Ref: Mar y Luna puesto el 13/11/97 0:06 |
. *******UNA HISTORIA DE UN PARQUE CUALQUIERA******* -.Mami que me bajo al parque, llevo unos días sin ir y no puedo estar más sin ver y jugar con mis amiguitos. -.Bueno, solo un ratito, y abrígate bien que después de la gripe que has pasado solo hace falta que recaigas o cojas otra cosa. -.¿Otra cosa? ¿Pero que voy a coger en el parque? Si es muy aséptico, todo reluciente. Le pregunté a mi amiga Chusa y es de lo más sano que hay. -.¿Chusa? ¿Quien es Chusa? -.Jo, Mami, cada día estas mas carca, ¿quien va ser Chusa? Mi médica de cabecera, la que me ha curado la gripe. Claro, tú no la has visto nunca, dice que un día de estos se bajará al parque. Le cuento las historias de aquí y le gustan bastante, aunque no se las cree mucho, piensa que algunas son delirios de la fiebre. Cuando baje ya se dará cuenta de que todo, todito es cierto. -.Regresa antes de que anochezca, que me da miedo de que estés por ahí de noche. -.Vale, Mami querida, solo estaré un ratito, el justo para un saludito y jugar un rato. Muaccc -.¿Qué diablos le ha pasado al Parque? Los bancos caídos, las ramas de los arboles rotas, las flores tronchadas. No entiendo nada. Pero si hace unos días estaba como siempre. ¿Y mis amigos? Eeeooo, ¿donde estáis? De uno de las fuentes sale un pequeño tritón y me llama: -.Eh, tú la que arma tanta escandalera, ven. No sabes que ha llegado el otoño. Pues eso pasa, solo eso. Un viento frío, casi helado, llegó arrasando. Trastocó todos las piezas del parque. Los columpios los hizo acelerar tirando a los niños al suelo, más de uno está con una pierna rota o con unos cuantos puntos en la barbilla. Las plantas las congeló, matando a las más bellas flores, ya no quedan rosas, ni jazmines, ni nardos y las flores de azahar y de almendro creo que no llegarán a nacer cuando le corresponda, ha quebrado a los arboles. Los bancos del más duro granito han terminado hechos añicos, solo quedan los trozos por el suelo. De las fuentes ya no sale agua, ni la retienen. Yo, pobrecito de mi, he logrado resistir porque no me pilló de sorpresa, lo escuché venir y me escondí muy bien. Antes de la llegada del viento ya me imaginaba que algo malo iba a pasar, se paseaba una vieja heladera. A mi no me daba muy buena espina, regalaba cucuruchos de chocolate, y eso de regalar hoy en día es tan raro. La cuestión es que los niños cuando los comían se volvían desagradables, mal educados, respondones, a la primera de cambio empezaban a pelearse y todo sin una razón. Además la mayoría salía vomitando, pero no puedo asegurar que la culpa fuera de que los helados estuvieran malos, también podía ser que comieran tantos que se pusieran con el estómago chunguillo. Lo del cambio de humor de los niños también puede ser debido a que no es tiempo de helados y les trastornase la cabeza un poco el frío. No sé, no sé. Yo he llegado a pensar que la heladera es la farmacéutica de la calle central disfrazada, que quiere más clientela, le sale muy bien regalar helados y que después vayan a curarse con sus medicinas. Se le ve en la cara que lo que quiere es sacar algo y no se me ocurre otra cosa. -.Tritón me has dejado con la boca abierta, no se que decir. Yo venía tan contenta a pasar un ratito y me encuentro con una historia extraña. Buenas tardes, mañana volveré a ver si esto mejora y vuelve alguien. No entiendo nada, nada de nada. Buaaa, yo quiero mi parque tal y como estaba. Me secaré los ojos, me sonaré la nariz, no se vaya a creer mi madre que he recaído y no me deje bajar mañana. Ya veré a la luz del día si hay tantos desperfectos. -.Mami que me bajo al parque. -.A la hora de almorzar, ni pensarlo. Ya sabes que aquí comemos todos a la vez. Esto es una familia y no una fonda, que cada uno llega y come cuando le viene en gana. -.Mami querida, si yo solo quería bajar para traer el pan y comprar unos dulces para el café. Es que han abierto una pastelería buenísima en el parque. -.¿Qué dices niña? ¿Una pastelería? -.Si, con unos dulces buenísimos. Había pensado que los probáramos. -.Bueno traete unos cuantos, que vengan algunos de chocolate y otros de... ¿Pero donde está esta niña? Antes de que le diga lo que se tiene que traer ya se ha ido. Oh no, ahora tengo que volver a subir a casa, se me ha olvidado algo importante. -.Mami no me has dado el dinero. -.Cógelo, mi monedero está en el bolso marrón. Menos mal que se me ha ocurrido esa excusa para subir sin que se diera cuenta, y después tendré que inventarme otras. Bueno ya se me ocurrirán. Veamos si lo llevo todo, si creo que si. Pues manos a la obra. ¡¡Que bien!!, como yo pensaba no soy la única que ha tenido esta idea. Hay un montón haciendo lo mismo que yo. -.Eh, chicos, que yo traigo unas macetas con rosas, espero que arraiguen aunque no sea el tiempo. Y también he traído unas sillas de la playa, por ahora valdrán para sentarnos para descansar entre juego y juego. Y tiritas para cuando alguno se haga pupa. Y caramelos de menta, ahora los helados no pegan por muy buenos que estén. Y también un montón de besos para todos, muac, muac, muac. Un beso con alas. Mar y Luna |
Ref: Mackay a Kelly's Heroes puesto el 13/11/97 0:09 |
Me ha sorprendido tu texto sobre los EEUU, no porque no me lo esperase de ti, sino porque nunca me había parado a pensar en las cosas que tú has dicho. Te haré algunos comentarios este viernes (hoy ya he abusado de literario :-) - Ya leerás, ya :-) ). En cuanto al chat de Axis, sólo una pregunta: ¿no estarás intentando entrar por infovía, no? Ahora sólo va desde Internet - axis.org -. Igual estoy diciendo tonterías, pero... Y eso, a ver si coincidimos. Saludos desde la, hoy, fría Mijas Costa (al menos desde el punto de vista de un andaluz). Hasta pronto. |
Ref: De Mackay a Pálpito puesto el 13/11/97 0:13 |
Leí La Ocarina, y me gustó. Y, como recordarás, pusiste una pregunta, al final: ¿por qué no un cuento con castillos, princesas, caballeros y fantasmas? Y me dije, ¿por que no yo...? Y se me ocurrió esto. No sé si era una propuesta, pero a mí me invitó a escribir este cuento. Espero que no te resulte muy largo (estuve tentado a no ponerlo por ese motivo, pero me parece una tontería, si tenemos en cuenta lo que me motivó). No he querido ponerlo durante varios días porque es de los que deben leerse de una sentada. Y bueno, el problema del tiempo, también lo sufro yo. Y va haciéndose más grave a medida que se acerca diciembre. Hasta pronto. |
Ref: De Mackay (I) puesto el 13/11/97 0:17 |
DEL COLOR DE LA NOCHE -¡Cristina, vamos! ¡Os vais a caer! La muchacha no hizo caso a la que fue su niñera y se había convertido en su institutriz. Estaba absorta, en cuclillas, tratando de mantener el equilibrio y no caer sobre el charco que contemplaba. Fijaba su atención en una ranita, que la miraba, hinchando y deshinchando los mofletes, tan a los ojos como la muchacha a ella. Tras subirse un poco la falda, de rica y fina tela blanca, para no mancharla con la hierba o el barro que circundaban la charca, Cristina acercó con mucho cuidado los dedos a su simpática moradora, mientras le decía, en voz queda. - Hola, bonita. Acércate. La rana siguió en la misma postura, sin mover más que los mofletes; y de pronto, dio un salto y se sumergió en el agua turbia que era su hogar. Cristina replicó, frustrada pero en broma, en el mismo tono de antes: - ¡Antipática! Buscó con la vista, en la superficie ondulante de la charca, algún rastro de la ranita, pero la voz de su institutriz, ahora más cercana, insistía. - Cristina, por favor. No os entretengáis tanto. No tenemos todo el día. La muchacha se alzó y caminó hacia la impaciente mujer, y descargó parte de su leve frustración. Le respondió irónica al principio y aburrida después. - ¡Qué divertido! Ir a ver piedras y más piedras. ¿Por qué tenemos que ir? La institutriz adoptó un tono grave. - Jovencita, eso que llamáis piedras son un monumento nacional -. Y siguió, tras una pausa muy breve -. Una princesa como vos debe ser culta. ¿Qué imagen daría de nuestro reino una princesa tonta? ¿Qué pensaría vuestro marido de vos, el día que lo tengáis? Cristina suspiró, incapaz de oponerse con otros argumentos a sus frases, aunque deseara hacerlo. Se dejó guiar, pero tras un breve trecho, la mujer señaló la rosa blanca que la princesa se había colocado junto a la enjoyada diadema que denotaba su rango. - Por favor, quitaos esa flor. No es propio de alguien como vos. A lo cual se negó con una frase seca, y su institutriz no insistió. Llegaban ya a los últimos setos, tras los cuales se alzaban las rejas que delimitaban los jardines del palacio real, cuando Cristina, más atenta a cualquier cosa que a la charla didáctica de su maestra, vio, a cierta distancia, unos setos llenos de flores, y sintió deseos de llevarse unas cuantas, para deshojarlas durante su aburrida excursión. De modo que le pidió a la mujer que esperase y marchó, casi corriendo, hacia su objetivo, sabedora de que no debía impacientarla mucho más. |
Ref: De Mackay (II) puesto el 13/11/97 0:19 |
Llegó hasta los setos y caminó entre ellos, buscando las flores más adecuadas a sus gustos y propósitos. Y de pronto, llamó su atención una silueta grande que resultó ser un hombre agachado, cubierto por una capa azul oscura. Cristina se le aproximó, curiosa, y comprobó que buscaba algo entre las hojas, con leve prisa. La princesa no pudo permanecer callada y preguntó, con inocente curiosidad: - ¿Qué estáis buscando? El hombre la miró de soslayo un instante y siguió con su tarea, sin hacerle caso más que para replicar, en tono arisco: - No te importa. Cristina quedó helada un momento, y al fin, reaccionó y se le subieron los colores. ¡Qué falta de respeto! ¡Tutear a una princesa, hablarle como a una chiquilla humilde! La muchacha, no obstante, evitó rebajarse a mostrar su enfado, aunque su respuesta denotó cierto enojo: - Si lo supiera, podría ayudaros. El hombre se movió un poco hacia un lado, sin dejar su búsqueda entre las hojas verdes. Y sin mirarla, le habló con cierta furia. - Pues bien. Te lo voy a decir. Estoy buscando una flor, una rosa. Aquella confesión logró que se esfumara el enfado de la princesa, y le arrancó una sonrisa. Sus obligaciones como hija del rey implicaban que el bien del país era más importante que su felicidad, y ya había aceptado que habría de casarse con el príncipe extranjero que más conviniese, y que llegar a amarle sería un golpe de suerte improbable. Por eso, la enterneció la tarea de su interlocutor, cuya intención sería regalarle la flor a alguna dama a quien quisiera conquistar. Sonriendo, cogió con cuidado la rosa de su cabello y se la tendió; pero antes de poder hablarle, el hombre se quitó la capa con un ademán brusco, tanto como su forma de levantarse con la mano agarrada a la vaina de la espada que fue ahora visible, y dijo, con desprecio e ira. - Y ahora, mocosa, te voy a... A Cristina se le aceleró el pulso cuando el hombre se quedó quieto frente a ella, muerta en sus labios la frase. Tenía unos ojos negros y profundos como la noche, del mismo color de su cabello, que contrastaban con la palidez de su rostro de líneas duras. Era delgado y alto y vestía ropas corrientes, de tonos apagados. La miró a ella y a la flor que le tendían, estupefacto, sujetándose aún la vaina. La princesa se sentía intimidada por aquellos ojos extraños, pero fue capaz de sonreír débilmente y de pronunciar la frase que quiso decir antes: - Tomad. Esta os servirá. Cuando el hombre clavó sus ojos en los de ella, Cristina sintió un raro desasosiego. - Pero... ¿No me tenéis miedo? Ella frunció la boca antes de contestar. - No. ¿Por qué iba a tenerlo? Su respuesta sonó amarga. - Porque soy malo. Muy malo. Cristina se intranquilizó y comenzó a serle difícil mantener su aplomo. - Si me tocaseis, los soldados de mi padre os capturarían. Su interlocutor esbozó una sonrisa irónica. - ¡Ja! Aunque no os tocase lo harían -. Sonrió de nuevo -. Si pudiesen. La princesa hubiera querido correr, y buscó con sigilo a su institutriz, sin éxito. No sabía que otra cosa decirle, pero él le evitó el problema. - Pues sí, es una rosa -. Cristina sólo acertó a sonreírle muy levemente -. Y no voy a rechazarla; no si me la ofrece una dama tan distinguida. Y la tomó de entre sus dedos con dulzura. - Gracias, princesa. |
Ref: De DAJO puesto el 13/11/97 0:22 |
Esta noche voy a callarme algunos malos pensamientos. Esta noche prefiero no mencionar el tema, driblarlo no sin la torpeza habitual de un sapo achacoso que entiende poco de estos quiebros de cintura. Hoy trataré de silenciar los pensamientos grises que se empeñan en emboscarme tras cada suspiro. Hoy me parece que no podría ser objetivo y las botellas de cristal se estrellarían contra las rocas de los acantilados, desdibujándose para siempre sus mensajes de auxilio. El día clareaba hoy ahí afuera; hacía frío, pero el sol era generoso en su limpieza y desde aquel espigón de mis años ingenuos de la infancia todo lo demás se empequeñecía. He visto esta mañana el arco iris muy cerca, a tiro de piedra, luminoso. Tan cerca y sin embargo hecho de quimeras, inalcanzable, real y apócrifo. Prefiero quedarme con esa imagen porque aquí dentro, esta noche, hay demasiadas nubes. Duerman todos ustedes tranquilos, fantasmas digitales, desgájense de mis pesadillas y busquen otro cuerpo que poseer. Esta noche sólo quiero agradecer el gesto de los amigos y guardarme la sorpresa y el desaliento. |
Ref: DAJO para PÁLPITO puesto el 13/11/97 0:23 |
Ya sabes que soy un búho nocturno, como casi todos. Me había ido cuando pusiste hora y lugar de la cita :-((( Esta implacable realidad cotidiana que se empeña en enquistarse en nuestras vidas. |
Ref: LA VIOLENCIA puesto el 13/11/97 0:23 |
SÓCRATES, los matices, siempre los matices. La violencia también es inocente. Sólo cuando se adorna de cualidades morales se convierte en reprobable. Sucede a veces cuando condenamos hábitos y costumbres atroces de aquella tribu que sobrevive en el Amazonas ajena a las doctrinas ortodoxas de los pueblos civilizados. Probablemente ni siquiera habrían sobrevivido sin ella. AGUANIEVE, yo dejé la palabra "comunicación" sin adjetivar. La violencia como comunicación, como último recurso (injustificable casi siempre) para rendir cuentas con la propia conciencia. Mejor lo explico con un cuento, suelo ser más claro. Me temo que va a resultar largo, pido disculpas anticipadas. ## DAJO ## |
Ref: CAPÍTULO 1 puesto el 13/11/97 0:24 |
______________ PEDRO FLORES, DE MADRUGADA ______________ - Vete -dijo Pedro tratando de conciliar el sueño-. Yo no creo en fantasmas. Seguramente hacía frío, pero no podría percibirlo aunque pusiera en ello todo su empeño. - Yo no soy un fantasma cualquiera. He venido a avisarte. Pedro Flores se giró hacia el armario empotrado y trató de taparse con las sábanas. Un aire frío y húmedo, distinto al que habitaba la casa, se introdujo en su misma cama. Abrió los ojos y allí estaba encaramado a la luna del armario, mirándole casi complacido, esperando. Pedro se levantó de un brinco, encendió la luz y blandió el puño amenazadoramente: - ¡Fuera he dicho! "No debí beber tanto", pensó. Vio moverse las cortinas y sintió un escalofrío. Se dirigió hacia el balcón y se asomó a la calle. Ni un alma. Neón añejo chisporroteando sombras en los portales, una brisa suave helando el rocío. En un par de horas comenzaría a clarear, pero mucho antes Juanillo Breva pisotearía la calzada arreando las bestias y Pedro el de los Gavilanes y Ramón y Marcial se saludarían carraspeando, tosiendo y haciendo nacer el día. Luego vendrían otras caras, más caballos y perros con sus amos, Anica Pirulo impregnando el aire con olor a churros a las ocho en punto, los niños apresurándose a comprar el pan, los municipales, la chiquillería y las madres camino de la escuela. Pedro Flores se estremeció de nuevo, se sonó y lanzó un escupitajo al otro lado de la calle, junto a la puerta de Miguel Saucejo. Luego se dio la vuelta y allí estaba de nuevo, bajo la bombilla polvorienta. Esperando. - Voy a cerrar la ventana y con eso te echo fuera -dijo Pedro casi para sus adentros, como quien lanza un conjuro, como si con ello bastara para hacerle desaparecer. Aún había algo que rondaba su cabeza. Un presentimiento que estaba a punto de materializarse, una idea esquiva que iba y venía y le producía una imprecisa desazón. En realidad Pedro Flores estaba muerto y bien muerto, pero él aún no lo sabía. Por eso se dirigió a la cocina y se sirvió una generosa copa de anís. - Acuérdate de los amigos -dijo Juan. Y se sentó a la mesa camilla, como quien se prepara para tomar café-. Pero a mí me llenas el vaso con mosto. - Habla ya. Y luego te largas. - Lo que has hecho no está bien, Pedro. Tú lo sabes -dijo Juan mirando hacia dentro de su propia alma. ## DAJO ## |
Ref: CAPÍTULO 2 puesto el 13/11/97 0:24 |
______________ PEDRO FLORES, DE MADRUGADA ______________ - Ah, pero ¿no te has enterado? Salió en la prensa y todo, hombre. En la feria su cuñado ganó una escopeta en el tiro al plato y se la regaló a él. Ahí les marcó el destino para siempre, porque con ella lo mató. A su propio cuñado. Increíble ¿no?. Te regalo una escopeta y con ella me pegas un tiro. Increíble. El cuñado le dice: toma, Gorri, para que seas un hombre. Yo no sé lo que pudo pasar por su cabeza, una persona además con cultura, con una familia agradable y un trabajo privilegiado… Ya ves, director de la sucursal de la caja de ahorros. > >El caso es que andaban con rencillas desde hacía tiempo. Por lo visto una vez le avaló un préstamo que no devolvió o algo así. Dicen que el cuñado quería montar un restaurante en el pueblo, pero luego lo invirtió en un chiringuito en Fuengirola que se fue al garete. Quizá lo recuerdes porque un año hicimos allí la comida. ¿Te acuerdas?, aquella vez que a Tomás le dio por que fuéramos luego a un Karaoke y se puso en ridículo cantando lo de la planta 14, esa de los mineros de Víctor Manuel. Pues ese día fue cuando comimos en el chiringuito este. Un sitio muy barato, pero sucio. La verdad es que los vasos daban asco y el vestido se me manchó con la silla. Lo pasé tan mal que estuve avisando a mis conocidos durante un tiempo: pescaíto Gallero, se llama; no pongáis los pies por allí, decía a unos y otros. No sé si descuidaba el merendero y se dedicaba a ligar con las alemanas de la playa, que no me extrañaría nada, o que Pedro estaba en contra del negocio, o qué. Ya sabes que de estas cosas procuran siempre que no se entere nadie, y menos nosotros. Por lo que yo sé podía haber llegado lejos, pero por culpa de aquel préstamo, que por cierto tuvo que afrontar él personalmente, le devolvieron a Yunquera; aunque, eso sí, como director. También le echan la culpa al alcohol, pero la verdad es que, mientras estuvo trabajando aquí, yo no noté nada de eso. Es más, siempre era amable con las personas y parecía, no sé, con las ideas muy claras. Nada que ver con su cuñado. Por lo visto fueron juntos a la escuela y todo, pero eran totalmente distintos, claro: el cuñado era un elemento. > >Unos días después de que le regalara la escopeta, se levantó con toda normalidad, llevó a su hija al apartamento de la playa, donde solían pasar el resto de las vacaciones, después de la feria, y por la tarde volvió solo al pueblo. Agarró la escopeta nueva, se llegó al bar y esperó que llegara el otro. Se tomó algunas copas, sí, pero no como para estar borracho. Durante la feria, antes del concurso de tiro al plato, se habían peleado. El cuñado, como siempre, le dio una buena paliza, pero no era la primera vez, así que tampoco se explica. Esa sangre fría…, es inquietante. Ni siquiera pensó en su familia, ni en su porvenir, ni nada. > >Cuando apareció el cuñado, sacó unos cartuchos y cargó la escopeta. Eso no será para mí, ¿verdad?, le preguntó. Y él dijo: venga, a ver si me pegas ahora. No tienes cojones, gorri, le respondió el cuñado. Y ahí, sin más, se acercó a él y le pegó un tiro en la barriga. ¿Pero qué has hecho, hombre?, le preguntaba la gente. Lo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo, anunció a todos los presentes. Y siguió bebiéndose la cerveza como si nada. Cuando acabó, tiró la escopeta al suelo y se marchó tan campante a su casa. ¿Quién lo iba a parar? > >Hay que ver, lo que pasa a veces. Nunca se sabe a quién, ni cómo, ni cuándo se le van a cruzar los cables a uno y la arma. Ya te digo, una persona tan aparentemente equilibrada y mira tú lo que llevaba dentro. Cuántas vidas ha arruinado ese hombre en un momento de locura. Bueno, en un momento no, porque lo hizo sabiendo muy bien lo que se hacía. Y cualquiera sabe por qué. Por el préstamo, porque ya le había dado varias palizas, porque le ponía los cuernos a su hermana… Cualquiera sabe. ## DAJO ## |
Ref: CAPÍTULO 3 puesto el 13/11/97 0:25 |
______________ PEDRO FLORES, DE MADRUGADA ______________ Siempre había sentido un pánico atroz a encontrárselo por la calle, o en el recreo o dondequiera que fuese. Pero odiaba especialmente tener que soportar sus humillaciones en público, ante sus amigos o compañeros de clase. Y este curso la situación había empeorado sensiblemente, puesto que tanto Gallero como Millán habían repetido curso, hecho éste que ya imaginó en sus más terribles pesadillas. Pero ahora se había convertido en realidad cruda y reciente. Hasta sexto curso había sido una persona respetada entre sus compañeros de clase. A nadie parecía importarle su aspecto físico e incluso contaba con un nutrido grupo de amigos que le tenían por líder, dada su facilidad para destacar en clase, obtener buenas notas en los controles y ser capaz de planificar y sacar adelante los proyectos y trabajos de grupo que les eran encomendados. En 4º de EGB fue elegido delegado y siempre contaba entre los candidatos a serlo. Sólo le desasosegaban estos encuentros que padecía a menudo con Gallero, un niñatón cruel y peligroso que, sin poder explicar cómo, le tomó a él como blanco de sus burlas. Sin embargo ahora era aterradoramente distinto porque lo tenía a cada momento del día delante o detrás, incordiando siempre, amenazando, abusando de él con disimulo o sin importarle que los demás pudieran darse cuenta. - Gorrino, que eres un gorrino -decía mientras le pinchaba con el lápiz en la espalda y hacía con la boca gruñidos entrecortados, breves pero perfectamente audibles incluso por los profesores que, o bien hacían caso omiso, o se limitaban a amonestar con poca convicción y menos firmeza a la clase en general. Dada su mayor envergadura, había comenzado siendo temido por el resto de los alumnos. Sin embargo poco a poco fue cayendo bien entre sus compañeros. Al principio le reían las gracias por miedo, hasta que poco a poco fue convirtiéndose en el punto de referencia de los demás. La tutora había hablado varias veces a la clase del mal ambiente y casi todos los profesores comentaban lo que había cambiado el curso de un año a otro. Echaban la culpa a los repetidores, pero el caso es que todo fue de mal en peor. Y la víctima preferida de Gallero era casi siempre él. Se reía de la forma de su nariz, de su obesidad, de su indefensión. A veces le quitaba el bocadillo y le decía que así adelgazaba algo, que no era bueno comer tanto; no jugaba a nada porque inmediatamente aparecía alguno de su pandilla gruñendo y riéndose de sus movimientos; la clase de Educación Física era un verdadero tormento, sentía vergüenza sólo de moverse, notaba la sonrisa en la boca de las niñas, de sus antiguos amigos; le pegaba sin motivo y luego le amenazaba con darle una paliza si se lo decía a alguien. Sus padres notaron algo bastante pronto. Se mostraba inapetente, no salía de casa, se había vuelto arisco con las personas e incluso empezó a sacar malas notas a pesar de que estudiaba más que nunca. Pero él no se atrevía a decir nada y ellos fueron resignándose achacando los cambios en su comportamiento a la edad. Tras las vacaciones de Semana Blanca ya no pudo aguantar más y, esa misma semana, faltó al colegio tres días seguidos; pero cuando sus padres descubrieron lo que sucedía, fueron a hablar con el director contándole que Gallero lo tenía amenazado, que se comía su comida y que le metía lápices en los orificios de la nariz. Hubo una investigación por parte de los profesores, pero ningún alumno se atrevió a denunciarlo. Concluyeron que era cosa de críos y no había que alarmarse demasiado, aunque hablaron en privado con el acusado y desde entonces extremaron la vigilancia. Sus padres, por temor a represalias, habían exigido al colegio que no dejaran salir a su hijo sin que alguno de ellos se llegara a recogerlo. Esta medida duró algún tiempo, hasta que les convencieron de que estaba resultando más perjudicial que beneficiosa. Sin embargo ya era tarde para evitar el daño, puesto que había perdido la poca dignidad que le quedaba y todos parecían burlarse de él. Un día Gallero, en un cambio de clase, le dijo en voz alta: - Eh, gorri. Además de cerdo gordito relleno, eres maricón. Desde entonces ya nunca más se metió con él. Pero eso no hizo sino desmoralizarle aún más. Siempre había sentido un pánico atroz a encontrárselo por la calle, o en el recreo o dondequiera que fuese. Pero odiaba especialmente tener que soportar sus humillaciones en público, ante sus amigos o compañeros de clase. Y este curso la situación había empeorado sensiblemente, puesto que tanto Gallero como Millán habían repetido curso, hecho éste que ya imaginó en sus más terribles pesadillas. Pero ahora se había convertido en realidad cruda y reciente. Hasta sexto curso había sido una persona respetada entre sus compañeros de clase. A nadie parecía importarle su aspecto físico e incluso contaba con un nutrido grupo de amigos que le tenían por líder, dada su facilidad para destacar en clase, obtener buenas notas en los controles y ser capaz de planificar y sacar adelante los proyectos y trabajos de grupo que les eran encomendados. En 4º de EGB fue elegido delegado y siempre contaba entre los candidatos a serlo. Sólo le desasosegaban estos encuentros que padecía a menudo con Gallero, un niñatón cruel y peligroso que, sin poder explicar cómo, le tomó a él como blanco de sus burlas. Sin embargo ahora era aterradoramente distinto porque lo tenía a cada momento del día delante o detrás, incordiando siempre, amenazando, abusando de él con disimulo o sin importarle que los demás pudieran darse cuenta. - Gorrino, que eres un gorrino -decía mientras le pinchaba con el lápiz en la espalda y hacía con la boca gruñidos entrecortados, breves pero perfectamente audibles incluso por los profesores que, o bien hacían caso omiso, o se limitaban a amonestar con poca convicción y menos firmeza a la clase en general. Dada su mayor envergadura, había comenzado siendo temido por el resto de los alumnos. Sin embargo poco a poco fue cayendo bien entre sus compañeros. Al principio le reían las gracias por miedo, hasta que poco a poco fue convirtiéndose en el punto de referencia de los demás. La tutora había hablado varias veces a la clase del mal ambiente y casi todos los profesores comentaban lo que había cambiado el curso de un año a otro. Echaban la culpa a los repetidores, pero el caso es que todo fue de mal en peor. Y la víctima preferida de Gallero era casi siempre él. Se reía de la forma de su nariz, de su obesidad, de su indefensión. A veces le quitaba el bocadillo y le decía que así adelgazaba algo, que no era bueno comer tanto; no jugaba a nada porque inmediatamente aparecía alguno de su pandilla gruñendo y riéndose de sus movimientos; la clase de Educación Física era un verdadero tormento, sentía vergüenza sólo de moverse, notaba la sonrisa en la boca de las niñas, de sus antiguos amigos; le pegaba sin motivo y luego le amenazaba con darle una paliza si se lo decía a alguien. Sus padres notaron algo bastante pronto. Se mostraba inapetente, no salía de casa, se había vuelto arisco con las personas e incluso empezó a sacar malas notas a pesar de que estudiaba más que nunca. Pero él no se atrevía a decir nada y ellos fueron resignándose achacando los cambios en su comportamiento a la edad. Tras las vacaciones de Semana Blanca ya no pudo aguantar más y, esa misma semana, faltó al colegio tres días seguidos; pero cuando sus padres descubrieron lo que sucedía, fueron a hablar con el director contándole que Gallero lo tenía amenazado, que se comía su comida y que le metía lápices en los orificios de la nariz. Hubo una investigación por parte de los profesores, pero ningún alumno se atrevió a denunciarlo. Concluyeron que era cosa de críos y no había que alarmarse demasiado, aunque hablaron en privado con el acusado y desde entonces extremaron la vigilancia. Sus padres, por temor a represalias, habían exigido al colegio que no dejaran salir a su hijo sin que alguno de ellos se llegara a recogerlo. Esta medida duró algún tiempo, hasta que les convencieron de que estaba resultando más perjudicial que beneficiosa. Sin embargo ya era tarde para evitar el daño, puesto que había perdido la poca dignidad que le quedaba y todos parecían burlarse de él. Un día Gallero, en un cambio de clase, le dijo en voz alta: - Eh, gorri. Además de cerdo gordito relleno, eres maricón. Desde entonces ya nunca más se metió con él. Pero eso no hizo sino desmoralizarle aún más. # DAJO ## |
Ref: CONCLUSIÓN puesto el 13/11/97 0:25 |
______________ PEDRO FLORES, DE MADRUGADA ______________ - Te lo aseguro, Pedro. Así fue como ocurrió. Entonces prestó atención a los ruidos. Llevaba algún tiempo oyéndolos, pero sólo entonces comenzó a registrarlos en su mente. Eran sonidos ajenos a la rutina del amanecer: alguien subiendo las escaleras, trasteando en la puerta, gritando su nombre. - ¿Estás seguro? -preguntó. Y movió la cabeza como para despejarse, como para despertar. - Tan seguro como que ya estamos muertos tú y yo. - ¡Que no entre nadie, sargento! -rugió la voz del teniente Martos, cuando por fin forzaron la cerradura-. Vamos, Pedro; es hora de rendir cuentas. Pedro fue hacia él pero éste parecía no darse cuenta de que lo tenía delante, como si viera algo en el salón que requería toda su atención. Pedro lo siguió y entonces recordó al fin. Luego se hizo el silencio y los objetos de la habitación se fueron desintegrando. Sólo quedaba Juan, que le miraba con los mismos ojos de escolar que él recordaba, cuando aún le seguía a todas partes, como un perrillo fiel, antes de regresar a Barcelona con sus padres. Sólo quedaba Juan y la madrugada. Fuera los gallos comenzaban a despertar los corrales, Anica Pirulo estaba abriendo la churrería y los niños habían convertido ya la calle Calvario en un río de olas sinuosas y voces y saludos. Muy pronto el Campanario anunciaría el comienzo de una nueva jornada. - Fíjate -dijo el Teniente Martos-. Le pega un tiro al cuñado en un bar, viene a su casa a tomarse una copa de anís, otra de mosto, y luego se ahorca con una soga. ## DAJO ## |
Ref: ROJO puesto el 13/11/97 0:27 |
Estoy mirándome las zapatillas. No sé si para decidir si merece la pena dar un paso más o sólo por mantener la cabeza agachada. Tengo unas bonitas zapatillas de colores: verde limón, fucsia, morado. Y son muy calentitas. Mirando aquí abajo se está bien: no se ve a nadie. Estar solo no es nada malo: puede que no oigas palabras agradables pero tampoco tienes que sufrir por dejar de escucharlas. A veces las palabras me agobian: blablablablablabla... y luego todo se queda en nada. Qué sencillo es decir "te quiero", o "te echo de menos", o "no puedo olvidarte", o "vivo sin vivir en mí". Pero cuando las palabras no van acompañadas del convencimiento y el sentimiento que pretenden demostrar no son más que pura y simple hipocresía. Yo he escuchado cosas como "NUNCA te dejaré" y después me he pasado una semana tras otra intentando averiguar si el "NUNCA" en realidad quería decir "en cualquier momento y sin previo aviso". Otros ni siquiera me han prometido tanto: me han dicho algo así como que "no te hagas ilusiones que a mí enseguida se me pasa el yuyu del enamoramiento y te vas a quedar compuesta y sin novio". Y aquí estoy yo, mirándome las zapatillas y preguntándome por qué narices soy tan idiota, por qué lo paso tan mal en lugar de dedicarme yo también a pescar a cualquier incauto al que decirle "nunca" (cuando lo que quiero decir es "en cualquier momento y sin previo aviso") o "mis yuyus duran poco así que vete preparando para lamerte las pupitas". ¿Se nota cierta amargura y desencanto en mis palabras? Pues sí. Pero, al menos, hoy no se me mojarán las zapatillas. |
Ref: Mackay/Mar y luna y DAJO puesto el 13/11/97 0:30 |
Esta noche hemos tenido todos la misma idea :-DDD - Parece cosa de magia, qué bárbaro -. Pero no me parece acertado dejar mi cuento a la mitad. Así que sigo. |
Ref: PREGUNTA puesto el 13/11/97 0:31 |
¿De cuantas maneras creeis que se puede caer?. No es una cuestión de postura, sino de
actitudes. Por cierto, un saludo a todos los transeuntes. (PSEUDO) |
Ref: :-DDDDDDDD puesto el 13/11/97 0:31 |
¡Vaya! Esto sí parece ahora una tertulia literaria... Joer, hemos agotado la página... A imprimirla y leed, leed, malditos :-))) ## DAJO ## |
Ref: De Mackay (III) puesto el 13/11/97 0:33 |
Tal vez, lo más prudente hubiese sido despedirse de él y volver a palacio lo antes posible; pero no se atrevía a desairar a aquellos ojos del color de la noche, y su nueva cortesía la tranquilizaba. Y, de todos modos, Cristina era más curiosa que prudente. - ¿Es para una mujer? - Sí, mi dama. Ya sólo me faltan un puñado de barro de orillas del Lanyur, tres champiñones silvestres y siete plumas de codorniz. La princesa torció el rostro en un gesto de extrañeza. - ¿Eso necesitáis? Curioso presente el vuestro. Temió que su interlocutor se ofendiera, aunque no fue su intención, pero no lo hizo. - ¿Curioso? Pues os aseguro que esa mujer no lo olvidará jamás -. Y esbozó una sonrisa maliciosa -. Cuando le haga beber esa pócima, se le caerá el pelo, y también los dientes, y quedará arrugada y amarillenta como una momia -. Realizó un ademán despreocupado -. Cosas de la magia negra y sus maldiciones. Cristina ahogó un grito débil como respuesta, y el hombre prosiguió. - Ya os lo dije, princesa, soy muy malo. Y será una pena, porque es casi tan guapa como vos. El halago la hizo enrojecer de nuevo, y su azoramiento no le dejó medir sus palabras. - ¡Eso es horrible! ¿Cómo podéis ser tan cruel? De improviso, su cortesía se tornó en furia, y dio un paso hacia ella, irritado. - ¿Que cómo puedo serlo, señora? ¡Claro! ¡Qué fácil es ser bondadoso cuando se vive en un palacio como el vuestro! - Alzó un dedo frente a la aterrorizada Cristina -. Mi padrastro, señora, me molía a golpes cuando se emborrachaba o cuando le apetecía, y yo pasaba mucha hambre. ¿A que vos nunca habéis pasado hambre? - La princesa sólo acertó a negar levemente la cabeza, asustada por aquellos ojos negros como la noche -. Cuando tenía vuestra edad quería ser bueno, pero sólo encontré desprecio y rechazo. El único que me dio cobijo fue un brujo, que me tomó como su aprendiz. ¿Qué hubierais hecho vos en mi lugar, eh? Decídmelo, ¿qué? La princesa no sabía qué contestar, y repuso, con voz queda, bajando la vista. - Yo... Lo siento. Aquello detuvo por segunda vez el malhumor del hombre, que se mostró de nuevo muy asombrado. - ¿Lo sentís? ¿Os compadecéis de un monstruo como yo? - Y de pronto, volvió al sarcasmo -. ¡Ja! Guardáos vuestra compasión. Si supierais todo el mal que he causado, no pensaríais igual. Cristina apenas osó enfrentarse a sus ojos negros y dijo, con voz insegura. - Nadie debería sufrir, por muy malo que sea. Sufrir es muy triste. El hombre la miró serio, sin rastros de malicia en su rostro. - Bellas palabras, Cristina. Os honran si son sinceras. Y entonces, su interlocutor clavó en ella sus ojos, y el pulso se le aceleró levemente. Sintió como si aquella mirada atravesase su piel y su interior quedase a la vista del hombre. Y por primera vez, su sonrisa no fue ni irónica ni airada. - Claro que sí lo son, princesa. ¿Qué hipocresía podría residir en alguien como vos? Cristina y el hombre se miraron unos instantes, y la muchacha sintió ganas de volver con Laura, su institutriz, y aburrirse con sus palabras en vez de continuar con aquella conversación amarga que la apenaba. De pronto, el hombre miró por detrás de Cristina y dijo, irónico nuevamente. - Vaya. ¿Conocéis a esos que corren hacia aquí, mi dama? Se volvió extrañada y vio, confusa, a tres o cuatro soldados que se acercaban a toda prisa, seguidos a distancia por Laura. Oyó que desenvainaron una espada y al encararse de nuevo con su interlocutor, comprobó que blandía una, de hoja grisácea. Sus ojos negros brillaron con cólera al hablarle, en tono duro: - No sabéis cuanto lo lamento, mi dama... A Cristina la invadió el pánico con más intensidad que nunca, y retrocedió, alzando las manos hacia las mejillas, y ahogó un grito. Iba a suplicar por su vida, bajo el brillo terrible de aquellos dos retazos de noche, pero el hombre no le dio tiempo. - Pero debo irme. Hasta siempre. Y dicho esto, arrancó a correr hacia las rejas que limitaban el jardín. Los guardias la rebasaron y contempló, confundida aún, cómo el extraño intruso batió sin problemas a un soldado que quiso cerrarle el paso y trepó por el enrejado. Los otros guardias estuvieron a punto de alcanzarle entonces, pero fue más rápido y corrió fuera del recinto. Y cuando, dudosos, se disponían a continuar la persecución y trepar la reja, se tuvieron que detener; el hombre se había esfumado en plena carrera, como por arte de magia. Cristina tampoco daba crédito a sus ojos, aunque no pasó mucho tiempo antes de que una mujer la abrazase y le dijese, tras besarla entre sollozos. |
Ref: De Mackay (IV) puesto el 13/11/97 0:36 |
- Estáis viva, mi niña, estáis viva. Muy confusa, se dio cuenta de que la mujer era Laura, y esa sensación aumentó al advertir que don Gonzalo, el capitán de la guardia de palacio se dirigía, con expresión de asombro, hacia ellas. En el tiempo que necesitó para detenerse frente a ella, durante el cual los frustrados guardias se organizaron y se acercaron, sus pensamientos se fueron ordenando, y comprendió que Laura había llamado a los guardias al verla junto a ese extraño. Don Gonzalo la miró de arriba a abajo, sin poder ocultar su desconcierto y le dijo, con cierto estupor. - Doña Cristina, está ilesa. La princesa empezaba a intuir parte de lo sucedido, pero quiso que se lo explicasen. - Por supuesto, don Gonzalo. ¿Por qué no iba a estarlo? Laura le rodeaba los hombros, tras haberle dejado un poco de libertad con objeto de permitirle encararse con el capitán, quien le respondió: - ¿No sabe quién era ese hombre, señora? Se lo imaginaba; algún forajido aficionado a la magia negra, uno de tantos proscritos que hacían tristemente peligrosos los caminos del reino. Don Gonzalo habló, en tono solemne. - Era el espectro de Miguel Martel -. Y como Cristina, con el gesto, mostró su incredulidad, prosiguió -. Sus ojos eran negros y profundos como la noche, ¿verdad, señora? E igual su pelo. La princesa no necesitó más para convencerse. El fantasma de Miguel Martel... El capitán prosiguió. - No es la primera vez que he de vérmelas con él, señora -. La miró otra vez, asombrado -. Es un milagro que esté viva. A Cristina le entraron escalofríos, que reprimió casi del todo, y tembló muy levemente, mientras un nudo le atenazaba el estómago. Había leído mucho acerca de Miguel Martel; y sin saberlo, estuvo hablando con el fantasma del brujo más despiadado de que se ha tenido noticia, muerto hacía décadas, pero que, en virtud de la magia negra, seguía hollando la tierra como espectro. Era la primera persona indefensa que podía presumir de haberle hablado y poder contarlo; aunque la princesa no se sentía con ánimos para enorgullecerse de nada. Estaba vivamente impresionada y no dejaba de preguntarse por qué no le había hecho daño un ser tan arisco y diabólico. Al parecer, Laura había captado su inquietud, o quizá fuese pura coincidencia, pero le acarició suavemente la cabeza y le dijo, en tono suave: - Ha debido de ser terrible para vos. Volvamos a palacio. Cristina asintió, y deseosa de alejarse de aquel sitio cuanto antes, obedeció con una docilidad impropia de ella. Y mientras caminaba, escoltada por varios de sus guardias y el capitán, de la mano de Laura, supo que la imagen de aquellos ojos del color de la noche se le quedaría grabada en la memoria. Toda la vida. J.C.M. (Mackay) |
Ref: DAJO para ELI puesto el 13/11/97 0:42 |
Eres un sol, Dulcidiabla, qué le vamos a hacer. Hoy ya he agotado mis neuronas; a ver si mañana puedo ponerme en contacto con cierto ángel y pedirle explicaciones. Besotes. |
Ref: Darky puesto el 13/11/97 0:48 |
Cumpliendo con lo prometido... |
Ref: Darky puesto el 13/11/97 0:50 |
La ilusión que se perdió, el destino arrebatado... esa tarde irrepetible, el momento deseado. Un fluir azul y gris en las nubes engarzado, movimiento por Eolo, con su mano, modelado. La mirada silenciosa de los hombres impasibles, conductores de batallas, duros, fríos... insensibles. Sus caballos, sus carretas, sus vestidos de dorado, su paciencia eternizada, héroes de su pasado. Sobre un suelo de gravilla, por ellos, que fue pisado, bajo el arco, la rodilla, bajo el arco se dobló. Y camina... continúa, dirigiéndose hacia el sol, que es señal de la rotonda de las lágrimas de amor; invisibles o caídas, siente menos el dolor, necesarias y perdidas gotitas de corazón, sangre roja, sangre pura, tan cargada de pasión... sangre, sangre y solo sangre en la fuente se virtió cuando esos dos amantes le miraron y los vio, preocupados, confundidos, muy felices y risueños, dos espíritus unidos compartiendo muchos sueños. Le sonríen y le miran, le dedican unos besos, lo despejan y despiertan, lo levantan de su asiento. Y camina... continúa, conducido por el sol, recuerdo que aún perdura, la naranja que perdió esa tarde fría y dura cuando el zumo se escurrió tras el último horizonte y tan solo le dejó. Allí hoy aún se cuenta, que imparable era el llover, y el agua borró en la tierra el dolor que abandoné. |
Ref: al Parque puesto el 13/11/97 1:16 |
Esto parece hoy el programa de CONFESIONES. ¡No! no me conteste ahora. Mejor despues de la publicidad. ETílico |
Ref: al Parque puesto el 13/11/97 1:35 |
MAGUI Margarita es unas isla: la isla Margarita. Las dulces olas llegan mansamente besando los labios de la Madre Tierra. Y una lengua de arena lame la sal... de las aguas cristalinas. Y las gaviotas de caolín vuelan sobre el coral rojo y el nácar buscando el oriente de las perlas. Y en los manantiales interiores, loros calidoscópicos, tornasolados, llenan de brillos metálicos la verde selva, mientras cantan bellísimas canciones a la estación de las lluvias... Y el cielo, luminoso cobalto, viste de azul los rizos de las palmeras y los caminos del viento, y los ojos tristes de los amigos que miran las nubes... De entre las maderas del naufragio salvó su corazón y su fruto... ¿Y quién sabe...? Todo hombre es una isla Pero ella... siempre tiene una sonrisa. ETílico (que sigue haciendo penitencia) Este poema se lo dedico a TODAS las mujeres del Parque, con el cariño más sincero. |
Ref: El lápiz de labios puesto el 13/11/97 2:10 |
Se me olvidó, que también traigo un lápiz rojo intenso para
pintar sonrisas y risas a quien lo las traiga. Así que al
que
no le guste la pintura ya sabe, a poner los labios y la boca
en la
postura correspondiente. Un beso con alas. Mar y Luna |
Ref: A Los Literarios puesto el 13/11/97 6:10 |
Es una gozada poder leer buestros textos,cada dia os superaris |
Ref: a LuPo de bono puesto el 13/11/97 13:12 |
Hola!!!! no tengo ni idea si lo leerás, pero me queda la esperanza que SIIIII!!! jiji. Oye, perdona, si ayer me pasé, lo siento...pero no me pude controlar el genio. Hoy me ha costado cantidad entrar en el chat, y es un pasada, ojalá estuvieras por aki...porque hoy los jefes somos nosotros en #huevo, jejej, menudo desmadre, casi todos con la op, fua!!! ni te imaginas la he hemos liado. Espero que todo te vaya bien por ahi...ya sabes que es Jueves! bien! esta semana ha pasado super...rápido! y encima todo el día solita...pues ya ves...no puede ser mejor! pongo la cinta a toda caña..y nada a recordar los buenos momentos contigo. Por otro lado, pienso en el Sábado que nos espera...no quiero ni imaginarlo...a saber, que tienes pensado..lo que si se seguro es que lo pasaremos genial..por que eres..! pfff sin comentarios..jeje Vaya, vaya, no se si hacerme las colitas cuando salga de casa, o esperar a que las hagas tú...no se lo pensaré, a ti que te parece, podrás aguantar, o no controlarás demasiado??? Je Je, LuPo, Pere, no sabes, cuanto os quiero...y aunque esteis lejitos...os recuerdo con mucha nostalgia...Un gran Te quiero para Pere...y una bronca para LuPo que me tiene abandonada...ya pasa de dejar mensajes..seguro que estan muy ocupados con la secre..pero mola, porque me pongo celosa!!! jo!!!! y esto te gusta!!! Nada nen, un gran beso...los besitos los dejamos para el sábado, vale???, y espero que te prepares para el baile del finde...porque toca...a ver, a ver ...ummm, dejame que piense...""""" Ahhh!! si!!!! MAMBO HORIZONTAL!!!! Te gusta verdad??? te dedicaré uno con todo mi cariño! jeje Un beso...y no lo olvides...que siempre me tienes aquí, cerca de tí aunque unos malditos Kms. nos distancien.Beth |
Ref: Para Pálpito puesto el 13/11/97 13:18 |
Ya me imagino la habitación toda revuelta, llena de dibujos, brochas, telas, hilos, y muchos colores haciendo juego con la risa. Y ya mismo con algo más. ¿Dónde estará? Si yo lo había puesto por aquí. Lo habré dejado en el ordenador, seguro que no lo he sacado aun. No, si la impresora echaba chispas de estar imprimiendo, ¿cómo es que no lo encuentro? Empecemos de nuevo, miremos bien, repasemos todo. A ver, aquí no está, y debajo de este montón tampoco. Nada, que no lo encuentro. Si yo lo había preparado, ¿dónde diablos está? Ya estoy empezando a decir palabras que denotan mi estado irascible. Calmémonos, a respirar hondo. El humo de un cigarrillo matando mis pulmones me ayudará a recobrar la calma. Cuanto hacía que no recordaba este sabor, puaff, que asco, parece que me estoy comiendo un cenicero. Nada, lo dejo por imposible. De verdad que yo tenía un cuento de princesas, reyes, fantasmas y castillos para regalártelo por tu cumpleaños, aunque sea tarde. Bueno el castillo lo he sustituido por un palacio, me conozco mejor los palacios que los castillos. No, la verdad es que me conozco los dos muy bien, mi primer hogar fue un palacio y vivo a los pies de un castillo y justo al lado de un palacio. Y como no me es posible mandártelo por aquí, te dejo mi dirección: myl@arrakis.es ¿Vale? Y tú me dices a donde te lo mando. En la dirección que te doy solo puedo recibir y enviar cartas, ninguna otra cosa, la otra no me atrevo a dejártela aquí, ya te la daré. Un beso con alas. Mar y Luna. |
Ref: a Halcón puesto el 13/11/97 14:07 |
Hay veces que la vida te regala una amistad que no mereces, y vas por la calle como acompañado, y la gente te ve esa media sonrisa esa luz en los ojos, y te miran a la cara, descaradamente, preguntándose de qué cojones se reirá el tío ese? Y el día, encapotado, se vuelve luminoso y te sientes sobre una pista deslizante, la acera, que se mueve sola, y te sorprendes habiendo llegado a no sabes dónde, sin darte cuenta. Feliz. Realmente, se vive para/por/de momentos así. Sagitario. |
Ref: Halcón P/ Eli y Alec puesto el 13/11/97 14:18 |
¡Felicidades a los dos! habeis demostrado con vuestros mensajes de ayer que son dos estupendas personas, de tí ya lo sabía Miguel A. y de tí Eli me alegro de no haberme equivocado en lo que pensaba. Pienso que la amistad es un lazo que unen muy fuerte a las personas, y que aquellas custiones que se desatan por lo que sea, nunca podrá romper este sentimiento tan hermoso que es la AMISTAD Un saludo y un abrazo muy fuerte para los dos. ¡ Vaya que contento me encuentro! |
Ref: Halcón P/Sagitario puesto el 13/11/97 14:43 |
Nadie está solo en este mundo, siempre tenemos alrededor personas que nos quieren de verdad, a veces, como consecuencia de ese escudo que nos solemos poner, temiendo que nos puedan hacer daño, lo que logramos es un aislamiento, que nos hace pensar, que nadie viene con buenas intenciones que aquel que te ofrece la mano, viene con algún tipo de interes, y a veces, desgraciadamente ocurre así pero no por ello, lo tenemos que generalizar, en este mundo, aquí en este parque, en tu trabajo, al lado de de tu casa, existen personas que valen la pena conocer, creo que es bueno dar esa oportunidad a aquellos que se nos quieren acercar, por ellos, y por nosotros, creo y a lo mejor soy un iluso, que todo el mundo tiene un corazoncito, que es un pequeño volcán, al que sólo le falta poner una pequeña chispa para que erupciones, y que una vez encendido, nos muestran una gran lava de sentimientos y emociones un abrazo, y como te dije en el chat. Aquí tienes mi mano. PD.Eh, que escribes muy bien. Un saludo. |
Ref: Halcón Peregrino puesto el 13/11/97 14:51 |
No hace mucho, en un mensaje tuyo me dijistes escríbeme el mejor poema que hayas hecho. Hoy no lo haré, pero mañana te daré lo mejor de mí te daré mi presencia, mi voz, mis manos, mi mirada, y sobretodo mi amor. Ya nos falta menos orquídea mía. |
Ref: SOCRATES p/LITERPARQ puesto el 13/11/97 15:30 |
Cuentan las viejas crónicas que cierto día caminaba fray Gundisalvo por la campiña de un minúsculo condado de la desperdigada Umbría italiana, sumido en profundas meditaciones acerca de porqué el ser humano se empeña en conseguir denodadamente aquello que perjudica la salud de su cuerpo y de su alma y, al contrario, se escurre decididamente de aquello que fortalece su voluntad y ennoblece su ánimo. En estas profundas cavilaciones se encontraba el buen fraile cuando alcanzó a ver, en el camino a la abadía y a un escaso tiro de piedra, cómo un carretero atizaba con denuedo a un pobre mulo, ajado por evidentes flaquezas, para que tirara de una pesada carreta. No pudo por menos de fijarse en tan insólita y a la vez común escena, no se sabe bien si le apenaba más el sufrimiento del animal, o era presa de la morbosa y humana curiosidad ante tal demostración de la superioridad de la especie racional. Se admiró el buen hombre cómo el carretero alternaba al cuadrúpedo los palos -bien aderezados de insultos- con las dulces palabras y seductoras promesas, y admirábase más aún de cómo el animal era inmune a unos y otros. En un cierto momento pareció que el labriego hartose de palos y carantoñas -si bien cesaron antes éstas que aquellas- y arrojando el sombrero que le cubría las escasa canas, profirió en insultos y juramentos, yéndose a sentar a media docena de yardas del animal. Más no dio tiempo a que el sol modificase la longitud de la sombra de cada cosa cuando el mulo, tal vez convencido de que había terminado el aluvión de mandatos y requerimientos optó por iniciar su caminar cansino, sin otra aparente causa que su exclusiva voluntad. Quedose admirado el buen religioso de este hecho y determinó modificar la dirección de sus pensamientos, decidiendo que en lo sucesivo la respuesta a su cuestión podría encontrarla en comprender el comportamiento del mulo, aduciendo que siempre sería menos complejo su corazón que el del rey de la creación. De esta forma, desvió su razonamiento hacia la comprensión del parecido y las diferencias entre el hombre y el mulo, asombrándose de lo corta que es la distancia entrambas creaturas, al menos en lo concerniente al porqué de los instintos. No han quedado para la posteridad escritos y conclusiones de aquel fraile sobre este espinoso y determinante asunto, por lo que habiéndose perdido el fruto de sus sesudas reflexiones, al menos sí ha quedado el testimonio del método empleado para lograrlas, que no es otro que el atento observar a los naturales, hombres y bestias, e indagar entre el parecido de sus comportamientos y las diferencias, sin que hasta el presente no haya aún una opinión comúnmente aceptada sobre cual dellas es más sustancial. Pues si bien el mulo actúa en consecuencia con su irracionalidad, no así el ser humano, que, estando dotado de seso, actúa como si a veces se le secara, por lo que el mulo es mulo por naturaleza y el hombre a veces por elección. *****SOCRATES, asombrado de la “jartá” de mulos con los que ha de lidiar en sus luchas diarias***** |
Ref: Luna puesto el 13/11/97 18:49 |
Soy nueva por aquí. Ayer me conecté por primera vez, y hoy he comprobado que mi nick no es original. MAR Y LUNA: lo siento. Espero que escribáis siempre a dúo (si sóis dos) Para evitar confusiones. Un abrazo. |
Ref: Mar y Luna puesto el 13/11/97 19:59 |
"No soy especial; de eso estoy seguro.Soy un hombre corriente, con pensamientos corrientes. Pero he amado a otra persona con toda el alma, y eso, para mi, es más que suficiente." Nicholas Sparks |
Ref: ELIZABETH A ALEC puesto el 13/11/97 20:01 |
Nunca he pensado que fueras un imbécil ni un estúpido. Y estoy convencida de que no lo eres. Sólo somos personas, Alec. Para bien o para mal. Te dije lo que sentía..., porque lo sentía de verdad. Tú me dices que cometiste un error y que lo lamentas: pues como eres Miguel Ángel, un hombre que teclea al otro lado de la línea, un ser humano, nuestro Alec, mi Alec, mucho más que un nick del que reirme (me río mucho, cierto, pero jamás me burlo de nadie: son cosas muy distintas)..., yo te creo ciegamente (y creo ciegamente en muy pocas cosas, como ya he dicho muchas otras veces en esta sección) y lo olvido todo. A ver si te enteras: he dicho que lo olvido, y cuando Vanesa (esa que teclea detrás de mi nick) dice que lo olvida, lo olvida para siempre, como si nunca lo hubiera leído: ¿queda claro, Alec, o hace falta que consiga tu número de teléfono (te lo advierto muy en serio, y te aseguro que no me iba a costar mucho conseguirlo) para decírtelo personalmente? ¡¡¿Hace falta: sí o no?!! No es ninguna de mis bromas, muchacho: esta vez no. No hay nada que perdonar, porque te repito que considero que no ha pasado nada. Y lo más importante: porque yo no soy absolutamente nadie para andar perdonando a los demás..., porque yo cometo un error cada minuto y lo sé muy bien: ¿cómo, entonces, podría conceder perdones? ¿Acaso los necios permanentemente equivocados pueden perdonar? No podemos perdonar los errores (eso es demasiado poco): hay que olvidarlos, porque sólo son errores y son inocentes, aunque no lo creamos. Nadie se equivoca a posta, estoy segura. Una equivocación intencionada no es equivocación, sino una mera intención disfrazada de fallo. Por eso ahora olvido: ojalá tú también puedas olvidar, a cambio, todos mis fallos, que también son muchos. Por tanto, Alec, para mí esto sigue siendo igual, porque nada ha pasado... Es más: ¡¡no quiero que cambie, maldita sea!! Sólo deseo que hagas una cosa por mí, por tu gran amiga (que lo sigue siendo, y mucho, aunque tú presientas equivocadamente que la has perdido. Los grandes amigos nunca se pierden, sólo los pequeños se van de tu lado y te dejan en el alma la pena de saber que, con lo grandes que parecían, en realidad sólo eran pigmeos con zancos): dime que para tí también seguirá siendo igual, que tú también vas a olvidarlo todo, como si nunca hubiera ocurrido, que, por tanto, ya no te encuentras realmente mal (nadie se siente mal por algo relacionado con Elizabeth, ¿te enteras?, y a mí no me da la gana que tú te sientas mal por una cría risueña que aprendió a gatear hace dos días). A lo mejor no te resulta fácil, pero dímelo: no te pido tanto, Alec. Hazme ese maldito favor si de verdad quieres que me alegre y si te importo un poquito. Dímelo, insisto: y que no se te olvide. Y dame un beso, que aquí tienes mi mejilla. Y sonríe, Alec, sonríe..., para que yo también pueda sonreir. Elizabeth, esperando... |
Ref: ELIZABETH A TODOS puesto el 13/11/97 20:09 |
Tengo que responderos a varios de vosotros. No se me olvida. Mañana me pongo manos a la obra, que ahora no puedo. Me disculpáis, ¿vale? |
Ref: Para el Parque puesto el 13/11/97 21:35 |
Bocadillo en mano , para no perder tiempo en la cena . "Todo lo que me queda por hacer y no tengo tiempo, pero... no me voy a vedar de leer a mis amig@s, sin saber que pasa hoy el parque" ¡Jo ! ¡ Que inspirados estais! No puedo leeros a todos. Organizo mentalmente todo lo que me queda por harcer..". imposible si salgo de aqui ahora corriendo... no me acostaré antes de las dos de la mañana y a las siete suena el despertador y tendré que preparar el equipaje antes de las diez y media que he quedado"....imposible no puedo leeros a tod@s que es lo que gustaría y hablaros de vuestros cuentos, poemas, mensajes... ¡Tengo una feliz idea! Os imprimiré mientras preparo la maleta y mañana me acompañareis en las seis horas de viaje en tren que me esperan! Os deseo un feliz fin de semana. Besos . Aguanieve |
Ref: yoi para tod@s puesto el 13/11/97 22:33 |
¡¡¡¡ Buuueeeeennnaaaaassss !!!! ¿ Cómo están ustedes ? |
Ref: Para Elizabeth, de Alec. puesto el 13/11/97 23:11 |
Mi querida amiga, yo ya lo tengo todo olvidado gracias a tí. Bueno, todo no. No olvidaré ese corazón tan grande que tienes, y tampoco olvidaré tus palabras llenas de cariño y de amistad hacia mí. Para mí sigue siendo todo igual que antes, sólo que mejor. :-) Te doy un besote muy grande que, a pesar de la barba, no pincha... y el recuerdo de los buenos momentos pasados juntos... ...y mi mejor sonrisa. :-) |
Ref: Para Halcón, de Alec. puesto el 13/11/97 23:13 |
Y también para tí, un abrazo de esos buenos... de los que pesan 5 kilos por lo menos. :-)) |
Ref: Para Yoi, de Alec. puesto el 13/11/97 23:15 |
Contento de verte otra vez por aquí!! Un saludo!! |