Ref: puesto el 18/5/98 0:14
dime que estas ahí...anda.
Ref: Mar puesto el 18/5/98 0:16
háblame.
Ref: Han puesto el 18/5/98 0:19
Hola, Mar
Ref: Mar puesto el 18/5/98 0:20
¿sabes?, esta mañana no quería levantarme, y a eso de las dos menos algo se me metió en la cabeza que me conectara porque tú estabas aquí, lo intenté pero esta cosa no me dejo entrar hasta pasadas las dos y tú ya te habias ido...
Ref: Mar puesto el 18/5/98 0:22
Deberíamos hablar...¿no?
Ref: Han puesto el 18/5/98 0:22
estaba en las lechugas.
Ref: Han puesto el 18/5/98 0:24
Estamos hablando, Mar.
Ref: Mar puesto el 18/5/98 0:24
¿ vamos a huevo?
Ref: Han puesto el 18/5/98 0:24
vamos.
Ref: Han puesto el 18/5/98 0:25
Han ya esta en huevo.
Ref: LUNA A TODOS puesto el 18/5/98 0:35
buenas noches familiaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Ref: Individuo puesto el 18/5/98 1:42
Oyes, que me habia quedao dormido ¿Hay alquien para hacer cariños?
Ref: Han puesto el 18/5/98 1:53
Buenas noches, Mar. parece que esos dos se han puesto de acuerdo, no?. Mejor. Que descanses.
Ref: Mar puesto el 18/5/98 1:54
dulces sueños Han, mejor así, no me gusta verles discutir.
Ref: PARA TODOS/AS puesto el 18/5/98 9:31
Bueno, llevo una hora delante de la pantalla, y la verdad, no se muy bien que quiero escribir. Se lo que en mi mente se amontona, un monton de sentiemienos, de sensaciones, pero las quiero sacar al exterior, y entonces es cuando empieza el lio. Ninguna se pone de acuerdo para salir la primera, o quizas, todas quieren salir a la vez. He pasado un fin de semana genial, divertidisimo. Me he sentido por unas horas, como ese pajaro que vuela libre, que tantas veces he soñado ser. Pero sobre todo, me he sentido bien conmigo misma. Siempre soy muy critica con mi forma de ser, con todo lo que hago o decido. La verdad, y muchas veces lo he escrito: no me quiero mucho, no me convence mi persona. Pero desde hace unos meses, voy viendolo de otra forma. La gente podemos evitar ciertas situaciones, podemos intentar moldearnos para que la sociedad nos acepte minimamente. Pero, ¿de que me sirve eso, sino logro aceptarme a mi misma?. Tengo mas defectos que virtudes, la verdad, pero debo entender que con todo y con ello, soy asi y no puedo cambiar. Y sobre todo, debo comprender que debo quererme y aceptarme tal como soy. Siempre me ha gustado controlar todas las situaciones, y sobre todo las que creo yo. Pero me he dado cuenta, que de vez en cuando, es bueno descontrolarse un poco, y dejar que la vida te haga disfrutar. En fin, que sigo sin aclararme muy bien a la hora de poder expresar lo que siento. Asi que mejor, sigo mirando al cielo, a ese pajaro que vuela, y con una sonrisa, recordando los momentos tan geniales que he vivido durante tres dias. Me he sentido a mi misma: he vibrado, he reido, he sentido, he reflexionado, .............. Y me siento bien. Feliz dia y un besote. PELIRROJA.
Ref: nena puesto el 18/5/98 15:29
nena busca nene en carne
Ref: ************************* puesto el 18/5/98 17:18
TENGO GANAS QUE ME FOLLE
JACK
Ref: Historia de un mechero puesto el 18/5/98 17:29
HISTORIA DE UN MECHERO

CAPÍTULO X.

PEPE AGUJAS.

Pepe Agujas, al recogerme del suelo, casi se va al asfalto de bruces: tal era su estado mental. Aunque cualquiera da un tropiezo en la vida, ciertamente, lo de Pepe Agujas era artificial. Me explico. En un momento dado, cualquiera pierde el equilibrio. Pero si el cerebro -el «ordeno y mando» de los seres vivos, y particularmente de las personas- está alterado por algún producto... el equilibrio se torna inestable. Y es que el cerebro de Pepe Agujas estaba atiborrado de heroína. Una forma de suicidio a largo plazo.

La vida de Pepe Agujas se movía en esa difícil línea de lo delictivo/legal. Obviamente, el hecho simple de comprar la heroína ya entraba en lo ilegal. Y, aunque no siempre, el dinero, con cierta frecuencia, provenía de pequeños hurtos y atracos. En sus condiciones, nadie lo contrataba. Es más, en cierta ocasión se gastó un dinero que le fue confiado en heroína, lo cual le costó el ser expulsado del trabajo.

Pepe Agujas había echado su vida a perder. No hacía mucho, estaba metido en un grupo musical, como compositor. Ignoro cómo se metió en este inframundo de la droga, pero sí sé que de unos años para acá, Pepe Agujas era cliente habitual de algunos "camellos" del barrio. No tendría mucho más de 30 años cuando yo lo conocí.

No era muy alto. Delgado. Con el pelo más bien corto. No excesivamente aseado. Y en su tono de voz, un acento que hablaba de un hombre tremendamente sensible a todo sentimiento humano. Vivía solo. Ignoro si tenía familia. Si la tenía, desde luego, se habían desentendido de él, y él de ellos. La casa de Pepe -un piso pequeño- estaba a oscuras desde tiempo inmemorial. Sus «amigos» fueron quienes lo metieron en ese submundo. En su soledad, su única compañía era la heroína. En verdad, muy triste.

Aunque, como digo, era adicto al «caballo», no le hacía ascos al canuto. Fueron muchas veces las que me usó para deshacer la «china» y, así, mezclar con el tabaco rubio y liarse el canuto, que se fumaban entre va-rios. También con Pepe conocí varios camellos, de distinto pelaje. Pude observar que, entre ellos, había un có-digo tácito. Es decir, se movían por unas normas que nadie había dictado, pero que eran observadas de forma muy estricta... y ay de aquél que se las saltara. Por ejemplo, la competencia tenía que ser leal. Si alguien practicaba la competencia desleal, se llevaba una paliza y la indicación de que se fuera de la zona. También oí hablar de algunos enfermos de SIDA y de otros que fallecieron por sobredosis. Afortunadamente, también los había que estaban en centros de desintoxicación. Muchos de estos últimos, no regresaron al barrio: sabían que si lo hacían, recaerían otra vez. Sin embargo, si empezaban de nuevo en un sitio distinto, tenían más probabilidades de no tropezar en la misma piedra, y, consecuentemente, de reintegrarse en la sociedad.

La ruta vital de Pepe Agujas era una sucesión continua de bandazos, en todas direcciones, sin seguir una línea concreta. En líneas generales, no era un hombre violento. Al contrario, procuraba evitar las peleas. Amarillo de hepatitis, en cierta manera, sabía que, si no se cuidaba, tenía los días contados. De hecho, el hígado ya le había dado varios avisos -jamacucos, en su argot-, y cada vez más frecuentes y más dolorosos.

Pepe Agujas tenía un amigo que, al igual que él, estaba metido en el mundo de la droga y el alcohol. A éste le apodaban "El orangután". "El orangután", a diferencia de Pepe, estuvo varias veces ingresado en hospitales. Su afición al anís seco y al «caballo» lo habían llevado varias veces a la U.V.I. El sí tenía familia. Hijo único, vivía con sus padres. Era bastante violento, sobre todo cuando iba bebido. Y, además, muy susceptible. Se peleaba con todo el mundo. De hecho, el único que le aguantaba era Pepe Agujas. Los demás, a ratos.

En el fondo, "El orangután" y Pepe Agujas eran dos almas solitarias que compartían su soledad y au-tomarginación. Juntos destrozaban sus vidas. Juntos también intentaron poner remedio a su existencia. Y jun-tos, un buen día, queriendo salir de la droga, fallecieron. Descansen en paz.

Pilar VILLAGRASA = Menda
Ref: Bibí a Santa Valentina... puesto el 18/5/98 21:56
¡Hola!...¿que tal por las alturas?...Has leido al tal Val...le ha hecho gracia encontrarse semicanonizado...A partir de ahora no podré usar tu abreviatura, por si se cabrea el muchacho...

¡Val!...Si lees esto te darás cuenta de que la Santa es otra...y no ha habido intención de usurpar ningun Nick, lo que occurre que los españoles en general somos pelín vagos y nos ahorramos las palabras...

A Sta Valentina del Transiberiano...: Espero que escuches las oraciones que te dedico por las noches...(yo una atea convencida...si me viera mi Abuelo, le daba un ataque)...Pero para una Santa Roja que tenemos...Besitos muy fuertes para tí...pero no los compartas con los de arriba...son solo para tí...Ciao..
Ref: a Iciar, que sabe de esto puesto el 18/5/98 23:45
LUNES -Abro los ojos y estás a mi lado, una mano esposada a la cabecera de la cama, como te dejé anoche; estás despierta y me miras implorante, sonrío ante tus piernas encogidas aliviando tu urgencia. Compruebo que te has bebido entera la botella de agua de la mesilla, no en vano te forcé anoche a cenar tanto jamón con anchoas. Llamo a tu oficina para decir que estás indispuesta, luego te acerco el teléfono para que des el mismo mensaje en la mía. Nos vamos a tomar el día sabático, así que sin prisas hago mis rituales en el baño, luego vigilo los tuyos atenta a que no aproveches la ducha para aliviarte. Te hago pintarte como si fueses de fiesta, y te obligo a desayunar un gran vaso de leche, más líquido. Vas que se te doblan las piernas de ganas, pero aún nos demoramos saludando al portero, compramos el periódico y bajamos al parque. A estas horas sólo hay jubilados tempraneros, alguna mamá con el cochecito del bebé, algunos jardineros. Me suplicas que te deje ir tras los arbustos, como la otra vez, pero te veo tan angustiada que no quiero perderme tu cara cuando por fin puedas darte el gusto. Hasta yo misma siento ganas de hacer pis. Leemos el periódico con calma y subimos a la avenida, entramos en la cafetería y sólo cuando nos han servido en la mesa te dejo ir al baño. Nos encerramos y miro tu rostro mientras te alivias largamente, casi lloras de puro por fin. Como castigo no ha estado mal, pero no pienses que hemos dejado de ir al trabajo para perder el tiempo. En casa te hago vestir tu uniforme de limpieza, es decir, tus ceñidos pantalones de ciclista y nada más, y mientras me pongo al ordenador te escucho ir y venir afanándote, la cadena que une tu muñeca a tu tobillo me permite saber con su tintineo en dónde estás en cada momento, y si deja de sonar te llamo al orden. Comida frugal y me voy al tenis con Andrea; a mi edad hay que cuidar el ejercicio, no quiero convertirme en gorda y fofa para ti. Antes, y más que nada para que sepas que sigo enfadada, te pongo el cepo, esa madera que se cierra en torno a tu cuello y tus muñecas, con un candado cuya llave dejo en tu puño, allá tú si la pierdes. Regreso exultante, como siempre que juego al tenis, te escondes en tu cuarto al oírnos llegar, y Andrea y yo nos preparamos una merienda, felices en la seguridad de lo que nos espera, y sin gastar mucho tiempo en seducirnos nos vamos a mi cama escandalosas, desde tu cuarto escuchas nuestros grititos, amenazas y protestas, luego los topetazos en el colchón, las risas, los insultos cuando se nos va la mano y los chilliditos de alarma que niegan y otorgan. Me ha ganado al tenis, como siempre, y ahora me vengo como sé que le gusta. Cuando la tengo atada me paso un momento a verte, me miras con reproche, pero me haces gracia tan sumisa con el cepo puesto, así que me limito a coger la palmeta de tu armario y por esta vez lo dejo correr. Andrea se va por fin, quejándose de que su marido esta noche le verá las marcas. Allá ella. Es hora de ocuparse de ti. Te libro del cepo sólo para amarrarte a la cama. Andrea siempre me deja a medias y te poseo con ganas, hasta que tu frialdad me obliga a ponerte boca abajo, hundirte la cara en la almohada y desahogarme largo rato con la palmeta, así aprenderás que no tienes el menor derecho a reprocharme lo que haga con las amigas. Luego te poseo de nuevo, y esta vez quiero creer sinceros tus gemidos de placer y tus protestas amorosas, y no te suelto hasta asegurarme de que te has colmado de placer y no hay ya rencor entre nosotras. Desde el sofá me alegra oírte cantar en la cocina con la radio a tope mientras preparas la cena. Un guiso exquisito, en eso sí que eres una maestra, y botella de cava para acompañarlo. Nos arrullamos un poquito viendo la tele, no puedo evitar reprocharte dulcemente que seas tan mala que siempre tenga que estar castigándote, y te muestras seductoramente compungida, como tú sabes, pero cada una a su cama que mañana sí hay que trabajar.