Ref: Atman puesto el 2/5/01 0:13

     Un joven trabaja día y noche,
     no importa dónde.
     Unas pequeñas manos manejan un arma
     y no importa dónde;
     pero pisa barro y pisa nieve
     y no importa dónde.
     Si llora, que llore;
     si muere, ¿qué importa?
     Joven abandonado en cualquier parte,
     allá lejos, no importa dónde.

     Te hacen jugarretas,
     te quietan los zapatos,
     pero nadie se da cuenta;
     y si lo perciben, ¿qué importa?

     Muchos te han olvidado;
     otros aún te recordamos.
     Pero tú, joven olvidado,
     no te olvides de recordarnos.


Ref: Atman puesto el 2/5/01 0:34

     Era martes y trece
     y la fina lluvia que caía
     acabó por asfixiarle.

     Desde su lecho
     él no podía verla,
     pero su pecho le advertía
     que aquél sería su último gafe.

     No importaba su nombre,
     ni cuántos años tenía.
     Tal vez su triste corazón,
     o su pulmón cansado.
     Quien le falló
     no es importante.

     Terminó allí su agonía,
     y con ella toda una vida.
     Sin embargo, una cosa nos dejó:
     el grato recuerdo
     de sus mejores momentos
     y la vanal esperanza
     de que ahora se halla
     en un mundo mejor.


Ref: hechicero puesto el 2/5/01 1:02


En este desierto,
que se retuerce en mi memoria,
se asfixian sentimientos..
..se endurecen circunstancias.
Pasos inútiles que resbalan
sobre las dunas errántes
de las arenas blandas.
Es amor...
...ilusión asesina...
sembraste en esteril llano,,
lo mejor de tú semilla.
Es voluntad...
que romperás rumbos,,,
y empezaré a soñar al despertar.
Poema inacabado
recorrido al terminar
con mirada de asustado
por no tener tu mirar.

hechicero.
Ref: Atman puesto el 2/5/01 1:08

                LA POESÍA

                            A Luis Cernuda

     ¿Por qué tocas mi pecho nuevamente?
     Llegas, silenciosa, secreta, armada,
     tal los guerreros a una ciudad dormida;
     quemas mi lengua con tus labios, pulpo,
     y despiertas los furores, los goces,
     y esta angustia sin fin
     que enciende lo que toca
     y engendra en cada cosa
     una avidez sombría.

     El mundo cede y se desploma
     como metal al fuego.
     Entre mis ruinas me levanto,
     solo, desnudo, despojado,
     sobre la roca inmensa del silencio,
     como un solitario combatiente
     contra invisibles huestes.

     Verdad abrasadora,
     ¿a qué me empujas?
     No quiero tu verdad,
     tu insensata pregunta.
     ¿A qué esta lucha estéril?
     No es el hombre criatura capaz de contenerte,    
     avidez que sólo en la sed se sacia,
     llama que todos los labios consume,
     espíritu que no vive en ninguna forma
     mas hace arder todas las formas
     con un secreto fuego indestructible.

     Pero insistes, lágrima escarnecida,
     y alzas en mí tu imperio desolado.

     Subes desde lo más hondo de mí,
     desde el centro innombrable de mi ser,
     ejército, marea.
     Creces, tu sed me ahoga,
     expulsando, tiránica,
     aquello que no cede
     a tu espada frenética.
     Ya sólo tú me habitas,
     tú, sin nombre, furiosa sustancia,
     avidez subterránea, delirante.

     Golpean mi pecho tus fantasmas,
     despiertas a mi tacto,
     hielas mi frente
     y haces proféticos mis ojos.

     Percibo el mundo y te toco,
     sustancia intocable,
     unidad de mi alma y de mi cuerpo,
     y contemplo el combate que combato
     y mis bodas de tierra.

     Nublan mis ojos imágenes opuestas,
     y a las mismas imágenes
     otras, más profundas, las niegan,
     ardiente balbuceo,
     aguas que anega un agua más oculta y densa.
     En su húmeda tiniebla vida y muerte,
     quietud y movimiento, son lo mismo.

     Insiste, vencedora,
     porque tan sólo existo porque existes,
     y mi boca y mi lengua se formaron
     para decir tan sólo tu existencia
     y tus secretas sílabas, palabra
     impalpable y despótica,
     sustancia de mi alma.

     Eres tan sólo un sueño,
     pero en ti sueña el mundo
     y su mudez habla con tus palabras.
     Rozo al tocar tu pecho
     la eléctrica frontera de la vida,
     la tiniebla de sangre
     donde pacta la boca cruel y enamorada,
     ávida aún de destruir lo que ama
     y revivir lo que destruye,
     con el mundo, impasible
     y siempre idéntico a sí mismo,
     porque no se detiene en ninguna forma
     ni se demora sobre lo que engendra.

     Llévame, solitaria,
     llévame entre los sueños,
     llévame, madre mía,
     despiértame del todo,
     hazme soñar tu sueño,
     unta mis ojos con aceite,
     para que al conocerte me conozca.


Octavio Paz. México, 1940
Ref: puesto el 2/5/01 1:16
:-)
Ref: Mephisto puesto el 2/5/01 8:23

Ayer escribí tu nombre
en un barco de papel
y lo cargué de esperanza
de ser marinero en él.
De navegar por los mares
por el agua de la noche,
sin velas, la quilla al viento,
dejar atrás los temores
y recorrer la distancia
que separa nuestros cuerpos,
para besar esos labios
que solo conozco en sueños
y para verme en tus ojos
para envolverme en tu pelo,
conocer tu piel de nieve
y cubrirla con mil besos

Ayer escribí tu nombre
en el barco de mis sueños
que se escapó río abajo
olvidándose del puerto
donde nacieron sus formas,
donde, en inconsciente empeño,
mi vida, ciega, viajera,
queda muriendo en silencio.

Ayer escribí tu nombre
en un barco de ilusiones
pensando que vencería
huracanes y tifones
al rayo y a la tormenta,
los más tremendos horrores.

Hoy me llega la tristeza
de ver sus bellos colores
desteñidos por el agua,
de ver como el viento rompe,
esparciendo sus pedazos...,
el barco que lleva tu nombre...


Ref: SOCRATES puesto el 2/5/01 9:31
Empieza genial hoy Literario...
Ref: a SOCRATES puesto el 2/5/01 9:33
.... ya verás como viene alguien y lo jode.
Ref: Atman (para seguir) puesto el 2/5/01 10:05
   
     BIOGRAFÍA

     No cojas la cuchara con la mano izquierda.
     No pongas los codos en la mesa.
     Dobla bien la servilleta.
     Eso, para empezar.

     Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
     ¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
     Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
     Eso, para seguir.

     ¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?    
     La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
     Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
     Eso, para vivir.

     No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
     No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
     ¡Ay, sí, no respirar! Dar el no a todos los nos.
     Y descansar: morir.


Gabriel Celaya
Ref: Mindaia (continuando) puesto el 2/5/01 14:22
No existen límites
cuando tus labios se deslizan en tu
boca
inenarrable
esa humedad que se acrecienta en
mis deseos
Cuando tu beso se me cuela en el alma
cuando mi cuerpo se acomoda en tu
figura
se acaba todo
y es que no hay límites
No existen limites
cuando me afianzo de ese tiempo
en que
eres mia
es el delirio
donde se excede lo irreal
lo inexistente
Y es que lo nuestro nunca vuelve
a repetirse
Mira que te oigo hablar
y puedo derretirme
¡ Adios ! los limites
todo es pasión
No existen límites
cuando tu y yo,le damos rienda
suelta
a nuestro amor
No existen limites.....

--Letra y música: Armando Manzanero--


Dedicado a mis amigos Hechicero y Zarina.

Ayer alguien dejó un "te quiero" en el aire de una noche estrellada y allí estaba yo para "respirarlo"
Un abrazo Literario.

www.mindaia.com
Ref: hechicero puesto el 2/5/01 14:24
Del poeta Sevillano Gutierre de Cetina

Ojos claros,serenos.
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué,si me mirais,miraís airados?. Si cuanto más piadosos
más bellos pareceís a aquel que os mira,
no me mirís con ira
porque no parezcaís menos hermosos.
¡Ay,tormentos rabiosos!
Ojos claros,serenos,
ya que así me mirais,,miradme al menos

Ref: hechicero puesto el 2/5/01 14:26
Minadia,,como siempre tú tan amiga,,te devuelvo el beso,,y seguro estoy que otro de parte de Zarina.

Ref: puesto el 2/5/01 14:46
Tú, Socrate, tú.
El silencio es en ocasiones recomendable.
Antes que alguién lo "j..." viniste tú.
Ref: SOCRATES puesto el 2/5/01 15:57
A veces nos los encontramos sin comerlo ni beberlo, como quien se tropieza con un conductor ebrio, ante lo cual el buen sentido o el sentido común queda inerme. Pero en fin, pongámosle consuelo poético, para no desentonar con la página.


Penoso y triste ancestro viviente
que en nuestro presente coleas
si bien entendieras tus tareas
convertido fueras ya en áspera serpiente

Para quien yo no sé pero él (¿ella?) si.
Ref: Un poco de prosa puesto el 2/5/01 17:19
                                                                                    Lucas, sus pudores
 
   En los departamentos de ahora ya se sabe, el invitado va al baño y los otros siguen hablando de Biafra y de Michel Foucault, pero hay algo en el aire como si todo el mundo quisiera olvidarse de que tiene oídos y al mismo tiempo las orejas se orientan hacia el lugar sagrado que naturalmente en nuestra sociedad encogida está apenas a tres metro del lugar donde se desarrollan estas conversaciones de alto nivel, y es seguro que a pesar de los esfuerzos que hará el invitado ausente para no manifestar sus actividades, y los de los contertulios para activar el volumen del diálogo, en algún momento reverberará uno de esos sordos ruidos que oír se dejan en las circunstancias menos indicadas, o en el mejor de los casos el rasguido patético de un papel higiénico de calidad ordinaria cuando se arranca una hoja del rollo rosa o verde.
    Si el invitado que va al baño es Lucas, su horror sólo puede compararse a la intensidad del cólico que lo ha obligado a encerrarse en el ominoso reducto. En ese horror no hay neurosis ni complejos, sino la certidumbre de un comportamiento intestinal recurrente, es decir que todo empezará lo mas bien, suave silencioso, pero ya al final, guardando la misma relación de la pólvora con los perdigones en un cartucho de caza, una detonación más bien horrenda hará temblar los cepillos de dientes en sus soportes y agitarse la cortina de plástico de la ducha.
    Nada puede hacer Lucas para evitarlo; ha probado todos los métodos, tales como inclinarse hasta tocar el suelo con la cabeza, echarse hacia atrás al punto de que los pies rozan la pared de enfrente, ponerse de costado e incluso, recurso supremo, agarrarse las nalgas y separarlas lo más posible para aumentar el diámetro del conducto proceloso. Vana es la multiplicación de silenciadores tales como echarse sobre los muslos todas las toallas al alcance y hasta las salidas de baño de los dueños de casa; prácticamente siempre, al término de lo que hubiera podido ser una agradable transferencia, el pedo final prorrumpe tumultuoso.
    Cuando le toca a otro ir al baño, Lucas sufre por él pues está seguro que de un segundo a otro resonará el primer halalí de la ignominia; lo asombra un poco que la gente no parezca preocuparse demasiado por cosas así, aunque es evidente que no están desatentas de lo que ocurre e incluso lo cubren con choques de cucharitas en las tazas y corrimientos de sillones totalmente inmotivados. Cuando no sucede nada, Lucas se siente feliz y pide de inmediato otro coñac, al punto que termina por traicionarse y todo el mundo se da cuenta de que había estado tenso y angustiado mientras la señora de Broggi cumplimentaba sus urgencias. Cuán distinto, piensa Lucas, de la simplicidad de los niños que se acercan a la mejor reunión y anuncian: Mamá, quiero caca. Qué bienaventurado, piensa a continuación Lucas, el poeta anónimo que compuso aquella cuarteta donde se proclama que no hay placer más exquisito / que cagar bien despacito / ni placer más delicado / que después de haber cagado. Para remontarse a tales alturas ese señor debía estar excento de todo peligro de ventosidad intempestiva o tempestuosa, a menos que el baño de su casa estuviera en el piso de arriba o fuera esa piecita de chapas de zinc separada del rancho por una buena distancia.
    Ya instalado en el terreno poético, Lucas se acuerda del verso del Dante en el que los condenados avevan dal cul fatto trombetta, y con esta remisión mental a la más alta cultura se considera un tanto disculpado de meditaciones que poco tienen que ver con lo que está diciendo el doctor Berenstein a propósito de la ley de alquileres.
 
                  de "Un tal Lucas", Julio Cortázar, 1979. © 1996 Alfaguara
 
~~~ Manu ~~~ Aportando un poco de prosa ;)
Ref: ambigú puesto el 2/5/01 19:29
Bueno, pues yo también:


hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

(Mario Benedetti, cómo no)
Ref: Desert d´amor puesto el 2/5/01 22:56
Ni més ni menys que el desert: un espasme idèntic a l'aire de l'oasi, la latitud austera, el pensament del beduí, que com el déu d'arena no pot contenir límits, no pot tenir company.

El fort desig de viure com un elf, com un déu espectral, en un país immens i una calma estel·lar. Els satèl·lits del cor flagel·lats de pols còsmica en viatge a Plutó. Els bramuls dels gegants ressonen a la selva.

Entre l'éter distant, dissipant les fronteres, dos cavallers armats disputen la derrota. Les espases alades fitoregen l'espai dels éssers més minúsculs. Els malfactors i els savis en botànica oculta expiren de neguit.

Mira les nostres mans! Mira els dits enllaçats fent un bosc de cent arbres! Qui col·leccionarà els dibuixos que fan, els extrems que acompleixen?

Mentre el licor ens crema, l'alquímia de l'amor es filtra gota a gota.

*JO@N*