Ref: yoi puesto el 16/4/100 0:02 |
La red se alia hoy en mi contra ... me tira y no me deja entrar. ¡ Que lo paseis bien !! |
Ref: yoi puesto el 16/4/100 0:03 |
La red se alia hoy en mi contra ... me tira y no me deja entrar. ¡ Que lo paseis bien !! |
Ref: yoi puesto el 16/4/100 0:04 |
Perdón por la repetición. El cambio de día me ha cogido despistadillo |
Ref: puesto el 16/4/100 0:15 |
¿Cuanta gente espera a que alguien aparezca?....... demasiada? |
Ref: A yoi puesto el 16/4/100 0:37 |
Pues por la plaza andamos Tiberio y yo, y no nos ha tirado todavía. Será que no insistes lo suficiente;-) Arga |
Ref: El procurador... ( III ) puesto el 16/4/100 0:44 |
El procurador no solía vivir en Jerusalén. Su residencia estaba en Cesarea y acudía a la ciudad santa cuando se celebraban las fiesta de la Pascua judía. Poncio Pilato era el representante directo del emperador en la zona. Entre sus funciones podemos destacar las siguientes: nombraba y deponía al Sumo Sacerdote, acuñaba la moneda, recaudaba los impuestos y era el máximo responsable de la ejecución de la pena de muerte a los reos. Sin embargo, sus poderes estaban reducidos si se comparan con otros territorios imperiales ya que Roma otorgó varios privilegios a los judíos. Por ejemplo, la ley del Estado era la Torah, es decir, los cinco primeros libros de la Biblia o también conocidos como Pentateuco. Su interpretación de la ley la llevaba a cabo el Sanedrín. Los judíos, además, estaban exentos de enrolarse a las legiones romanas; podían pagar sus impuestos al Templo y por último las tropas romanas tapaban sus estandartes y enseñas cuando entraban en Jerusalén. *** TIBERIO. MM *** |
Ref: puesto el 16/4/100 1:34 |
besos apasionados |
Ref: Arga a Tiberio puesto el 16/4/100 1:42 |
Me parece que, después de todo, me ha tirado y ya no me deja entrar:-( Buenas noches desde aquí:-) |
Ref: Atman puesto el 16/4/100 1:45 |
Ya que os veo alicaídos y aprovechando la coyuntura, os voy a pasar un cuento de Arturo Robsy, que fué uno de los primeros "escritores" en la red española. I.- Bajo la Luna Llena Si Neruda -que todavía estaba vivo- hubiera echado un vistazo a la noche, se hubiera apresurado a declarar que "estaba estrellada y tiritaban, azules, los astros a lo lejos". Deformación profesional porque, al ser luna llena, el cielo estaba azul, sin astros frioleros, y porque era del todo impensable ponerse a tiritar en Agosto, a las orillas tibias del Mediterráneo. Más en su papel, una grilla hacía sonar sus élitros convocando a los muchachos del contorno, mientras el dueño del chiringuito más próximo echaba las persianas cantando, con voz de tenorino, salutíferos consejos que la tele de entonces había puesto de moda: "Vamos a la cama, que hay que descansar, para que mañana podamos madrugaaar..." Claros versos que se añadían a la poesía del ambiente: la luna en el mar rielaba; en la lona de una sombrilla abandonada gemía el viento y, entre las escasas sombras del plenilunio, se deslizaban dos figuras furtivas, en blando movimiento. Magda y yo, con permiso de las respectivas pandillas de padres, habíamos sucumbido a una vieja tradición mediterránea que consiste en bañarse bajo la luna llena. Un ejercicio interesante porque, a cada brazada, el mar se enciende en torno a uno. El agua que corre entre los dedos fosforece debido al plancton y, cuando uno hace "oh!" para admirarse, traga abundantes porciones de océano. BR) Magda y yo habíamos terminado sexto de uno de aquellos planes de bachillerato que usaban reválida para que el desánimo cundiera entre las filas estudiantiles. Durante el invierno habíamos invertido las horas libres en exploraciones, documentándonos para la vida, y en Agosto compartíamos aquella playa en la que habíamos completado nuestros estudios extraoficiales a plena satisfacción. O casi. Eran tiempos que, quince años después, resultaron de represión sexual debido a oscuras necesidades políticas y a que el gobierno no repartía condones. Pero ni Magda ni yo éramos todavía conscientes del fenómeno y disfrutábamos de una libertad sólo obstaculizada por el enorme número de parejas que se hacían con los lugares más propicios y, también, por los sistemas de cierre que se empeñaban en usar los fabricantes de ropa interior, gremio puritano. El caso era que habíamos obtenido la bendición paterna para bañarnos en plenilunio, a las doce de la noche, y nos dirigíamos a cumplir con la vieja tradición, algo embarazados por caminar sobre la blanda arena y por los continuos besos con que nos dábamos ánimos. Elegido el sitio, nos quitamos las ropas que cubrían mi bañador y su bikini. Ella las mías y yo las suyas, tal era nuestra devoción por los ritos. |
Ref: Atman puesto el 16/4/100 1:55 |
-¿Has nadado desnudo alguna vez?-me preguntó Magda. Quizá fuera por la represión de entonces, pero yo no me sentía nada tranquilo en el mar con todo suelto, a disposición de los dientes de algún salmonete, de los tentáculos de un pulpo o de la colisión con alguna medusa. No pocos hombres son tan conservadores como yo cuando se trata de preservar la integridad de órganos útiles. -¿No me digas que tienes miedo? -insistió Magda, haciendo una rápida exploraci¢n de la zona por la que me preocupaba. Fue, sin duda, una forma de infundirme coraje, porque permití que me dejara desnudo, como una lombriz sobre la arena. Ella se quedó del mismo modo pero, evidentemente, no parecía una lombriz, a pesar de la pálida luz de la luna. -Cielos! -recuerdo que dije entonces, echando de menos una linterna. -Si ya lo has visto todo... -trató de tranquilizarme. -Sí, pero no a la vez. De golpe, créeme que hace más impacto. Penetramos en el mar tibio que, a una señal, comenzó a fosforescer causándonos alguna inquietud porque, a fin de cuentas, el plancton son bichos y, si se miran al microscopio, no hay ninguno que carezca de un notable número de pinzas y de pinchos que siempre pueden ser usados contra zonas íntimas. Pero ni estos miedos ni el frescor relativo del agua de Agosto sirvieron para apagar el puñado de instintos puntiagudos que se nos habían despertado y que, como todos los instintos, no hacían más que pinchar en la conciencia. Tan pronto como estuvimos con el agua al cuello comenzamos a jugar. Con cierta inocencia al principio, empujándonos y trepando el uno por el otro. Pero la inocencia, superada por las circunstancias, bien pronto se vio obligada a batirse en retirada, dejando el campo libre a las malas intenciones, o sea, a las buenas. -¿De quién es esta cosita tan suave? -decía yo, por ejemplo. -Tuya. -respondía Magda, complaciente bajo la luna llena.- ¿Y de quién es este... hum? -Tuyo- -ofrecía yo, lleno de desprendimiento. Estábamos, sin duda, muy mezclados, y de ahí que fueran imprescindibles aquellos reconocimientos profesionales para averiguar qué partes eran de una o de otro. Quizá pueda parecer un trabajo fastidioso, pero no a la luz de la luna y remojándose en el Mediterráneo. Se conoce que, en un momento dado, la confusión a la que me refiero debió aumentar, porque noté un breve estremecimiento en el cuerpo de Magda, seguido de una interjecci¢n. Algo como "Ay, mi madre". -¿Te pasa algo? -pregunté, solícito. -Ya. -respondió. -Ya, ¿qué? -Que ya "soy mujer". ¿Es que tú no notas nada? Como un calor. Al principio lo había achacado a la presión propia de las circunstancias, pero si Magda insistía en que se debía a una maniobra anatómica más compleja, ni tenía por qué dudar de la chica ni por qué estarme quieto. -La sangre -comenté mientras me ponía en marcha- atrae a los tiburones. Éramos dos novatos, pero compensábamos las muchas ignorancias con una total entrega a los manejos propios del caso. Manejos agradables pero obstaculizados por la ausencia de gravedad y de equilibrio. Yo mantenía mis grandes pies clavados en la arena, pero ella, en busca de una posici¢n más relajada, había levantado las piernas y las agitaba en torno a mí, haciendo comentarios como "cielito" o "mi vida", que no es lo que mejor se puede decir a un hombre que está perdiendo la vertical mientras nota como miles de metros cúbicos mediterráneos se acercan al sumidero de su boca. |
Ref: Atman puesto el 16/4/100 2:02 |
En esas estábamos, silenciosos pero activos, cuando unas voces flotaron por encima de las aguas: -Chicos: ¿estáis ahí? Nuestros padres, tras cenar juntos, se paseaban inocentemente por la playa y nos buscaban con una maldita linterna. -Hola. -respondió Magda. -Loca. -dije yo, tratando inútilmente de separarnos. -¿Está caliente? -preguntó mi padre. -Mucho. -suspiré, sometido a presiones de orden físico e intelectual.- Calentísima. -Guarro. -musitó Magda a mi oído, sin abandonar por ello sus múltiples actividades. Mientras yo sentía flaquear mi ánimo, al ser descubierto por la familia en pleno apareamiento, a ella la situación le excitaba. De mi mente trastornada se elevaba una silenciosa acción de gracias por ser de noche: nadie, en su sano juicio, hubiera confundido, de día, nuestros alegres chapoteos con el vaivén propio de las olas. -Ganas dan... -dijo una voz lejana, que pertenecía a la madre de mi activa novia. Mientras se me erizaba el poco vello que no estaba ya de punta, ví horrorizado como Magda hacía señales con un brazo mientras gritaba: -Decidíos y meteos! Nunca me he bañado más a gusto! Lo que, probablemente, fuera verdad, además de una temeridad. Aquella mujer recién inaugurada invitaba a su parentela a la ceremonia, con una inconsciencia que, en combinación con la actividad reinante en mis aguas territoriales, me quitaba el aliento. -No llevamos bañadores. -dijo, riendo, el padre de aquella criaturita que, mientras, se había lanzado a un decidido galope largo y metía la boca en el mar para ahogar sus manifestaciones de júbilo. -Es igual! -invitó la muchacha, para exclamar inmediatamente:- Ahhh! -¿Qué te pasa? -preguntó la madre. -He pisado una piedra. -apretándose a mí más de lo que cualquier físico consideraría posible. -Ah! -dije yo, en un tono más sordo y, como el evento sucedía entre alegres explicaciones, añadí:- Ahora la he pisado yo. Las familias, después de aconsejarnos que nos corriéramos de sitio, largaron trapo y partieron con viento fresco, dejándonos en medio del mar desnudos como gusanos, pero definitivamente satisfechos. Fue entonces cuando Magda me explicó lo excitante que había sido cometer todos aquellos versos malditos ante las narices de nuestros padres. Incluso deseaba que volvieran a pasar para repetir la experiencia, porque la sensación de peligro, al unirse con otras sensaciones más enervantes si cabe, le había llevado a un lugar que, a primera vista, podía tomarse por el séptimo cielo. -¿Y si pusieras los pies en la arena? -dije, regresándola al mundo sensible.- Creo que me he dislocado una cadera. -Pobrecito. -murmuró ella, separándose y buceando para estudiar los desperfectos. Salió con una sonrisa en los labios y unas palabras en la boca:- En qué poca cosa te has quedado! |
Ref: Atman puesto el 16/4/100 2:05 |
Espero que os hayais reído un poquito... y os animeis a contar alguna cosilla más... Mientras tanto un cesto de besos para todos y todas. |
Ref: SALOMÉ puesto el 16/4/100 3:30 |
Todo el día evadido del cuerpo, con el pensamiento en lo sucedido en encuentros, murmuraciones y separaciones. Febril y cansado de sentir un ahogo que ya hace tiempo había olvidado. Buscando palabras para expresar lo que a ciencia cierta me sería imposible hacer al escuchar mi propia voz. ¿Cómo expresar sentimientos tan profundos y contradictorios? ¿Cómo hacer creer en mis palabras lo que realmente en el mismo discurso sería una continua laguna inundada de incertidumbres sin garantía?. Me digo continuamente que no puede quedar así, sin más, y olvidar lo que ha llenado mis días por tenerte siempre presente. ¿Cómo olvidar que el simple encuentro en días de fatiga hacían olvidar todo problema y me daban la seguridad necesaria para seguir adelante?. Y sin embargo las condiciones son insalvables. Rendición con demasiadas condiciones para poder cumplirse en esta vida dónde ya los árboles crecidos no pueden arrancarse sin morir, o matarlos. Escribo esto quizás más para mí que para ti, porque me niego a olvidar lo que fue imperfecto pero bello. Me niego a guardar en el desván aquellos recuerdos tan gratos... Nuestro primer beso; el estar tú a mi lado, paseando cogidos de la mano; tus abrazos, tus besos y mis besos; mis manos en tu cintura intentando repasar a carboncillo las curvas que dibujaban cuando se movían; tu piel suave y viva que se revolvía en mis caricias; aquel calor interno tuyo al me resistía a perder. Poco tiempo quizás en el reloj de toda una vida, pero horas tan intensas que podrían haber llenado una vida y dos vidas. Sí, esta sensación de ya estar escrito el destino y sin embrago querer enfrentarse a él. Vencer por fin la inercia que nos separa y vivir la realidad en otro sitio, lejos de las ataduras que nos separan, es disgregarme en cuerpo y alma. Quizás seguir una quimera sea destruir el ser en su conjunto, pero siento que ahora no soy dueño de mis pensamientos. Sueño en vida y vivo en sueños. Y no dejo de pensar en que a veces dos cuerpos que se atraen acaban destruyéndose, o uno al otro. Y entonces prefiero pasar de largo, sin tocarte, y que me olvides. Pero... ¿Un cromo más para la colección? No, quizás pienses eso o quieras hacerlo. Pero piensa, por favor, que lo cierto es que tu imagen está presente en mi álbum de recuerdos, siempre. *** PSEUDO *** |
Ref: Cernuda sigue siendo.... puesto el 16/4/100 17:47 |
mi poeta favorito. Y no quiero hacer nada por evitarlo: Peregrino ¿Volver? Vuelva el que tenga, Tras largos años, tras un largo viaje, Cansancio del camino y la codicia De su tierra, su casa, sus amigos, Del amor que al regreso fiel le espere. Mas ¿tú? ¿volver? Regresar no piensas, Sino seguir libre adelante, Disponible por siempre, mozo o viejo, Sin hijo que te busque, como Ulises, Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope. Sigue, sigue adelante y no regreses, Fiel hasta el fin del camino y tu vida, No eches de menos un destino más fácil, Tus pies sobre la tierra antes no hollada, Tus ojos frente a lo antes nunca visto. Luis Cernuda - 1956-62 Cada vez que me asomo por aquí, siento una punzada de nostalgia que me corta la respiración :-) Nova, la estrella fugaz. |
Ref: Sabes que es para ti puesto el 16/4/100 21:03 |
Mucho tiempo hace ya que no charlamos un rato, y no sabes lo que lo echo de menos. Pero aunque así sea, quiero que sepas que cada vez que conecto vengo a ver si has escrito algo. Quizá me esté perdiendo muchas cosas bonitas que aqui se escriben porque solo tengo ojos para mirar si algo has escrito tu, pero ¿que le voy a hacer? Tantas cosas se perdieron ya en el camino que quizá no valga la pena ni reparar en otras muchas que me pierdo a diario. Solo quería que lo supieras y de nuevo decirte que te quiero. Besos. Sin-Fer |
Ref: puesto el 16/4/100 22:44 |
¿Quien sabe si mañana al volver del camino algún recodo hallarás tu panal y encontrarás cubierto de flor, todo tu purpúreo rosal ?... Sigue tu senda siempre hacia adelante pues ese es tu destino, y si caminas tras un ideal que no sea fulgor que te deslumbre sino estrella que alumbre y aclare tu camino con la dulzura de su luz astral... No corras anhelante sin volver la cabeza, ve despacio y verás del sendero la belleza; que crece una flor. allí , un árbol se eleva hacia el espacio más allá, trina alegre un ruiseñor... Si del camino la belleza encanta ¿ por qué del pasado has de sufrir ?. Con todo mi amor. Lía |
Ref: Arga a No(va)stalgiosa puesto el 16/4/100 22:53 |
PUES... ya sabes lo que hay que hacer;-) Arga y Argo es posible que el sábado 22 aparezcamos por la capital del reino a mediodía y pasemos la noche. Espero que la visita a mi familia de allí no impida el que nos podamos echar unas cañas o lo que se tercie. Avisaré cuando lo sepa más seguro, aunque me temo que dependiendo de Argo, hasta el viernes no lo sabré:-( ¿Hace? Besos. |