Ref: de Arga puesto el 14/5/100 0:06
Después de un día especial en un pueblo no menos especial, de encuentros, reencuentros, risas y músicas de todas las generaciones, me paso por aquí, leo "El espíritu impostor" y me pongo seria. No importa, ya me tocaba, me digo recordando la sobremesa de hoy. ¡Genial Dajo, o su espíritu, no sé;-)

Pero no me ha durado mucho. Por lo visto, aún el día me deparaba unas cuantas carcajadas de regalo gracias a Mackay. Niño, que me he tenido que desmaquillar estos ojazos porque has hecho que se me corriera el rímel; mas no importa, si las lágrimas son de risa. Gracias a tí, al gato,(sólo faltaba que el gato te hubiera arañado:-D) al espíritu impostor y... a todos.

Os quiero.Muacs:-)
Ref: de Arga puesto el 14/5/100 0:08
Por cierto, ¡buenas noches!:-)
Ref: Manu pa tós puesto el 14/5/100 8:28
La verdad sería bueno, cuando uno vuelve después de un cierto tiempo, decir algo ocurrente, majestuoso... Algo que todos halagaran y felicitaran mi regreso...
Pero la verdad es que no se me ocurre nada.

~~~ Manu ~~~
Ref: Manu puesto el 14/5/100 8:36
Bueno...

Buenos días

~~~ Manu ~~~
Ref: yoi puesto el 14/5/100 12:12
¡¡ Buenos Días Manu !!
¡¡ Buenos Días a todos y a todas !!
Ref: furtivamente puesto el 14/5/100 16:26
Habita en mí tu espíritu encadenado,
respira en mí tu aliento atormentado,
invade mi alma conquistada por tu esencia,
Un soplo de aire enamorado.

Renunciaré a caminos clandestinos,
no anidarás en mi cuerpo apasionado,
abdicaré de arraigar mis raíces sedientas
en tierras que me son ajenas...

Y un rincón profundo de mi ser
podrás ocuparlo, habitarlo,
apoderarte de él,

y compartir con el mío
tu hálito herido de amor,
como dos resignados cautivos.

Ref: ella puesto el 14/5/100 16:58
ella se adentro en el mar, sin saber sí las olas se la tragarán para siempre. O si retornará a la orilla.
Ref: El soldado y la gallina puesto el 14/5/100 16:59
Tomás notó como una quemadura en el tobillo. Se agachó para mirarse a la luz del alba y tocó con su mano el lugar, notando que el vendaje de la pierna estaba destrozado. Algo humedeció sus dedos. La vista de la sangre y el dolor agudo le hicieron lanzar una queja de rabia. Mientras tanto sus compañeros le azuzaban para que continuara y el cabo de pelotón le empujó bruscamente para encauzarle en la oleada.

- ¡ Mierda ¡. ¡ Id vosotros ¡. ¿ No veis que estoy herido ?.

Y le hicieron caso, avanzando como marionetas a la luz violácea de una nueva mañana, a la vez que se hacía estruendo el tableteo de las ametralladoras y los disparos de fusil, que se sucedían ininterrumpidos. Y aquella oleada de hombres, gris al alba, se alejó de él, y se dio cuenta de que había quedado solo.

Entonces se dirigió en dirección contraria, y se metió en las espesuras de la arboleda, porque había decidido no regresar a la Compañía. ¿ Para qué le querían a él, si ni siquiera odiaba a los alemanes, como el teniente o el capitán, en cuyas arengas justificaban el aborrecimiento y la venganza ?.

A poco encontró un río y más allá una llanura amarilla y al fondo vio una casa rural de techo rojo, atrás quedaron de nuevo los árboles y él se metió meciéndose entre espigas que le golpeaban los brazos y las piernas.

Llegó así hasta la construcción y vio la puerta abierta. Entró en una pieza espaciosa aunque única, donde se hallaba un fogón, un camastro, una mesa de madera y una larga estantería con cacharros de barro y vasijas de cristal y alguna botella. Tomás dirigió la vista en todas direcciones buscando algo que comer.

Desde fuera llegaba ahora un cacareo inusitado y el soldado salió presuroso de la habitación para ir hasta el corral donde aún quedaba una inquilina. Cierto que era bastante raquítica y en su aspecto denotaba el hambre padecida y se tambaleaba, agitando las alas al caminar, perdiendo en el trayecto algunas plumas. La gallina apenas pudo escapar al primer embiste del soldado. Estaba exhausta y su cacareo era ahora apenas audible, como una protesta sin fuerza, resignada a su suerte.
No le costó trabajo retorcer el cuello a aquella gallina y sintió el crujido de unos huesos blandos que apenas le pusieron resistencia.

Tomás después de hervirla devoraba a trozos la carne de la gallina recién cocida y se bebía la grasa que soltó en la cocción, que le chorreó por la comisura de los labios manchándole luego el uniforme de campaña y después se durmió sonriendo

- ¡ Despierta, cerdo ¡.

Le golpeaban en las costillas, lacerándole. Abrió los ojos sobresaltado y ante él había cuatro soldados a los que no conocía y un oficial de kepis en la cabeza.

- ¿ Y tu fusil, desertor ?.
- Yo no soy un desertor. Sólo vine aquí a comerme una gallina.

Los soldados rieron, pero el oficial permanecía grave. A poco le condujeron al camino . Todavía humeaba la chimenea de la casa de adobe. Había allí otros hombres que tampoco eran conocidos. Y en el centro dos soldados desarmados, como él, a los que también habían encontrado lejos de la linea del frente. Se pusieron en camino y llegaron así al campamento de la Compañía. Los tres desertores fueron llevados a una casa y permanecieron firmes ante un grupo de oficiales que les miraban con seriedad. Tomaron sus respectivas filiaciones. Les interrogaron someramente. Al fin les hicieron salir, acompañados de un pelotón que portaba sus fusiles. Les alinearon ante un terraplén y los soldados les apuntaron con las armas.

-Pero...- balbució Tomás que no comprendió nada.

Llevaba en el bolsillo del pantalón un muslo de aquella gallina famélica que hacía pocas horas degustara. Lo había guardado para un futuro inmediato. Miró al cielo y sus ojos evocaron aquel trigal amarillo, pero no le ocultaron la boca de las armas que le apuntaban. Un perro de campamento empezó a ladrar. Envuelto en los ecos de esta voz notó unos suaves pinchazos en el pecho y al caer miró de nuevo al cielo y los pájaros se borraron aleteando hacia la inmensidad y con su aleteo se llevaron para siempre la luz.


Lía
Ref: p/ella puesto el 14/5/100 18:36
te esperare en la orilla con una toalla y una sonrisa.
Ref: para el que espera puesto el 14/5/100 18:49
no la mientas
Ref: A ella puesto el 14/5/100 21:51
Él alucina a su sombra. Le basta ese abrigo para ocultar la grandeza del sol. Sombra amigable y fresca y una sonrisa que ilumina el eclipse.
Ref: pachuca puesto el 14/5/100 21:58
Buenas noches.El literario también muy solitario.Sniff. ¿donde estais?
Ref: Proxi a Pachuca puesto el 14/5/100 22:00
Andamos flotando. Por lo menos algunos. El día me dio alas. Muchas alas. ¿Tú dónde estás?
Ref: Lazos fraternales ( VII ) puesto el 14/5/100 22:04
Estas naciones europeas y americanas se han llegado a conocer como los 'santuarios' de los etarras. En algunos casos, auténticas colonias de terroristas vivían tranquilamente en estas naciones; 'rehacían' sus vidas iniciando nuevas actividades profesionales como la hostelería y la restauración ( tristemente conocido es el caso del restaurante 'Oker' que lleva el nombre de un comando de ETA que lo regentaba un integrante de ese mismo grupo criminal en Venezuela ). Muchos de estos sujetos protagonizaron la mayor oleada de crímenes que se produjo entre 1979 y 1980, y que se saldó con más de ciento setenta vícitmas. Algunas de las naciones americanas que han tenido el triste honor de albergar en su suelo a esta panda de salvapatrias son Venezuela, Uruguay, Nicaragua, México o Cuba. En África, encontramos el caso de Cabo Verde, aunque es marginal. En el caso de México, por ejemplo, el país se convirtió en una plataforma de 'descanso' para recobrar fuerzas y luego reintegrarse a la actividad criminal. Hasta tal punto llegó esta lamentable situación, que en 1996, por ejemplo, se escondían más de un centenar de etarras en el país azteca.

*** TIBERIO. MM ***