Ref: As de Picas puesto el 19/1/01 0:05 |
Assssssssssssssssss Esssssssssssstrenando página. }:-) .....As de Picas..... |
Ref: hechicero puesto el 19/1/01 0:19 |
La noche interminable sin ti recurre a mi envidiosa de mis sueños trata de doblegarme corro desesperado buscándo tu esencia,tu aroma cientos de seres fantásmagoricos esconden tu imagen distante estás. La mañana está cerca cegado por el sol transito las últimas imagenes de mis sueños pero nada viene a mi solo humo,,necesidades de ser,de poseerte imagenes que sin ti,no tienen razón de ser Al despertarme oigo murmullos insomnes son otras almas desalojadas como la mia de un instante de tu silencio de un rumor de tus suspiros esos momentos que no hago sino envidiar. Despierto del todo ya gozo de mi cobardía por dejarte marchar por dejarte ir hechicero. |
Ref: ESCORIA.... puesto el 19/1/01 8:44 |
Cuan presto se va el placer y una vez acabado da dolor pues a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor Manrique. |
Ref: puesto el 19/1/01 16:55 |
No huele a Jazmín, ni a azahar como antaño, es verdad..son los únicos olores que echo de menos en estos tiempos que corren; olores penetrantes de adolescencia sin olvido. Ayer (entiéndase ayer, como hace 25 años) me comprometía a una lucha de libertades, de reconocimientos colectivos e incluso individuales, a nivel social me mojaba para que todos fuéramos más iguales... (utópico, si, pero en la lucha no hay utopías)... Después vino un claro que se ajustaba más a la normalidad, entonces descansé, hice una parada en el camino para contemplar, la vista no era todo lo hermosa que me esperaba, pero sí el paisaje se había suavizado... Hoy después de descansar demasiado cómodamente, pienso y me dicta el alma y el corazón y mi persona a seguir abriendo ese camino útopico. Porque naturalmente que ha habido regresión, hemos vuelto a las risitas de unos pocos y hay demasiados seres humanos que mueren desesperados en pateras, en camionetas camufladas para la plusvalia del empresario. Hay demasiada gente mirando en los contenedores de basura, y demasiados ricos que se hacen cada vez más. y esto va ahora al AZNARISTA. : Me considero una persona de ideas justas, sin ambiciones..se que está feo que hable de mí, porque la humildad es la mejor cualidad que existe, esto me indica que no lo soy bastante, pero te diré , que sí el pensar que debemos ser todos más iguales es ser de Izquierdas,¡¡ lo sooooy !!. Creo que la diferencias entre derechas e izquierdas se ha hecho notar durante la historia y se hace notar día a día. En cuanto a las muertes de ETA que me recuerdas en tu escrito, no hay Banda más fascista que esa, aunque ellos digan lo contrario y quieran engañar a ¿ quien?. . En mi escrito sólo plasmé algo ocurrido y que naturalmente quedará en mi memoria por siempre, con sus perdones, pero nunca con olvidos. Hay cosas que deben permanecer en la memoria y atraerla para que no se nos olvidé la historia...¡¡Ah!! al sujeto que te referías es sujeta. Saludos Lía |
Ref: As /p Manu puesto el 19/1/01 17:09 |
Manu, "con la hemeroteca hemos topado" Que conste que respeto tu interpretación de unas imágenes, pero después de un vistazo a los números dados por fuentes de tan distinto cariz (FMI, Club de Paris, ...) para ver un crecimiento económico real cuando Rusia admitió el capitalismo. Esto me hace pensar una cuestión: ¿Qué pasó con las ingentes cantidades prestadas al gobierno comunista por parte de las economías capitalistas? ¿En qué se empleó? .....As de Picas..... |
Ref: PARA LIA. puesto el 19/1/01 18:54 |
MIRA LO QUE HIZO TU FABULOSA IZQUIERDA: El "libro negro del comunismo"... realmente negro Pablo Rieznik Acaba de publicarse en español, el libro que, sobre el final del ‘97, provocó un enorme revuelo en el continente europeo y, en particular en Francia, el país en el cual fue originalmente editado por sus autores. Su impacto tuvo un alcance mediático muy extenso, con notas, artículos y entrevistas del más diverso carácter en la prensa escrita, en las radios y en la televisión. Hasta el presidente de la República —el socialista Lionel Jospin— se vio obligado a intervenir en la polémica. La obra tiene un volumen monumental —son casi 900 páginas— y una pretensión acorde: se propone demostrar ‘científicamente’ que el comunismo es el responsable de los mayores crímenes de la historia de la humanidad, levantando un ‘tabú’ que habría escamoteado hasta el momento una evidencia tan cierta y verdadera como la transparencia del agua pura. En su apego a la ‘investigación’ y a la mera difusión de los hechos, el titulado El libro negro del comunismo (1) no vacila en cuantificar: 100.000.000 de cadáveres serían el testimonio, en el siglo XX, de un caso excepcional, por su "dimensión criminal, de un régimen político sin precedentes en el largo recorrido de la civilización", dada su naturaleza específica que "erigió (precisamente) el crimen en masa como forma de gobierno". SI PUEDES REFUTAR ESTO, HABLAMOS, SEGUIRE PUBLICANDO "SUJETA" |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:03 |
El libro negro del comunismo
Por Juan Arcocha Escritor cubano residente en París No es posible silenciar un libro del cual se han vendido cerca de doscientos mil ejemplares a pesar de que es un ladrillo de 850 páginas que se vende a un precio consecuente y que constituye una inmensa recopilación de historias de horror. En París se está polemizando cada vez más intensamente acerca de "Le Livre Noir du Communisme", una monumental encuesta publicada por la editorial Robert Laffont, fruto de la colaboración de varios autores capitaneados por Stéphane Courtois y que lleva como subtítulo "Crímenes, Terror, represión". En otras palabras, este libro no se ocupa de los aspectos ideológicos, políticos ni económicos del sistema comunista, sólo de las dolorosas consecuencias que su aplicación ha tenido sobre muchos millones de seres humanos que se vieron sometidos a la persecusión, a la presión, a inconteables torutras, en fin, al asesinato político. Este Libro negro no hubiera podido escribirse hace diez años, antes de que se abrieran los archivos secretos del Kremlin y de la KGB. Lógicamente, el estudio se concentra sobre todo en la antigua Unión soviética, pero más de la mitad de su contenido está dedicada a los otros países, de todos los continentes, en los que el comunismo llegó al poder. Conytiene una extensa sección, elaborada bajo la dirección de Pascal Fontaine (especialista en asuntos latinoamericanos), dedicada a América Latina. El capítulo reservado a Cuba es notable por lo completo y fidedigno de la extensa información que contiene acerca del sistema carcelario castrista y que puede revelar cosas insospechadas incluso a los cubanos que creían estar enterados de todo. No se puede negar que Pascal Fontaine es un periodista bien informado y lo único que se le puede desear es que sea posible muy pronto LEERLO en castellano. |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:05 |
Los comunistas franceses y sus compañeros de viaje se encuentran en posición no menos que embarazosa a la hora de comentar este libro que no les fue posible silenciar. Ante la imposibilidad de negar los hechos que en él se exponen, han adoptado la línea defensiva de alegar que "ésas son desviaciones del comunismo", a lo cual resulta muy fácil oponer que un sistema que se "desvía"cada vez que se pone en práctica, no resulta del todo recomendable.
Curiosamente, las polémicas giran alrededor del preámbulo de Stéphane Courtois, titulado "Los Crímenes del Comunismo", en el cual el periodista saca las conclusiones que le inspiran las ochocientas páginas de acciones criminales que su equipo ha podido recopilar haciendo obra de romanos. Se reprocha principalmente a Courtois el que atribuya únicamente al comunismo todos los males del siglo XX, principalmente la vilencia. Este punto de vista es, desde luego, discutible, si bien me parece que se está esquematizando un poco el pensamiento de Stéphane Courtois. Ahora bien, quien no esté de acuerdo con la ideas de sete señor, es libre de expresar las suyas. Así se estimulará el debate y se mantendrá vivo el pesamiento, cada vez más amenazado por los eslóganes y las computadoras. |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:06 |
Hay otras causas que explican la violencia y los males del siglo XX, pero no olvidemos que el Comunismo ha sido una de las principales, sino la principal. Quienes hemos sido víctimas del sectarismo comunista hemos de mantenernos conscientes del peligro constante que nos asecha, de caer en la trampa del sectarismo anticomunista. Después de todo, ¿qué eran no hace mucho los señores Gorbachov y Yeltsin? ¡Comunitas! Con lo cual se puede llegar a la conclusión de que la redención siempre es posible. En todo caso, sin han producido tanta agitación las opiniones que Stéphane Courtois extrae de los hechos que denuncia, mientras nadie pone los mismos en entredicho, se puede concluir que los hechso en sí son incontestables. En ese sentido se puede considerar que "El Libro Negro del Comunismo" es una de la obras de importancia capital en nuestro siglo, comparable por su magnitud histórica con "El Archipiuélago Gulag". París, diciembre de 1997 |
Ref: puesto el 19/1/01 19:13 |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:15 |
El libro negro del comunismo por: Luis Delgado Aparicio La Voz de Cuba Libre El académico soviético Feodor Volkov, encargado de la planificación del memorial a las víctimas del estalinismo, basado en documentos descubiertos de los archivos centrales de Moscú y Bakú, cuenta que entre 1926 y 1953 se elimininó a 70 millones de personas. Sin embargo, esta aterradora cifra, que se prestaba a al duda natural por ser una historia personal, se quedó corta hace un par de años. Carlos Alberto Montaner, al cumplirse 150 años del Manifiesto Comunista de Marx, advirtió que la intelectualidad de Europa se estremeció con la aparición del Libro Negro del Comunismo. Crímenes, terror, represión (Editorial Espasa, 1998). Su autoría pertenece a Stephane Courtois y a siete académicos e investigadores universitarios y en él se señala que el experimento de esa utopía ha ocasionado 100 millones de muertos a la humanidad. A pesar de la amargura de nostálgicos y derrotados sovietólogos, su seriedad y rigor está fuera de toda aporía, abarcando desde la Revolución de Octubre de 1917 hasta la desintegración del bloque soviético en 1991 y también su influencia por otras latitudes. Cabe recordar que el comunismo, como sistema de gobierno y fenómeno político-social, surgió antes que el fascismo y el nazismo; los sobrevivió en el tiempo y los rebasó, propagándose sobre diversos países del globo terráqueo. Lo que aconteció en estos 74 años, en cuanto a pérdida de vidas humanas, no tiene parangón desde que el hombre saltó del paleolítico inferior hasta lo que se conoce como la era post-moderna al filo del siglo XXI. No se trata de analizar la ideología del odio irreconciliable de la lucha de clases del marxismo-leninismo, sino de correr el velo y saber qué sucedió durante lo que el historiador Eric Hobsbawm denominó la edad de los extremos. Estos excesos del comunismo aún no han sido evaluados en toda su dimensión. Lo que se afirma en el Libro Negro es sólo una aproximación mínima. Distinguidos especialistas han clasificado los atentados del marxismo, en sus diversas variantes, como crímenes contra el espíritu, la cultura universal, las identidades nacionales y contra las personas. La obra refiere que los hechos infaustos fueron de distinta índole, resaltando que esas muertes se produjeron: por inanición (hambrunas provocadas y no socorridas) en Ucrania, en 1932; por ejecución (mediante fusilamientos, horca, ahogamiento, apaleamiento), durante la Gran Purga de 1936-1938; en lugares de residencia o trabajo forzado (agotamiento, enfermedad, hambre y frío), cuando se construyó el canal del Mar Blanco; y por deportación (marchas a pie para reubicar a la población considerada peligrosa), como lo menciona Aleksandr Solzhenitssyn en Archipiélago Gulag. Una prueba palmaria que explica lo sucedido se encuentra en la publicación del historiador y socialista ruso Seguei Melgunov, en Berlin, en 1924, el Terror Rojo en Rusia, donde se indica que uno de los jefes de la Cheka (policía política soviética) declaró un año después de la revolución bolchevique: “No hacemos la guerra contra las personas en particular, exterminamos a la burguesía como clase”. En efecto, Lenin y sus camaradas se situaron en el marco de una “guerra de clases” sin compasión, en la que el adversario político, ideológico e incluso la población recalcitrante, eran considerados enemigos y debían ser exterminados. Sin embargo, el torbellino rojo tiene todavía en el “clasismo”, lamentablemente, desinformados seguidores. Rápidamente –como lo expresa Courtois- “se puso en funcionamiento una represión sistemática hasta llegar a erigir, en momentos de paroxismo, el terror como forma de gobierno”. En palabras del biógrafo de Stalin, Isaac Deutscher, aquél brindaba a su pueblo “una dieta mixta de terror e ilusión”. Este sistema político ha llevado a que se cometan innumerables crímenes, pero éstos no han sido sometidos a una evaluación libre y detallada. Sólo ahora conocemos una parte de lo acontecido; el balance final algún día se hará a fin de ilustrar a la humanidad sobre los extremos a que puede llegar la sinrazón. Por muy atractivo que haya parecido a algunos ese modelo de sociedad, debemos resaltar que su pretendida aplicación ha ido de la mano, a lo largo del breve siglo XX, como refiere Hobsbawm, de una represión sin precedentes. Es decir, el marxismo fue inseparable del estalinismo para poder subsistir. Así como el nazismo y el fascismo –sus contrapartes totalitarias– no tienen cabida en el mundo civilizado de hoy, el comunismo y el socialismo forman parte de los anaqueles de la Historia. |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:16 |
"PROHIBIDO OLVIDAR" También debemos recoger lo que el profesor de la Universidad George Washington, Luis Aguilar León, en su libro “Reflexiones”, explicara con brillantez: “tal como fue trompeteado en su momento el sistema socialista soviético, se alzó en una superpotencia militar. Ello fue posible en base a sacrificar, por ese objetivo, a millones de vidas y a toda la energía económica de un pueblo”. El resultado ha sido un magno desastre. Su funesto y casi suicida poderío militar fue un logro del aparatchik, que sólo se pudo lograr por su férreo y salvaje sistema. Lo anterior tiene su colofón en algunos países: cuando un kranken volk –al decir de Curzio Malaparte– un pueblo enfermo del alma y del espíritu, vuelve a la vida la noche del 10 de noviembre de 1989, aplaudiendo su propio aplastamiento con la caída del muro de Berlín y que, en lugar de quedarse inmóvil y mesmerizado, estalló en un júbilo mayor que el del carnaval. A ello Vaclav Havel llama la dialéctica entre la dignidad y la humillación, al haber recuperado la raíz timótica de su autoestima. Se habían puesto en movimiento las cadenas de transmisión de la libertad, que en diciembre de 1991 se traerían abajo todo el imperio soviético, el cual había sojuzgado durante siete décadas al hombre, produciendo el más bárbaro experimento contra el ser humano. En ese sentido, como dejar de mencionar lo que en los últimos días nos trajeron de Rusia las agencias de noticias: wl Zar Nicolás II ha sido canonizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa y declarado “mártir víctima del comunismo”. No debemos olvidar que él y su familia fueron brutalmente asesinados por los bolcheviques en el sótano de una casa en la ciudad siberiana de Yekaterimburgo. Del mismo modo, si hay algún recóndito reconocimiento póstumo que otorgar a ese totalitarismo, será por sus crímenes, su gran capacidad para mutilar el pensamiento, las libertades y, en especial, por generar pobreza y atraso. En eso sobresale y se yergue sobre los demás sistemas políticos. Así, el mensaje del libro será: ¿prohibido olvidar!. Finalmente, como dijo Nietzsche en El Viajero y sus Sombra: "Cada vez que se utiliza y se sacrifica al hombre como un medio para realizar el fin de esa sociedad, toda la humanidad se entristece." |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:27 |
El comunismo olvidado
Alain Besancon Traducción: Adolfo Rivero En mi país, todavía es posible provocar un escándalo planteando en público el tema de los crímenes cometidos por el Comunismo, y un escándalo todavía mayor al sugerir que no sólo en la enormidad de sus crímenes sino también en su misma naturaleza, el comunismo soviético puede compararse con el otro gran mal de nuestro siglo, el nazismo. Esto quedó ilustrado una vez más por un reciente bestseller francés, El Libro Negro del Comunismo, una compilación de 846 páginas hecha por seis historiadores cuya introducción apunta una serie de rasgos comunes entre los dos sistemas totalitarios. El libro ha levantado una tempestad de controversia en los círculos intelectuales y políticos, e incluso ha provocado polémicas en el parlamento. La controversia es clarificadora, menos por las posiciones particulares que se adoptan como por revelar la magnitud de la resistencia a una idea que hace rato consiguió status de consenso entre los que han estudiado estas cuestiones de cerca, es decir, la idea de que el bolchevismo y el nazismo son fenómenos relacionados: gemelos fraternales, para usar la certera frase del historiador francés Pierre Chaunu. Estas dos ideologías monstruosas, cada una de ellas un bastardo retoño de la filosofía romántica alemana, llegaron al poder en el siglo XX, y cada de ella tomó como meta producir una sociedad perfecta desarraigando el elemento maligno que se interpusiera en su camino. En el caso del comunismo, la malignidad se definió como la propiedad, luego como los dueños de la propiedad y más tarde, puesto que el mal habría de persistir aún después de la liquidación de esta "clase," como cualquiera que hubiera sido corrompido por el espíritu del "capitalismo," infiltrado en las mismas filas del Partido Comunista. En el caso del nazismo, la malignidad se localizó en las llamadas razas inferiores, sobre todo los judíos pero, puesto que el mal persistiría tras su exterminio, también en otros, inclusive en esos elementos de la "raza aria" cuya "pureza" se había contaminado. Al abordar el problema del mal como ellos lo veían, tanto el comunismo como el nazismo derivaron su autoridad de la ciencia. Ambos estaban creando un "hombre nuevo," y, a este fin, proponían reeducar toda la humanidad. Más aún: cada uno dijo estar movido por impulsos filantrópicos. Era precisamente porque buscaba el bienestar del pueblo alemán, y porque quería servir a la humanidad, que el Nacional Socialismo estaba dispuesto a "cargar" con la tarea de deshacer al mundo de los judíos. El leninismo estaba todavía más desvelado por la humanidad y era, por definición, más universalista en su misión que el nazismo, cuyo programa no era tan fácilmente exportable. Pero ambas doctrinas sostenían elevados ideales, calculados para despertar la entusiasta devoción y la acción heroica en sus seguidores. Fue, en última instancia, a nombre de esos mismos ideales que nazismo y comunismo se arrogaron el derecho de asesinar a categorías enteras de hombres, que es exactamente lo que procedieron a hacer al asumir el poder, y en una escala previamente desconocida en la historia. Y es por eso qué es correcto juzgarlos como sistemas intrínsecamente criminales. ¿Igualmente criminales? Cualquiera que haya estudiado los expedientes de ambos sistemas homicidas- el nazi, sin paralelo en su ferocidad, y el comunista, sin paralelo en su extensión- o haya reflexionado sobre el destino de los millones y millones de hombres cuyos espíritus fueron aplastaron aunque sus cuerpos hubieran logrado sobrevivir, tiene que responder simple y firmemente que sí, que igualmente criminales. ¿Pero esto suscita otras preguntas: ¿Cómo es posible que la memoria histórica trate hoy de manera tan diferente a los dos sistemas? ¿Cómo es posible que uno de ellos, el comunismo, de tan reciente presencia en el escenario mundial, se encuentre ya prácticamente olvidado? No hay necesidad de revisar detalladamente los hechos. Tan temprano como 1989, la misma oposición polaca instó que se perdonaran los pecados del pasado régimen comunista. En la mayor parte de los antiguos países satélites de la Europa del este no ha habido ninguna enérgica campaña para castigar al responsable de haber privado a sus conciudadanos de la libertad ni por corromperlos, maltratarlos y asesinarlos durante dos o tres generaciones. Con excepción de Alemania y la República Checa, a los comunistas se les ha permitido permanecer en activo políticamente y, en efecto, han recobrado el poder en varios lugares. En Rusia y otras repúblicas soviéticas anteriores, los funcionarios comunistas han permanecido en sus puestos, incluyendo la policía. En Occidente, esta amnistía de facto ha contado con una general aprobación - pero también muchos en Occidente tienen su propia historia de acomodamiento con el Comunismo, que no parecen muy ansioso por confrontar. Para sólo hablar de Francia, el hecho de que el Partido Comunista haya acumulado durante décadas un ignominioso expediente de colaboración con el Kremlin, expediente plenamente expuesto y documentado, de ninguna manera le impide ser aceptado en el núcleo mismo de la política democrática francesa. Y, sin embargo, el recuerdo maldito del nazismo parece intensificarse todos los días. Una vasta literatura crece todos los años. Los museos, las exhibiciones de la biblioteca, las películas, las novelas, y las memorias se dedican a mantener aquel horror fresco en el recuerdo, y el término mismo de nazi ha llegado a ser una taquigrafía para el más atroz de los oprobios. Ser vinculado con el mismo, por tenuemente que sea, basta para aparejar una vergüenza total sobre cualquier artista o escritor. Sin embargo, en el mismo año en que se descubrió que el escritor francés-rumano M. Cioran había tenido un pasado de preguerra maculado por cierta asociación con los nazis, y ser unánimemente condenado por ello, los trabajos del surrealista Louis Aragon se publicaban en una edición de Pléiade en medio de un elogio no menos unánime; nadie mencionó el historial estalinista de Aragon sino para excusarlo. Por la red francesa de Minitel verifiqué recientemente la frecuencia de ciertas palabras claves en uno de los mayores periódicos vespertinos del país durante el período 1990 a mediados de 1997. Bajo "nazismo" encontré 480 menciones; bajo "estalinismo," siete. En el mismo período, la palabra "Auschwitz" ocurrió 105 veces, pero "Kolyma" sólo dos veces, "Magadan" una vez, y "Kuropaty" nunca. La frase "la hambruna en Ucrania," referida a un acontecimiento que en 1933 costó la vida de cinco o seis millones de personas, no se mencionó ni una sola vez en los siete años que siguieron al desplome del régimen directamente responsable de este desastre humano. (be)(ve) Es justo sentirse indignado ante esta disparidad. "Todo lo que pido," dijo al escritor francés Alfred Grossner en 1989, "es que cuando se evalúen responsabilidades por crímenes pasados, se apliquen los mismos criterios a todos." Exactamente. Pero no se aplican los mismos criterios y el historiador (a diferencia del moralista político), lo primero que tiene que preguntarse es, ¿por qué? Sin pretender agotar este difícil tema, quiero enumerar algunas posibles razones. b(r) El Nazismo es mejor conocido que el Comunismo. En 1945, las tropas aliadas abrieron su closet desbordado de ropa sucia, y lo peor se supo inmediatamente. Además, varios países de Europa Occidental habían experimentado directamente la ocupación nazi y/o la agresión militar e, incluso hoy, ese recuerdo no ha desaparecido. Por otra parte, los crímenes de los nazis fueron flagrantes y relativamente abiertos, con víctimas y victimarios claros, a diferencia del Comunismo, muchas de cuyas víctimas estaban moralmente comprometidas por su asociación con el partido. Las cámaras de gas, concebidas para exterminar industrialmente a una porción definida de la humanidad, fueron un fenómeno único y, cuando se liberaron los campos, la terrible evidencia humana era patente e innegable. El Gulag y el Laogaï chino, por el contrario, están envueltos en la penumbra, objetos distantes y solo indirectamente conocidos, fundamentalmente a través de la literatura mas bien que por testimonio fotográfico. (En Camboya, las tumbas de masas ahora están abiertas.) El pueblo judío ha tomado sobre sí mismos el solemne deber de recordar el Holocausto. Para los judíos, esto es una obligación moral y, en realidad, religiosa. La humanidad en su conjunto tiene una deuda con ellos por haber asumido esa responsabilidad con minuciosidad y determinación. Gracias al poder del recuerdo judío, los hechos del Holocausto se han impreso en la consciencia de todos y hace falta una obstinación verdaderamente perversa para olvidarlos o evadirlos. También los representantes del mundo cristiano han hecho un examen colectivo de conciencia y han reconocido, con pena y arrepentimiento, el papel de la Iglesia en la perpetuación del antisemitismo. La experiencia de la II Guerra Mundial, cuando se produjo una alianza militar entre las democracias y la Unión Soviética, debilitó la sensibilidad occidental al Comunismo, tanto como idea y como realidad, produciendo una especie de quebrantamiento del sistema inmunológico intelectual. Para poder luchar de todo corazón, una democracia necesita que sus aliados tengan un cierto grado de respetabilidad y, de ser necesario; esa respetabilidad se va a regalar, aunque no se merezca. Stalin alentó este proceso garantizando que la ideología y los lemas comunistas se mantuvieran de reserva, escondidos fuera del escenario, mientras que los esfuerzos del pueblo soviético y de sus heroicos soldados eran colocados al frente y elogiados en términos puramente nacionalistas. A diferencia de los europeos orientales, los europeos occidentales no experimentaron directamente la llegada del Ejército Rojo ni presenciaron su brutalidad. Al contrario, lo vieron como una fuerza liberadora, como a los otros ejércitos Aliados. Muy diferente de la impresión de los pueblos del Báltico o de los polacos. Y los soviéticos también estuvieron entre los magistrados del Juicio de Nuremberg (donde trataron de endilgarle a los nazis varios de sus propios crímenes, como la masacre de miles de oficiales de ejército polaco en Katyn, Polonia, en 1940). Todo este contribuyó a la contradictoria y a veces deslucida respuesta occidental de posguerra a la amenaza comunista. Las democracias habían aceptado grandes sacrificios para derrotar al nazismo. Pero sólo aceptarían sacrificios menores para contener la Unión Soviética y, al final, inclusive la ayudarían a mantenerse en aras de "la estabilidad." Su actitud no era - no podía ser- la misma que ante el nazismo, ni su juicio equilibrado, ni su memoria imparcial. Uno de los grandes éxitos del régimen soviético fue promulgar y, eventualmente, imponer al mundo su propia visión ideológica de como debía clasificarse los sistemas políticos. Lenin los redujo esencialmente a dos contrarios polares, el socialismo y el capitalismo, una dicotomía preservada por Stalin hasta los años 30. Según este esquema, el capitalismo, también conocido como imperialismo, incluía en su ámbito los regímenes liberales, social demócratas y fascistas, así como Nacional Socialismo. En los años 30 surgió otro esquema para acomodar la nueva política soviética de "frentes populares." Ahora el espectro iba desde el socialismo -es decir, las Unión Soviética- hasta las democracias burguesas (liberales y/o socialdemócratas) y, finalmente, el fascismo. Agrupadas junto bajo esta última categoría estaban el nazismo, el fascismo tipo Mussolini, los regímenes autoritarios de España, Portugal, Austria, Hungría, Polonia, etcétera, y las facciones de extrema derecha en las sociedades liberales. Cualquier que fuera la tipología específica, en estos esquemas el nazismo fue borrado como una categoría en si misma, y se vinculó definitivamente o al capitalismo o al fascismo. Llegó a ser la encarnación absoluta de la Derecha, mientras que el socialismo soviético representaba la encarnación absoluta de la Izquierda. De esta forma, nazismo y comunismo tomaron sus respectivos lugares en el gran campo magnético de la política del siglo XX. Para apreciar la prestidigitación que esto significó, basta recordar que, para una generación anterior de historiadores, había estado perfectamente claro que tanto el fascismo italiano como el nazismo alemán tenían raíces socialistas. La clásica Historia del Socialismo Europeo de Elie Halévy (1937) dedicaba un capítulo al socialismo de la Italia fascista y al socialismo de la Alemania nazi. (Esta última se había declarado explícitamente anticapitalista.) Y también está el esquema no menos convincente que el propuesto en 1951 por Hannah Arendt, que subrayaba la naturaleza esencialmente consanguínea de nazismo y el comunismo que mencioné al principio, y que separaba tajantemente a estos dos representantes del totalitarismo moderno tanto de los regímenes liberales como de los simplemente autoritarios. Sin embargo, el triunfo de la definición comunista de la realidad fue tan grande, que aún hoy permanece profundamente empotrado en la consciencia histórica. Los libros de texto franceses de secundaria y universitarios, por ejemplo, todavía "leen" el espectro político de Izquierda a Derecha, yendo de la Unión Soviética en la Izquierda, hasta las democracias liberales (con sus propias Izquierdas y Derechas), a los diversos fascismo (alemán, italiano, español, etcétera). Esto no es sino una versión atenuada de lo que pudiera llamarse la Vulgata soviética. El Nazismo duró doce años; el Comunismo europeo, dependiendo del país, entre 50 y 70. Esta enorme duración produjo una especie de auto-amnesia en las mismas naciones afectadas por el régimen. Durante este tiempo, la sociedad civil fue aplastada, las elites fueron sucesivamente destruidas, reeducadas y reemplazadas, y casi todo el mundo, de arriba abajo, fue expuesto a los peligros y tentaciones del compromiso y la auto-traición. En cuanto a los pocos individuos capaces de un pensamiento desinteresado, en gran medida fueron desprovistos de un conocimiento adecuado de su historia o de las herramientas apropiadas para una investigación seria. A leer los trabajos de los disidentes soviéticos, que comprende la única verdadera literatura del régimen, uno se ve expuesto a desgarradores lamentos pero a muy poco análisis desapasionado. (Las excepciones incluyen a ¿Sobrevivirá la URSS hasta 1984?, de Andrei Amalrik que apareció en una traducción al inglés en 1969, y algunos ensayos de Aleksander Zinoviev.) Quizás porque el recuerdo del pasado es tan doloroso, los jóvenes historiadores rusos de hoy tienden a apartar su mirada del período comunista y, por lo tanto, lo consignan al olvido. Mientras tanto, el estado ruso cierra de nuevo los archivo pertinentes. En cuanto al círculo de los disidentes, que sí preservó un recuerdo lúcido del Comunismo, se desintegró rápidamente después de 1991 y no ha encontrado su lugar en el nuevo orden de las cosas. Una entidad que quiere preservar el recuerdo tiene que alcanzar una cierta masa crítica en la sociedad, sea por la fuerza del número, el poder político, o la influencia cultural. Los disidentes no han podido conseguir esa masa crítica así como tampoco los portavoces de los armenios, ucranianos, kazajos, chechenos, o tibetanos, por no mencionar a muchas otras víctimas del terror comunista. Después de la disolución de un régimen totalitario, nada resulta tan problemático como revivir la capacidad de hacer las que deben de ser normales discriminaciones políticas y morales. En este respeto, la Alemania del post-nazismo estaba en mejor posición que la Rusia post-soviética. En Alemania, la sociedad civil tenida no fue aniquilada. Alemania -juzgada, castigada y desnazificada bajo la supervisión de los aliados occidentales- pudo participar, por imperfectamente que fuera, en un proceso de purificación, de auto-enjuiciamiento, de recuerdo e, incluso, de arrepentimiento. Este no ha sido el caso en Europa Oriental, en parte para las razones que he expuesto pero, en parte, por circunstancias de las que Occidente tiene su parte de responsabilidad histórica. No sólo, durante 70 largos años, las democracias fallaron en llamar a contar a los comunistas sino que las elites políticas y culturales de Occidente aceptaron tácita o explícitamente lo que he llamado la Vulgata soviética. Según ésta, la virtud política era inherente a la Izquierda (bajo el "socialismo"), y la presunción del pecado político inherente a la Derecha (bajo el "capitalismo"). Entre los académicos occidentales y otros, el leninismo todavía es caracterizado con demasiada frecuencia como una especie de accidente meteorológico, como la infortunada desviación de un proyecto que sigue siendo tan honorable como lo fue siempre. En realidad, durante siglos, la conciencia occidental ha estado fijada en encontrar la sede del mal absoluto en el corazón mismo de nuestra civilización. En nuestros propio días, esa sede del mal se ha localizado una vez en Africa del Sur durante la era de la segregación racial, otra vez en los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, pero siempre en la Alemania nazi, el punto de referencia a la que todas las demás manifestaciones locales del mal se refieren constantemente. De este ejercicio en radical búsqueda de defectos han estado excluidas la Unión Soviética, Corea del norte, China, Cuba, y otros países comunistas. O quizás uno pudiera decir que la fijación con el nazismo y sus diversos presuntos sucesores ha funcionado como una especie de cobertura que permite pasar por alto los innegables crímenes del Comunismo. Esta actitud complica enormemente la indispensable tarea de alcanzar claridad moral en las sociedades post-totalitarias. Si nuestro siglo ha estado marcado por una inaudita barbarie, no ha estado menos marcado por una desastrosa opacidad de conciencia, y sería una vergüenza que fuéramos a legar al nuevo siglo nuestras falsificadas nociones de la historia. Pero quizás haya motivo de esperanza. Olvidamos que hicieron falta años para que una pleno conocimiento del nazismo se hiciera sentir en la consciencia de Occidente. El hecho es que el nazismo, como fenómeno político, excedió lo que la gente pensaba posible, y la imaginación era frecuentemente incapaz de captarlo. Los actos realizados a nombre del Comunismo abren un abismo no menos profundo, protegido por el reflejo humano de negar lo inconcebible. ¿Pudiera ser que el tiempo, cuya función es revelar la verdad, haga de nuevo aquí su indispensable trabajo? Uno sólo puede rezar porque así sea. |
Ref: puesto el 19/1/01 19:29 |
El texto anterior pertenece a : ALAIN BESANCON, el eminente historiador francés, es el autor de El Síndrome Soviético y Los Orígenes Intelectuales del Leninismo. Su nuevo libro, Una Historia Intelectual de la Iconoclastia, 1998 por la University of Chicago Press. El presente ensayo es una versión, algo revisada, de su conferencia inaugural a la Academia Francesa, en la que ingresó en diciembre de 1996. |
Ref: Hass puesto el 19/1/01 19:30 |
Mirad lo que he encontrado..... Revista Integral nº 199 Julio 1996 "¿SÓLO LOS VEGETARIANOS ESTÁN CUERDOS? Son los vegetarianos los únicos cuerdos? La industria ganadera británica se ha salido con la suya, apoyada por el Gobierno y por esa Unión Europea que muchas veces corrobora que es un club de ricos. Ante el riesgo de contagio de la EBE (Encelopatía Bovina Espongiforme), Gran Bretaña ha impuesto la lógica económica y nacionalista. Había que sacrificar más de diez millones de reses. En lugar de eso, se ha levantado el veto a la exportación de su carne de vacuno. La lectura parece fácil: por las diez muertes al año de promedio que puede haber, no vale la pena dilapidar una buena parte del sector ganadero. Las cifras mandan y como las cifras de afectados no son astronómicas... se permite un consumo de trágicas consecuencias. Y Europa ha cedido ante las quejas y el perjuicio económico que padecía una de sus potencias. Incluso en Francia se ha descubierto que el presidente Jacques Chirac desoyó a una docena de asesores con informes científicos que avalaban el mantenimiento del veto. Lo grave del caso es que en paises como España resulta difícil saber de dónde procede la carne en el momento de la compra, con lo cual los que todavía son omnívoros pueden ser víctimas de esta viciada solidaridad europea." ¿Por que costará tanto hacer las cosas medianamente bien? ¿Es que no conocen el 'principio' ese de que la 'materia' no desaparece, se transforma (o algo así)? Creo que ahora pretenden demostrar su supuesta 'ofensa' matando moscas a cañonazos. Parece que cuanto más ruido mejor. Y de nuevo van a perder los de siempre: familias con pequeñas explotaciones y mucho sacrificio. Recuerdo que cuando salió a la luz el tema en Gran Bretaña me dije a mi misma que lo más probable era que toda aquella carne sospechosa iría a parar a algún país hambriento. Ahora pienso que no necesitan ni hacer eso. |
Ref: puesto el 19/1/01 19:32 |
ALAIN BESANCON, el eminente historiador francés, de la Academia Francesa Juan Arcocha Escritor cubano residente en París Luis Delgado Aparicio La Voz de Cuba Libre "CONOCER LA HISTORIA ES LA UNICA MANERA DE NO COMETER LOS ERRORES DEL PASADO." |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:39 |
Publicado el martes, 3 de noviembre de 1998 en El Nuevo Herald Libro sobre comunismo desata disputa NEMESIO RODRIGUEZ Agencia EFE Lisboa -- La publicación en Portugal del Libro negro del comunismo, que sostiene que su implantación causó la muerte de más de 85 millones de personas en el mundo, ha provocado un vivo debate sobre los intentos de equiparar esa ideología con el nazismo. El libro de Stephane Courtois, el historiador francés que coordinó el equipo investigador, calcula en un mínimo de 85 millones los muertos del comunismo, suma de los ejecutados, los fallecidos en los campos de concentración y las víctimas de las hambrunas ``deliberadas o no combatidas''. La polémica se ha centrado en Portugal en el prefacio de José Pacheco Pereira, quien sostiene que ``no sólo no está prohibida, sino que se debe hacer la comparación entre lo que fue el nazismo y el comunismo'', aunque sean regímenes diferentes. En su opinión, y a la luz de los derechos humanos, ``los muertos son iguales'', hayan fallecido ``en un campo de concentración nazi, en Angola o en las deportaciones'' en la antigua Unión Soviética. La coincidencia de la publicación del libro con el arresto del general Augusto Pinochet en Londres y con la presencia en Portugal de Fidel Castro, con motivo de la Cumbre Iberoamericana de Oporto, dio pie a que se hiciera una ``provocadora'' simetría: Pinochet y Fidel, ambos dictadores, fascismo y comunismo, todo la misma cosa. ``En el plano de la confrontación de valores'', escribe, ``no puede haber comparación alguna con los valores de raza, guerra, desprecio por los débiles, nacionalismo fanático, desigualdad, programa deliberado de exterminio'' que caracterizaron el nazismo. En Diario de Noticias, Pereira ironiza sobre la distinción que hace Coelho y sostiene que se podía decir de la misma forma que los valores del comunismo son los valores ``de la superioridad de una clase social sobre otra, de la guerra como extensión de la política, del desprecio por los débiles que no pertenecen a la `vanguardia' de la dictadura del proletariado, y de un programa deliberado de exterminio de los enemigos de clase''. El mismo ejercicio puede hacerse al revés, añade, por lo que un nazi reconocería méritos a sus teorías a favor de ``la estabilidad de los `mil años', la felicidad de una humanidad constituida por hombres racialmente puros, sanos, limpios, cultivados por elevados valores comunitarios, altamente educados en una cultura romántica para quienes la guerra es una suprema manifestación de vitalidad''. Coelho replicó en Público: ``por mi parte, sigo considerando profundamente detestable cualquier individuo'' que respaldara un programa como el mencionado por Pereira. En las mismas páginas de Diario de Noticias, Rubén de Carvalho recuerda a Pereira que los defensores de dichas teorías, aún antes de los hornos crematorios de Auschwitz y Birkenau, ``destruían sinagogas y sedes de sindicatos, devastaban los teatros de Berlín, quemaban libros y cuadros, y para asegurarse ``hombres racialmente puros'' se mataban unos a otros en ``Noches de Cuchillos Largos''. |
Ref: PARA LIA puesto el 19/1/01 19:50 |
BUENO LIA CREO QUE YA HE EXPUESTOS SUFICIENTES HECHOS, NO CONJETURAS NI VISIONES DE NUEVOS PROFETAS NI VISIONES PROPIAS NI INTERPRETACIONES NI ETC... AHORA ¿TAMBIEN ESTAN EQUIVOCADAS ESTAS POBRES PERSONAS QUE ESTAN ABURRIDAS Y SE DEDICAN A ESCARBAR EN LA SACROSANTA BASURA DE LOS ARCHIVOS PERDIOS? SI PUEDES REFUTAR LO ANTERIORMENTE EXPUESTO, Y QUE CONSTE QUE NO SON MIS IDEAS, SON LIBROS Y HECHOS, CONTINUARE ESTA "CONTIENDA". MATCH BALL. |
Ref: abora puesto el 19/1/01 21:03 |
No sé si hay alguien aqui y ahora que es cuando sucede todo, nuestro Presente Perfecto, este lugar sagrado donde podemos cambiar el mundo, nuestro mundo, que al fin y al cabo es todo lo que tenemos. |
Ref: puesto el 19/1/01 22:13 |
El sábado 23 de Febrero de 1963, alrededor de las 12 del día un grupo de jóvenes se encontraban parados entre la acera y los portales del hotel Perla de Cuba, edificación ubicada frente al parque Serafín Sánchez, Cuba. Mientras los jóvenes charlaban e intercambiaban opiniones sobre diferentes temas, incluyendo la precaria situación política por la que ya era una desdichada realidad en el país; de pronto, debido a la intensa propaganda del régimen: "Hay que matar a toda la gusanera. Acabar con los lumpen, arrasar a los contra revolucionarios, etc.", o posiblemente añadida a la cuerda* que le dieron otros esbirros comunistas del pueblo, un miliciano se apareció metralleta en mano y, reflejando esa mezcla de odio, frustración y envidia, comenzó a lanzar ráfagas de plomo contra los jóvenes allí reunidos. Los gritos de dolor, las exclamaciones de terror, no mermaban las ansias asesinas del marxista miliciano; caía un joven fulminado por la metralla, y otro, y otro, hasta que al fin se hizo el silencio; al sicario del gobierno comunista. se le habían acabado las balas de su metralleta, Tendidos, alrededor del área del hotel, entre los varios heridos (algunos quedaron mutilados), se hallaban cuatro cuerpos inertes de espirituanos, ya en las manos de Dios: Carlos Rodríguez Morera. Lázaro Odalez Armando Piñeiro García Ismael Lorente Brunet. DESCANSEN EN PAZ *Dar cuerda: Llenar de ideas la mente de otra persona. |
Ref: Para "Match bALL" puesto el 19/1/01 23:08 |
Sinceramente, me importan un pito todas esas cosas que "pretendidamente" diriges a Lía. Ni sé lo que pretendes con ello, ni me interesa lo más mínimo. Pero me surge una duda: ¿serías capaz de presentarnos la misma cantidad de material "contra" las aberraciones del capitalismo? Si es así, mis más sincero reconocimiento, sino, que te jodan: no tienes ni puta idea de lo que hablas.))BR)) Ah!! Y no firmo porque no se me pone en la punta del glande. |