Ref: puesto el 23/1/99 0:15
¿Es cosa mía o GIO no funciona esta noche? ¿Os funciona a vosotros?
Ref: ELIDESPISTÁ puesto el 23/1/99 0:15
Sorry, el anterior mensaje era mío.
ELIZABETH
Ref: Sólo al viento, amor... puesto el 23/1/99 0:29
...sólo al viento
es a quien amo.
Solo al viento
que me lleva
hacia tu puerto.

Sólo al río
...sólo al río
es a quien quiero.
Sólo al río
que me trae
tu amor sincero.

Y ese viento que me lleva
y el río que te trae a mí,
de por medio...esa frontera,
y entre los dos...
ese muro de quimeras,
esas aguas traicioneras
que me separan de tí.

Tamara.
Ref: ¿No ves que... puesto el 23/1/99 0:45

Ven,
cuando la tarde se acuesta
sobre un lecho de palmeras,
cuando las olas del mar
llenan mi playa serena.

Y si cuando vengas ves
que la noche se despierta
que la luna está muy alta
que mi ventana...está abierta,
entra despacio, sin ruido,
cierra con llave la puerta,
quédate aquí conmigo
¿no ves que te amo?
¿no te has dado cuenta...?

Tamara
Ref: Casado puesto el 23/1/99 0:55
Hola : soy un chico casado de Barcelona.Me gustaria encontrar alguna mujer de Barcelona tambien preferiblemente casada, para relacion esporadica e intercambio de experiencias sin ningun compromiso por ambas partes. Si te interesa mi propuesta escribe a: lince3@hotmail.com
Ref: Casado puesto el 23/1/99 0:55
Hola : soy un chico casado de Barcelona.Me gustaria encontrar alguna mujer de Barcelona tambien preferiblemente casada, para relacion esporadica e intercambio de experiencias sin ningun compromiso por ambas partes. Si te interesa mi propuesta escribe a: lince3@hotmail.com
Ref: JOS A DAJO puesto el 23/1/99 2:03
Se lo dije, Maestro: anorgásmica del intelecto. Ahora se cree que usted soy yo.... Y aun así, dice que volverá.

De pena, Maese DAJO.
Ref: PARA TODOS/AS puesto el 23/1/99 6:32
XXIV. ACRÓSTICO
(FELICITACIÓN DE NAVIDAD)

Fortísimos y sinceros deseos
Emanan de mi alma,
Levantando torbellinos,
Inapelables y espontáneos,
Zumbantes en esta hora.

Ningún temor al futuro
Ahogue tus ilusiones,
Vive cada momento
Intensa y apasionadamente,
Deja olvidados en la cuneta
Angustias y pesares del ayer.
De ahora en adelante, se feliz.

Para K., la amiga que más quiero, esperando que no me olvide.

Madrid, 14 de diciembre de 1995

MENDA DE MADRID
Ref: Mi credo... puesto el 23/1/99 9:24
Anda plácidamente entre el ruido y la prisa
y recuerda la paz que puede haber en el silencio.
Vive en buenos términos con todas las personas
todo lo que puedas, sin rendirte.
Dí tu verdad, tranquila y claramente,
Escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante,
ellos también tienen su historia.
Evita a las personas ruidosas y agresivas,
son vejaciones al espíritu.
Si te comparas con otros
puedes verte vanidoso y amargo,
porque siempre habrá personas más grandes
y más pequeñas que tú.
Disfruta tus logros, así como tus planes.
Sé tú mismo.
Especialmente no fijes afectos.
Tampoco seas cínico respecto al AMOR,
porque, frente a toda aridez y desencanto,
el AMOR es perenne como la hierba.
Nutre tu fuerza espiritual
para que te proteja en la desgracia repentina,
pero no te angusties con fantasías falsas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Junto con una sana disciplina,sé amable contigo mismo.
Eres una criatura del Universo,
no menos que los árboles y las estrellas.
Tú tienes derecho a estar aquí.
Y, te resulte evidente o no,
sin duda el Universo se desenvuelve como debe,
por lo tanto, cultiva la PAZ contigo mismo
de cualquier forma en que concibas a DIOS.
Y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones
mantén en la ruidosa confusión, Paz en el alma.
Porque con todas sus farsas, trabajos y sueños rotos,
éste sigue siendo un mundo hermoso.
Ten cuidado. Esfuérzate en ser feliz.

DESIDERATA______ Iglesia de St. Paul.- Baltimore, 1.693

Támara, con mi deseo de felicidad para tod@s :)
Ref: yoi puesto el 23/1/99 9:26
Cap.7:

No sabía bien porqué estaba ya allí, pero de nuevo estaba sólo, en su cama. No sabía porqué le había resultado imposible irse con Ana María, a pesar de lo que ella había insistido.

Una vez en la calle algo le impedía irse con ella. No sabía bien si era el recuerdo de su acompañante de fin de año, o el miedo a Ana María. Lo cierto es que con la excusa de siempre, de que estaba cansado y que tenía que trabajar, y que quería volver a casa, la acompañó y la dejó en su casa.

Eso sí, no pudo evitar que ella se despidiera con un beso en la boca, pero esta vez él cerro los labios y el roce fué fugaz.

Ahora, sin embargo, recordaba todos sus roces, sus caricias en el restaurante y despues en la cafetería, y se imaginaba a sí mismo siguiendo el rollo, tal como no se había atrevido a hacer antes. Pensaba en él jugando también con sus pies por debajo de la mesa. Acercaba sus dedos, rozando suavemente sus muslos, poco a poco, hasta llegar a su entrepierna. Pensaba en cómo sería el tacto a través de la ropa interior. Lo imaginaba suave, suave y humedo.

Como solía hacer todas las noches, y esta con mucho más motrivo y mayor excitación, empezó a acariciarse el sólito. De vez en cuando sus pensamientos pasaban de Ana María a su aventura de fin de año, y se excitaba recordando algo de lo que había hecho, pero esta vez quería hacerlo con Ana María, asi que volvía una y otra vez a imaginarse en el Restaurante, en la Cafetería, en la calle, en su casa ...
Imaginaba que llegaban a su casa, y en la entrada mismo, la agarraba por la espalda y la besaba en el cuello, cerrando con el pie la puerta. Imaginaba que ella se volvía y sus lenguas volvían a jugar frenéticamente y poco a poco sus manos, ansiosas, ivan desnudando sus cuerpos, y él la acariciaba, sentía su piel, sus suaves formas. Acariciaba sus senos y disfrutaba viendola a gusto. La imaginaba volviendo la cabeza hacia atras y suspirando. La cogía por las caderas y acercaba sus labios a sus pezones y jugaba con ellos.
Sintiendo que se venía aceleró sus pensamientos y se imaginó ya dentro de ella .....

¡¡¡ uuufffff !!!!. Ya había llegado. Cogió su pañuelo de papel de la mesita de noche y se limpió. Con la relajación le llegó rápidamente el sueño, y se dejó llevar por él, pensando en qué más podría hacer con ella ...
Ref: yoi a Tamara puesto el 23/1/99 9:28
¿Sigues por aquí?
Que parece que tengamos telepatía, aunque la verdad que con lo que tu estas ...
;-)))))

¿ Nos vemos en huevo ?
Ref: a yoi puesto el 23/1/99 9:33
No tengo configurado el irc. pero tengo tu mail y no preguntes cómo, me llegó en una entrega de esas multitudinarias que mucha gente tiene la costumbre de expandir :) Si quieres te mando un saludo a través de él. Me gustaría comentar contigo esetipo de narrativa que haces, que ya también practico aunque se me quede para otros lares :)
Lo espiritual y lo carnal no van tan desparejados como se cree, ambos son herramientas de trabajo...y de vida :DDD
Tamara :)))
Ref: yoi a Tamara puesto el 23/1/99 9:38
Espero tu mail y te contesto si pué sé
Ref: puesto el 23/1/99 11:36
Hasta siempre *
Ref: puesto el 23/1/99 11:38
Sí*)
Ref: ZEUS para PERRITA puesto el 23/1/99 13:31
Guuu ¡guau! iiiiiiiii:
Guau, guuuuuau! gua, guauuu! ¡AUUUUUUUUUUUUU! guaguaguagua, guaaaaaa.
Brrrrrrrrrrrr, grwwwfffoogggggggg, auuuuuuu. Jha, jha, jha, jha, hajhajhajhajhajhajhajhaj.
¡MMMGUAU! ¡MMMGUAU!
¡aahy, hay, hay, hay, Hay, Hay, AHiiiiiYYYY!!!!!
Slurp, slurp, guagua, ggrrrfffffmmmmmm.

Guá,

ZEUS
Ref: ZEUS para PERRITA puesto el 23/1/99 13:32
                                                         (Traducción semisimultánea)


Querida perrita en dulce:

Pues no. De momento no ha funcionado. Puedes dejar de fingir que ya se te ha pasado el celo, porque este inquisidor que tengo por amo no quita ni los palos ni los tablones, el muy desconfiado. Y puritano. Tenías que haberlo visto ayer, cuando me sermoneaba. Me dijo algo sobre lo bien que se está solo, el pobre. Levanté la pata para consolarlo, pero creo que no me entendió del todo. A continuación moví insistentemente mi “colita” para ver si el hombre tenía compasión y comprendía mis instintos. Pero nada. El tío malage me miró atónito y trató de ponerme, no te lo pierdas, ¡una especie de calcetín de plástico en el mismísimo rabo!!!!!!

Y es que esto es un sinvivir, querida hija de perra. Busco agujeros por las paredes donde aliviar mis impulsos chucholibidinosos, me froto contra las piernas de los transeúntes cuando me sacan de paseo, me arrastro por la hierba, me escapo de noche a joder (literalmente) los hoyos de los campos de golf que tanto abundan por la costa... Una vergüenza canina, vamos. Y es que no puedo dejar de pensar en ti, querida mía, y en el amor que nos tenemos. En la pasión con que te cabalgaría cual perro callejero, haciéndote carantoñas con mis patas delanteras por detrás de tus orejas de pitiminí. Mmmmm sueño en blanco y negro con las últimas vértebras de tu columna, con el olorcillo que destila tu anhelado paso redondo del Rubicón y que me pone de los nervios por las calenturas que me entran. Y a mi amo no se le ocurre otra cosa que ponerme un impermeable transparente de plástico en la colita... ¡Como si a la naturaleza serrrsuá de los perros le importara un pimiento si va a llover o a salir el sol cuando uno está en plena faena amatoria!

Así que de momento no hay nada que hacer, perra. Pero no desespero del todo. Ahora voy a trabajarme a la de los ojos color de miel. Me parece que me mira con signos de compasión en el rostro. Le daré un par de lametones, le moveré mi colita un par de veces para que vea la urgencia de mis impulsos y, si aún no ha captado la indirecta, me frotaré contra sus zapatos. ¡¡¡Ay, si mi amita fuera una perra...!!!!!!! ¡¡GUAUUUUUUUU!!!!!!!

Un lametón en lo más recóndito de tu órgano reproductor, querida.

Eternamente tuyo mientras dure tu temporada de celo,

ZEUS



## DAJO, aullando como los lobos... ##
Ref: MENSAJEANDO puesto el 23/1/99 13:33
POLY, gusto en conocerte. Fuimos los pioneros de un mundo que aún hay que explorar. Nos disputaremos el privilegio de la plantación para perpetuar la especie (si no encontramos otra Eva que se avenga a razones) y fundaremos un imperio galáctico :-)))

HALCÓN, besazo en tos los morros (es que estoy en celo)

PÁLPITO, besos castos, bella Inés.

ATMAN, lo entiendo. Pero seguramente es el influjo de la luna, que me hizo así :-)

ARAN, lo del enemigo desarmado es, simplemente, genial. Lo usaré alguna vez, con tu permiso. :-DDDD

TVR, si tus entrevistas tienen algún propósito, alabo tu estilo iconoclasta.

SÓCRATES, por el autor, deduzco que la cita (necesariamente fuera de contexto, como todas) tiene un sentido religioso, ¿no? Así se explican muchas cosas: la conciencia se burla a menudo con palabras, el espíritu sólo se engrandece con las obras.

JOSCRIPT, ¿calientaplumas anorgásmica del intelecto?????? :-DDDDDDDD Usted, Señor Ilustrado, es sencillamente un mossstruo. Es un orgullo para mí estar infiltrado en algún hueco de su agenda de direcciones. En cuanto a la anorgásmica... qué le voy a contar: sus gafas mentales deben tener un grosor kilométrico.

TAMARA, el problema aquí es que el asunto viene de muuuy antiguo. Y es monotemático :-(

AMARA, las moscas retornan siempre en ciclos sin fin. Es cuestión de asimilarlo y comprar repelentessss :-*


# DAJO ##
Ref: DAJO para JARA puesto el 23/1/99 13:33
Cuanto tenía que decirte en tu actual incursión vikinga está anticipado en el mensaje del día 20 a las 20:50
Ref: Fue en aquel volcán.. puesto el 23/1/99 15:54

A Sita se le ocurrió darse una vuelta por la isla de los volcanes antes de vernir a verme. Siempre que acababa una historia ocurría lo mismo, recalaba en mi casa. Solíamos pasar unas semanas juntas y ella me decía que venia a "recargarse" conmigo. Sus expresiones me resultaban graciosas y me hacían sentir como una pila de energía para ella.

Se suele decir que las casualidades no existen. Me estoy haciendo seguidora de esa idea porque siempre que ha ocurrido algo así, luego compruebo que ha sido por algo.

Después de la marcha de Estefan, sentí esa necesidad de cambiar el paisaje de mis entornos y tomé el primer avión que pude, rumbo a la lasitud que las playas de esa isla me transmiten.
El encuentro con Sita fue una de esas "casualiddes" que hacen que una se pare a pensar muy seriamente. Claro todo lo seriamente que se puede pensar estando al lado de ella.
Al día siguiente anduvimos por las callejuelas de un pueblo enclavado en un amplio valle de palmeras. La belleza del lugar suele atraer a gente de casi todo el mundo y aunque la época no era multitudinaria, había un cierto número de extrangeros. Sita estaba entusiasmada. No cesaba de hacer fotos por doquier y decidimos separarnos porque yo tenía que comprar algunas cosas para la excursión que teníamos proyectada. Acabábamos de alquilar un todoterreno dispuestas a meternos en cualquier lugar inaccesible para un turismo normal.

El pueblo está protegido por cualquier cosa que tenga que ver con lo comercial, de modo que la farmacia, la tienda de comestibles, el bazar...ninguno de los comercios tenían ningún signo exterior que indicara que lo fuesen. Todo por obra y gracia del gran artista ecológico, oriundo de allí.

Cuando acabé el recorrido me dirigí a un restaurante que, más que eso, parecía una casa particular. El comedor estaba en un patio cuyas pareces eran roca viva. Minúsculas cuevas daban a los comensales cobijo íntimo y cálido. La vegetación, exhuberante, lo cubría todo y empecé a sentirme a gusto, como hacía tiempo no me sentía.

Esperé a Sita tomando un aperitivo. Cuando el hambre empezó a hacer mella en mi estómago, empecé a preguntarme dónde diablos se había metido la niña que no llegaba, y decidí salir a buscarla. Le pedí al muchacho que servía las mesas que me guardara las bolsas con todo lo que había comprado y me dirijí al lugar más céntrico, la plaza.

No había nadie y el sol, sin ninguna compasión atacaba hasta el punto que tuve que ponerme un sombrero de paja que había comprado con el fin de protegerme de semejante fuego. Nadie en la plaza, nadie por las calles...tuve la sensación de que el pueblo había sido abandonado por una consigna de éxodo masivo. Volví al restaurante y sus verdes puertas de madera estaba cerradas a cal y canto. Aporreé la puerta y despues de varios intentos, nada.

Comencé a sentir algo de inquietud, pero volví de nuevo a la plaza. Nadie. El silencio, sólo roto por la fricción de varias cigarras o a saber que tipo de insecto, me estaba poniendo algo nerviosa. De pronto, en una esquina me pareció ver una silueta que corría hacia una especie de establo. Corrí hacia allí. Nadie. No sé cómo me puse a gritar "¡Sitaaaaaa!!. Un perro que dormía al lado de un blanco muro moteado por hierbas y rodeado de cactus, me miró sin levantar la cabeza. Sus ojos parecían decirme "grita, grita, que para quien te va a oir..."
Entonces vi la bolsa amarilla de Sita irreconocible por el polvo que la cubría y al ir a cogerla estaba completamente vacía. -Sita!!! ¿Dónde estás???- No me respondió ni el silencio. Oí una especie de quejido y corrí hacia el lugar de donde procedía. Y entonces la ví. Estaba tendida en el suelo, detrás de unas chumberas y bajo la sombra de unos arbustos secos y polvorientos.

Como pudo se incorporó y comencé a sentirme mejor. -¿Qué ha pasado, Sita?-le dije con toda la serenidad de la que fuí capaz.
--¿Dónde está?- me respondió. -¿Dónde está quien?. -Él. -Quien es él?- -Estefan. Bueno el hombre con el que acabo de tener la aventura más maravillosa de mi vida- y levantándose como pudo se dispuso a caminar en su busca.
Tuve que correr para alcanzarla. En ningún momento se me ocurrió relacionar el nombre que había pronunciado, con el hombre que, no hacía ni dos días, había tenido yo esa maravillosa aventura, doméstica, de la que intentaba reponerme. Pero lo hice cuando le ví. Luego se empezó a nublar todo a mi alrededor.
Cuando desperté, me encontraba en la parte trasera de una casa que no sé si estaba abandonada o es que todo el pueblo era un puro abandono. Era el patio interior de la vivienda y tenía todo el aspecto de un jardín botánico.
Él estaba sentado sobre la tierra, aplastada por varias generaciones. Fumaba con una pipa de madera con incrustaciones metálicas y Sita, junto amí, intentaba hacerme volver a la realidad.
-Tita, te has desmayado- dijo con expresión muy preocupada. Sin abrir la boca le hice mil preguntas y ella, sonriendo me contestó, de igual modo.
Estefan, levantándose, se acercó a mí, me tomó por el talle y me izó hasta tenerme tan apretada contra él que la respiración se negaba a salir. Su boca buscó con avidez la mía y sin saber lo que hacía le devolví el beso abriendo mis labios y dejándome abrasar por el fuego que me transmitía. Cuando volví de ese maravilloso viaje que emprendí en cuestión de unos segundos, Sita ya no estaba.

Tamara, por expresa petición de su "socio" literario.
A Sita se le ocurrió darse una vuelta por la isla de los volcanes antes de vernir a verme. Siempre que acababa una historia ocurría lo mismo, recalaba en mi casa. Solíamos pasar unas semanas juntas y ella me decía que venia a "recargarse" conmigo. Sus expresiones me resultaban graciosas y me hacían sentir como una pila de energía para ella.

Se suele decir que las casualidades no existen. Me estoy haciendo seguidora de esa idea porque siempre que ha ocurrido algo así, luego compruebo que ha sido por algo.

Después de la marcha de Estefan, sentí esa necesidad de cambiar el paisaje de mis entornos y tomé el primer avión que pude, rumbo a la lasitud que las playas de esa isla me transmiten.
El encuentro con Sita fue una de esas "casualiddes" que hacen que una se pare a pensar muy seriamente. Claro todo lo seriamente que se puede pensar estando al lado de ella.
Al día siguiente anduvimos por las callejuelas de un pueblo enclavado en un amplio valle de palmeras. La belleza del lugar suele atraer a gente de casi todo el mundo y aunque la época no era multitudinaria, había un cierto número de extrangeros. Sita estaba entusiasmada. No cesaba de hacer fotos por doquier y decidimos separarnos porque yo tenía que comprar algunas cosas para la excursión que teníamos proyectada. Acabábamos de alquilar un todoterreno dispuestas a meternos en cualquier lugar inaccesible para un turismo normal.

El pueblo está protegido por cualquier cosa que tenga que ver con lo comercial, de modo que la farmacia, la tienda de comestibles, el bazar...ninguno de los comercios tenían ningún signo exterior que indicara que lo fuesen. Todo por obra y gracia del gran artista ecológico, oriundo de allí.

Cuando acabé el recorrido me dirigí a un restaurante que, más que eso, parecía una casa particular. El comedor estaba en un patio cuyas pareces eran roca viva. Minúsculas cuevas daban a los comensales cobijo íntimo y cálido. La vegetación, exhuberante, lo cubría todo y empecé a sentirme a gusto, como hacía tiempo no me sentía.

Esperé a Sita tomando un aperitivo. Cuando el hambre empezó a hacer mella en mi estómago, empecé a preguntarme dónde diablos se había metido la niña que no llegaba, y decidí salir a buscarla. Le pedí al muchacho que servía las mesas que me guardara las bolsas con todo lo que había comprado y me dirijí al lugar más céntrico, la plaza.

No había nadie y el sol, sin ninguna compasión atacaba hasta el punto que tuve que ponerme un sombrero de paja que había comprado con el fin de protegerme de semejante fuego. Nadie en la plaza, nadie por las calles...tuve la sensación de que el pueblo había sido abandonado por una consigna de éxodo masivo. Volví al restaurante y sus verdes puertas de madera estaba cerradas a cal y canto. Aporreé la puerta y despues de varios intentos, nada.

Comencé a sentir algo de inquietud, pero volví de nuevo a la plaza. Nadie. El silencio, sólo roto por la fricción de varias cigarras o a saber que tipo de insecto, me estaba poniendo algo nerviosa. De pronto, en una esquina me pareció ver una silueta que corría hacia una especie de establo. Corrí hacia allí. Nadie. No sé cómo me puse a gritar "¡Sitaaaaaa!!. Un perro que dormía al lado de un blanco muro moteado por hierbas y rodeado de cactus, me miró sin levantar la cabeza. Sus ojos parecían decirme "grita, grita, que para quien te va a oir..."
Entonces vi la bolsa amarilla de Sita irreconocible por el polvo que la cubría y al ir a cogerla estaba completamente vacía. -Sita!!! ¿Dónde estás???- No me respondió ni el silencio. Oí una especie de quejido y corrí hacia el lugar de donde procedía. Y entonces la ví. Estaba tendida en el suelo, detrás de unas chumberas y bajo la sombra de unos arbustos secos y polvorientos.

Como pudo se incorporó y comencé a sentirme mejor. -¿Qué ha pasado, Sita?-le dije con toda la serenidad de la que fuí capaz.
--¿Dónde está?- me respondió. -¿Dónde está quien?. -Él. -Quien es él?- -Estefan. Bueno el hombre con el que acabo de tener la aventura más maravillosa de mi vida- y levantándose como pudo se dispuso a caminar en su busca.
Tuve que correr para alcanzarla. En ningún momento se me ocurrió relacionar el nombre que había pronunciado, con el hombre que, no hacía ni dos días, había tenido yo esa maravillosa aventura, doméstica, de la que intentaba reponerme. Pero lo hice cuando le ví. Luego se empezó a nublar todo a mi alrededor.
Cuando desperté, me encontraba en la parte trasera de una casa que no sé si estaba abandonada o es que todo el pueblo era un puro abandono. Era el patio interior de la vivienda y tenía todo el aspecto de un jardín botánico.
Él estaba sentado sobre la tierra, aplastada por varias generaciones. Fumaba con una pipa de madera con incrustaciones metálicas y Sita, junto amí, intentaba hacerme volver a la realidad.
-Tita, te has desmayado- dijo con expresión muy preocupada. Sin abrir la boca le hice mil preguntas y ella, sonriendo me contestó, de igual modo.
Estefan, levantándose, se acercó a mí, me tomó por el talle y me izó hasta tenerme tan apretada contra él que la respiración se negaba a salir. Su boca buscó con avidez la mía y sin saber lo que hacía le devolví el beso abriendo mis labios y dejándome abrasar por el fuego que me transmitía. Cuando volví de ese maravilloso viaje que emprendí en cuestión de unos segundos, Sita ya no estaba.

Tamara, por expresa petición de su "socio" literario.
A Sita se le ocurrió darse una vuelta por la isla de los volcanes antes de vernir a verme. Siempre que acababa una historia ocurría lo mismo, recalaba en mi casa. Solíamos pasar unas semanas juntas y ella me decía que venia a "recargarse" conmigo. Sus expresiones me resultaban graciosas y me hacían sentir como una pila de energía para ella.

Se suele decir que las casualidades no existen. Me estoy haciendo seguidora de esa idea porque siempre que ha ocurrido algo así, luego compruebo que ha sido por algo.

Después de la marcha de Estefan, sentí esa necesidad de cambiar el paisaje de mis entornos y tomé el primer avión que pude, rumbo a la lasitud que las playas de esa isla me transmiten.
El encuentro con Sita fue una de esas "casualiddes" que hacen que una se pare a pensar muy seriamente. Claro todo lo seriamente que se puede pensar estando al lado de ella.
Al día siguiente anduvimos por las callejuelas de un pueblo enclavado en un amplio valle de palmeras. La belleza del lugar suele atraer a gente de casi todo el mundo y aunque la época no era multitudinaria, había un cierto número de extrangeros. Sita estaba entusiasmada. No cesaba de hacer fotos por doquier y decidimos separarnos porque yo tenía que comprar algunas cosas para la excursión que teníamos proyectada. Acabábamos de alquilar un todoterreno dispuestas a meternos en cualquier lugar inaccesible para un turismo normal.

El pueblo está protegido por cualquier cosa que tenga que ver con lo comercial, de modo que la farmacia, la tienda de comestibles, el bazar...ninguno de los comercios tenían ningún signo exterior que indicara que lo fuesen. Todo por obra y gracia del gran artista ecológico, oriundo de allí.

Cuando acabé el recorrido me dirigí a un restaurante que, más que eso, parecía una casa particular. El comedor estaba en un patio cuyas pareces eran roca viva. Minúsculas cuevas daban a los comensales cobijo íntimo y cálido. La vegetación, exhuberante, lo cubría todo y empecé a sentirme a gusto, como hacía tiempo no me sentía.

Esperé a Sita tomando un aperitivo. Cuando el hambre empezó a hacer mella en mi estómago, empecé a preguntarme dónde diablos se había metido la niña que no llegaba, y decidí salir a buscarla. Le pedí al muchacho que servía las mesas que me guardara las bolsas con todo lo que había comprado y me dirijí al lugar más céntrico, la plaza.

No había nadie y el sol, sin ninguna compasión atacaba hasta el punto que tuve que ponerme un sombrero de paja que había comprado con el fin de protegerme de semejante fuego. Nadie en la plaza, nadie por las calles...tuve la sensación de que el pueblo había sido abandonado por una consigna de éxodo masivo. Volví al restaurante y sus verdes puertas de madera estaba cerradas a cal y canto. Aporreé la puerta y despues de varios intentos, nada.

Comencé a sentir algo de inquietud, pero volví de nuevo a la plaza. Nadie. El silencio, sólo roto por la fricción de varias cigarras o a saber que tipo de insecto, me estaba poniendo algo nerviosa. De pronto, en una esquina me pareció ver una silueta que corría hacia una especie de establo. Corrí hacia allí. Nadie. No sé cómo me puse a gritar "¡Sitaaaaaa!!. Un perro que dormía al lado de un blanco muro moteado por hierbas y rodeado de cactus, me miró sin levantar la cabeza. Sus ojos parecían decirme "grita, grita, que para quien te va a oir..."
Entonces vi la bolsa amarilla de Sita irreconocible por el polvo que la cubría y al ir a cogerla estaba completamente vacía. -Sita!!! ¿Dónde estás???- No me respondió ni el silencio. Oí una especie de quejido y corrí hacia el lugar de donde procedía. Y entonces la ví. Estaba tendida en el suelo, detrás de unas chumberas y bajo la sombra de unos arbustos secos y polvorientos.

Como pudo se incorporó y comencé a sentirme mejor. -¿Qué ha pasado, Sita?-le dije con toda la serenidad de la que fuí capaz.
--¿Dónde está?- me respondió. -¿Dónde está quien?. -Él. -Quien es él?- -Estefan. Bueno el hombre con el que acabo de tener la aventura más maravillosa de mi vida- y levantándose como pudo se dispuso a caminar en su busca.
Tuve que correr para alcanzarla. En ningún momento se me ocurrió relacionar el nombre que había pronunciado, con el hombre que, no hacía ni dos días, había tenido yo esa maravillosa aventura, doméstica, de la que intentaba reponerme. Pero lo hice cuando le ví. Luego se empezó a nublar todo a mi alrededor.
Cuando desperté, me encontraba en la parte trasera de una casa que no sé si estaba abandonada o es que todo el pueblo era un puro abandono. Era el patio interior de la vivienda y tenía todo el aspecto de un jardín botánico.
Él estaba sentado sobre la tierra, aplastada por varias generaciones. Fumaba con una pipa de madera con incrustaciones metálicas y Sita, junto amí, intentaba hacerme volver a la realidad.
-Tita, te has desmayado- dijo con expresión muy preocupada. Sin abrir la boca le hice mil preguntas y ella, sonriendo me contestó, de igual modo.
Estefan, levantándose, se acercó a mí, me tomó por el talle y me izó hasta tenerme tan apretada contra él que la respiración se negaba a salir. Su boca buscó con avidez la mía y sin saber lo que hacía le devolví el beso abriendo mis labios y dejándome abrasar por el fuego que me transmitía. Cuando volví de ese maravilloso viaje que emprendí en cuestión de unos segundos, Sita ya no estaba.

Tamara, por expresa petición de su "socio" literario.
Ref: Tamara puesto el 23/1/99 16:02
Ruego disculpas por el pinchazo repetido. ¡Estas prisas!
"Muchos calderos al fuego, alguno se ha de quemar..." que se dice por aquí :)))
Ref: PARA VOSOTRAS puesto el 23/1/99 16:26
Chico 35 años, casado bien parecido, me gustaria conocer mujere preferiblemente casada de edad similar, de Barcelona para sexo sin ataduras escribe a: lince3@hotmail.com
Ref: PARA VOSOTRAS puesto el 23/1/99 16:27
Chico 35 años, casado bien parecido, me gustaria conocer mujere preferiblemente casada de edad similar, de Barcelona para sexo sin ataduras escribe a: lince3@hotmail.com
Ref: PARA VOSOTRAS puesto el 23/1/99 16:27
Chico 35 años, casado bien parecido, me gustaria conocer mujere preferiblemente casada de edad similar, de Barcelona para sexo sin ataduras escribe a: lince3@hotmail.com
Ref: PARA VOSOTRAS puesto el 23/1/99 16:27
Chico 35 años, casado bien parecido, me gustaria conocer mujere preferiblemente casada de edad similar, de Barcelona para sexo sin ataduras escribe a: lince3@hotmail.com
Ref: Proxi al parque puesto el 23/1/99 19:34
Buenas tardes.
Hace unos días que voy botando por esos mundos de dios y asomo el hocico muy poco por aqui. No obstante sigo vivo y coleando, segun creo recordar.
Amigo Lonxe, mis huesos recalaran en esas bonitas y húmedas tierras el día que concluye el mes. No estaría de más el celebrar tan magno acontecimiento bien con unos percebes bien con un pulpo. De compartir mi opinión, lo mejor es que me llames, ya sabes mi número.
***Próxi trabajando, pero poco
Ref: Tiberio/Numen puesto el 23/1/99 23:22
En primer lugar te agradezco el que me hayas facilitado el nombre de tan ilustre soldado. La verdad, estimado Numen, yo he sido el primero en sorprenderme ante el hecho de que Heródoto no incluya en su narración de la batalla de Maratón el nombre del soldado ateniense. Quizás, y no lo descarto en absoluto, no haya leído otras partes de su obra o a lo mejor aparezca en otros textos. De todos modos agradezco muhco tu interés :-DDD.
Efectivamente, el soldado falleció a los pocos instantes de haber comunicado a la ciudad la vistoria sobre los ejércitos persas de Dario. A raíz de tal hazaña, se instauró la prueba atlética más conocida cuya distancia, sin bien no recuerdo mal, es de 42 km y un poco más.
La verdad es que me gustan mucho los clásicos, en especial los historiadores. Lo que pasa es que no dispongo de mucho tiempo para conocerlos mejor. Mi preferido, como en más de una ocasión he comentado en esta sección es Tácito, aunque también me gusta Suetonio, las cartas de Plinio el Joven, Estrabón, César etc... En definitiva todos son interesantes.
Veo que te interesa la Grecia Clásica. Si estás interesado en algún tema en particular podríamos desarrollarlo en la sección. Aunque a decir verdad creo que voy a complacerte en breve :-DDDD. ¿Qué te parece si hablamos del deporte en la antigüedad? :-DDDDD
Sobre Setién...bueno, creo que sabes mi postura. Es un tema que proporciona un inagotable abanico de propuestas para hablar y comentar. El artículo que he puesto recientemente no tiene comentario por la sencilla razón de que no la necesita. Lo dice todo vamos.
En fin, espero seguir conversando contigo sobre éste y otros temas. Me alegro mucho de tener noticias tuyas. Recibe un saludo cordial de TIBERIO.