de caza y no puedo entrar cuando quiero.*
Ref: SOCRATES p/LIA puesto el 23/6/99 19:27
¿Quién dejó esa ausencia en tu alma y al que añoras y hasta precisas para comprender tanta realidad absurda?

Lía, tus palabras son como el susurro de un viento lejano que me habla de experiencias análogas.
Ref: SOCRATES p/CAYMAN puesto el 23/6/99 19:28
Hace tiempo, Cay, que estamos pendientes de unas horas delante de una mesa, en cualquier rincón de cualquier local, para hablar de tanto vivido... ¿Estás en casa?
Ref: Cay a Socrates puesto el 23/6/99 21:26
Estoy en casa, sí... antes desconecté, lo siento, pero ahora no soy yo la que pago las entradas a inet... :)))
Un saludo a Yoi, me alegro de verte también por la red. :)
A ver, Socrates, si tenemos aunque sea un ratico para poder hablar... me gustaría. Besos.... Cayman.
Ref: Hon puesto el 23/6/99 21:34
Un "te quiero" escrito con letras de fuego. Un "te quiero" escrito con el corazón.
:-*****
Ref: Lía/p.Socrates puesto el 23/6/99 22:14
El alma... ¿ Quién sabe del alma, Socrates?. ¿ Realidad absurda ?.- ¡¡ Quién sabe !!. Pero la realidad, eso que se ve, eso que se nota y se palpa nunca es absurda. Puede estar falseada, puede ser injusta, pero nunca absurda. La realidad puede gustarnos o no, por eso la cambiamos dentro de nuestros límites, la reciclamos, hasta la moldeamos a nuestros pensamientos. Puede que en un momento de la vida tengas en el alma pensamientos absurdos, eso sí. Y aquél fuera uno de ellos. ¿ Cuando te acarició ese lejano viento a tí, con esa experiencia parecida o semejante, era absurdo?...Ahora quizá lo sea, porque la mente humana es cambiante, variable y en ella tan solo va quedando momentos de sentimientos pasados.