Ref: puesto el 6/3/99 0:08
Roto teatro que tu vida eres
Manejando tristes títeres
Moviendo alegres mascaras
Sobre el escenario de la vanidad

Fácil recuerdas lo corto del escenario
Lo poco que dura la obra
Sin bajar el telón sigues la función
Risas y lagrimas para la obra inacabada

Actores de la opulencia y el brillo
Títeres de la miseria y el llanto
Cada uno en su escenario y en su obra
Y todo en este estupido teatro, la vida.

+++ MISERABLE +++
Ref: recuerdos puesto el 6/3/99 0:10
No os olvido, peña literaria, hoy he terminado de intentar ponerme al día de vuestros escritos, con el consiguiente mogollón, veo mucha letra nueva, fresca, original, esto marcha viento en popa, veo con orgullo, y admiración.
A ver esa novela negra.... que me he quedado mordiéndome los muñones esperando un desenlace, eso no se hace, hombree....
A todos, muchos besos y seanme felices... es una orden¡ ar¡
***aran***
Ref: El océano en silencio... puesto el 6/3/99 0:44
...las flores, en el almendro.
Yo, en tu abrazo...¡bello sueño!
y tú...tú aquí, en mi pensamiento.

En él estás instalado
desde aquel día de invierno
cuando por primera vez
me dijiste aquel 'te quiero'

Mis carnes estremeciste
con tus besos...¡puro fuego!
Mi vida dió un dulce giro
...desde entonces te deseo.

Támara.
Ref: a Tamara puesto el 6/3/99 1:24
Mira el correo.Ya ves, por una vez he sido eficiente:-)
Sin que sirva de precedente;-)

Un beso. Arga
Ref: puesto el 6/3/99 9:27
EL VAGABUNDO


Lo había visto como de pasada sin reparar todavía en él. Atareado, colocando las prendas del escaparate con primor riguroso, tan sólo pudo comprobar que el jefe ya estaba hecho un manojo de nervios. Sus prisas de última hora, las fechas, lo delataban. Incluso hasta el propio Mario, que en tan delicado cometido podría ser la excepción de la regla, estaba tenso, preocupado. Las rebajas se encontraban a la vuelta de la esquina y aún quedaban varias cajas por desembalar, montones de ropa por etiquetar, en vísperas de la aparición de una clientela obstinada en buscar siempre la mejor calidad a precio de saldo.

Mientras trataba de dar los últimos toques a su obra, antes de ser descubierta a la luz del día, lanzó una mirada fugaz a la calle y sin saber la razón un tabique interior se le agrietó por dentro. Intentó regresar a sus menesteres con el frío automatismo del profesional, como si lo que hubiera visto no resultara más que una circunstancia pasajera, pero no tuvo otra opción que la de contagiarse de una atención suspensa que logró perturbar su natural conducta: era la imagen de un vagabundo tirado como un felpudo en una esquina de la acera de enfrente, cubierto por dos mantas, revestido de mugre y hollín.

A decir verdad, y esto lo tuvo Mario bien presente desde el principio, su aspecto era tan repulsivo como la indiferencia con que la gente pasaba por su lado, presurosa, ajena a su desgracia, insensible. Si le apuran, dada la frecuentada hora de la mañana y la perspectiva visual equívoca, temió por un instante que iban a pisarle alguna parte del cuerpo. No sufriría tanto como su propia dignidad.

Sin embargo, a poco que forzase la vista y diera rienda suelta a la suposición comprobaría que se encontraba dormido, muy probablemente beodo, inmerso en un sueño etílico permanente e indoloro. Los aullidos del jefe reclamaban su presencia en la trastienda. Cuando retornó al improvisado oficio de vigía, la imagen se había esfumado hasta convertirse en simple recuerdo.

Mario no quiso ni pudo conjeturar sobre el pasado de aquel hombre, pues, de tenerlo, sería tan miserable como su errabundo porvenir. Doblando una falda escocesa o haciendo recuento de los jerséis de invierno, sólo atisbó a comprender que viviría en una especie de presente continuo para renunciar a la memoria, a su desdicha.

El quehacer cotidiano, saturado de tallas y medidas, estampados y probadores, dilató por varios días la ocupación de Mario. Aun así, desde la trinchera de su concurrido mostrador se las industriaba para dejar a cuatro señoras con la palabra en la boca mientras parecía ser el nuevo encargado de limpiar la luna del escaparate. El fruncido gesto del jefe, gratinado de una perplejidad cercana a la reprobación, quedaba diluido en la más resplandeciente de las sonrisas comerciales cuando le recordaba la necesidad de prevenir sustracciones con elegante disimulo:

-El tipo de la puerta no me gustaba un pelo; le había echado el ojo a la corbata de seda -le confesaba en un hilillo de voz.

Por supuesto, no era cierto. Se envolvía en su propio engaño para combatir mejor lo que esperaba temiendo esperar. Pero el indigente no apareció.

Olvidado el asunto, abstraído por entero en el laberinto de sus problemas personales, se contempló una tarde Mario frente al espejo de la tienda enumerando en silencio las últimas letras del piso. Si no fuera por Irene y sus caprichos repentinos, la casa ya estaría pagada sin más extras que los indispensables. Pensaba, con irritación atenuada, en las concesiones a las que obliga el amor cuando en su interior hubo un estruendo semejante al provocado por un terremoto. Lo había adivinado, tal vez presentido. Giró sobre sí y el pronóstico cristalizó en realidad. Junto al contenedor de basuras estaba el mismo hombre del otro día hurgando como un perro callejero. Su proximidad, hiriente, mortificaba la conciencia ajena. Iba enfundado en un abrigo raído por el uso o por el paso del tiempo, sin más adornos que lamparones extendidos como manchas de grasa, sin más color que el de la miseria. Calzaba zapatillas de suelas gastadas, y por pantalones se intuían los bajos deshilachados de dos perneras. Encaramado en lo alto del recipiente, presagiaba un cuerpo famélico, vilmente estilizado debido a la escasez y al hambre. Sólo cuando cesó en su empeño, puso los pies en tierra firme y adquirió forma exacta, lo bajo de su estatura y la cabeza rapada le confirieron un aspecto grotescamente rechoncho. Arrastrando los pies como un penado a muerte, engullendo cualquier desecho comestible, fue directo hacia donde Mario se encontraba. Ahora se le hacía incluso más nítida su mirada extraviada y sus manos llenas de inmundicias. En un rapto de solidaridad, echándose mano del bolsillo, le ofreció unas monedas. El individuo las tomó con recelo, como si alguien se las pudiera quitar. Luego, en su bamboleante caminar, se marchó encogido como una esponja para ocultar un tesoro indecible, secreto.

A partir de aquel momento la personalidad de Mario experimentó cambios que nunca antes había tenido. Por de pronto, tras agrias discusiones con Irene, resolvió suprimir gastos que creyó a todas luces accesorios. Fueron días de un tira y afloja que bien pudo dar al traste con su inminente enlace matrimonial. Seis años de noviazgo, abonados con la misma ilusión que cuando se conocieron, no eran merecedores de ser aniquilados por su predisposición a la austeridad cuartelera. Porque ya no era sólo la inopinada obsesión por el ahorro lindando con la tacañería, sino que se hacía extensible hasta en su propia forma de vestir. Irene pensó alarmada que el problema entraba de lleno en el ámbito de lo patológico cuando, tras citarse con él para comprar los muebles del dormitorio, Mario no se decidió por ninguno. Sentado a los pies de la enésima cama que veían, con el abatido cansancio de un viejo, repetía en monótona salmodia:

-Esto es demasiado para nosotros.
Ella, pizpireta aún en la flor de la vida, luego de vanos intentos por animarlo con entusiasmo adolescente, sucumbió a su melancolía de forma ácida.
-Un simple catre sería lo mejor, ¿no crees?
La respuesta de Mario resultó desconcertante:
-Hay personas que no tienen ni eso.

Divergencias que no pasaron a mayores debido a la conmovedora actitud que mostró durante el pedimento de Irene. Taciturno e inseguro al principio, en sus ojos afloraron dos lágrimas después en los brazos del futuro suegro ante la confianza depositada, la responsabilidad contraída y el dulce carmín de Irene posado en sus labios; pero también porque se acordó de aquel hombre sin nombre y acaso sin destino: quién habría estrechado sus espaldas por última vez con afecto sincero, quién acariciado su piel con un asomo de ternura que compensara en parte las inclemencias de la vida.

Como una rambla encauzada, Mario ordenó sus rarezas al contraluz de sano juicio y la medida ponderada. Se sentía feliz dentro de un milagro que no podía reconocerlo pero sí intuir. Colgando una cinta métrica del cuello, afanado en encontrar el talle exacto para unas hechuras imposibles, escuchó una mañana que alguien declaraba con repelencia compasiva:

-Allí está otra vez.

De nuevo era él. Parecía el último trapero haragán que deambulaba por la ciudad. Tiraba de un carrito repleto de pertenencias impensables: cacerolas y sartenes sin mangos, guías telefónicas, paquetes de periódicos, motores de lavadoras, maderos. Discurría su lento caminar mientras la gente le abría paso igual que a un rey depuesto, sin la honra y el respeto que nunca tuvo, como si tales atributos fueran extraños a su propia condición humana, en el caso de que el adjetivo conservara su nombre.

Aunque presa de una taquicardia incurable, Mario se pertrechó del resuello suficiente para salir de la tienda y correr tras él con una bolsa de ropa. Convencido en darle pronto alcance, entró en una panadería con intención de comprarle algo que calentara su estómago. Aún no le habían dado las vueltas cuando el aire se inflamó de improperios. A los gritos de ((¡Indigentes al paredón!)), una camada de hienas tatuadas con cruces gamadas irrumpió en la calle. El supuesto reo, ingenuo en su locura, les hizo cara blandiendo un palo de escoba y soflamando el viento de insultos. Pero el instinto de conservación tiraba más que la demencia senil y, de repente, emprendió una huida tan atolondrada como inútil. Estremecido de cobardía, desvalido en su impotencia, apareció Mario junto a él provisto de un valor suicida, protector, fraternal. Antes de que fuera demasiado tarde, los gritos de auxilio y ululares de sirena disolvieron la amenaza.

Tembloroso, inexpresivo y mudo, el vagabundo se ovilló en su cuerpo como un niño asustado. Tardaron varios minutos en separarlos, tal era el impacto emocional infligido. Mario, por su parte, no cabía dentro de sí puesto que sospechaba que incluso en el infortunio aparentemente más cruel, cuando todo parece irreparable, siempre queda un lugar para la esperanza.


Se casaron en una humilde ermita. El banquete, sencillo y discreto a partes iguales, resultó de lo más bonito. Sólo cuando el novio se obstinó en llevar la tarta nupcial a la Hospitalidad de Santa Teresa, Irene lo comprendió todo. Supo valorar pequeñas cosas de las que apenas sabía, pintando su existencia junto a Mario con la sustancia de los buenos sueños.


JOSCRIPT
Ref: puesto el 6/3/99 9:35
Me ha escantado. Felicidades al autor
Ref: yoi puesto el 6/3/99 10:46
¡¡ Buenos Días de Sábado !!!
hola a todos y a todas.

Lorena: Beso correspondido en tus mejillas ...
**** yoi, de nuevo en casita, y a repasar ...
Ref: a Yoi puesto el 6/3/99 12:06
Repasa el buzón :*))))
A ver si nos vemos esta tarde o esta noche ¿hace?

Támara (con más prisa, ahora, que corriendo en los sanfermines :)
Ref: yoi a Tamara puesto el 6/3/99 12:13
Mensaje leido y contestado.
¿esta tarde?
¿esta noche?
Hace un sol esplendido, y la primavera se insinua ...
Lo intentaremos en cualquier caso. Se admiten propuestas horarias ....
Ref: puesto el 6/3/99 13:08
A solas sin ti, rompiendo el ayer
Recordando el olvido, y fue el amor
El triste momento del sueño
Que hiere y duele, pero solo....
Solo el amor es así.

+++ MISE +++
Ref: As de Picas puesto el 6/3/99 15:20
Buenasssssssssssss a tod@s:
Por fin terminaron los exámenes, :-)))))))) , ya podré sacar un poquillo de tiempo para esta amarilla pagina colocar un par de cosillas.

Pregunta técnica, ¿alguien sabe como hay que poner el código ASCII para sacar los dibujillos y letras raras?

MAKAY: ¿Visitaste esas astro-direcciones? Cuentamelo todo que como sabes soy un simple infoviero.
.....As de Picas, en día sabatico.......
Ref: A... puesto el 6/3/99 16:16
Proxi: mira tu buzón.

Pal: cuando veas a Waldo dale un abrazote de mi parte. Betoss.

Anónimo: gracias a ti por leerla.

Joscript
Ref: yoi a Tiberio puesto el 6/3/99 16:34
Voy a continuar con el trapo, amigo, y a aceptar el desafío de defender tesis que no comparto, pero que pueden tener, como todo, su punto de lógica, desde la perspectiva del que las defiende.
El retraso en contestar se debe a la intensidad de la semana laboral y a un curso en Granada, desde uno de cuyos cibercafés os dejé un saludito el jueves.
Al lío:
¿ Porqué no se puede decir que los únicos vascos son los nacionalistas ?. Es una opinión como otra cualquiera. Suponte que San Fernando se llena de moros, islámicos e integristas y poco a poco van siendo mayoritarios, y ves que están intentando eliminar las iglesias y extender las mezquitas, que empiezan a mirar mal a las mujeres que no van por la calle con velo, y a molestarse en los bares cuando les sirven antes a las mujeres que a ellos. ¿ Pensarías que pudiera ser razonable que los nativos se defendieran de alguna forma e intentaran decir que algunas cosas no pueden cambiar o no se pueden imponerseles?.
Y más, respecto a lo de Navarra: ¿no tienes cerca ningún caso de segregación municipal?. ¿ No conoces lo de Medina-Sidonia?. La gente suele tomar medidas drásticas a la hora de plantear sus reivindicaciones, y decir algunas cosas sacadas de contexto o no defendibles en pura teoría, pero muy razonables entendiendo cómo y porqué se dicen. Si a ellos les parece que Navarra era parte del Estado, pos que lo digan. Eso llevan diciendonos los ingleses sobre Gibraltar unos cuantos añitos y nadie les acusa de poco democratas. Sólo de hijos de la Gran Bretaña ...
... que ya tienen baastante los probes.
Ref: yoi a Pal puesto el 6/3/99 16:36
: Eso no se hace malvada. Dejarnos así son la intriga y sin solución a la vista ....
aunque, ...mira ¡ quién va a hablar !.
pero ya continuaré, ya.
Ref: puesto el 6/3/99 18:14
EL MILAGRO   Tú, que eres un ser humano, eres mi milagro. Y eres fuerte, capaz, inteligente y lleno de dones y talentos. Cuenta con tus dones y talentos. Entusiásmate con ellos. Reconócete. Encuéntrate. Acéptate, anímate. Y piensa que desde este momento, puedes cambiar tu vida para bien. Si te propones y llenas de entusiasmo. Y sobre todo si te das cuenta de toda la felicidad que puedes conseguir con solo desearlo. Eres MI creación mas grande. Eres MI milagro. No temas comenzar una nueva vida. No te lamentes nunca. No te quejes. No te atormentes. No te deprimas. Como puedes temer si eres MI milagro. Estás dotado de poderes desconocidos para todas las criaturas del universo. Eres único. Nadie es igual a ti. Te hice perfecto. Solo en ti está en aceptar el camino de la felicidad, enfrentarlo y seguir siempre adelante. Hasta el fin. Simplemente porque ERES LIBRE. Te hice libre. En ti está el poder de no atarte a las cosas. Las cosas no hacen a la felicidad. Te hice perfecto para que aprovecharas la capacidad y no para que la destruyeras con las tonterías. Te di el poder de pensar Te di el poder de amar. Te di el poder de determinar. Te di el poder de reír. Te di el poder de imaginar. Te di el poder de crear. Te di el poder de planificar. Te di el poder de rezar...y te seguí por encima de los Ángeles...cuando te di el poder de elección. Te di el dominio de elegir tu propio destino usando tu voluntad. ¿Que has hecho de esas tremendas fuerzas que te di? no importa. De hoy en mas olvida tu pasado y, usando sabiamente ese poder de elección. Elige amar... en lugar de odiar Elige reír... en lugar de llorar Elige creer... en lugar de destruir. Elige perseverar... en lugar de renunciar. Elige alabar... en lugar de criticar. Elige curar... en lugar de herir. Elige dar ... en lugar de robar. Elige actuar... en lugar de aplacar. Elige crecer... en lugar de consumirse. Elige bendecir... en lugar de blasfemar. Elige vivir... en lugar de morir. Y aprende a sentir mi presencia en cada acto de tu vida. Crece cada día un poco mas en el optimismo y en la esperanza. Deja los sentimientos de derrota. Yo estoy a tu lado siempre y siempre te estoy esperando para amarte. Si has de venir a mi un día... que sea HOY, en este momento. Cada instante que vivas sin mi, es un instante infinito que te pierdes de paz. Trata de volverte niño, simple, inocente, generoso, dador, con capacidad de asombro y capacidad de conmoverte ante la maravilla de sentirte humano... porque puedes conocer mi amor, puedes sentir una lágrima, puedes comprender el dolor. No olvides que ERES MI MILAGRO. Que te quiero feliz, con misericordia, con piedad, para que este mundo que transitas puedas acostumbrarte a reír, siempre que tú... aprendas a reír. Y si eres MI MILAGRO, entonces usa tus dones y cambia tu medio ambiente contagiando esperanza y optimismo sin temor... ¡POR QUE YO ESTOY SIEMPRE A TU LADO!!             DIOS
Ref: yoi a Dajo puesto el 6/3/99 19:47
Mi sentido pesame, compañero ....
Ref: a Dios puesto el 6/3/99 22:41
Vale que me diste todo eso,
pero no me diste la capacidad
de entender el mundo donde me plantaste.
Porque hay tantas cosas que no entiendo de él
que me anulan, muchas veces, todos esos dones.

Te agradezco todos esos regalos
pero te pido que, con tu divino poder,
erradiques el odio, la violencia de todo tipo
las guerras y horrores que contienen,
el egoísmo y la hipocresía institucionalizada
el hambre y la miseria que anulan,
los abusos de poder,
el sufrimiento de todos los niños del mundo...
Ese ese sería tu verdadero GRAN MILAGRO.
Támara.
Ref: yoi a Tamara puesto el 6/3/99 22:52
Holas telepatuteitica .....
¿#huevo?
Ref: ELIZABETH A... puesto el 6/3/99 23:56
PÁLPITO: ¡muchas gracias por tu e-mail, guapetona! :-****.
ETÍLICO: oye, mozo, una chulada lo que has enviado por e-mail, una chulada la página, una chulada tus poemas, y una requetechulada tú :-DDDDDDD. Besotes.