Ref: LSV puesto el 19/7/01 0:09
:-)
Ref: De Mackay a DAJO puesto el 19/7/01 0:17
Lo primero que me ha llamado la atención de tu texto, es la referencia a las explicaciones científicas del amor. Algo oí de ese estilo, hace algún tiempo. No lo niego, de hecho, todos nuestros pensamientos y emociones deben tener su reflejo físico. Al leer tus líneas me vino a la mente una reflexión que me he hecho más de una vez. He oído decir a mucha gente que la Ciencia ha demostrado que no existe lo sobrenatural, en el sentido de que, por ejemplo, el explicar una tormenta como el resultado de ciertas condiciones de presión y temperatura en una región de la atmósfera, queda demostrado que no son obra de un dios de las tormentas. Bueno, no estoy de acuerdo. Explicar que las tempestades se deben a fenómenos físicos significa, exactamente, eso, y no otra cosa. La afirmación “no existe el dios de las tormentas” no es consecuencia de la explicación científica, es algo que añadimos y no es demostrable en función de los enunciados de la ciencia que empleemos, la física en este caso. Cuando un científico nos demuestra experimentalmente que su mecanismo de formación de tempestades es capaz de explicarlas, sentimos que hemos “matado” a ese dios; pero no es más que un sentimiento. Entre todas las ecuaciones que regirán el proceso, no encontraremos alguna que implique lógicamente que no existe el dios de las tormentas. Es más, ese dios podría existir sin que la explicación científica se viese afectada en modo alguno. Lo que sí podríamos afirmar es que ese ente debería ser invisible, dado que no se le ve nunca azuzando a las nubes, que no puede ser grande, porque entonces, nuestras ecuaciones, que tan bien describen el suceso, se verían muy afectadas por algo que no hemos tenido en cuenta, y que no hace caso a los seres humanos, porque las ofrendas de los supersticiosos depositadas en el viejo altar no detienen las tempestades. Pero si alguien dice que el dios de las tormentas es un ente inmaterial, capaz de desequilibrar las condiciones locales de la atmósfera a voluntad, de una manera que no altera mis ecuaciones, podré creerle o no, pero no podré llamarle iluso, porque no tengo en que apoyarme. Su afirmación no será científica, pero no seré capaz de rebatirla.
Otra reflexión es que, si construyo un modelo matemático que reproduce fenómenos naturales, eso no quiere decir que la naturaleza sea así. Una cosa es que describa a los electrones como “bolitas”, y otra cosa muy distinta es que lo sean. Por ejemplo, se puede poner por escrito la descripción de una persona, pero eso no quiere decir que tal ser humano sea realmente así. Si la descripción es acertada, comprobaremos que las cosas que hay escritas se ajustan a la realidad, pero no tendría sentido hacer más caso de la descripción que de la propia persona.
¿Que a qué viene todo esto? Bueno. El caso es que he vuelto a estas líneas después de dos días... y no me acuerdo muy bien. Creo que iba a hablarte de que puede existir algo inmaterial en nuestros sentimientos, en nuestra voluntad. Del experimento imaginario siguiente: supongamos que hago una copia idéntica de mi mismo, hasta el último átomo – esto podría no ser viable, pero también podría ser realizable -. Si mi voluntad es, sólo, algo material, entonces, en un instante, habría dos conciencias idénticas en el Universo. Pero desde el momento en que ambos clones abriésemos los ojos, comenzaríamos a cambiar. Aunque mirásemos lo mismo, lo veríamos desde ángulos levemente distintos. Si a él le cerrasen los ojos, yo seguiría viendo. Seríamos dos seres idénticos, pero distintos al tiempo. Si soy, exclusivamente, la materia que me conforma, ¿cómo podríamos tener dos consciencias distintas? Una respuesta puede ser la siguiente: un ser humano no es reducible, sólo, a los átomos que lo conforman. Una parte fundamental de nuestro ser reside en nuestra interacción con el medio ambiente, cosa reducible a procesos físicos y químicos.
Podemos llegar a una paradoja. Supongamos que a mi clon y a mí, nos congelan. A él, se lo llevan a Alpha Centauri, que está a 4 años-luz de aquí. Si mi voluntad es sólo el resultado de mi cuerpo físico, si mi clon es despertado en Alpha Centauri, resultaría que mi ser se encontraría allí. Si, lo duermen, y un mes después, me despiertan a mí, ahora mi consciencia estaría en la Tierra, con lo cual, mi voluntad es algo capaz de violar el límite relativista de velocidades. O bien, yo, como ser pensante soy irreproducible, con lo cual, hay algo inmaterial en mí que me define, o bien la consciencia es algo inmaterial, no sometido a las leyes de la física, o bien, como dice Penrose, la consciencia es un fenómeno cuántico, en cuyo caso, la transmisión de mi voluntad a velocidades superiores a la de la luz podría permitirse, dado que mi clon y yo seríamos parte del mismo sistema cuántico (no te preocupes, yo tampoco lo entiendo muy bien).

¿Moraleja? Te cito vilmente: “¿qué importa si lo que siento es una cualidad del alma humana o una simple reacción provocada por la liberación de hormonas, proteínas o qué sé yo? Ello no cambia, en cualquier caso, los efectos psicosomáticos que provoca en las personas.”

¿Otra moraleja?: quizá creer que nuestros sentimientos son algo más que meras reacciones químicas no sea tan descabellado. La ciencia, como apuntaba Gödel, no es una estructura autosuficiente.

¡Buf! Esto es algo definible como “írsele a uno la olla”. Desde que leí a Popper ya no soy el mismo. Y mañana, hablo de amores otra vez.
Ref: Mackay a Cruzhada puesto el 19/7/01 0:19
Claro que no eres una sobra. Ni tú, ni ninguna chica. Ni tampoco el hecho de que hayas tenido novio durante mucho tiempo te convierte en una apestada. Mi afirmación iba por otro lado, pero te contesto mañana, que ahora tengo demasiado sueño.
Ref: DAJO para MACKAY puesto el 19/7/01 1:09
Um, interesante. Te advierto (¿de?)que me encantan estos temas. Y discutir sobre ellos, muuucho más :-DDD De hecho podría estar rebatiendo, proponiendo, inventando (unas veces con acierto, otras errático) supuestos durante semanas sin cansarme. Así que tendrás noticias mías... (jejejeje).

De momento sólo quiero dar un argumento a modo de precipitada defensa: el hecho de que la ciencia explique un fenómeno no hace que éste pierda ni un ápice de su fascinación, de su grandiosidad, de su belleza. Antes bien, al menos en mi caso, la aumenta considerablemente.
Ref: Heimdall a Mackay puesto el 19/7/01 6:04
¡¡Hay que joderse!!, para una vez que me apetece entrar en debate porque realmente el tema se presenta muy entretenido, me tengo que ausentar de estas páginas y además durante un egg y parte de otro...
A fer, por puntos:
Tu punto de vista en principio es muy bueno Mackay, aunque tiene varios trucos: (ya estamos otra vez llevandote la contraria, lo siento, va por rachas supongo... ;) )
El tema del dios de las tormentas es tan grande y estoy tan de acuerdo en casi todo que no lo quiero tocar excepto para hacer una apreciación: Si bien es cierto que la ciencia no podría demostrar la no existencia y por ende la no actuación de un dios en la formación de una tormenta, no es menos cierto que ésta creencia no se interpone y por supuesto tampoco podría negar, el hecho, también cierto y comprobable (ésta vez sí) de que en la formación de las tormentas influyen ciertos elementos ambientales, perféctamente "tangibles" (admitiendo como tales elementos como el aire o una nube, "normalmente algo" difíciles de tocar)
Como ves, y a lo sumo, podríamos establecer que lo que hace que se forme la tormenta son esas ecuaciones científicas, aunque detrás de ellas pueda haber un dios que decida dónde, cuándo y de qué magnitud formarlas.
Por ello, no sé si estarás de acuerdo en que estamos reinventando la rueda, pues ésa es exáctamente la razón (no, la rueda no, lo anterior) por la que sigue la eterna disputa entre ciencia y "Dios" (la teología es en sí una ciencia). La ciencia no para de decirnos que Dios no existe y nos dá cómos, qués y si es suficiéntemente precisa hasta cuándos y dóndes... pero no nos sabe decir quién... y si te fijas, ésa es la única y también eterna respuesta que buscamos en la religión... ¿Por qué (no me contradigo.. ya verás) ha pasado esto?... ¿a quién le tengo que pedir cuentas?
La ciencia nos dice que se formó una tormenta, nos dice cómo se formó, nos dice dónde se formó, nos dice por qué se formó, pero no nos consuela cuándo se cae un avión por esas razones... entonces se busca un culpable, mejor, un "responsable" que nos diga por qué, pero no por qué ha pasado, ya tenemos la ciencia para eso, sino ¿por qué a ése avión en particular?, o lo que es lo mismo: ¿Quién ha decidido ésto?, ¿quién es el responsable?. Ya ves, que el cómo se forma la tormenta sigue sin entrar en disputa con el quién la forma... pueden convivir las razones científicas con las "paganas". Del mismo modo puedes representar como quieras la adenina, la guanina, la timina... pero al final serán las mismas, las que formen las cadenas de ADN de las que estamos hechos... por eso mismo es una representación, porque aunque el pedazo de papel en el que tengas escrita la descripción de esa persona, no sea ESA persona, si la descripción es científica y exhaustiva (lo cual significaría folios y folios, no solo es alto guapo y cascarrabias) esa descripción nos daría una clarísima representación de la persona en cuestión, física, intelectual, moralmente... de todo.
En cuanto a lo del clón, partes de una base buena, pero falsa por generalización. Me explico, dices al principio: "todos nuestros pensamientos y emociones deben tener su reflejo físico", ésto parece tener continuidad a lo largo de toda tu disertación como una base sólida. El pensamiento es obra de reacciones químicas comunes en todos (o casi todos) los cerebros, que a su vez "suelen" ser comunes a la raza humana... (siempre hay alguno que se empeña en demostrar que se puede respirar sin usar el cerebro, pero... ;) ) luego, si todos pensamos con las mismas reacciones químicas, es porque el pensamiento (algo hetéreo) se debe a algo tan tangíble como el cerebro y su química... bueno... si... pero por esa regla de tres, todos tenemos cerebros parecidos en dimensiones, peso, etc.. y todos los mismos elementos químicos, por lo que se podría decir que todos tendríamos que pensar lo mismo, cosa por supuesto no sólo es falsa sino ridícula como mero planteamiento, y es que son precísamente las pequeñas diferencias de tamaño, peso, "longuitud de una neurona" o que ésta haga o no contacto (yo que sé) lo que puede condicionar la reacción o no del cerebro ante un determinado estímulo, y eso por dejarlo en éste terreno tan pueril, sin entrar a valorar experiencias, habilidades innatas, anormalidades físicas, las relaciones con otras personas o el entorno... todo esto es lo que fundamentalmente nos va "dando forma" como persona. Por esto, a mi modo de ver, el tema del clón que desarrollas más adelante cae por su propio peso, pues aunque sea el mismo físico, y pese que nuestros pensamientos y emociones tienen su reflejo físico, ésta no es una relación directa. En otras palabras, el tema del clón tiene el defecto de que por muy idénticos que los hagas, en su evolución tienen, como en la canción, "alma, corazón y vida" PROPIAS, no serían TUS vivencias, ya que, aunque pudieramos clonar con esa exactitud a Sampras, tendría que gustarle el ténis tánto como al auténtico, tendría que aprender bajo las mismas circustnacias e imitando en espacio y tiempo los mismos movimientos, repetir las mismas lesiones... y todo para que el la final de R.Garrós, a uno de los dos se le pose un buitre leonado en la cabeza, le despiste, pierda el partido y abandone el tenis con una depresión de caballo ¡y se nos jodió el invento! (Ese es el principal problema real en lo de los clones, que por mucho clón que fuera tendría una vida propia y no creo que le hiciese gracia a nadie vivir esperando que alguien te corte un brazo porque eres el clón de Sampras y necesita uno que el suyo se lo ha lesionado.)
Moraleja: "si mi abuela fuera mi abuelo no sería mi abuela" (creo que es de un tal Perogrullo...), o lo que es lo mismo: si hicieramos un clón átomo a átomo, le sometiéramos al mismo tiempo a las mismas experiéncias, bajo las mismas condiciones externas e internas, con los mismos estímulos y la misma receptividad a ellos (¡ojo!, que no vale con contarles el cuento de caperucita roja... les tiene que gustar más el rojo, ¡¡a los dos!!, para que les guste más el cuento y asimilen mejor sus enseñanzas en lugar de las de Peter Pan... ¡que como al clón le guste más el verde tenemos a uno cazando lobos de mayor y a otro buscando piratas!)... En definitiva y parafraseando: que si el clón, fuera el "donante", no sería el clón, pero aunque sí lo fuera y así de exacto... pues en el momento en que te lo llevaran a Alpha Centaury, como allí no se ven los árboles y los pajarillos de la Tierra, mientras a tí te importaría un carajo, él se moriría de pena y pensaría que eres un miserable que te has quedado disfrutando de Inet. mientras él está en Alpha Centaury que no tiene un miserable bar, y tú, mientras, seguirías pensando ¿y a mí qué me importa ésta charla con el día tan magnífico que hace en la Tierra, más concretamente en Europa, provincia de España, región de....?
La ciencia nos cuenta cómo funcionan las cosas, en lo del amor nos cuenta periodos de enamoramiento y de "estabilidd" (Dajo, yo también tuve un profesor que lo comparaba con una enfermedad, ¿no habremos ido al mismo cole, no?), aunque no puedes esperar que todo sea "calculable y reproducible" solo porque la ciencia esté en medio; y uno de esos campos es el amor, donde influyen demasiado enormemente feromonas, situaciones ambientales, reacciones físicas, químicas... "leshe".. ¡influye de todo!, hasta el pensamiento y el razonamiento tienen cabida a la hora de escojer pareja, razones psicológicas que solo nuestro subconsciente recoje... podríamos estar toda la vida así y no pararíamos, pero, al igual que lo de la descripción del individuo en unos folios de papel, el número de factores es tan largo y tan imposible de contemplar racionalmente, que al final acabamos delegando siempre en una máquina que nos haga el trabajo de recojer todas esas "pistas" y conformarlas en una sola idea que nos viene en forma de reacción interna, de deseo, de calor en las mejillas, de taquicardia, de no poder concentrarte en otra cosa, de hacer el pato todo el día... de enamoramiento, y aunque esa máquina sea nuestro tan infravalorado cerebro, capaz de recojer y manejar incoscientemente información que nosotros no "vemos", como somos unos románticos y lo que parece que te estalla en esos casos es el pecho, decidimos hablar de flechazo y corazón... pero sí, estoy de acuerdo en que "como quiera que se llame ésto, con tomate está de lujo" y aquí poco importa qué provoque ese sentimiento, la gran idea es poder sentirlo.
¡¡Y eso es to, y eso es to, y eso es todo amigos!!



Perdón por haber cargado demasiado la página, ya he dicho que éste tema me encanta, pero hay buenas noticias para los gruñones varios que me van a poner a caer de un ciruelo... ¡hasta Agosto es posible que no vuelva!... que tranquilidad ¿eh?, pues nada, nada, siempre es un placer.
Y en serio, Mackay, Dajo, contertulios... siento dejar ésto y "salir corriendo", que parece que no dejo derecho a réplica, pero si alguien quiere contestar a la vuelta les daré un repaso a las páginas. ¡Disfrutad lo que podáis, que no se sabe qué vendrá mañana!. Un saludo
Ref: /Hon puesto el 19/7/01 9:25
El único alivio es el olvido.
Lo malo es que el olvido nunca está cuando más se le necesita.

Alec
Ref: Me falta el aliento puesto el 19/7/01 9:51

Llega el momento, me piro
Al filo de la mañana, qué frío
Que no me he puesto el sayo
Pero me he puesto como un rayo
Me siento como un esperma esperando
En un tubo de ensayo.

Congelado pero vivo
Se rompe el hielo si tiro un suspiro
Que no hay nadie más por la calle
Que sólo pienso en canciones
Que una poesía me sale
Porque se me caen los pantalones
Y es que se me escapa el aire.

Porque me falta el aliento
La fuerza, la pasta, las ganas de verte,
El encanto, la salsa, la luz de mis ojos,
Mi as de la manga,
Tus ojitos rojos,
Me faltan, me faltan.

Madrugada de hielo
Alguien que se arrastra a ras de suelo
Ya debe entrar el sol
Por tu ventana azul
Y yo, en el ascensor.
¡Qué cara, qué estúpida expresión!
Menos mal que ya no estás tú...

Tengo un reloj que se para
Siempre que tú de mí te separas
Y anoche se paró a las dos
Las dos nos separó a los dos
Que ya no hay tiempo que transcurra
Ni sudor que se me escurra por tu cuerpo
Ahí donde curra mi silencio,
Mis manos, mi boca, mis ganas, mis besos,
Mi cabeza loca, mi tema, mis sueños
Te digo porqué...

Porque me falta el aliento
La fuerza, la pasta, las ganas de verte,
El encanto, la salsa, la luz de mis ojos,
Mi as de la manga,
Tus ojitos rojos,
Me faltan, me faltan.


De Estopa.

Alec
Ref: p/Alec puesto el 19/7/01 12:36
El olvido no está, el olvido se va tejiendo día día.
hasta que un día descubre que has olvidado.
. :-**
duende...
Ref: p/Alec... puesto el 19/7/01 12:40
Un olvido que ya no te haga daño. Pero no olvidar que te lo hicieron.
No se puede dejar la memoria vacía de lo que sentimos.
duende
Ref: W - 0019 - P puesto el 19/7/01 15:41
Muchas felicidades !!!!! no te olvido (mira el correo)
besos
Ref: DAJO para MACKAY puesto el 19/7/01 18:43
    ¿Te das cuenta, amigo Mack, del pantanoso terreno en el que nos estamos metiendo? :-D
    
    DIOS. Uf. La leche. El Dios de la frontera, podría ser el título de este “post”. Amos allá.
    
    Desde que el ser humano empezó a lanzar piedras (y por tanto empezó a ser inteligente, según William H. Calvin) necesitó entender el mundo y entenderse a sí mismo dentro de ese mundo. Por qué unas veces la piedra llega más lejos que otra (si es más o menos pesada, si es plana o redonda, si la lanzo con más arco, si el brazo que la tira es más largo, si utilizo una honda, si sopla el viento), por qué los antílopes desaparecen en la época del calor, por qué se suceden las estaciones y en un determinado orden, por qué crece el maíz, por qué necesitamos dormir, por qué se producen las tormentas, por qué no nos caemos al espacio si la Tierra es redonda, por qué una partícula se comporta a la vez como partícula y como onda, por qué nacemos y morimos, cómo se formó el Universo, quién está detrás de cada gota de lluvia que cae al suelo, más allá del universo conocido, más adentro de un prión... Y a todas estas preguntas exigía respuesta el ser humano. Esta necesidad de aprehender el mundo no admitía (no admite) lagunas, porque la ausencia de respuestas implica imposibilidad predictiva, verdadero eje (supongo yo) sobre el que se asienta la inteligencia humana. Así que siempre encontró respuestas. Unas veces erróneas, otras aproximadas, otras certeras. Unas veces inventadas, otras extraídas de la observación sistemática de la Naturaleza, otras deducidas a partir de supuestos particulares, otras encontradas por puro azar... Pero siempre había respuestas. Es como cuando le preguntas a un niño. Si insistes, siempre te da una respuesta y, cuando sus conocimientos empiezan a flaquear, comienza a inventarse una respuesta que, para él, es tan válida como la verdad más evidente.
    
    Así que no es difícil imaginar por qué el ser humano necesitó inventarse la presencia de los dioses, de seres superiores que hacían que la caza fuera generosa, que sus tribus salieran victoriosas de las batallas con grupos rivales, que las cosechas fueran propicias, que las mujeres les dieran hijos sanos y fuertes. ¿Y cómo explicar entonces que de vez en cuando un mamut matara a tres de los mejores y más devotos cazadores? ¿Cómo explicar las largas épocas de sequía, la escasez de alimentos, los fetos malformados...? Sin duda porque algo no se había hecho bien. En algún momento, los orgullosos o ignorantes seres humanos habían hecho enfadar a Dios. Los brujos, hechiceros, sacerdotes, se encargarían entonces de rastrear entre el infinito abanico de acciones del ser humano para descubrir cuáles de ellas podían considerarse afrentosas, impías, blasfemas. Hasta tal punto esto ha sido así que, si te fijas bien, da igual lo que hagas, todas las religiones preservan la identidad de su Dios: si la cosecha es buena es porque has cumplido los preceptos divinos y Dios ha sido generoso; si la cosecha es mala es porque no has cumplido los preceptos divinos y Dios ha mostrado su enfado; pero si has cumplido los preceptos divinos y, a pesar de todo, la cosecha es mala, es porque Dios te está poniendo a prueba. Si sufres, Dios te compensará en la otra vida. Si se perdió la batalla, es porque el augur no supo leer en las entrañas de la gallina. Si se te cruza un gato negro tienes mala suerte, a no ser que te persignes. Si pasas por debajo de una escalera, las desgracias se cernirán sobre ti. La cal se echa a perder si una mujer con la menstruación está en las inmediaciones.
    
    Pero el ser humano fue encontrando poco a poco respuestas más precisas y demostrables. Empezó a descubrir cuáles eran las causas de las enfermedades, de las epidemias, de los diluvios, de las victorias guerreras. Y en la medida en que iba ensanchando el horizonte de su conocimiento, iba también alejando a Dios. Dios ya no era el Sol, aunque sí fue Dios el que lo puso a girar alrededor de la Tierra y construyó la bóveda celeste para que las estrellas no se desplomaran sobre nuestras cabezas. Dios no sopló directamente sobre una figura de barro para dotar de alma al hombre, ni fabricó a Eva a partir de una costilla de Adán. Pero Dios fue quien ideó el Plan de la Salvación. No construyó el mundo en seis días (entre otras cosas porque la luz proviene de las estrellas y éstas fueron creadas después de la luz), no creó al hombre a su imagen y semejanza (entre otras cosas porque un tal Darwin se dio algunos paseos por las islas Galápago) sino que en realidad todas aquellas historias sólo eran el modo en que Dios se reveló a los seres humanos, para que los seres humanos fueran capaces de entenderlo. Y cada vez el Hombre fue ensanchando más las fronteras del conocimiento. Y, justo en esa frontera, colocaba de nuevo a Dios. Un Dios más “creíble”, pero nunca aprehensible.
    
    ¿Dónde está hoy Dios? Los físicos lo habéis arrojado más allá del Big-Bang. Más allá de cualquier singularidad del Universo conocido o imaginado. ¿Y en el Universo desconocido? ¿Y más allá? Tal vez allí esté Dios. Así lo creía Einstein. Y allí seguirá probablemente hasta que empecemos a entender también ese otro Universo que ignoramos. Lo que sí es evidente es que el Cielo ya no está arriba (entre otras cosas porque no existe un “arriba”), ni el Infierno está abajo (“abajo” sólo hay hierro y níquel fundidos a unos cuatro mil grados centígrados); es más, últimamente parece incluso que ni siquiera hay un Infierno. Ya no lo necesitamos.
    
    LA CONSCIENCIA. Esto también tiene miga. Vamos a la paradoja que planteabas. Aquí coincido con Heimdall en que hay un error de planteamiento y, como el resto de la argumentación se basa en él, mi punto de vista la invalidaría desde el principio. No hace falta que empecemos por algo tan complejo como un ser humano que ha sido clonado. Pensemos en algo más sencillo, por ejemplo una simple hoja de papel. Ni siquiera la vamos a partir por la mitad. Simplemente, colocamos un objeto sobre un extremo y dejamos que al resto le de ampliamente la luz del sol. Y dejemos que pasen... tres meses. Retiremos el objeto de donde lo habíamos colocado. Y listo. No hay más que mirar a ver qué ha pasado. Y es que, en efecto, nadie cree que la inteligencia, la consciencia, la voluntad, sean únicamente el resultado de una determinada disposición de átomos. Porque en realidad los átomos, las neuronas, las células, reaccionan ante los estímulos externos. Hay quien dice que los verdaderos seres vivos son los genes; nosotros sólo somos el vehículo que toman temporalmente para perpetuarse. Y todo en nosotros no parece ser sino eso: una especie de fortaleza andante capaz de manipular en entorno para defenderse e imponerse a él. Imponerse a todo, excepto a la muerte. ¿Y por qué entonces es así? ¿Para ingresar en un Paraíso donde nos sentaremos a la mesa de Odín en un banquete eterno? La Naturaleza (¿O Dios?) ha dispuesto que sea necesario morir para evolucionar. ¿Hay algo que sobreviva a todo esto? Claro: la información acumulada, corregida y ampliada en los pares de bases que forman el ADN, prácticamente exacto al de nuestros antepasados de las cavernas. Así pues, si hasta la hoja de papel se ha transformado en otra cosa distinta al fragmento cubierto, cómo va a ser distinto en un ser humano?
    
    Es más. Supongamos que viajo en la máquina del tiempo. Y no lo hago a mucha distancia. Sólo un día atrás. Una hora. Un minuto. Un segundo. Y me encuentro cara a cara con el “yo” que era hace un segundo. No tendré dos consciencias. El verdadero “yo” es el que ha viajado en el tiempo, el otro no es más que el “yo” que era, aunque exista al mismo tiempo que el “yo” que soy. Porque mis neuronas han establecido distintas conexiones en función de lo que he experimentado. ¿Y si de repente me desdoblo? Un rayo y ¡chafzzz! me desdoblo en dos manolos. ¿Cuál de ellos soy yo? ¿Cuál conserva mi verdadera consciencia? Ni puta idea :-DDD Pero como en cualquier caso esa posibilidad en realidad es una imposibilidad, no creo que nos debamos estrujar los sesos para elucubrar sobre ello. Sólo sé que la consciencia es, desde el punto de vista científico, las conexiones que nuestras neuronas establecen entre sí en función de los estímulos que las afectan. Para mí es más hermoso que aquello que llamábamos alma. Como también es hermoso pensar que los átomos de los que estoy hecho ya existían en el Universo desde instantes después de la explosión primigenia.
    
    Del amor... mejor ya no hablamos.
    
    :-DDD
Ref: Hon/consejeros&asesores puesto el 19/7/01 19:03
Sin duda expertos tiene la santa madre iglesia que de todo saben y a los que hay que obedecer para ser una persona de provecho. Olvido ¿Esa es la solución? Pues nada, a olvidar se ha dicho. Mira tú los disgustos que me hubiera ahorrado si llego a saberlo antes. Ahora que, claro, lo difícil está en eso de olvidar pero no olvidar. A ver si lo he entendido: hay que olvidar que te han hecho daño pero no hay que olvidar que te lo han hecho... Jolín, sí que se complica la cosa. Pero nada, nada, hay que ser un alumno aplicado y seguir los buenos consejos de la gente de bien. Yo olvido pero recordando todas y cada una de las jodiendas que he estado intentando olvidar. Chapeau!
Ref: Hon puesto el 19/7/01 19:39
Cuando no tengas dónde ir, cuando te sangre la nariz
cuando te duela la cabeza y se termine esa cerveza
Cuando las alas de tu avión se derritan sin razón
y el cáncer de la soledad te haya matado en la ciudad
Yo romperé tus fotos, yo quemaré tus cartas
para no verte más, para no verte más
Y si logras sobrevivir al refusilo de maldad
preguntarás en dónde estás, preguntarás qué te pasó
Me voy a poner a fumar sin preocuparme nada más
Total ya es tarde pa volver, total ya es tarde pa soñar
Y romperé tus fotos y quemaré tus cartas
para no verte más, para no verte más
Yo romperé tus fotos, yo quemaré tus cartas
para no verte más, para no verte más
La Mosca
¿Esto es olvidar?
Ref: CM a Dajo puesto el 19/7/01 21:28
No nos conocemos, pero suelo leer tus textos. En cuanto al último comparto casi todas tus opiniones, pero lo que en realidad deseo, es felicitarte por lo bien que las has sabido expresar. Saludos.
Ref: Mackay a Cruzhada puesto el 19/7/01 23:58
Bueno. Como ya te decía anoche, voy a explicar un poco las cosas que dije. Reconozco que estoy respondiendo con cuentagotas, pero ando bastante atareado.
Antes de nada. Con lo de sobras no me refiero a la chica en sí, sino al tipo de relación que propondría. No me preocuparía especialmente que estuviera conmigo, pero con sus deseos puestos en otro; ya tendría asumido que no voy a estar con alguien que me quiera, sino con alguien a quien le interese, si es que me decido alguna vez a estar con alguien. Lo malo sería que poco iba a conseguir de ella aparte de una amistad un poquito más profunda de la cuenta. Y para eso, no vale la pena molestarse. Porque, claro, primero me daría largas durante un par de meses, a causa de que se siente dolida por el fracaso de su relación. Luego querría ir muuuuuy despacio por la misma razón, y que le diera mucha libertad. Y tres o cuatro meses después, me diría que se reconcilia con su novio y me deja. Si hubiese sido lo bastante tonto como para ilusionarme, me quedaría, no sólo con el corazón hecho trizas si no, además, con la sensación de haber hecho el primo. Ya sé que como diría cierta persona de estas páginas :-), tengo la misma actitud que el protagonista del cuento del gato – un gato de los que se usan en los coches -. Pero es que estoy más que harto de ver este tipo de cosas. Y ya te digo que no me pasó a mí de milagro. A este tipo de cosas es a lo que llamo sobras.
En cuanto a tu caso, créeme, pero no lo entiendo (no te ofendas). Has roto con alguien muy especial, pero no importa porque hay otro... ¿los querías a los dos? ¿o sólo al otro y estabas con la persona muy especial sin amarla (bueno, esto tiene sentido)? No hace falta que respondas, sobre todo, teniendo en cuenta que no deseas ampliar detalles. Básicamente, son preguntas para que comprendas por qué no lo entiendo. Te parece muy limitado que me resigne a ser un asaltacunas o bien a estar con quien no te gusta. Bueno, quizá se trate de que seas mujer. No puedo entrar en razones, porque no las sé; el caso es que, cuando estaba más en contacto con gente de mi edad – ahora soy el más “vejete” en la mayoría de los grupos :-) – era rarísimo encontrar alguno con novia (dos o tres de 20). Entre las chicas, era rarísimo encontrar una sin novio. Sé de amigas que han pasado una temporada “solteras” y se han visto en el problema de rechazar a más de un pretendiente. Y no estoy hablando de monumentos, precisamente. No descarto la posibilidad de ser un poco torpe, pero llevo años sin conocer a ninguna persona con la cual pudiera tener ni un mal “rollo”. Y no es algo que creo que cambie. Sólo tendría esos dos caminos; irme a por chicas de 17 o 18, que gustan de enrollarse con chicos mayores, o esperar a la próxima pelea de alguna amiga. No hay otra cosa, te lo puedo asegurar. Un panorama divertido, ¿verdad?
Y es que este tipo de cosas se parecen muchísimo a buscar trabajo. El éxito les llega a los que mandan currículum por decenas, y están dispuestos a tragar cualquier cosa. O bien a los que tienen una buena suerte extraordinaria. Aunque con una dificultad añadida: ninguna empresa se pone hecha una fiera cuando le envías tu currículum después de haber sido rechazado por las vecinas. :-DDDD
En fin. Por cierto, la horquilla 18-22 años es aproximada. Con 23 años, aún puedes estar en la fase de relaciones previas al hallazgo de tu hombre ideal. Sé de muchachas que hallaron su pareja “de por vida” (el divorcio existe) a los 16, y de mayores de 24 que siguen buscando. Pero la mayoría se emparejan en esas edades.
Bueno, el amor de los cuentos, tan lindo él, ciertamente sólo existe en los cuentos. ¿Y qué pasa cuando no te permiten esforzarte día a día? ¿O cuando su ex novio te lleva varios años de ventaja? ¿O cuando se ríen de tus mimos? Respecto de mi desesperanza, mi anhelo es el contrario. Ojalá, por una vez, no me abandonara nunca, y pudiese reconocer, por fin, que ese es un aspecto de la vida que es mejor que olvide. A menudo he admirado a las personas tenaces, las que no se dejan vencer por el desaliento y pelean con valor. Pero, ¿no puede esconder, a veces, tal comportamiento la cobardía? Creo que es más valiente el que se rinde duela lo que duela, porque reconoce que todo está perdido, que el que es incapaz de enfrentarse a la derrota, y prefiere seguir peleando, porque mantiene de ese modo la ilusión de una victoria. El problema de un corazón es que siempre se cura; preferiría que se me rompiese de una vez, y ya no volviera a recobrarse nunca más.
Esperar a que alguien, en el futuro, pueda cambiar esta manera de pensar, es algo que no me consuela. Ya no.
Aunque en algo estoy de acuerdo contigo. Fui capaz de ganar el color del trigo (léete El Principito), y ese será uno de mis recuerdos más hermosos. A pesar de todo, mereció la pena.
Perdón por el latazo ;-)
Ref: De Mackay a DAJO puesto el 19/7/01 23:59
Je, je, je, la cosa se anima. Como ves, tengo un “lag” espantoso – aún no he terminado las repuestas del lunes :-) -. Pero sí, nos hemos metido en terreno movedizo. Me encanta. :-).
En breve, mi respuesta. Y ahora, ya que mencionas lo del principito y las rosas, sigo con mi amigo el zorro, mi personaje preferido.
Ref: De Mackay a TODOS puesto el 19/7/01 23:59
(...) Luego agregó [el zorro]:
- Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Vendrás a decirme adiós, y te regalaré un secreto.
El principito fue nuevamente a las rosas.
- No son en absoluto parecidas a mi rosa; no son nada aún – les dijo -. Nadie las ha domesticado y no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo, y ahora es único en el mundo.
Y las rosas se sintieron molestas.
- Ustedes son bellas, pero están vacías – les dijo -. No se puede morir por ustedes. Por cierto, cualquiera que pase creerá que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que ella es la que yo regué. Puesto que ella es la que puse bajo un globo. Puesto que es ella a la que abrigué con el biombo. Puesto que es ella a quien le maté las orugas (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, a veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.


Y volvió con el zorro:
- Adiós – le dijo.
- Adiós – dijo el zorro -. He aquí mi secreto. Es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito, para acordarse.
- El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
- El tiempo que perdí por mi rosa... – dijo el principito para acordarse
- Los hombres han olvidado esa verdad – dijo el zorro -. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
- Soy responsable de mi rosa... – repitió el principito para acordarse.



El Principito (Antoine de Saint-Exupéry)