Ref: puesto el 7/5/100 1:35 |
;-) |
Ref: yoi puesto el 7/5/100 11:29 |
¿ crisis ?? ¿ o estaremos todos viendo el Gran Hermano todo el día ?? jejejejejeje Yo de ferias, de politicas, de juergas ( las cruces de mayo también en Huelva ... ), etc ... Pero os leo ... |
Ref: puesto el 7/5/100 12:21 |
CARLOS..... www.fustaforma.com |
Ref: puesto el 7/5/100 13:21 |
El timbre dijo : Timbrrr, timbrrr, timbrrr. Soy onomatopéyico. La bomba explotó : ¡ Baum ¡. ¡ Baum ¡. Soy onomatopéyica. Y la campana añadió : Campán, campán, campán. Soy onomatopéyica. - ¡ Silencio ¡- bramó Beethoven, enfurecido, porque no se le ocurría nada. Era de noche y la cortina de tul, ante el balcón, se bamboleaba con la brisa. Y las hojas del árbol del jardín jugaban con la luna. Y la luna acabó entrando a ráfagas de luz sobre las teclas del piano y compuso con sus destellos el Claro de Luna. Esta es la historia primera que es blanca y es de plata, como el Claro de Luna de Beethoven. Me asomé al balcón, tras pensar en todo esto y el balcón echó a volar. iba muy arriba para chismorrear con las estrellas, como era su deseo. Hasta ahora el cemento y la argamasa se lo habían impedido. - ¿ Tú crees que es serio que un balcón se vaya a hablar con las estrellas ?- le dije. Se rió con risa de barrotes cruzados con un palo. Al arpegio salieron los ángeles tras las nubes y comenzaron a cantar el Avemaría de Schubert. Mientras tanto, el mundo abajo se empequeñecía, despeinado por las olas de sus siete mares, zumbante por el estampido de sus resacas, coronado del humo de sus volcanes, lleno de las luces de todas sus ciudades. El balcón había quedado absorto escuchando la melodía de los ángeles. Mientras tanto el mundo seguía empeñado en caerse, empequeñeciéndose hasta hacerse un bombón azul que giraba, al que el Confitero Mayor acabó empaquetando de nubes. Cuando los ángeles concluyeron la estrofa final del Avemaría de Schubert, el balcón emprendió el descenso riendo con sus barrotes atravesados por un palo. Y siguió tras el mundo que se alejaba raudo, persiguiéndole. Y ambos, el mundo y el balcón desaparecieron tragados por el universo musical. Y esta es la historia segunda, que es azul, como el Avemaría de Schubert. Me desperté sudando la pesadilla, me encontré en el mundo y que el balcón seguía aferrado a la pared, temblando de resplandores de luna y completamente quieto y callado. - Ya me parecía a mí - le dije - ¡ Qué más quisieras tú que volar ¡. Me reí de él y nunca debe una reirse de un balcón parado, porque de él surgió una fenomenal orquesta de un centenar de músicos, todos ellos vestidos de negro, con traje de etiqueta. Y los dirigía un hombre más bien pequeño, de gran cabeza, cubierta por una especie de boina de color marrón. comenzó a oirse la Cabalgada de las Walkirias y era el mismo Wagner quien la dirigía. Su batuta batía el aire con destellos amarillos. Y enseguida surgieron de detrás de las nubes las amazonas galopando en corceles aéreos entre las estrellas.. Y esta es la tercera historia, amarilla, como el destello de la batuta de Wagner y la luz de la luna que batía y se arremolinaba en ella. Estaba harta de aquél balcón y volví a la alcoba, cerrando las contraventanas para no verle más. Creí descansar, pero encontré a Tchaikowski sentado en el borde de mi cama. Me miró sonriendo y se acarició la barba. Levanté la mano y de ella surgió un haz de luz azul que se convirtió en pantalla de televisión sobre la pared. Comenzó luego a tararear el Lago de los Cisnes y en el improvisado escenario celeste, vi una hermosa danza de bellas bailarinas cogidas de las manos. Iban vestidas de rojo y sus destellos rojos se convirtieron en simples rayas rojas al difuminarse y agotarse con la melodía. Era la cuarta historia, roja en la voz de Tchaikowski, que se arrojó llorando sobre la colcha, porque se acababa de acordar de su sexta sinfonía patética. - ¡ Estoy harto y cansado de vuestras músicas ¡- le grité. El me miró enojado, pues no esperaba esta reacción. Se dirigió al tocadiscos electrónico y le dio una fuerte patada. El aparato se estremeció dolorido y se rompió estallando como una bomba onomatopéyica. Su quejido tenía batir de campanas de Thaikowski, mezcladas a la Marsellesa y al coro ruso triunfal. La bomba y la campana onomatopéyicas ya habían salido. Faltaba el timbre. Y entonces por fin sonó estridente, alejando los sueños y empujándome fuera del lindero de color de la fantasía. Lía |
Ref: puesto el 7/5/100 13:25 |
fe de erratas - ( estoy harta y cansada) Lía |
Ref: puesto el 7/5/100 13:28 |
fe de errata : (estoy harta y cansada) Lía |
Ref: duende puesto el 7/5/100 13:40 |
Hoy es el día de la Madre, ¿lo sabiais? ;-)). Mi casa se ha llenado de presencias, de regalos diminutos hechos con diminutas manos, pero grandes. De inesperado regalo, pero grande. Hoy es el día de la Madre, ¿lo sabiais?. Echo de menos salir a comprar las flores para ella, su merienda, sus suaves manos acariciando mi cara, su voz repitiendome "nunca pierdas esa sonrisa". A tí, que te recuerdo siempre, a veces pienso que ahora te pasarias los días en mi casa, o quizás viviendo conmigo. Mamá-Pablo, hoy soltaremos globos para vosotros. |
Ref: duende puesto el 7/5/100 13:46 |
Y ahora, dejemos los sentimientos donde correspondan. Se han dado cuenta la cantidad de utensillos que pretenden que usemos las Mamás. Qué si planchas, aspiradoras, tostadoras. Pero vamos, señores, todo eso hay que usarlo. No sería mejor regalar: un bono de 10 meses de una planchadora. O un bono de 20 días de señora/or que viene a bañar niños y hacer cena. O bono de 50 días ¿usted no se preocupe de la compra? por ejemplo. Pues se me ocurren mil más. Señores, yo lo que quiero es un poco de tiempo libre. Como ahora. |
Ref: puesto el 7/5/100 21:58 |
Se ofrece señor/a para planchar, bañar niños, hacer compra, enfín lo que Vd. desee. El bono-canguro está a medio usar. Un beso...siempre un beso |