Ref: puesto el 15/4/01 0:41 |
    *** *  * *****     *  * *** |
Ref: puesto el 15/4/01 1:40 |
Buenas noches, Literario |
Ref: Proxi al parque puesto el 15/4/01 1:47 |
Aun no termino mi larguisimo dia, pero ver la luna de hoy merece el estar aun trabajando. Besos atlanticos |
Ref: hechicero puesto el 15/4/01 2:04 |
Esta noche, más solitaria que ninguna, no he podido escucharte y por ello sé que ya he sufrido la peor de mis pesadilas . hechicero. |
Ref: hechicero puesto el 15/4/01 3:12 |
Sintiendo la noche pesada, escatimo esfuerzos por respirar quiero estar liviano, que las brumas de mis bosques eleven mi cuerpo; deshagan mis penas; me lleven a ti. A Zarina. hechicero. |
Ref: menda puesto el 15/4/01 4:49 |
El gorrión de nuestras plazuelas, el león en su savana africana, o el indígena del fondo del Amazonas, son ejemplos de adaptación «estática» al medio. Su trabajo diario va dirigido a colmar única y exclusivamente las necesidaes biológicas del momento. Subsisten, sobreviven o viven, cada uno lo llame como quiera. Su divisa podría ser «comido por servido». No se crea riqueza, no se progresa, pero se vive. Con dos o tres horas diarías de currele (o más según la hostilidad del medio) se tiene asegurado el pan. Casi lo mismo que Pilar, que después de ocho horas de oficina, más dos de trayecto, aún le quedan otras tantas en casa liada con las sartenes, los calcetines del marido y los deberes del enano. Sistema de adaptación «dinámica» (algunos lo llaman huida hacia adelante) en el que los individuos, no contentos con adaptarse al medio, tratan de dominarlo con más o menos éxito (se abre un paréntesis en el que cada uno puede argumentar sobre los aspectos bondadosos o nefastos de cada uno de los sistemas). Ni que decir tiene que en ambos casos el individuo viene a este mundo con su propio manual de instrucciones bajo el brazo y su margen de maniobra es escaso. Puede pensarse que si en la Cochinchina se logra vivir currando tres horas al día, en Zamora con cuatro debería bastar (la verdad es que es un poco más frio). Dónde se pierden las otras cuatro, cinco... nueve horas suplementarías ? Logicamente no se pierden (al menos todas). Ese esfuerzo consentido(!!!) va destinado a subvencionar al inventor del lavavajillas, del impresionismo, del tampax, de la teoría de la relatividad y otros gadgets que nos hacen pasar el tiempo. Dicho de otra forma, progresamos, creamos riqueza (en su sentido más amplio). Y con la jodía riqueza aparecen los «enmierdes». Y es que somos incapaces de gestionar ese excedente. De entrada, no nos ponemos de acuerdo a quién revierte el mérito. Digamos, por poner un ejemplo, que nunca he logrado dirimir si el acueducto de Segovia es obra de los romanos o de los segovianos. Sí, sí, hasta el más tonto ha adivinado que estoy haciendo política (me excuso ante algunos por «ensuciar» su pulcro parque), se supone que los romanos eran de derechas y los esclavos de izquierdas (aunque vaya Vd. a saber, sorpresas nos da la vida !!!). Muchas vueltas, u oscilaciones, le he dado al asunto de la izquierda y la derecha. Después de desbrozar todo lo desbrozable, he llegado a la conclusión de que en realidad son ...diferentes aunque el resultado final lo es menos. Tanto he tratado de retirar la paja para encontrar el grano, que me he llevado por delante incluso el aspecto ético: aquí hemos sido, somos, y seremos aún por algún tiempo, todos igual de cabroncetes, que la condición humana no distingue entre la diestra o la siniestra (un egoista es aquel que no piensa en mí, - decía Coluche) ni se para en nimiedades sobre si comunicamos por señales de humo o por nubes de electrones. Una cosa es la condición humana, inmutable durante siglos, y otra muy diferente es el modo como el hombre ha respondido a los avances tecnológicos (único vector de cambio) y por ende económicos, adoptando diferentes formas de organización. De la tribu de antes a la aldea global de ahora, nuestro cortex más profundo no se ha modificado lo más mínimo. Una fina capita de barniz nos hace parecer más civilizados, pero eso es todo. En nuestros días, liberalismo o socialismo, tan diferentes y tan iguales!!! Los primeros, partidarios del «menos estado, menos impuestos», dejan en las solas manos de las leyes del mercado la repartición del pastel (el primer bocado y no el más pequeño, por si acaso y de forma obscena y provocadora, se lo llevan ellos). Los segundos, se confían ingenuamente al estado para que proceda a un reparto justo e equitativo, ignorantes de que el monstruo cual tubería agujereada, derrocha, y dilapida la mitad del caudal (despilfarro que a alguno le viene bien, por cierto). Ya lo decía mi abuela : ricos y pobres los ha habido y los habrá siempre y en todas partes. Habrá que esperar a la ingeniería genética para arreglar este estado de cosas, digo yo. |
Ref: hechicero puesto el 15/4/01 10:07 |
Todo es silencio ahora, el eco que tu voz le regala a mi memoria resuena inmenso. En la soledad de mi vida, como truenos en la tormenta estallante.. ..resuenan tambien.. mis pensamientos. para Zarina. hechicero. |
Ref: SOCRATES puesto el 15/4/01 10:09 |
No he podido por menos que sonreir ante el "Buenas noches, Literario" que aparece en la página de hoy. No sé si será el mismo autor/a que tiempo atrás la dejaba cada madrugada y que terminó siendo una agradable presencia, tanto por su sencillez como por la intensidad del deseo que siempre creí percibir en esa lacónica frase. Bienvenida sea de nuevo, por mi parte. |
Ref: SOCRATES puesto el 15/4/01 10:20 |
Está claro que, al menos para mi, que las ideologías constituyen el gran devorador de la pacífica convivencia humana. Yo he terminado creyendo -y de eso hace ya tiempo- que la división del mundo en izquierdas y derechas que surgió allá por el siglo XIX, es algo superado, al menos en el terreno de las ideas, aunque queden resíduos prácticos. Que esta división haya sido un tránsito necesario en la historia, lo admito, pero que hoy constituya un instrumento creible de conformación de la sociedad lo dudo. Las ideologías son un ya una mera careta para disfrazar el ansia de acceso al poder, la forma de ejercitarlo y la excusa para mantenerlo. A mí, en lo tocante a administrar los asuntos públicos, me convence o me deja de convencer es una persona, por su capacidad, por sus valores humanos, por sus criterios de actuación, y poco más. Me sigue dando lástima que la gente termine insultándose por ideologías que en puridad, no resisten un mínimo análisis de sus fundamentos. Lástima que aquí caigamos aún en esas tonterías. |
Ref: puesto el 15/4/01 11:07 |
Es evidente que hay buenas y malas personas entre los hombres que se denominan de derechas igual que entre los que se denominan de izquierdas o de cualquier otra forma. También es evidente que los hay capaces o no entre todos ellos. Pero tener en cuenta únicamente esto es caer en la ingenuidad de ignorar que tras cada político existe un grupo de presión que al final va a ser el que en definitiva va a condicionar y forzar sus decisiones. La izquierda y derecha siempre existirán aún evolucionando una y otra porque tras una o otra forma hay diferentes intereses sociales, unos los de la oligarquía otros los de la mayoría de la población. Son intereses diferentes y antagónicos por eso mientras existan diferencias sociales importantes las ideologías no son algo abstracto sino el reflejo de los distintos intereses de los distintos sectores de la sociedad. Y ten por seguro que ninguna persona buena y capaz va a poder hacer nada sin el consentimiento del grupo de presión e interés particular que tenga detrás. |
Ref: A la zarina puesto el 15/4/01 11:38 |
Como dice la canción " Dejate querer, ¡ay! dejate querer, mujer, mujer." y calla. |
Ref: puesto el 15/4/01 11:43 |
El gorrión de nuestras plazuelas, el león en su savana africana, o el indígena del fondo del Amazonas, son ejemplos de adaptación «estática» al medio. Su trabajo diario va dirigido a colmar única y exclusivamente las necesidaes biológicas del momento. Subsisten, sobreviven o viven, cada uno lo llame como quiera. Su divisa podría ser «comido por servido». No se crea riqueza, no se progresa, pero se vive. Con dos o tres horas diarías de currele (o más según la hostilidad del medio) se tiene asegurado el pan. Casi lo mismo que Pilar, que después de ocho horas de oficina, más dos de trayecto, aún le quedan otras tantas en casa liada con las sartenes, los calcetines del marido y los deberes del enano. Sistema de adaptación «dinámica» (algunos lo llaman huida hacia adelante) en el que los individuos, no contentos con adaptarse al medio, tratan de dominarlo con más o menos éxito (se abre un paréntesis en el que cada uno puede argumentar sobre los aspectos bondadosos o nefastos de cada uno de los sistemas). Ni que decir tiene que en ambos casos el individuo viene a este mundo con su propio manual de instrucciones bajo el brazo y su margen de maniobra es escaso. Puede pensarse que si en la Cochinchina se logra vivir currando tres horas al día, en Zamora con cuatro debería bastar (la verdad es que es un poco más frio). Dónde se pierden las otras cuatro, cinco... nueve horas suplementarías ? Logicamente no se pierden (al menos todas). Ese esfuerzo consentido(!!!) va destinado a subvencionar al inventor del lavavajillas, del impresionismo, del tampax, de la teoría de la relatividad y otros gadgets que nos hacen pasar el tiempo. Dicho de otra forma, progresamos, creamos riqueza (en su sentido más amplio). Y con la jodía riqueza aparecen los «enmierdes». Y es que somos incapaces de gestionar ese excedente. De entrada, no nos ponemos de acuerdo a quién revierte el mérito. Digamos, por poner un ejemplo, que nunca he logrado dirimir si el acueducto de Segovia es obra de los romanos o de los segovianos. Sí, sí, hasta el más tonto ha adivinado que estoy haciendo política (me excuso ante algunos por «ensuciar» su pulcro parque), se supone que los romanos eran de derechas y los esclavos de izquierdas (aunque vaya Vd. a saber, sorpresas nos da la vida !!!). Muchas vueltas, u oscilaciones, le he dado al asunto de la izquierda y la derecha. Después de desbrozar todo lo desbrozable, he llegado a la conclusión de que en realidad son ...diferentes aunque el resultado final lo es menos. Tanto he tratado de retirar la paja para encontrar el grano, que me he llevado por delante incluso el aspecto ético: aquí hemos sido, somos, y seremos aún por algún tiempo, todos igual de cabroncetes, que la condición humana no distingue entre la diestra o la siniestra (un egoista es aquel que no piensa en mí, - decía Coluche) ni se para en nimiedades sobre si comunicamos por señales de humo o por nubes de electrones. Una cosa es la condición humana, inmutable durante siglos, y otra muy diferente es el modo como el hombre ha respondido a los avances tecnológicos (único vector de cambio) y por ende económicos, adoptando diferentes formas de organización. De la tribu de antes a la aldea global de ahora, nuestro cortex más profundo no se ha modificado lo más mínimo. Una fina capita de barniz nos hace parecer más civilizados, pero eso es todo. En nuestros días, liberalismo o socialismo, tan diferentes y tan iguales!!! Los primeros, partidarios del «menos estado, menos impuestos», dejan en las solas manos de las leyes del mercado la repartición del pastel (el primer bocado y no el más pequeño, por si acaso y de forma obscena y provocadora, se lo llevan ellos). Los segundos, se confían ingenuamente al estado para que proceda a un reparto justo e equitativo, ignorantes de que el monstruo cual tubería agujereada, derrocha, y dilapida la mitad del caudal (despilfarro que a alguno le viene bien, por cierto). Ya lo decía mi abuela : ricos y pobres los ha habido y los habrá siempre y en todas partes. Habrá que esperar a la ingeniería genética para arreglar este estado de cosas, digo yo. El gorrión de nuestras plazuelas, el león en su savana africana, o el indígena del fondo del Amazonas, son ejemplos de adaptación «estática» al medio. Su trabajo diario va dirigido a colmar única y exclusivamente las necesidaes biológicas del momento. Subsisten, sobreviven o viven, cada uno lo llame como quiera. Su divisa podría ser «comido por servido». No se crea riqueza, no se progresa, pero se vive. Con dos o tres horas diarías de currele (o más según la hostilidad del medio) se tiene asegurado el pan. Casi lo mismo que Pilar, que después de ocho horas de oficina, más dos de trayecto, aún le quedan otras tantas en casa liada con las sartenes, los calcetines del marido y los deberes del enano. Sistema de adaptación «dinámica» (algunos lo llaman huida hacia adelante) en el que los individuos, no contentos con adaptarse al medio, tratan de dominarlo con más o menos éxito (se abre un paréntesis en el que cada uno puede argumentar sobre los aspectos bondadosos o nefastos de cada uno de los sistemas). Ni que decir tiene que en ambos casos el individuo viene a este mundo con su propio manual de instrucciones bajo el brazo y su margen de maniobra es escaso. Puede pensarse que si en la Cochinchina se logra vivir currando tres horas al día, en Zamora con cuatro debería bastar (la verdad es que es un poco más frio). Dónde se pierden las otras cuatro, cinco... nueve horas suplementarías ? Logicamente no se pierden (al menos todas). Ese esfuerzo consentido(!!!) va destinado a subvencionar al inventor del lavavajillas, del impresionismo, del tampax, de la teoría de la relatividad y otros gadgets que nos hacen pasar el tiempo. Dicho de otra forma, progresamos, creamos riqueza (en su sentido más amplio). Y con la jodía riqueza aparecen los «enmierdes». Y es que somos incapaces de gestionar ese excedente. De entrada, no nos ponemos de acuerdo a quién revierte el mérito. Digamos, por poner un ejemplo, que nunca he logrado dirimir si el acueducto de Segovia es obra de los romanos o de los segovianos. Sí, sí, hasta el más tonto ha adivinado que estoy haciendo política (me excuso ante algunos por «ensuciar» su pulcro parque), se supone que los romanos eran de derechas y los esclavos de izquierdas (aunque vaya Vd. a saber, sorpresas nos da la vida !!!). Muchas vueltas, u oscilaciones, le he dado al asunto de la izquierda y la derecha. Después de desbrozar todo lo desbrozable, he llegado a la conclusión de que en realidad son ...diferentes aunque el resultado final lo es menos. Tanto he tratado de retirar la paja para encontrar el grano, que me he llevado por delante incluso el aspecto ético: aquí hemos sido, somos, y seremos aún por algún tiempo, todos igual de cabroncetes, que la condición humana no distingue entre la diestra o la siniestra (un egoista es aquel que no piensa en mí, - decía Coluche) ni se para en nimiedades sobre si comunicamos por señales de humo o por nubes de electrones. Una cosa es la condición humana, inmutable durante siglos, y otra muy diferente es el modo como el hombre ha respondido a los avances tecnológicos (único vector de cambio) y por ende económicos, adoptando diferentes formas de organización. De la tribu de antes a la aldea global de ahora, nuestro cortex más profundo no se ha modificado lo más mínimo. Una fina capita de barniz nos hace parecer más civilizados, pero eso es todo. En nuestros días, liberalismo o socialismo, tan diferentes y tan iguales!!! Los primeros, partidarios del «menos estado, menos impuestos», dejan en las solas manos de las leyes del mercado la repartición del pastel (el primer bocado y no el más pequeño, por si acaso y de forma obscena y provocadora, se lo llevan ellos). Los segundos, se confían ingenuamente al estado para que proceda a un reparto justo e equitativo, ignorantes de que el monstruo cual tubería agujereada, derrocha, y dilapida la mitad del caudal (despilfarro que a alguno le viene bien, por cierto). Ya lo decía mi abuela : ricos y pobres los ha habido y los habrá siempre y en todas partes. Habrá que esperar a la ingeniería genética para arreglar este estado de cosas, digo yo. El gorrión de nuestras plazuelas, el león en su savana africana, o el indígena del fondo del Amazonas, son ejemplos de adaptación «estática» al medio. Su trabajo diario va dirigido a colmar única y exclusivamente las necesidaes biológicas del momento. Subsisten, sobreviven o viven, cada uno lo llame como quiera. Su divisa podría ser «comido por servido». No se crea riqueza, no se progresa, pero se vive. Con dos o tres horas diarías de currele (o más según la hostilidad del medio) se tiene asegurado el pan. Casi lo mismo que Pilar, que después de ocho horas de oficina, más dos de trayecto, aún le quedan otras tantas en casa liada con las sartenes, los calcetines del marido y los deberes del enano. Sistema de adaptación «dinámica» (algunos lo llaman huida hacia adelante) en el que los individuos, no contentos con adaptarse al medio, tratan de dominarlo con más o menos éxito (se abre un paréntesis en el que cada uno puede argumentar sobre los aspectos bondadosos o nefastos de cada uno de los sistemas). Ni que decir tiene que en ambos casos el individuo viene a este mundo con su propio manual de instrucciones bajo el brazo y su margen de maniobra es escaso. Puede pensarse que si en la Cochinchina se logra vivir currando tres horas al día, en Zamora con cuatro debería bastar (la verdad es que es un poco más frio). Dónde se pierden las otras cuatro, cinco... nueve horas suplementarías ? Logicamente no se pierden (al menos todas). Ese esfuerzo consentido(!!!) va destinado a subvencionar al inventor del lavavajillas, del impresionismo, del tampax, de la teoría de la relatividad y otros gadgets que nos hacen pasar el tiempo. Dicho de otra forma, progresamos, creamos riqueza (en su sentido más amplio). Y con la jodía riqueza aparecen los «enmierdes». Y es que somos incapaces de gestionar ese excedente. De entrada, no nos ponemos de acuerdo a quién revierte el mérito. Digamos, por poner un ejemplo, que nunca he logrado dirimir si el acueducto de Segovia es obra de los romanos o de los segovianos. Sí, sí, hasta el más tonto ha adivinado que estoy haciendo política (me excuso ante algunos por «ensuciar» su pulcro parque), se supone que los romanos eran de derechas y los esclavos de izquierdas (aunque vaya Vd. a saber, sorpresas nos da la vida !!!). Muchas vueltas, u oscilaciones, le he dado al asunto de la izquierda y la derecha. Después de desbrozar todo lo desbrozable, he llegado a la conclusión de que en realidad son ...diferentes aunque el resultado final lo es menos. Tanto he tratado de retirar la paja para encontrar el grano, que me he llevado por delante incluso el aspecto ético: aquí hemos sido, somos, y seremos aún por algún tiempo, todos igual de cabroncetes, que la condición humana no distingue entre la diestra o la siniestra (un egoista es aquel que no piensa en mí, - decía Coluche) ni se para en nimiedades sobre si comunicamos por señales de humo o por nubes de electrones. Una cosa es la condición humana, inmutable durante siglos, y otra muy diferente es el modo como el hombre ha respondido a los avances tecnológicos (único vector de cambio) y por ende económicos, adoptando diferentes formas de organización. De la tribu de antes a la aldea global de ahora, nuestro cortex más profundo no se ha modificado lo más mínimo. Una fina capita de barniz nos hace parecer más civilizados, pero eso es todo. En nuestros días, liberalismo o socialismo, tan diferentes y tan iguales!!! Los primeros, partidarios del «menos estado, menos impuestos», dejan en las solas manos de las leyes del mercado la repartición del pastel (el primer bocado y no el más pequeño, por si acaso y de forma obscena y provocadora, se lo llevan ellos). Los segundos, se confían ingenuamente al estado para que proceda a un reparto justo e equitativo, ignorantes de que el monstruo cual tubería agujereada, derrocha, y dilapida la mitad del caudal (despilfarro que a alguno le viene bien, por cierto). Ya lo decía mi abuela : ricos y pobres los ha habido y los habrá siempre y en todas partes. Habrá que esperar a la ingeniería genética para arreglar este estado de cosas, digo yo. |
Ref: De Poly para ti ...... puesto el 15/4/01 14:07 |
A veces las cosas se terminan Mucho antes de empezar Unas veces porque se utilizan demasiadas cortinas Con las que se pretende despistar Y otras... otras porque se quiere Saber al imaginar Sin entender que lo que se tiene Solo se valora cuando nos pueda faltar A veces las ollas ya están hervidas Y aún así me empeño en quererlas tapar Sellarlas y tirarlas a una profunda piscina O al olvido del fondo del mar... Durmiendo a mi conciencia dolorida Y volviendo a dar una oportunidad Diseñando una nueva vida Olvidando por no decir la verdad... A veces las mañanas amanecen heridas Y nunca se sabe lo que puede pasar Cuando la sangre brota sin medida Y todos los cauces llevan al mismo mar... A veces tienes que demostrar sin vida Lo que con vida... era todo sinceridad Verdad sin dudas compartidas Realidad fresca, limpia y sin contaminar... Y dejar que sea el tiempo quien lo diga Aunque cuando eso se consiga Ya no se pueda arreglar A veces estar detrás de una puerta escondida Escuchando lo que queremos que nos digan Puede hacer que lo que se diga esconda una mentira Porque hay cosas que se dicen en intimidad A quien importa y sin filtros por las esquinas Cara a cara y sin miedo a hablar... A veces soñaba y esto no es una mentira Con salir a pasear y comer donde el hambre lo diga Soñaba con hacer normal nuestras vidas Ir al cine y compartir lo que la vida nos pudiera regalar A veces soñaba con las aguas de alguna piscina Que en algún hotel pudiera estar Soñaba con vacaciones preparadas con amigos Y con la ilusión que eso nos pudiera causar Soñaba con probar si aquello que fue una maravilla Podría llegar a buen lugar Soñaba con que si después de que te lo pida Podría tener una oportunidad A veces me desgastaba con las cosas pequeñas que están en la vida Pensando e imaginando que juntos... las podríamos notar A veces todo eso me hacia cosquillas Y el alma... el alma se ponía a temblar A veces imaginaba que el viento acariciaba tus mejillas Y en tus ojos se veía felicidad A veces, igual que hoy, pienso despacio y de puntillas Para que estos sueños no se me puedan escapar Sosteniéndolos en mis manos que vacías Cada día lloran y se agrietan un poco mas... A veces y esto tampoco es una mentira Hubiera dado mi vida sin dudar Si con ello sirviera para verte llena de vida Contenta y repleta de felicidad... Aun hoy puedo correr un tupido velo y hacer un reset a mi cerebro. Un abrazo y un dulce beso... |
Ref: Atman para Sócrates. puesto el 15/4/01 20:48 |
Estoy en buena parte de acuerdo
Yo creo que ésto está siendo superado, al menos dentro de los principales conjuntos geopolíticos. La ideología, lejos de usarse como estandarte, se guarda para "los de casa", que la repiten a modo de jaculatorias. De cara a la sociedad, hasta Haider parece un buen chico. Tanto desde el punto de vista político como religioso, creo que nos movemos hacia el terreno de la interpretación personal, hacia un mundo de "opinión". No es algo que me parezca mal, pero partiendo de la base que comentabas el otro día sobre ideas y sentimientos. |
Ref: Atman para Sócrates. puesto el 15/4/01 20:50 |
Estoy en buena parte de acuerdo
Yo creo que ésto está siendo superado, al menos dentro de los principales conjuntos geopolíticos. La ideología, lejos de usarse como estandarte, se guarda para "los de casa", que la repiten a modo de jaculatorias. De cara a la sociedad, hasta Haider parece un buen chico. Tanto desde el punto de vista político como religioso, creo que nos movemos hacia el terreno de la interpretación personal, hacia un mundo de "opinión". No es algo que me parezca mal, pero partiendo de la base que comentabas el otro día sobre ideas y sentimientos. |
Ref: puesto el 15/4/01 21:14 |
El texto del Menda no estaba mal, pero de ahí a copiarlo tres veces...Desde luego hay gente para todo. |
Ref: Atman sobre la opinión. puesto el 15/4/01 21:20 |
Como decía antes, creo que nos movemos cada vez más hacia un mundo de opinión. Pero necesitamos crear opiniones que sean necesaria e incondicionalmente válidas. Eso es lo que nos lleva al maniqueísmo. Sin embargo, la opinión no es, en absoluto, apodíctica, por que, realmente, sólo juzgamos sobre la apariencia: La opinión está a medio camino entre el "saber" y la "duda". No es propiamente un conocimiento, sino más bien un modo de aserción que está tanto más cerca del "saber" cuanto más probables son las razones en que se apoya. El punto débil de la opinión está justo ahí: la percepción de esa probabilidad es personal, subjetiva y por lo tanto tambien lo es la opinión. Dos personas provistas exactamente de los mismos argumentos pueden realizar juicios distintos y desarrollar opiniones distintas. En cierto modo, la opinión es sólo "estética" intelectual. ¿te privarías de la amistad de alguien porque no te gusta la chaqueta que lleva? |
Ref: Atman. puesto el 15/4/01 21:22 |
¡Vayyya rrrollo...!!! Lo siento, la próxima vez leeré lo que escribo antes de darle al botón!! |
Ref: Atman a Mohamed... puesto el 15/4/01 21:49 |
Lo primero: "unas argumentaciones muy pobres, muy por debajo de lo que tú, estoy seguro, eres capaz de hacer" pues lo siento, pero probablemente te defraudaré. Lo segundo: no intentes convencerme de la benevolencia del progresismo, porque ya soy un convencido de ello. Y ahora veamos, según tú la ambición es causa principal de la violencia, pero tambien lo es del progreso. No creo que la "mesura" sobre nuestros objetivos eliminen la violencia. Es más bien la capacidad de objetivar nuestros logros y aptitudes. De no hacerlo, generamos un sentimiento de frustración, de impotencia que es lo que desemboca en violencia. Un científico ambicioso puede pasar toda su vida buscando decir su "eureka!", la ambición de un deportista no conoce límites muchas veces, que esa ambición desemboque en violencia (por decir algo) dependerá de si es capaz de asumir que él no puede (o no debe) llegar más lejos. Y algo parecido vale para el egoísmo. |