Ref: DAJO para CRUZHADA puesto el 23/7/01 0:14 |
Gracias por tu amabilidad, Cruzhada. Pero todavía falta el epílogo... :-*** |
Ref: EL HOMBRE DE LA CAVERNA puesto el 23/7/01 0:14 |
EPÍLOGO ¿Crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?. Símil de la caverna. PLATÓN “Sigan con nosotros porque Teodoro Vázquez ya ha llegado al plató y dentro de unos instantes estará aquí con todos nosotros para contarnos cómo ha vivido él estos treinta y cinco días. Pero eso será después de la publicidad”. Un ejército de maquilladores, estilistas, técnicos de sonido, etc., se arremolinaron en torno a su figura. Los médicos habían sido los primeros que se ocuparon de atenderlo, curarlo, estudiarlo, adecentarlo. Después vinieron los psicólogos, con sus palabras envolventes, sus preguntas incontestables. Todavía no tenía plena conciencia del tiempo. A decir verdad, no tenía plena conciencia de nada. Se encontraba débil. Una enfermera le quitó los cables de alimentación intravenosa, los electrodos que tenía repartidos entre su pecho y su cabeza afeitada, y se marchó con paso rápido llevándose consigo el apresurado informe médico. Y de repente se encontró esperando tras una cortina de color rojizo a que acabaran los anuncios publicitarios que espiaba en una pantalla gigante. Oyó una melodía familiar. Unos acordes de arpa que, de alguna manera, asociaba al sonido de la tormenta. En la enorme pantalla de televisión, la presentadora volvió a repetir su nombre. “Recibamos con un fuerte aplauso a Teodoro Vázquez”, dijo aumentando el volumen de su voz a medida que avanzaba el final de la frase. Oyó una fuerte ovación. Miles de personas abarrotaban el estudio de televisión. La mitad de ellos, tal vez, eran virtuales. La gente coreaba su nombre a gritos, aplaudían, silbaban. “Bienvenido, Teodoro –dijo la mujer–. Ni te imaginas la que has armado, hijo. ¿Qué sientes en este momento, con toda esta gente apoyándote?”. Teodoro no pudo responder. Estaba atónito. Se sentía tremendamente extraño. “Tranquilo –siguió la mujer–, es normal que no te ubiques. A todos os sucede lo mismo en mayor o menor medida. Te pondremos un vídeo y luego hablamos, ¿ok?”. La pantalla gigante se iluminó de nuevo. Oyó la música del arpa, leyó “Los cavernícolas” en letras móviles que se desvanecían en un fundido a negro y entonces aparecieron veinte personas en la pantalla. Entraban a este mismo estudio entre vítores y aplausos. Las imágenes se sucedían a gran velocidad. Se vio a sí mismo entre el grupo de personas, despojándose de sus ropas y penetrando en un túnel excavado en la pared. La presentadora le decía algo, trataba de retrotraerle a aquellas imágenes. Vio una pared vertical que emergía del mar. Y en ella diminutos huecos. En uno de estos huecos, protegido por barrotes, pudo distinguir su propio rostro asomado al acantilado. Se contempló en picado dentro de la caverna, comiendo, bebiendo, durmiendo. La música pegadiza dejó de oírse y los espectadores volvieron a aplaudir. “La verdad es que no has dado mucho de sí, Teodoro, eso hay que reconocerlo. ¿Eres consciente de lo soso que has sido?” La mujer lo miraba a los ojos. Se oyó a sí mismo dudando, tartamudeando, tratando de dar a entender que no era consciente de semejante actitud. De alguna manera, todavía creía estar dentro de la caverna, soñando que soñaba el estudio y que su imaginación había creado hasta la última arruga del rostro de la presentadora. Ésta se excusaba mirando a la cámara. Decía que el shock era mayor en unos concursantes que en otros, pero que no obstante todo estaba controlado y dentro de lo que se podía considerar normal. Él sólo quería que lo dejasen en paz. Y de repente volvía a hablar de lo soso que había sido. Que sin duda esa había sido la razón por la que la audiencia había decidido expulsarlo. Le molestaban los focos. Sus ojos lagrimeaban. Tal vez la presentadora pensó que se había emocionado. El público aplaudió conmovido. Alguien con una bata blanca se acercó a atenderlo. La mujer siguió hablando. “Veinte personas se introdujeron voluntariamente en cavernas sin alimento, ni ropa. Completamente desnudos e indefensos; sin recuerdos, desprovistos de su propia identidad gracias al trabajo de nuestros excepcionales neurólogos. Ustedes deciden quiénes deben abandonar el concurso. Hace cinco días Teodoro Vázquez era el más votado por la audiencia, pero finalmente ha sido nuestro equipo de médicos el que ha determinado que nuestro invitado de esta noche deba interrumpir su aventura en “Los cavernícolas”, debido a la sorprendente actitud de este concursante que ha estado a punto de amenazar su propia salud. Por ello, pese a que el signo de los votos había cambiado en los últimos dos días, hoy Teodoro está fuera del concurso. Para él ya no será el millón de euros. Quedan dieciséis concursantes. Y ustedes decidirán quién se llevará el premio final.” Algo que le habían administrado le devolvió a la realidad. Teodoro miraba ahora con otros ojos todo lo que sucedía. Buscó con la mirada el rostro de su esposa entre el público asistente. “¿Mejor ya?”, le preguntó la mujer. Asintió con la cabeza. “¿En qué he fallado?”, preguntó a su vez. “La audiencia se aburría contigo. Pero la razón última de tu expulsión es que no encontraste la solución, Teodorito. Sólo tenías que dejar pasar el tiempo. La acumulación de heces y orines en el orificio del suelo acabarían accionando por el peso un mecanismo que te habría permitido abandonar la caverna y pasar a la siguiente fase. Pero tú habías dejado de comer, hijo, es que no tienes perdón. Quedan dieciséis concursantes y sólo dos están todavía encerrados en la caverna. Vas a ver ahora un vídeo con tus mejores momentos dentro de la caverna.” Volvió a contemplarse dentro de la cueva. Desnudo, dormía enroscado en un rincón, adivinaba el pánico en sus ojos cuando oía la tormenta. Una secuencia mostró cómo fue evolucionando su forma de comer: pausada y serena al principio, desaforada al final. Salieron frases sueltas que pronunciaba en voz alta. Y distintos momentos masturbándose en la oscuridad de su prisión. Orinándose sobre sí mismo, sus ojos perdidos y su rostro demacrado, la inmovilidad de su cuerpo en los últimos días. Luego pudo ver unos hombres de negro que penetraban en el interior de la caverna y lo sacaban de allí. Era trasladado en una camilla. La cámara se acercó a su figura, rodeada por médicos. Tomó un primer plano de sus ojos abriéndose. Y su boca pronunciando una frase: “¿Eres..., tú eres Dios?”. El público volvió a corear su nombre y a aplaudir. La presentadora rió divertida. “No te imaginas la cara del doctor Alarcón cuando le hiciste la pregunta”. Poco más duró la entrevista. Le explicaron que cada vez que alguien era expulsado, simulaban una tormenta para que los posibles ruidos no alertaran al resto de concursantes. Y pudo ver imágenes de los concursantes que todavía no habían sido eliminados. Sólo dos permanecían aún en las cavernas; los demás estaban en una especie de cueva inmensa, con pinturas rupestres en las paredes, haciendo el amor unos con otros, peleando por favores sexuales, disputando parcelas de poder. La comida ya no eran cuencos, sino animales enteros asados que aparecían en otra estancia, con el acceso restringido a unas determinadas horas cada día. Había distintos grupos e concursantes enfrentados entre sí. Y habían establecido turnos de vigilancia mientras dormían. No lamentó en absoluto no estar allí. Abandonó el plató acompañado por dos azafatas. El público aplaudió todavía, pero ya estaba mirando de nuevo las pantallas gigantes, observando las evoluciones de los concursantes. Se giró, justo antes de abandonar el estudio de televisión. Sobre una de las pantallas de televisión había una imagen congelada de sí mismo mientras se masturbaba. Pensó en el plató como si fuera una caverna. ¿Qué sabían todos aquellos espectadores sobre la naturaleza del mundo real? Si pudiéramos entendernos con un mosquito, llegaríamos a saber que también él navega por el aire con ese mismo pathos y se siente el centro volante de este mundo. FRIEDRICH NIETZSCHE Dajo |
Ref: De Mackay a Chica puesto el 23/7/01 0:42 |
Bueno. Eso de los 80 años... La verdad es que tengo bastantes menos. Soy mayor que Cruzhada, aunque más joven que tú. Quizá tenga la desgracia de ser haber envejecido mentalmente mucho más rápido que físicamente. Una vez mantuve una conversación con mi padre, sobre temas laborales, tras la cual, empecé a plantearme que algo marchaba mal: él era más optimista que yo. Y respecto al asunto de la ciencia en España, tengo la misma visión que una persona de más de 80 – un poco menos amarga -. De cualquier forma, todos los que conocemos algo sobre la ciencia en nuestro país, acabamos con ganas de echarnos a llorar – y no hace falta tener tantos años; los becarios de investigación, al segundo año, acaban pensando lo mismo -. En cuanto a lo de los amoríos, es un tema en que mi pesimismo se hace máximo. Y no se debe más que a una cosa. Dedicarse a la ciencia, mi campo, requiere ser muy capaz de soportar la desesperación. Laboratorios de cientos de millones muertos de risa porque el gobierno no quiere dar dinero para personal, desprecio social y político de tu labor, y podría seguir. Para la gran mayoría de los científicos jóvenes, sólo hay dos caminos: el abandono o la emigración. Sin embargo, con todo lo mal que están las cosas, puedes esforzarte, puedes pelear e, incluso, avanzar un poco. Duro y mal pagado, pero muy a lo lejos, puedes vislumbrar una lucecita insignificante, si tienes el tesón suficiente. En el amor, ningún esfuerzo sirve. Es una cuestión de pura suerte. Siempre me han hecho gracia las películas o relatos románticos – por cierto, no soporto todo lo que tenga la etiqueta de “romántico”, con escasas excepciones; desgraciadamente, hoy te encuentras historias románticas en casi todo... aunque sean películas de guerra -; sobre todo aquellas en las que un hombre, a base de esfuerzo e insistencia, consigue a la chica de sus sueños, a pesar de todas las trabas que ella misma, u otras circunstancias, interponen. Una patraña bien gorda. O bien le gustas desde el primer momento, o todo esfuerzo es inútil. Por supuesto, que ella esté enamorada de ti no basta, hay que esforzarse en agradarla. Pero difícilmente una mujer se enamora de alguien que lleva conociendo años. Una vez que te han asignado la etiqueta de “amigo”, lo eres de por vida – salvo los casos que ya he mencionado, de peleas con el novio, en los que salen un par de meses con cualquiera, para olvidar, ya sabes -. Al menos, esta es mi experiencia. Y supongo que la mayoría de los varones estarán de acuerdo – conozco algunos que no, por cierto -. Sin embargo, no sé por qué, ninguna chica está de acuerdo. Algunos detalles que se me han pasado. En general el hombre de su vida, ese que el 98% de las mujeres conoce entre los 18 y los 22, suele serlo hasta unos 10 o 20 años después. Entonces, por desgracia, vienen los divorcios y esas cosas, en un montón de casos. Aunque no en todos. La vida no es un camino alegre. Supongo que de eso sabes algo más que yo, sólo por edad. Dices que no crees que se trate de buscar desesperadamente, pero tampoco de tirar la toalla. Estoy de acuerdo en lo primero. La desesperación no vale la pena. Este tipo de cosas te llega sin que puedas decidir cuando o como. Tuya es la decisión de dejarlas pasar o no. He probado todas las posibilidades: amigas, desconocidas, chicas por las que sentí algo especial, chicas que sólo que parecían monas... el resultado siempre ha sido el mismo: desplantes (aunque esto me lo han hecho, incluso, cuando no tenía segundas intenciones pero así lo creyeron), indiferencia, volver con el novio (ya te digo, no fue grave porque no me acababa de convencer). Sólo una extraña excepción, aunque el resultado final fue el mismo. Y estoy harto. No te creas que las mujeres sois tan complicadas. Sois difíciles, pero no imposibles. De un tiempo a esta parte estoy empezando a entenderos un poco. Las chicas que conozco suelen ser desapasionadas y prácticas, aman poco y muy lentamente (me matas, pero es lo que he visto). Si yo tuviera un corazón así, supongo que las comprendería mejor. A veces, pasan a un palmo de alguien que conocen, sin hacerle caso, sólo para saber si sigue interesado en hablar con ella. Y, a veces, las amigas se compinchan para dejar a una de ellas a solas con algún muchacho; te proponen quedar en grupo y, al llegar el día, todas menos una no pueden asistir (precisamente la única que puso pegas, o que no lo propuso). Ansían que las quieran, pero sin pasarse. Claro, que todo esto se basa en las que he ido conociendo. No sé cómo serán en otras ciudades o países O:-). Mientras escribía esto, ya que hablábamos de instrumentos, sonó una pieza de gaita irlandesa interpretada por Davy Spillaine. Uno de los mejores gaiteros del mundo... En serio. Hasta pronto. |
Ref: De Mackay a DAJO puesto el 23/7/01 0:50 |
Sencillamente fabuloso. Se me ponen los pelos de punta al pensar que, un concurso tal y como lo pintas, quizá exista dentro de pocos años. Todos conocemos ya otras versiones menos brutales de este concurso que pintas. La audiencia, y por consiguiente, el dinero cada día pueden más. Siempre ha sido lo más importante, algo por encima de todo. Pero, al menos, antes se le oponía la moral. En nuestros tiempos, ni siquiera eso. Hasta pronto. |
Ref: puesto el 23/7/01 1:07 |
Joder tía, empalagas, estás hasta en la sopa, repeles, en cualquier comentario estás tu, ¿no te cansa hacerte notar tanto?, como me recuerdas a la del "pelo-rojo". Descansa un poquito guapa, vete de vacaciones. |
Ref: puesto el 23/7/01 2:08 |
a qué pesada te refieres concretamente? |
Ref: puesto el 23/7/01 2:54 |
Repito la felicitación aún más efusiva tras el epílogo. Buen relato, Dajo. Reflejas lo que tanto tememos algunos de los concursos que últimamente hacen furor en este país. cruzhada |
Ref: Para Halcón P. puesto el 23/7/01 9:46 |
Corasssón, dame un toque cuando puedas. Besos |
Ref: CM puesto el 23/7/01 11:07 |
Saludos a tod@s Vampiros del castillo y de la casa. Casi ya los había olvidado aún sabiendo que sólo era un sueño. Demasiados años de vampiros para no querer seguir despierto. Cuando la noche se impone al día vuelven a desplegar sus alas. Como sombras se recortan frente a la luna y un escalofrío estremece la espalda. Cual tío vivo en el cielo se intercambian de extremo a extremo. Están de un lado y del otro pendientes del mismo cuello. Son de la misma bandada aunque alguno nació en la casa. Aún restos de sangre roja llevan en la boca y en las patas. ¡Cuidado pueblo no té cojan con el sueño!. ¡Un vampiro es un vampiro!. ¡Que la historia la sabemos!. ¡No nos duerman con los cuentos!. http://www.el_monte.galeon.com |
Ref: puesto el 23/7/01 18:34 |
:-) |
Ref: a qué pesada te refieres puesto el 23/7/01 18:40 |
A la que esta en la parte inferior de tu mensaje.Posiblemente seas tu. Apestas. |
Ref: al de las 18.40 puesto el 23/7/01 19:25 |
siempre respetando la "libertad de expresión" eh? Eso sí, que la tuya hay que respetarla, pero tú la ajena... harina de otro costal. Ea! Yo tampoco digo quién soy! |
Ref: puesto el 23/7/01 20:31 |
Eran necesarias tantas palabras para expresar una idea tan barata y mediocre, dajín? |
Ref: a 18:40 puesto el 23/7/01 21:39 |
¡Que te follen a ver si mejora tu carácter! |
Ref: UNAS PUTAS puesto el 23/7/01 21:51 |
A las mujeres no les gusta follar y si les gusta las llaman ninfómanas Si les gustara o gustase no existirían las putas Las putas viven de las mijeres casadas que pasan del sexo ¿Será para que otras mujeres se ganen la vida? ¿SOLIDARIDAD? |