Ref: Sófocles puesto el 8/4/100 0:13
Que la noche os sea propicia
Ref: amen puesto el 8/4/100 0:28
Ref: puesto el 8/4/100 0:36
NO VAS A VENIR ESTA NOCHE?..
ESTOY ESPERÁNDOTE!
Ref: Al parque puesto el 8/4/100 0:45
CARIÑO, AHORA NO, QUE ME DUELE LA CABEZA

Primero dijeron que servía para adelgazar. Yo, como siempre, me enteré tarde, a causa de lo cual a punto estuve de protagonizar una ruptura conyugal: llegó a resultarme insufrible que mi marido, hasta entonces un dechado de delicadeza en su trato hacia mí, día sí y otro también me empezó a obsequiar con frases del tipo : “cariño, parece que estás engordando un poco” , o peor aún, con “¡Ay!, qué culo más hermoso se te está poniendo”, a la vez que me palmeaba ‘cariñosamente’ el trasero. Ya digo, me harté de tal manera que tomé la determinación de ponerme civilizadamente en manos de un abogado para que me llevase las cosas del divorcio. Malos tratos psicológicos, pensaba alegar.

Sin embargo, una conversación (de esas que se suelen escuchar a los viajeros que van detrás de ti en el autobús) me lo aclaró todo. Hablaban del último descubrimiento de unos científicos: hacer el amor adelgaza. Así que no seguí adelante con mis propósitos, eché la culpa del malentendido a mi ignorancia científica y me tomé las frasecitas como un cambio en la manera de manifestarme sus deseos más íntimos: al fin y al cabo, cada pareja tiene sus códigos o eufemismos más o menos tácitos para no llamar a ciertas cosas por su nombre y eso también forma parte del juego amoroso. Pero me podía haber avisado, ¡caray!.

Comprenderán ustedes que de aquel tiempo a esta parte, servidora esté mucho más atenta a cualquier noticia de índole científica susceptible de afectar al matrimonio. Por esta razón en el día de hoy siento una desazón que necesito compartir con quien lea este escrito. Desde el telediario de las 3 no hago más que darle vueltas a la cabeza y no sé cómo voy ahora a solucionar el problema. Bueno, creo que sí he dado con un remedio, poco ortodoxo, vale, pero que puede servir para mantener feliz una convivencia como la nuestra: como sé que él no ha visto las noticias y lo más probable es que mañana venga también en la prensa, creo que quitaré disimuladamente la página en cuestión, seguro que no se da cuenta, y la echaré al fuego de la chimenea.

Y es que ahora, bueno, a las 3 en el telediario, me dicen otros científicos que hacer el amor con frecuencia (lamento que no hayan dicho con cuánta) mejora la tensión arterial, alivia los dolores de espalda y, lo que más me afecta personalmente, ¡quita los dolores de cabeza!

Me pregunto si el médico de cabecera, cuando vaya a por la baja porque me duele mucho la espalda, osará decirme:

- Bah, lo suyo no necesita baja. Eso se lo alivia su marido, con mucho gusto, esta misma noche.

Pero bueno, lo del médico no me preocupa, ya que la espalda nunca me ha causado molestias. Sin embargo, ¡Dios mío!, ¿ahora qué eufemismo me invento yo cuando me empiece con lo del culito hermoso, lo de ese par de kilitos que me sobran, o sea, con los eufemismos cuya traducción sólo conocemos nosotros? ¿Qué va a pensar, si es que llega a leer la noticia, cuando yo le diga “cariño, ya sé que tengo que adelgazar un poco, pero es que hoy me duele la cabeza”?
Y no digo nada sobre qué pasará cuando ‘de verdad’ tenga una migraña de esas que me dejan tirada. Seguro que lo considera una provocación en toda regla.

¿No es preocupante?

Arga;-)
Ref: puesto el 8/4/100 17:55
Ref: Maxi puesto el 8/4/100 20:12
No me resigné Esperé al acecho Y no fue en vano De nuevo venían a mí Riendo, hablando.... Pero ellas no quisieron verme, Y pasaron de largo. Eran mis amigas..... ¿me ignoraron?