Las tenebrosas sombras se acercaban amenazadoras a la niña, como si fueran
a intentar cerrarles el paso. Ella, sintió como un estremecimiento recorría
su cuerpo, y no era el frío de las aguas lo que motivaba esa
extraña sensación de que la sangre se helaba en sus venas. Ya no podía hacer otra
cosa que apretar fuertemente la llavecita en su mano, porque en ella se escondía la
fuerza que empezaba a faltarle. Las oscuras figuras estaban cada vez más cercanas,
impidiendo con sus cuerpos extrañamente opacos que la dorada y mágica luz le llegara hasta sus pupilas
como hacía unos instantes. Sintió terror y por un momento hubiera deseado estar muy
lejos de alli, pero recordó lo que le había dicho su padre, maestro e inicidador:
- No sientas miedo nunca ante nada ni ante nadie Alba, tu naciste en la hora en que el sol
empieza a disipar las tinieblas, y siempre podrás con la fuerza de tu bondad vencer al
mal. Lo encontrarás muchas veces disimulado y disfrazado con muchos ropajes distintos,
pero recuerda que en tí está la fuerza de la pureza y la que ye dió la Dama Blanca, cuando
estabas en el vientre de tu madre. Ella, la sacerdotisa, anunció que un ser sin ninguna
mácula sería la hija que nosotros esperábamos y que en ella, por su incocencia, descansaba
las esperanzas de nuestro pueblo. Siempre, cuando estés en peligro, piensa con fuerza y
vehemencia que vencerás a los diablos que se sienten atraido por la pureza. Sólo tienes
que ignorarles, y ellos se marcharán de tu lado.
La niña, casi con los ojos cerrados hizo lo que su padre le había aconsejado, y con toda
la fuerza de su espíritu pidió que desaparecieran las doce sombras negras que le rodeaban
amenazadoramente, pero sin tocarla en ningún momento. Ella levantó la mano donde tenía
bien sujeta la mitad de la pequeña llave y dijo las palabras que su padre le había enseñado:
- Que la fuerza de la pureza y del bien disipen todas las sombras del mal que me acechan.
Sintió como de pronto aquellas desvaídas y vacilantes sombras oscuras se desvanecían,
dejándola de nuevo contemplar aquel maravilloso espectáculo de luces doradas que irradiaban
desde el fondo y se esparcía por toda la superficie del lago, una maravillosa luminosidad que por
momentos parecía vibras con ondas cada vez más intensas y que iban subiendo hacia la superficie, dejandola embriagada
ante aquel despliegue de belleza inusitada.En aquel espectáculo rutilante el sonido cristalino
tomaba cada vez mayor intensidad a medida que se acercaba hacia su orígen, sintiendo una extraña sensación de paz y belleza
que le hacían desear no salir nunca de aquel lugar idílico.
Algo hirió como un rayo el fondo del lago pero proviniendo de un lugar que estaba por encima de
las aguas, como si su fuente estuviera fuera de aquella masa acuífera en la que todo parecía ahora
oro líquido. El brillo refulgente y metálico cayó en el mismo centro del fondo del lago, mientras un
sonido horrísono rompió la armonía acústica de los millones de cristales que vibraban como campanillas, y se oyó
la voz, serena pero imperiosa del Gran Layux, su vigilante y cuidador, según la leyenda del ayunn Add.
- Vuelve atrás, Alba, aún no ha llegado la hora de que entres en la morada del Unico que guarda el secreto
que tu pueblo necesita. Solo llegará ese día, cuando consigas la otra mitad de esa llave, pues junta podras
entrar en el Arca Diamantina, donde el Unico puso los cristales en los que está escrito el futuro y designio para
tu pueblo. Te han mentido los que dijeron que la otra mitad la encontrarías aquí, custodiada por las doce sombras
pues éstas que te han acosado, sólo son los espiritus atormentados de tus antecesores en esta búsqueda de los
Siete Cristales.Por su falta de pureza y su exceso de ambición fueron castigados a quedarse para siempre apresados
en estas aguas que seran su última y definitiva morada.Ellos quisieron ir contra la profecía, y deseaban arrebataron
a tí y a Atrox, la gloria de ser quienes salvaran a vuestro pueblo. Vuelve con los tuyos y espera el momento en el que
podrás venir a buscar el secreto del Ayunn Add. Los Siete Cristales, sólo podrán ser sacados del Arca diamantina del Unico, por
quien traiga la llave completa. Ahora pide ayuda a Atrox y a tu madre para que podías encontrar a tu padre que es el único
que sabe donde se encuentra la otra mitad de la llave. Preguntad a la Dama Blanca y ella os indicará el camino.
Mientras tanto no is dejeis ver en el poblado ninguno de los tres. Es mejor que piensen que
te has ahogado en el lago, así los enemigos de tu pueblo descansarán y no os buscarán para mataros. Dejad que la leyenda de
vuestra muerte corra de boca en boca. Es mejor así, y estareis a salvo. También os será difícil encontrar a la Dema Blanca,
a ella ufe la primera que intentaron a presar vuestros enemigos porque es quien puede llevaros hasta tu padre. Que la suerte
te acompañe.
El silencio se volvió a adueñar del lago. La maravillosa luz dorada y los armoniosos sonidos cristalinos habían desaparecido
al mismo tiempo que se acallaba la potente voz del Gran Layux. Todo era calma y una aparente paz invadían los campos circundantes
al lago. El sol del atardecer casi desparecía detrás de las montañas por donde habían llegado los enemigos de su pueblo para intentar
acabar con su civilización. Salió del agua con el ánimo entristecido porque aún le quedaban muchos enigmas que resolver antes de poder
acabar con la misión que tenía encomendada. Tenía que darse prisa para encontrar a Atrox. Sabía cuál era el refugio que él utilizaba en
aquellos desdichados tiempos de las persecuciones contra los que se oponían a ser sometidos a la tiranía de los invasores. Nadie más conocía
aquel inexpugnable lugar, excepto su madre y ella. Allí, encontraría sin duda a Atrox y él se encargaría de buscar a su madre y llevarla
hasta donde ella estaba. Sólo tenía ahora una esperanza que le quitaba el peso que sentía en su alma: la de que podría, al fin, encontrar a su
padre, pero para éso tendrían primero que hallar a la Dama Blanca y esa empresa le parecía, además de arriesgada, casi imposible de terminarla
con éxito porque sólo las sacerdotisas sabían los lugares en los bosques en lso que existían aquellos lugares misteriosos donde ellas se ocultaban
fuera de la curiosidad de las miradas ajenas.
Sentía un gran cansancio, pero el contacto de la pequeña llave dorada que sujetaba fuertemente en la mano le daba confianza para continuar con
su inacabada misión que cada vez le parecía más difícil e interminable.
Emprendió la subida por aquellas rocosas colinas que le llevarían hasta la guarida de Atrox...
JARA/LETTERA
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