Ref: hechicero puesto el 1/8/01 0:16 |
Estándo en compañia estaré siempre ausente, igual que si no existiera, o como si de un largo viaje no hubiese llegado, en tu olfato no dejaré huella,, ni recuerdo en tu memoria, no despertaré en ti autentico deseo ni adormiré en mi boca las yemas de mis dedos que un día tu piel acariciaron. Seras tú el olfato de otro y yo,,guardaré de ti, con mas amor que nostalgía,, ese perfume dulce de tu cuerpo ese aroma que descubrí contigo,, que respiraré de nuevo. hechicero. |
Ref: puesto el 1/8/01 0:20 |
Ref: hechicero puesto el 1/8/01 6:21 |
Abándonado a la suerte de los mortales, perdido ya el soplo de un aliento y de una voz, me deslizo veloz pendiente abajo,llegándo al fondo,, desde donde no podré regresar. hechicero. |
Ref: DAJO para MACKAY puesto el 1/8/01 13:59 |
Bueeeeeeno, pues allá vamos con la contrarréplica al asunto de la consciencia :-DDD No te quejes: ya te advertí que me encanta discutir sobre estos temas... |
Ref: MÁS SOBRE LA CONSCIENCIA puesto el 1/8/01 14:00 |
Nuestro propio ombligo es un agujero negro supermasivo que engulle cuanto merodea por sus inmediaciones. Ni siquiera la luz (de la razón) escapa a su gravedad. Todo conocimiento y esfuerzo acaban siendo engullidos y, tamizados por el ombligo, adquieren en consecuencia las antropomórficas formas y propiedades con las que conformamos nuestra concepción del Universo. Así, el ombligo individual nos hace sentirnos los protagonistas de la película de gran presupuesto que es la vida. Todos los demás son actores secundarios, extras o simples figurantes. El ombligo social nos hace creer que somos una raza superior, o el pueblo elegido por Dios. El ombligo como especie nos convierte automáticamente en la respuesta que da sentido al Universo. Somos los reyes de la Creación, hechos a imagen y semejanza de Dios. Somos el resultado perfecto de la combinación de las partículas que constituían el polvo estelar, expulsadas a las regiones más recónditas por el sumidero de los agujeros negros. En realidad, el proceso ha sido totalmente a la inversa. Es necesario desandar el camino para adquirir una visión más objetiva. Visto cualquier acontecimiento desde su conclusión, parece difícil de creer que todos los factores que intervinieron en su evolución no fueran más que fruto de la casualidad. Cuando alguien sufre un accidente de tráfico, pongamos por caso, echando la vista atrás percibimos todas las circunstancias que tuvieron que darse para que sucediera. Y entonces nuestro razonamiento se inunda de condicionales: si no hubiera contestado la llamada del móvil, si Pablo no le hubiera llamado en ese momento, si no hubiera tenido cobertura, si hubiera apagado el teléfono mientras conducía, si hubiera cedido el paso a aquél vehículo quinientos metros más allá, si se hubiera parado a echarle gasolina, si no hubiera adelantado al camión, si no hubiera acortado sus vacaciones a causa de la enfermedad de su tío, si no hubiera ido de vacaciones, si fuera carpintero en vez de cartero, si no hubiera aprobado aquellas oposiciones, si hubiera estudiado otra carrera... Ante tal abrumadora cantidad de circunstancias condicionantes, concluimos con demasiada frivolidad y frecuencia sentenciando que “estaba escrito” que muriera en el kilómetro 125 de la carretera nacional 340; era su destino. Sin embargo, contemplado desde antes de que sucediera el accidente, no es difícil pensar que un insignificante cambio de planes podía haber llevado a un desenlace completamente distinto. Imaginemos, por ejemplo, que otro espermatozoide adelanta en el último instante al que fecundó al óvulo que empezó a dividirse hasta conformar a la persona que murió ayer en accidente de carretera. Es necesario desandar el camino. Nuestro Universo es sólo uno de los infinitos universos posibles. El ser humano no es el producto final de la evolución y con toda probabilidad no habría existido (entre una de las millones de posibilidades) si por ejemplo no se hubieran extinguido los dinosaurios. Lo cual, a su vez, no habría ocurrido de no ser por cierto meteorito... Dios no nos creó a su imagen y semejanza, sino que hemos sido nosotros quienes lo hemos inventado a Él y le hemos dado características y cualidades humanas. Nuestro pueblo, nuestro Dios, nuestra cultura, no es más que uno de tantos. El mundo habría sido completamente distinto si los alemanes hubieran adelantado algunos meses la construcción de su bomba atómica, si Atila no hubiera muerto ahogado en su propio vómito en su noche de bodas, si los vikingos suecos no se hubieran alquilado como mercenarios a las tribus rusas rivales entre sí... Yo no soy el protagonista de la película de la vida. Entre otras cosas porque hay más de cinco mil millones de personas que creen justamente lo mismo, que tienen idéntica percepción de sí mismos, el mismo ombligo, la misma ¿consciencia? individual. Por eso creo que deberíamos tratar de definir la “consciencia” como algo que no es exclusivo del ser humano. El Diccionario de la Real Academia nos ofrece tres acepciones sobre este término: 1. f. Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta. 2. Conocimiento interior del bien y del mal. 3. Conocimiento exacto y reflexivo de las cosas ¿Pero estamos completamente seguros de que los animales no tienen consciencia? Se han hecho algunos experimentos con animales que parecen rechazar esta teoría. El más célebre (y ahora no lo recuerdo con exactitud, pues hace mucho tiempo que tuve conocimiento de ello) tenía que ver con la imagen especular de un simio. Contemplada su imagen reflejada en un espejo, al cabo de cierto tiempo era capaz de reconocerse en ella y no creer, como al principio, que se trataba de otro animal distinto. ¿Por qué los animales son capaces de identificar situaciones de peligro? ¿Por qué huyen de sus depredadores? ¿Y la inteligencia artificial, podrá llegar algún día a adquirir consciencia de sí misma? Estas preguntas puede que nos ayuden a entender mejor qué es y cómo funciona la consciencia del ser humano. Desde mi punto de vista (bastante ignorante, lo reconozco), tiene consciencia de sí mismo todo ente capaz de reaccionar para evitar una situación de peligro, sin que esta respuesta sea producto de un acto reflejo previsto de antemano (ya sea por información genética o digital). Esta cualidad implica capacidad para la predicción. Sólo así un organismo es capaz de anticipar las consecuencias de determinados acontecimientos. Esto nos llevaría a otro interminable debate acerca del momento en el que el ser humano adquiere plena consciencia de sí mismo. ¿Un bebé se percibe a sí mismo como una entidad autónoma, única en el mundo? ¿Cuándo y cómo se conforma la consciencia? ¿Existe una protoconsciencia que va dando paso a una consciencia más adulta e inteligente? ¿Es esta la diferencia (la inteligencia) entre los distintos tipos de consciencia de los seres vivos? Por tanto, yo no bucearía hasta el universo atómico para explicar la consciencia. En rigor todo el Universo está constituido por átomos, y estos por protones y neutrones que a su vez están formados por quarks (arriba, abajo, extraño, encanto, fondo, cima) y leptones (electrones, muones, taus) con sus neutrinos asociados. Por tanto es evidente que nuestra consciencia depende de la disposición de los átomos y sus subpartículas, pero el resto del Universo también. Incluyendo el alma del ser humano, cuya improbable existencia sólo podría ser explicada también desde este universo cuántico. Por eso, yo no descendería hasta los átomos para definir la consciencia. Creo que es necesaria una determinada complejidad biológica para que llegue a darse. Los ladrillos de la consciencia los conforman, como ya dije en mi anterior escrito, las relaciones que establecen las neuronas (en el caso de los humanos) entre sí en función de los estímulos que las afectan. Por no ser excluyente en relación a otros posibles tipos de consciencia, especifico en el párrafo anterior que es una definición de la “consciencia del ser humano”. ¿Podría darse el caso de que en un futuro, más o menos próximo, determinados programas informáticos pudieran actuar como las neuronas, estableciendo conexiones nuevas entre sí en respuesta a estímulos externos y, en función de estas conexiones, generar respuestas originales? Quien sabe. Si ello sucediera, no me cabe la menor duda de que en ese futuro imaginado las “máquinas” tendrían consciencia de sí mismas y, por tanto, reaccionar como Hal, el ordenador de “2001, una odisea en el espacio”, de Stanley Kubrick. Y todo ello sin necesidad de recurrir a supuestos teóricos ajenos a la materia de que está constituida el Universo, tales como el alma, el espíritu humano, etc. Ahondemos en tu referencia a la doble consciencia de algunas personas. Me parece muy interesante y un argumento a favor de mis tesis. Dices que “bajo ciertas circunstancias, a veces producidas por accidentes, ha habido casos en que una persona se ha desdoblado en otras dos completamente distintas. Un cerebro humano puede albergar una o varias consciencias.” Hasta ahí estoy de acuerdo, pero no con tu conclusión cuando afirmas que “por ello, resulta imposible asegurar de antemano que nuestra consciencia tenga una correlación simple y universal con la estructura física del encéfalo.” Desde luego, lo que descartan estos ejemplos es la presunción de una especia de “alma” que actúa a modo de consciencia. ¿Dos almas para un solo cuerpo? En cambio no contradice, sino que apoya, la idea de que la consciencia es únicamente producto de la estructura del cerebro y de la comunicación que entre sí establecen las neuronas. Cuando esta comunicación falla, la consciencia se altera. Se divide a veces, como en el caso de la esquizofrenia; se deforma como en la paranoia; etc. Es más, no existe una única consciencia a lo largo de toda la vida de una persona. Ya hemos hablado de una hipotética protoconsciencia en los bebés. Mi consciencia no es la misma que hace unos días, aunque aquella forme parte de la actual. La consciencia evoluciona, cambia. Desde este punto de vista, tu experimento imaginario del clon idéntico puede analizarse con una luz distinta. No sabía que la Ley de la Relatividad prohíbe los viajes en el tiempo. Es más, tenía idea de que, al menos teóricamente, los validaba. Al menos a esa conclusión llegué tras leer “Historia del tiempo”, de Stephen Hawkings. En cualquier caso estamos empatados pues, como tú mismo reconoces, la Mecánica Cuántica detesta la reproductividad idéntica átomo a átomo :-DDD Pero tratemos de dar más respuestas a tu planteamiento. Hemos logrado reproducir mi consciencia en un ordenador o en una cubeta con formol :-D Bien, ¿y qué? ¿Cuál es la contradicción con la definición de consciencia? Habríamos creado una consciencia idéntica a la mía, pero no sería la mía. Si mi consciencia es capaz de convivir con otra consciencia al mismo tiempo, en el mismo cerebro, por qué no va a suceder lo mismo cuando la réplica se ubica en una red neuronal artificial? La clave, en este caso, habría que buscarla en la comunicación. Si existe comunicación entre ambas redes neuronales, habría que aceptar que mi consciencia se ha ampliado (mejor que duplicado, porque la consciencia siempre es una) y que ahora incorporo a mi estructura neuronal esa otra red, que también me aporta datos y experiencias sobre las que establecer nuevas conexiones. No hay contradicción. Tanto si esa otra red está en el laboratorio adjunto a mi salita, como si se encuentra en Alpha Centauri. Pero si no hay comunicación entre ambas redes, entonces no hay una consciencia, sino dos. O tres. O las que sean. Y puede que en el instante de la clonación reaccionara de idéntica manera a como lo hago yo ante estímulos externos. Pero inmediatamente, en función de esos mismos estímulos externos, sus respuestas empezarían a diferenciarse de las mías. Dajo |
Ref: De Dajo puesto el 1/8/01 14:02 |
No recibo ni un puñetero correo. Ni siquiera de ninguna de las listas a las que estoy suscrito, así que supongo que los servidores están en efecto colapsados por el reciente virus. Lo digo para que nadie piense que no le contesto, si me ha mandado algún correo y no obtiene respuesta. |
Ref: las tres parcas puesto el 1/8/01 23:41 |
Sigo esperando tus mensajes o algo. Y ahora no puedo conectarme cuando quiero, pero en fin. Saludos desde el desierto amarillo. |