Ref: De la hemeroteca... puesto el 4/10/00 0:16 |
¿Existió un puente sobre el río Kwai?... ( y IV ) Dado que los soldados japoneses recibían puñetazos y golpes de sus superiores encontraban normal causar daños físicos a los prisioneros. Antes de finalizar 1944, la mayoría de los prisioneros regresó a los campos base donde el trato era mejor. El coste de la construcción del ferrocarril había sido muy elevado ya que ocasionó no menos de 12.492 muertos, es decir, la tercera parte de los cautivos. Curiosamente, aquellos reclusos nunca construyeron un puente sobre el río Kwai. Por el contrario, el único puente que levantaron fue uno de madera sobre el río Mar Mekhong, cerca de Kanchanaburi. La construcción, concluida a finales de 1943, fue meritoria y dejó de manifiesto el alto grado de eficacia de los ingenieros japoneses. Sin embargo, su utilidad fue muy escasa porque apenas terminada la obra los Aliados comenzaron a bombardearla desde el aire de manera que muy pocos ferrocarriles la cruzaron y que, en poco tiempo, quedó totalmente inservible. El mito del puente del río Kwai surgió ya en la posguerra y de la mano de Pierre Boulle, el autor de una obra de ciencia-ficción titulada "El planeta de los simios". Boulle escribió asimismo una clásica novela de guerra titulada "El puente sobre el río Kwai". La obra fue seguida con cierta fidelidad por David Lean a la hora de dirigir la película del mismo título, pero finalmente el realizador británico se permitió un cambio sustancial. En la obra de Boulle, el comando llegaba hasta el puente y disparaba unos morteros sin lograr acertar en su estructura. Ante la posibilidad de ser capturados, los comandos se retiraban sin llegar a destruir el puente. Lean optó por alterar el final. Dio una mayor relevancia al papel del coronel Bogey, encarnado por Alec Guiness, como un personaje heroico pero transtornado y, especialmente, concluyó la película con una voladura accidental ante la que el médico del campo exclamaba: "¡Qué horror! ¡qué horror!". De esta manera, subrayaba el absurdo de la guerra por encima de cualquier otra consideración. El resultado resultó cinematográficamente extraordinario pero históricamente falaz. ( Libertad Digital. Sábado 1 de julio de 2000. Artículo de César Vidal ) *** TIBERIO. MM *** |
Ref: puesto el 4/10/00 11:38 |
Vengo observando desde hace poco tiempo lo que ha cambiado esta pagina desde hace unos años a esta parte, ya no queda nada de lo que era esta pagina de LITERARIO en el mejor sentido de la palabra, a excepción dicha de algunos, llamense, Palpito que sigue erre que erre, Mackay, Proxi,Orquidea y alguno más, ya han desaparido muchos de aquella epoca en la que en este parque o piscina, como se le quiera llamar, daba gusto entrar para leer lo que aqui quedaba escrito dia tras dia, no es que quiera desprestigiar a los que hoy en dia siguen aqui, pero cuanto daria para que volvieran aquellos dias. ¡Nova, Batracio Verde, Max, Aih, Ly, Jai y un largo etc., donde estais! RR/ en plan bohemio y pensando en aquel tiempo ¡Ahi!. ¡Que mal os he hecho, ya que me tratais así!, si profano con mi indigna mano este sagrado santuario - pecado de amor es este -, mis labios, peregrinos ruborizados, estan dispuestos ha hacer penitencia por este áspero toque con un tierno beso. ¿Quien esres que así me atormentas?, RR/ A alguien y solamente de paso por el parque |
Ref: puesto el 4/10/00 12:09 |
Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo, Penélope, se sienta en un banco en el andén y espera a que llegue el primer tren meneando el abanico. Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj una tarde de primavera adiós amor mío no me llores volveré antes que de los sauces caigan las hojas. Piensa en mí, volveré, pobre infeliz se paró su reloj infantil un tarde plomiza de abril cuando se fue su amante se marchito en tu huerto hasta la ultima flor no hay un sauce en la calle Mayor para Penélope. Penélope, tristes a fuerza de esperar sus ojos parecen brillar si un tren silba a lo lejos, Penélope, uno tras otro los ve pasar mira sus caras les oye hablar para ellos son muñecos. Dicen en el pueblo que el caminante volvió la encontró en su banco de pino verde la llamó “Penélope mi amante fiel, mi paz, deja ya de tejer sueños en tu mente mírame, soy tu amor, regresé.” Le sonrío con los ojos llenitos de ayer no era así su cara ni su piel tú no eres quien yo espero. Y se quedó con su bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón sentada en la estación Penélope. **** (Joan Manuel Serrat) |
Ref: A Penélope puesto el 4/10/00 13:07 |
jajajajajajajajajajajajaja...muy bueno! |
Ref: puesto el 4/10/00 15:34 |
jejejejejje
se pueden hacer peticiones de letras de canciones??? jejejej la imaginación al poder se llama eso... |
Ref: Por pedirrrrrrr puesto el 4/10/00 21:12 |
Pos yo pido, porfa, si alguien me puede poner aquí la letra de una canción de Nacha Guevara. Decía así como: "Si te quiero es porque sos//mi amor, mi cómplice y todo// y en la calle codo a codo//somos mucho más que dos.... Grasssias por delante :0) |
Ref: No te digo adiós puesto el 4/10/00 21:17 |
Me voy sin decirte adiós porque sé que si te digo tú querrás venir conmigo a donde voy. Y yo no sé ni p'adonde voy... |
Ref: /Ref: Por pedir (21:12) puesto el 4/10/00 21:47 |
TE QUIERO Tus manos son mis caricias mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro tu boca que es tuya y mía tu boca no se equivoca te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo porque sos pueblo te quiero y porque amor no es aureola ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola te quiero en mi paraíso es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Mario Benedetti |