| Yo entré en este mundo a través de mi marido, un loco por la informática y navegante empedernido. Un domingo me propuso visitar "sites", como yo les llamo, y me atacó por donde más me dolía: ¡los museos! Empecé a sentir un sudor frío cuando me di cuenta de que, sin salir de mi casa, podía visitar casi todos. No necesitó darme muchas explicaciones sobre el Netscape; lo aprendí en 10 minutos.
Pasó el tiempo, no mucho, y yo seguía con mis paseos diarios por direcciones que vosotros y otras publicaciones nos ofrecéis, hasta que un día descubrí a mi marido hablando en inglés con americanos. Me dijo que hablaba a través del mlRC. Me explicó qué era ese sistema de comunicación por texto, los IRC, etc, etc... Se me encendió la lucecita cuando descubrí que podría hablar francés todos los días y practicarlo sin tener que esperar a unas vacaciones, y que, a la vez, podría hacer amigos y conocer las formas de vida de otros lugares de primera mano y sin salir de casa.
Hasta ahí perfecto. Comencé a moverme por canales en francés. Era fantástico: quebequeses, belgas, franceses... (son los tres países con más participación en canales francófonos) y una española, nick barcelona, es decir yo. Se me acogió muy bien – hay que decir que son bastante selectivos – y mis visitas cada vez eran más habituales. Me llamó la atención la cantidad de mujeres de Quebec que participaban. Creía que eran universitarias. Pues no. Eran amas de casa con una media de 40 años que pasan sus ratos libres, y los no libres, pegadas al mIRC como a una ventana mágica.
En un principio no me planteé el tipo de relaciones que se pueden generar en un canal pero de entrada sí me di cuenta de que todo el mundo se conocía. Era como un pub donde todos los días iban las mismas personas, pero con la diferencia de que en el IRC canal no existen ni la edad, ni las diferencias sociales, ni el aspecto físico. Sólo la palabra y la imagen que tú quieras dar. En muy poco tiempo comencé a hacerme popular. Si algún día no entraba al canal, el Eudora se me llenaba de e-mail preguntándome qué me pasaba y, la verdad, eso me gustaba "Quizá les faltaba soleil de l’Espagne? No lo sé, pero me estaba haciendo más popular que la propia Lady Di.
Hasta que un día recibí un e-mail de los administradores de los canales francófonos comunicándome que se me había propuesto como operadora de un canal. No voy a decir cuál por no hacer publicidad. Yo, atónita, tuve que preguntar a mi marido qué era un op (operador) y él, al leerlo, me confesó que le sorprendía gratamente. ¡Su mujer, operadora de un canal francófono! Debo aclarar que soy la única operadora española en un canal de lengua francesa. Y tuve que aceptar y comenzar a estudiar los comandos de operadora, la filosofía del canal y algunas cosas más.
Me sentía importante y querida, y eso halaga. Tuve que mandar mi foto, ya que era lo correcto, y eso no hizo sino aumentar mi popularidad. Yo también tengo fotos de casi todos 1os asiduos al canal; de hecho se desconfía bastante de la persona que no quiere enviarla.
Y, poco a poco, me metí en una tela de araña de la que es bastante difícil salir. Hablas de todo con todos y además les conoces físicamente. Se convierten en tus amigos, forman parte de tu vida hasta el punto de que abandonas el mundo real para vivir en un mundo virtual. Tus amigos reales, tu marido y hasta tu perro quedan al margen de tu vida, o por lo menos en un segundo plano, y además tienen que aguantar tus conversaciones sobre los problemas o no problemas de gentes a las que no conocen y que están a miles de kilómetros.
Es la otra cara de la moneda. Siempre hay una segunda cara.El mundo virtual, por frío que parezca, es un mundo con las emociones a flor de piel, quizás porque los otros están lejos, y de eso somos conscientemente inconscientes todos los participantes. Y tú puedes expresar todo lo que deseas: tus problemas, tus manías, tus vicios... Además eres anónimo, eres un nick. Eso, que puede parecer tan perfecto, puede ser catastrófico para tu equilibrio mental y emocional. En mIRC yo he visto fracasar matrimonios a causa de que uno o una se ha enamorado de una imagen que su propia mente ha creado; he visto traumas adolescentes por lo mismo; he visto y he sufrido decepciones que jamás olvidaré. Por esto quiero alertar a los drogoIRCianos: no perdáis el norte. Al fin y al cabo es un mundo virtual.
Sigo siendo operadora del canal y mantengo correspondencia con algunas personas pero, de momento, he aterrizado y, con los pies y la mente en la tierra, me tomaré un tiempo para recapacitar sobre este fenómeno que, por nuevo, me ha pillado desprevenida y del que pienso que, bien entendido y bien utilizado, es genial.
He hablado de las relaciones humanas en un mundo virtual y eso es difícil. ¿Qué nos falta y qué buscamos allí que no encontramos en nuestro mundo?
Gema Castellano, moderadora de un canal de IRC
autoglym@lix.intercom.es
DAJO, el marino, soy |