Ref: A mis ojos puesto el 30/4/98 0:07
Mis ojos.
¿Que cosa puede haber, buscando en el inventario de mis pertenencias, que se pueda equiparar a mis ojos?
¿Por que otra cosa podría cambiarlos?
Si me encontrara en la tesitura de tener que elegir entre perder mis ojos u otra cosa. ¿Qué podría entregar para no perderlos? Terrible!
Una vez tuve un sueño. En él perdía mis órganos sexuales. ¡Que tragedia! Recuerdo que una frase, flotaba en el aire de este sueño trágico. “La vida no tendría sentido” ¡Casi prefería la muerte! Esto, tiene una explicación, ¡yo era virgen! ¡No había catado las mieles del sexo! ¡Que putada, no!
Ahora al recordarlo, una sonrisa acude a mis labios y creo que en el momento actual, sería trágico, pero seguiría viviendo.
Pero si perdiera mis ojos...
Esos que sirvieron de videocámara para el archivo de mis recuerdos infantiles: el campo, la hierva, los grillos, las nubes, los tebeos, las películas, los libros, los viajes... ¡Cuantos recuerdos gracias a mis ojos! ¡Cuantas imágenes captadas por estos pequeños milagros! ¡El pasar de los años de mi gente, el crecimiento de mis hijos, ¡sus sonrisas! ¡Cuanto amor intercambiado! ¡Cuanta palabra sin sonido, a través de ellos!
El otro día, antes de irme al rutinario descanso nocturno, estaba poniéndome un colirio para disminuir en lo posible los fastidios efectos de la maravillosa primavera. Mi hijo pequeño, que me observaba, me pregunto: “Papá, ¿para que te pones gotas?” – “Porque los tengo un poco malos” le dije. Y él, me volvió a preguntar: “Entonces, ¿te los van a quitar?” – “No, cariño, no me los van a quitar”. Y terminó diciendo: “Es que a Simón, si que se los van a quitar”.
No sabía como seguir con la conversación, una tristeza, profunda me visitó de repente. “Si, Simón tiene los ojos muy malos, hijo”. No volví a hablar del tema. Pero me hizo pensar, en mis ojos, en los de mi hijo, y en los de Simón.
Cobardía, siento cobardía cuando me acuerdo de él.
Cobardía a hablar, a equivocarme, a no saber que hacer o como reaccionar ante él. Pues si, le tienen que quitar un ojo, el tumor no tiene otro remedio que la extirpación. Me flojean las piernas y un escalofrío me recorre la espalda.
Fuimos a verlo al hospital, antes de Semana Santa, estaba en observación, haciéndole análisis para prepararlo para la operación. Allí estaba ella, con él, de noche y de día, siendo su lazarillo, su guía, su apoyo. Ellos se alegraron al vernos llegar, charlamos un rato y los vimos animados, yo intercambié la mirada con mi mujer, se dio cuenta de lo afectado que yo me sentía, mis ojos... otra vez mis ojos... delatando mis pensamientos, delatando mi congoja ante mis queridos vecinos. “Si me pudieran poner uno de cristal...” decía el.
¡Espeluznante! Se lo ha tomado con filosofía, lo está asumiendo, ¿o es sólo que nos muestra un convencimiento inventado?
Allí los dejamos, queriéndose a rabiar, y luchando codo con codo, contra las tinieblas de él.
No lo han operado todavía, para no pasarse todas las fiestas ingresado, lo enviaron a casa, y ahí están a la espera de que lo vuelvan a llamar.
Ayer pasó mi mujer a enseñarle un vestido a ella.
Vino diciéndome: “Me ha dicho Simón, que si por lo menos tuviera un ojo, podría decirme como me queda el vestido...”.
Mi cobardía...
Mi tristeza...
Mis ojos...
Soy donante de ojos, además de otros órganos. Bueno... donante, potencial, o un proyecto de donante. No pensando en la posteridad..., como un buen amigo me dijo en tono de burla.
Lo único que dono realmente es sangre.
No es que sea gran cosa, pero quizá sirva para mitigar algún dolor o para dar a alguien un poquitín de “calidad de vida”.
Lo que si que jamás donaría, sería mi cerebro.
No quisiera castigar a nadie con semejante regalo.
Horus.
Ref: flipper puesto el 30/4/98 0:10
hola, hola, hay alguien????
Ref: flipper puesto el 30/4/98 0:49
hay alguien por ahiiii
Ref: manel puesto el 30/4/98 1:40
soy un chico que me llama la atencion del rollo este del ciber, es la primera vez que me conecto aqui. Me gustan las chicas que sean simpaticas y que tengan gran fogosidad. Mido 1.75, soy rubio y tengo 24 años.
Ref: manel puesto el 30/4/98 1:47
soy un chico que me llama la atencion del rollo este del ciber, es la primera vez que me conecto aqui. Me gustan las chicas que sean simpaticas y que tengan gran fogosidad. Mido 1.75, soy rubio y tengo 24 años.
Ref: Fanny a Morgana puesto el 30/4/98 14:54
gracias por aparecer, a versi podemos charlar un rato
Ref: LA MOSCA puesto el 30/4/98 16:19
MI MALLORCA QUERIDA PERDIO AYER.Y ES POR ESO QUE VOY A DESAHOGARME CON VOSOTROS.CAGO EN LA PUTA. Era una de mis mejores alumnas de literatura pero al margen de eso, a mi me encantaba fisicamente.-Tenia exactamente 17 años, era morena, ojos color cafe, mediria mas o menos metro setenta, tendria unos 60 kgs y un fisico que cortaba el hipo a cualquiera.-Piernas larguisimas, pechos muy grandes, mucho mas grandes que lo normal para su edad y un culo que daba para la historia.-Josefina hacia un año que se habia anotado en el seminario que yo dictaba de letras y tenia las mejores notas del curso, lo mejor del caso es que las tenia por merito propio, no por sus cualidades fisicas, imperaba su inteligencia por sobre todo lo demas.- Y lo que mas me gustaba era su desfachatez, no tenia problema alguno en declarar que ya no era virgen y cada vez que yo entraba al curso la encontraba rodeada de sus amigas, escuchando sus aventuras de fin de semana. He de confesar que en mas de una oportunidad, en mis noches de placer solitario en mi casa, cuando me masturbaba, la imagen de Jose se cruzaba por mi mente y eso aumentaba mis orgasmos.- A mediados de año le habia preparado a la clase completa una monografia a desarrollar sobre Literatura Latinoamericana y les daba una semana de plazo para que la presentaran.- Siempre fui partidaria de ser muy compinche de mis alumnos primero porque era la mejor manera de trabajar en armonia y segundo porque no habia tanta diferencia de edad, yo tenia 32 años asique podia ser la hermana mayor de la mayoria de ellos.- Debido a esto, ellos se sentian libres de pedirme consejos o datos sobre como encarar sus trabajos y tambien me pedian bibliografia prestada, con la condicion de que cuidaran esos libros como propios.- Dado que esta monografia era muy extensa, estaba segura de que me pedirian ayuda mas de uno y no me equivoque, entre quienes me pidieron libros estaba Josefina pero a diferencia de los demas, no se los lleve a la clase sino que, argumentando que me los habia olvidado, le pedi que fuera a casa pasadas las ocho de la noche asi podia darselos.- De mas esta decir que ella no se nego y que mi intencion, mas alla de ayudarla, era ver hasta donde podia llegar ella con su deshinibicion y yo con mi deseo.- Llego a las nueve de la noche, vistiendo un pantalon de jogging bien suelto y una sudadera gris, disculpandose porque habia salido a correr y habia perdido la nocion de la hora.- Se sento en el sillon del living y sin mas, se puso a mirar fotos y revistas que tenia desparramados por alli.- Le servi un cafe y nos quedamos charlando de la monografia y despues de banalidades, de su familia, sus ex novios y los mios y de las proximas vacaciones de ambas.- Jose era muy conciente del atractivo de su fisico y a esta altura de las cosas, sabia de memoria que yo no me iba a quedar solamente hablandole de libros y ex novios.- Con la excusa de que recien habia venido de correr pero anticipando lo que vendria despues, me pidio el baño para poder darse una ducha, asi se refrescaba un poco.- Hacia el baño fue, se ducho y salio envuelta en un toallon enorme que le preste.- Asi como habia salido de la ducha volvio a sentarse en ese inmenso sillon en el cual me habia masturbado mas de una vez pensando en ella y se tomo la segunda taza de cafe.- Sentada a su lado, no podia dejar de mirarla y aspirar el aroma de su piel recien enjabonada y de su cabello recien lavado con el shampoo que suelo usar, con esencia de almendras.- -Tenes pareja ahora ?- me pregunto sin anestesia.- -No, estoy soltera.- -Y tampoco tenes relaciones con nadie ? -No, con nadie.- -Y de tenerlas, seria con un hombre, con una mujer o con ambos ? -Con ambos.- -Juntos o por separado ? -No se Jose, no se...como se diera en ese momento.- -Y como te gustaria que se diera en este momento ? -Con vos, como ya te diste cuenta, con vos.- Mientras estas preguntas llenaban el living de mi casa, nos ibamos acercando mas y mas hasta que quedamos boca a boca, hablando mientras se nos mezclaba el aliento a menta y cafe de las dos y se aceleraba mi respiracion al compas de la de ella.- Se quedo quieta cuando mis manos comenzaron acariciando su piel limpisima, desde sus mejillas bajando por su cuello y deslizandose por sus hombros.-Tiro su cabeza hacia atras cuando sintio que la yema de mis dedos bordeaba la toalla a la altura de sus pechos e inspiro profundamente, hundiendo su vientre ante cada una de mis caricias por sobre la toalla que aun la cubria.- Sin quitarsela, mis manos siguieron bajando por sus brazos, su cintura, llegaron a sus muslos y notaron que sus piernas se abrian imperceptiblemente para que pudiera ingresar sin dificultad a esa zona.- Mis palmas rozaron la fina piel que cubria la cara interna de sus muslos, subieron y bajaron y llegaron hasta su vulva, notando que era lisa como la seda y estaba tibia.-La palpe lentamente, solo por encima, sin abrirle los labios, prestando atencion a su respiracion, que se acompasaba cada vez mas y mas.- -Me gustan tus caricias - me decia en voz muy baja -Y a mi hacertelas, hace tiempo que soñaba con esto.- Despues de escuchar esto, ella misma abrio la toalla que la cubria y dejo sus enormes pechos al aire.- Crei que me quedaba sin respiracion porque jamas pense que fueran tan hermosos, tan grandes ni que estuvieran tan listos para ser comidos como en ese momento-. -Te gustan ? queres probarlos ? Estire mis manos y las cerre sobre ellos pero se me escapaban, eran muy grandes, muy duros, muy excitantes.- Los acaricie en circulos, aplastandolos y viendo como volvian a su lugar solitos, de lo duros que estaban.- Cuando cerre mi boca sobre ellos, los encontre con sabor a leche tibia, calidos, sus pezones lisitos alrededor y rugosos en la punta eran una delicia.- -Tenes unos pechos gloriosos, Jose ! -Aja, suspiraba con los ojos cerrados, dedicada a sentir mi boca en ellos.- -Vamos a mi cama.- Nos levantamos y en ese instante se le termino de caer la toalla y a mi se me paro el corazon cuando vi ese fisico monumental completamente desnudo frente a mis ojos.- Una vez en el cuarto nos quedamos frente a frente besandonos y ella dejaba mansamente que mi lengua penetrara su boca , era como si en ese instante su desparpajo hubiera desaparecido y lo hubiera reemplazado la timidez y la inexperiencia mas absoluta.- Me saque la ropa mientras ella se sentaba al borde de mi cama y me miraba casi casi con admiracion.- -Sos tan bonita, me decia sonriendome.- -Igual que vos, Jose.- Me arrodille para poder quedarme cerca de ella, para poder seguir besandola y seguir recorriendola con mis manos.-Era maravilloso ver como se estremecia bajo mis caricias, como se hundia su vientre cada vez que mis dedos volaban sobre el para rozar su vulva fresca y carnosa.- -Alguna vez estuviste con otra mujer, Jose ? -No, nunca.- -Queres seguir ? -Mas que nada en el mundo, no me dejes ahora, por favor !!!! Delicadamente abri sus piernas y ella se recosto sobre mi cama, ofreciendome su tajo rosadisimo y brillante de excitacion.-Saber que ninguna mujer habia explorado jamas esa maravilla me puso a mil y le acaricie el tajito sin abrirlo con mi lengua una y mil veces, cada vez que Jose se contraia de gusto mas la lamia.- -Me encanta , me encanta , suspiraba mientras su cabeza iba de lado a lado de la cama.- Y eso me dio mas valor para seguir haciendo las cosas delicadamente, porque tambien debia ir enseñandole sobre su propio cuerpo como era el placer de las mujeres, como darlo y como sentirlo.- Las caricias de mi lengua fueron cada vez mas profundas hasta que logre abrirle los labios mayores y encontrarme con un clitoris excitadisimo, salido,rojo,ansioso de mi lengua.- Jose, cuando sintio que ya estaba alli, extendio sus manos y me facilito la tarea abriendose los labios vaginales y dejandome toda su concha expuesta.-Rios de flujo la surcaban y era transparente, con un olor penetrante, fascinante, olor a hembra, olor a pura excitacion.- Lami y lami sin descanso mientras los suspiros de Jose crecian y crecian y sus caderas subian y bajaban buscando mas y mas hasta que quedo arqueada al sentir como mi lengua entraba en su agujero sin pedir permiso, entraba dura y se arrastraba sobre su clitoris al salir.- Su agujero era estrechisimo y eso le permitia disfrutar mas de mis entradas que se prolongaron a mis dedos.- Probe con uno, con la yema moje la entrada y lo meti sin problemas, lo hice girar dentro de ella y lo apoye varias veces a los costados de sus paredes vaginales, sintiendo como eso le arrancaba mas y mas flujo de adentro.- Realmente era pequeña por dentro pero no me pude resistir cuando me pidio otro dedo mas asique, con la mayor delicadeza posible, meti dos y repeti la operacion pero ahora los dos salian en redondo, como si fueran un sacacorchos, casi rasguñando su salida, viendo como eso la enloquecia.- -Me estas matando !! -Queres que pare ? -Noooooooooooo, noooooooooooooooo, y seguia moviendose, sacando la lengua y mojando sus labios, apoyandose en sus talones para poder elevar sus caderas hacia mi boca hambrienta.- -Chupamela, chupamela, repetia una y otra vez.- Le sobrevino un orgasmo profundisimo con mis dos dedos adentro y, mientras se reponia del primero que pude provocarle, me levante dos segundos, fui hasta la cocina y volvi con un pote de crema fria y liquida- -Que vas a hacer ? pregunto entre sorprendida y divertida -Confias en mi ? -Sabes que si. -Entonces, relajate y gozalo.- Me coloque con las piernas abiertas sobre ella y deje derramar un poquitito de crema helada y liquida sobre sus pechos.- Dio un respingo de placer al sentir algo tan frio sobre sus pechos tibios pero no ceso de moverse cuando sintio que mi lengua esparcia la crema por sus pezones, los mordia, los succionaba, los endurecia mas y mas- -Esto es el cielo !!! Desparrame mas crema en su estomago y mi lengua bajo, dejo un camino de saliva y crema a lo largo de su vientre y derrame un poquitito mas sobre su vulva.- -Ahi, metemela ahi !!! Mi boca llena de crema comenzo a morder los labios vaginales, Jose los abrios y lanzo un gemido de placer incontenible cuando mezcle la crema, mi saliva y su flujo y asi le meti la lengua y un dedo dentro de su agujero hasta el fondo, meti y saque el dedo una y mil veces, la cogi con mis manos y mi lengua hasta que le escuche otro gemido mas fuerte que el anterior, señal inequivoca de que habia llegado el segundo orgasmo- -Dios !!!!!! me tenes loca !!! -Ahora te toca a vos, Jose....queres ?? No termine de formularle la pregunta que me tiro de lado en la cama y comenzo a morderme salvajemente los pechos, sus dientes no me hacian daño, al contrario, me excitaban mas y mas.- Me mordia chiquitito los pechos, encerraba sus labios sobre mis pezones y estiraba hasta que parecia que me los iba a arrancar, pero seguia sabiendo a placer mas que a dolor.- -Tenes un pañuelo ? , me pregunto.- -De seda ? -Si. -Buscalo en este cajon de la mesa de luz.- Encontro el pañuelo pero tambien el consolador asique saco ambas cosas, divertida y sonriente.- -Esto es mas de lo que esperaba.- Dicho esto, ato mis manos a los barrales de la cama, dejandome inmovil pero mientras lo hacia me dio tiempo para poder morderle un poquitito mas los pezones, que habian quedado a la altura exacta de mi boca.- Me dejo atada, indefensa, a merced de lo que quisiera hacerme y con el poder absoluto del consolador entre sus manos.- Me lamio el cuerpo completo, diciendo que nunca habia tenido un cuerpo tan bello a su disposicio, que la calentaba mucho mi olor, que mi flujo sabia a sal pura, que no queria dejar de comerme la concha ni medio segundo y ante cada palabra de Jose, seguia un gemido mio, salido desde el fondo de mis entrañas, que ardian y se consumian de deseo.- Me coloco tres almohadones bajo mis nalgas y quede abierta de adelante y de atras frente a ella.- -Hummm, que buen panorama !!! Toda la timidez que parecia tener hacia instantes atras desaparecio y dejo via libre a la Jose de siempre.- -Que lindo culito tenes !!! y lo acariciaba con un dedo, con el bordecito de su lengua y yo sentia que me iba a desmayar en cualquier momento, que no podia soportar mas tanta delicia junta.- Mojo la punta del consolador con su saliva y comenzo a rozarme el clitoris con el, a colocarlo sobre la entrada de mi vagina, humedecerlo con mi flujo y moverlo en circulos alli, metiendolo solo un poquitito y sacandolo, refregandomelo entero entre la vagina y el culo, y mirandome a los ojos cada vez que yo saltaba de gozo, disfrutando mi inmovilidad y mi delirio- -Desatame, quiero tocarme !!!! -No ! sos toda para mi ! y seguia la tortura y el placer.- -Entonces cogeme ! cogeme con el consolador !!! No recuerdo cuanto tiempo duro pero se que acabe dos veces con el consolador entrando y saliendo de mi concha hirviendo, friccionando las paredes de mi vagina, irritandola pero con gusto, abriendose camino en mis entrañas hasta provocarme dos orgasmos fascinantes.- -Pero queda un rinconcito mas...verdad ??? -Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, mi culo, por favor !! damelo por ahi !!!! Fue maravillo, me desato y me puso en cuatro con mi culo frente a su boca.- Lleno mi agujerito de crema, para poder lubricarlo bien y despues de lamerlo un par de veces, me hundio el consolador hasta el fondo, metiendo y sacandolo como si fuera un pene que ella hubiera llevado en si desde su nacimiento.- -Rico, verdad ???? -Hummmmmmmmm, siiiiiiiiiiiiii, aja..........ricooooooooooooooooo- Las palabras me salian pastosas, mi boca estaba seca, sentia que me mareaba de gusto, que Jose me estaba dando en cada lado que podia y que debia terminar, que no podria prolongar mas el momento de la explosion, el momento en el que sintiera que todo a mi alrededor se derrumbaba de extasis.- Acabe con su lengua moviendose desde la concha hasta el culo, me saco el consolador en el momento exacto como para poder lamerme hasta hacerme acabar.- Fue un orgasmo intenso, caliente, que me dejo tirada en la cama sin aliento.- Nos quedamos las dos acostadas, acariciandonos con calma, pasada la furia de la pasion, nos acariciamos hasta que nos quedamos dormidas.- Al dia siguiente, cuando me desperte, vi que Jose se habia ido.................pero no se habia llevado los libros que le eran indispensables para su monografia.-
Ref: LA MOSCA puesto el 30/4/98 16:23
OTRO POCO MAS. Voy manejando mi carro por el centro de la ciudad. Suena el celular, y contesto rápidamente: es mi dueña.,al sentir su voz, pienso que debe ser urgente para que se haya dignado llamarme. Me tiene aleccionado para que cuando ella diga aló, yo reconozca su voz y le conteste:" A sus pies, mi ama!" De lo contrario, ella me castigará.Me excita y causa temor el pensar que se enoje conmigo, y trato siempre de no darle motivos de disgusto. Aló, a sus pies, mi ama.!contesto. "Mira, perro faldero, esclavo inútil: Necesito que estés hoy en el Hotel Hilton a las 9 p.m.. Una de mis jefes viene del exterior hoy y le ofrecí un esclavo para que pase varios días divirtiéndose con él y olvide el stress del trabajo. Es muy importante para mí,ella es un poco mayor y mi futuro depende de que se sienta satisfecha del esclavo que le voy a prestar.Obedécela en todo.No quiero quejas ni reclamos de ella , al mínimo disgusto de su parte, te castigaré y te arrepentirás. Si lo haces bien, a lo mejor te permito que me beses todo el cuerpo y me chupes la cuca un buen rato., entendiste, animal?" "Si, mi ama, le contesto, lo que Ud. ordene! Ud. dispone de mí como lo desee", le contesto. "Bueno, ya sabes, a las 9 p.m. preguntas en la recepción por la Srta.Camila Sterling ,diciéndole que vas de mi parte. Ahora, apúrate, imbécil, que mi tiempo sí es importante!,despídete como un esclavo!" "A sus pies, mi ama" OK:Chao. Paso toda la tarde en medio de una gran expectativa, porque no imagino como puede ser esta ama ocasional que me envía mi dueña, y porque tengo miedo de fallar y no poderles cumplir. Salgo del trabajo hacia la casa, y no tengo tiempo de comer. Regreso al centro y llego al Hotel justo a las 9.55, con temor de retrasarme y ser castigado. Hay una muchacha en la recepción. me mira de arriba a abajo y me dice:"La señorita Camila lo espera en la Suite 422.Me dejó dicho, que al llegar Ud,lo envíe.Que entre, se siente en el living y la espere mientras ella puede salir" Subo,entro a la suite, al encontrar la puerta abierta y llego a un pequeño recibidor con varias silla, sofá, mesa y revistas en las esquinas. Hay un ambiente de oscuridad, un solo bombillo lateral alumbra el espacio. Dos puertas separan este salón de un salón más grande en el que otras puertas deben ser habitaciones. Me siento en una de las sillas, inmóvil y espero al menos diez minutos. Luego, las puertas se abren de repente y aparece mi ama ocasional. Camina lentamente, con mucha seguridad y altivez que se deben al hecho de sentirse hermosa y además con poder sobre las personas. Tiene el pelo largo, rojizo, una edad entre los 35 y los 40 años y una elegancia de aquellas personas acostumbradas a lo mejor.Observo en todo su cuerpo una piel suave, con pecas y vellos amarillos en las partes visibles. Viste un vestido negro y ceñido donde se observa claramente la marca de unas tangas , sin nada arriba.El vestido es corto, al agacharse se notan sus senos y al caminar observo sus rodillas redondas y hermosas. Calza zapatos de tacón altísimo con bastante facilidad a pesar de la alfombra gruesa que cubre toda la suite. Se dirige hacia mí con cara de enfado, me mira lentamente, y me ordena: "De pie!" al mismo tiempo que bate sus palmas para reforzar la orden. No me saluda ni me hace ningún gesto de cortesía. Me levanto un poco nervioso y asustado. "Acércate!" su voz es delgada y delicada y no corresponde a una mujer de su edad.Parece la voz de una quinceañera mimada y caprichosa. Pero sus gestos y ademanes son muy autoritarios. No me sonríe.En su rostro se nota el hecho de saberse superior a mí y lo disfruta. "Tu ama me ha prestado su juguete.Me ha dicho que eres un perrito faldero bastante domesticado" me dice.Si te entrenaron bien debes saber que las amas no permitimos miradas directas hacia nuestra persona. Yo no las tolero, a menos que te lo pida directamente.Eso debes saberlo. No tienes ningún derecho de observar a tu ama y menos mirarla a la cara como lo has hecho. Tu mirada cuando estés frente a mí, debe apuntar al suelo, a mis zapatos, entendieste, estúpido esclavo?" "Yo sí soy estricta y parece ser que mi amiga no te ha entrenado lo suficien- te.Acércate más, perro!" Me acerco otro poco más y siento su perfume, cuidando ahora sí de tener la mirada en los pies de mi ama. Siento una cachetada fuerte en una mejilla y sin reponerme de la sorpresa, otra en la otra mejilla. Las siento calientes y me arden. Todo fué inesperado. "Ahora, arrodíllate, perro sarnoso y me lambes los zapatos uno por uno como agradecimiento por mi trabajo de corregirte." Me arrodillo rápidamente sintiendo todavía el ardor en mis mejillas y comienzo por su zapato derecho. Lo acerco con mi mano y veo que cometí otro error."No me toques, animal , ni siquiera los zapatos sin mi permiso.Debes besarlos y chuparlos como puedas, aunque yo me mueva . Ese es tu problema y más vale que lo hagas bien." Acerco mi cara al otro zapato y comienzo mi labor aunque de verdad, los zapatos se ven relucientes. Me canso en esa posición y trato de levantarme pero eso la enfurece otra vez. "No te he dicho que te levantes, perro flojo y bruto! Continúa hasta que yo te lo diga!" Sigo con el otro zapato por la punta, el tacón y los lados.Ella aparta sus pierna un poco para permitirme besar la parte interna de sus zapatos entre uno y otro. Cuando está satisfecha,levanta un pié, lo apoya en mi hombro y me empuja bruscamente hacia atrás.Es repentino y caigo violentamente sobre mi espalda. Entonces, la veo sonreír.Yo, la divierto, por fin! Eso me agrada porque tengo que complacerla ,no debo hacer enojar a mi ama y no quiero que me castigue. Me incorporo con la cabeza agachada, esperando que ella se dirija a mí recordando que no debo hablarle si ella no me habla primero. "Así me gusta, pedazo de esclavo! Vas aprendiendo que eres un objeto que me prestaron hoy y no tienes derecho a hablar, opinar, a moverte, ni mirarme si yo no te lo autorizo, entiendes?" Sí mi ama, entiendo. " "Quédate quieto mientras regreso" me dice, y sale hacia la cocina. La veo de reojo regresar colocándose guantes de látex en las manos. Al llegar junto a mí,me aprieta las dos nalgas fuertemente con las manos para comprobar su dureza, sin ninguna delicadeza. Se da vuelta y me toma el miembro que se me endurece poco a poco, y lo empieza a revisar lentamente apretádolo desde abajo y jalándolo para observarlo detalladamente.Siento su jalón un poco brusco y me quejo, pero siento entonces una palmada fuerte en una nalga."Silencio!" no quiero ningun ruido mientras inspecciono la mercancía que me prestaron, no me hagas perder la concentración, burro imbécil!Todo lo que tengo en las manos me pertenece ahora y lo voy a utilizar para divertirme y cre que lo haré cada vez que me venga en gana. "Me divierte agarrar tu pequeño miembro,esclavo, me hace olvidar mis problemas de trabajo.Creo que mi amiga va a tener que cederme este esclavo cada vez que yo lo necesite, a lo mejor los fines de semana. Le preguntaré si no tiene objeciones para afeitarte todo este pelo que tienes por las bolas, no quiero que se enoje si le deterioro su esclavo. Ahora, mientras yo te observo te vas a desnudar, y te dejas las medias y los zapatos , ok?" Pasa para el salón de la suite, me dice abriendo las puertas que dan acceso a un salón grande con un enorme ventanal encortinado desde donde se divisa un paisaje marino totalmente azulado. Me señala un sitio en el centro del salón para que cumpla su orden. Vamos, házlo ya!, dice dando otra palmada de forma impaciente. Se sienta entonces en un sofá cruzando sus bellas piernas ,apoyando los brazos detrás de la cabeza mientras me observa apreciativamente. "Ven acá,"me dice, como llamando un perrito para darle comida chasqueando los dedos. Yo todavía no había empezado a desnudarme un poco aturdido por sus maneras autoritarias. "En cuatro patas!" me grita viendo que yo me acercaba de pie. Al llegar cerca de ella, se acerca agarrándome la camisa por los costados y de un tirón, la rompe botándole algunos botones, luego empieza a rasgarla con determinación hasta quitármela toda violentamente. "Un perro nunca lleva ropa! Dáme las gracias por ayudarme a desvestirte!" Gracias , mi ama,le digo. "Abre la boca ahora,me dice mientras se quita un zapato de su pie derecho y me mete el pie totalmente hasta la garganta de un solo envión. Lo tiene un rato hasta que me siento presionado y sin aire, luego de lo cual lo saca con la misma fuerza. "Ahora,lo vas a tomar en tus manos con delicadeza, y poco a poco vas a besar palmo a palmo todos los dedos, pasando la lengua con cuidado por las separaciones , no olvides la planta de abajo, el tobillo y tómate tu tiempo, animal,porque esos pies que tienes en las manos merecen la mejor atención de una bestia como tú." Comienzo y durante un largo rato me concentro en chupar cada dedo que tiene uñas muy cuidadas y rojas,sintiendo un saborcito un poco salado pero agradable.Además,es un pié pequeño y bello.A la altura del tobillo tiene una cadena delgada que lo envuelve dándole un toque de gracia. Parece satisfecha observándome mientras se oye el chasquido de mi lengua.De reojo la veo recostarse en el sofá , con sus bellos ojos apuntando al techo y deja escapar un suspiro.Siento que disfruta mi trabajo y el hecho de tener totalmente humillado a sus pies a un esclavo dócil, sumiso y complaciente. Yo dentro de mí agradezco que se digne permitirme tomar sus pies, besarlos y acariciarlos. Me siento en éxtasis y quisiera que se prolongara mucho tiempo. Pasa un largo rato y voy perdiendo la noción del tiempo, porque este bello pié me excita mucho. Luego de un rato, siento un tirón fuerte en el pelo y la vocecita acaramelada de mi ama : "Empieza con el otro,esclavo,veo que te estás emocionando!" Agarro el otro pié y empiezo a repetir mi labor, viendo que le agrada mucho y procura no demostrármelo, Al cabo de un largo rato, me ordena:"Basta,esclavo, es suficiente . Levántate porque esas rodillas ya no te deben aguantar! "Camina hasta aquella esquina y te vas quitando el pantalón y el interior, pero te colocas luego los zapatos, dándole la cara a la pared" Me quito el pantalón, el interior y me dejo las medias luego me coloco los zapatos.Pienso que ella me verá así un poco más ridículo,desnudo totalmente, pero con medias y zapatos. Se acerca y me ordena acostarme sobre el espaldar de una silla, con el culo en alto y las manos apoyadas en el piso. Mis pies quedan colgando y así siento expuestas totas mis partes íntimas a su disposición.Para mi gusto prefiero todo esto sin pelos, ni obstáculos para poder jugar.,creo que te voy a rasusar completamente si tu otra ama lo autoriza" "Ahora, prepárate porque te voy a calentar esas nalgas con mis manos. Lo haré porque quiero sentir el calor y porque espero con ello demostrarte que soy una ama estricta y te voy a domesticar a mi gusto, eso me encanta..Además,serás entrenado para recibir mis azotes o palmadas aunque no haya razón ninguna" Al decir esto, empieza a darme fuertes palmadas en ambas nalgas alternativamente, siento el ardor y parece que a ella le gusta porque lo hace más rápido y con más fuerza cada vez. Sólo se escucha el sonido y su respiración jadeante.El ardor se mezcla en mí con una sensación de placer por saber que mi ama lo disfruta y le pertenezco por ahora. Al cabo de un rato se quita los guantes para sentir en sus manos el contacto directo con mi carne. El ardor es banstante fuerte y siento que sus golpes aumentan de intensidad a cada momento. "Tienes unas nalgas bastante blancas: pero cuando yo termine, estarán totalmente rojas." "Debes acostumbrarte a ser azotado frecuentemente porque eso me divierte y me excita, y porque es parte de tu entrenamiento como esclavo de mi propiedad. "Además, estoy preparando el terreno para mi objetivo, que es el agujerito pequeño entre estas nalgas.Mi esclavo debe llevar cuando yo lo disponga, un dispositivo plástico insertado entre las nalgas, para recordarle que ese culito me pertenece y que cada vez que haga un movimiento, sienta en su interior la marca de su ama" Al decir esto, siento que aparta duramente mis nalgas con las manos ordenándome:" Coloca tus manos una en cada nalga y las abres todo lo que puedas,manteniendote así hasta que yo te lo ordene. Ya!" Siento su orden acompañada de otra palmada. En la posición en que me encuentro y con lo adoloridas que siento mis nalgas, se me hace difícil obedecerla. Pero aún así, lo hago apartando mis nalgas todo lo que puedo. Siento cerca su respiración mientras me examina detalladamente. "Me encanta ese huequito virgen.Desde ahora, es mio y debes saber que lo voy a acostumbrar a mis caprichos.Apárta mas fuerte, que no puedo ver bien y necesito calcular el grosor del tubito. Debo entrenarlo para recibir un kit completo, poco a poco. Tu antigua ama no lo ha utilizado lamentablemente y está cerrado.pero yo lo haré adaptar al grosor que quiero introducirle . Hoy vamos a empezar con un pequeño tubito que llevo entre mis cosas previniendo esta ocasión. Te lo voy a meter ahora y lo vas a llevar con mi autorización hasta que yo te lo ordene.Si necesitas ir al baño y te doy permiso, te lo puedo quitar. Si no se me da la gana, debes aguantar hasta que yo quiera" "Agúanta las nalgas abiertas mientras regreso. Sale hacia el cuarto y regresa con un pequeño tubo plástico ovalado en las manos, que debe tener unas 3 pulgadas. Me lo enseña, ordenándome: "Bésalo y mójalo bastante con tu saliva, para que sea más fácil para tí." Lo coloca en mi boca porque no me ha dado permiso para soltar mis nalgas.Con una mano lo introduce y con la otra me agarra por el pelo moviendo mi cabeza en un vaivén mientras me mete y saca el tubito en la boca. Es puntudo y su grosor aumenta al fondo. sabe a caucho o plástico. Al sentirse satisfecha, regresa a mis nalgas y al rato siento que poco a poco lo va introduciendo. Para mí es una sensación un poco extraña.Siento que al entrar me hace doler un poco, pero me agrada.Luego, lo tengo todo insertado y entonces me ordena soltar las nalgas, y ponerme de pie. Siento ese objeto extraño y un poco molesto para caminar. "Lo vas a tener todo el día metido,para acostumbrar el huequito poco a poco" " "Ahora, vas a caminar con mucho cuidado y te arrodillas aquí a mis pies porque te voy a dar unas instrucciones:O.K? YA! Así lo hago, me bajo con cuidado de la incómoda posición con ardor en las nalgas y una extraña sensación en mi recto. Estas son mis órdenes: vas a limpiar mi cuarto. vas a tender la cama, cuidadosamente , vas a lavar minuciosamente el baño , vas a guardar la ropa que he comprado y vas a lavar mis pantaletas y sostenes" "Quiero el trabajo bien hecho.Si encuentro algo que no me guste, vas a ser castigado" Me tiende un delantal bastante femenino.,con tira para amarrar y encaje en la parte inferior."Colócatelo!" Lo amarro a mi cintura,apenas me tapa el miembro y por supuesto, mis nalgas quedan a su vista.Cuando se me endurece el miembro,la tela se levanta y me hace apenar frente a mi ama.Eso la divierte.Se acerca, me lo agarra fuertemente mientras comprueba además que el tubo siga bien colocado.Una palmada más finaliza su inspección. "Mi esclavo debe ser además mi mucama y mi sirviente. "Hablaré con tu ama, mi amiga, porque de ahora en adelante te voy a entrenar con mucha dedicación y vas a tener que venir bastante seguido.Tengo mucho trabajo contigo para convertirte en el esclavo que necesito. "Debes aprender a leerme el pensamiento, a obedecer rápidamente cualquiera de mis órdenes,, a estar dispuesto a mis pies en posición de saludo cuando me veas, a no hablar nunca si no te lo ordeno, a cuidar de mi cuerpo cuidadosamente." "Y además, a atender mis reuniones con amigas sobre negocios.Quiero exhibir mi esclavo humillado y sometido a mis pies, pero lo haré solamente cuando vea que estás totalmente domesticado." "El tubito entre el culo es solamente el comienzo de mis disposiciones para con todo lo que me pertenece.Luego, tomaré control total sobre tu miembro y no vas a botar ni una gota de semen sin mi permiso.. Te voy a colocar un cinturón de cuero, con una llave que solo tendrá tu otra ama y yo. "Voy a analizar cuidadosamente cada vez que yo quiera la cantidad de leche que puedes producir, y sabré si no me has obedecido.Nadie más que yo y mi amiga pueden utilizar este juguetico.Con el control cuidadoso que voy a llevar, sabré si me has desobedecido. De ahora en adelante, cero masturbación sin mi permiso, y mucho menos sexo con nadie a menos que yo lo autorice, entendiste, cerdo?." Si, mi ama, como Ud. disponga. "Ahora, de doy dos horas para que realices tus labores en mi cuarto y con mi ropa.Voy a estar en la sala examinando unos papeles de trabajo.Si escuchas una palmada, es señal de que algo se me ofrece.Debes correr en el acto, y arrodillarte en el suelo con la cabeza en el piso, esperando mi orden. Esa posición la quiero siempre cuando termines alguna labor o cuando yo no te haya dado ninguna orden. Si estás arrodillado, y no te ordeno nada, debes mantenerte así, sin mirarme ni molestarme hasta que yo lo decida, O:K?" "No quiero repetir mis instrucciones nunca, porque eso me molesta.No me importa qué estés haciendo: cuando escuches la palmada, corres donde yo esté. "Y, para mí, no tienes nombre.Eres mi cosa, mi propiedad.No esperes que te llame de ninguna manera,sólo los golpes de mis manos son el sonido que debes reconocer como tu llamado, por lo menos mientras estés entrenado, domesticado y te hayas ganado tu nombre de esclavo. "Cuando llegue ese momento, te voy a marcar como mi propiedad y esa marca nunca la podrás borrar.Ya vere yo cómo y dónde será esa marca" "Y otro cosa más:una mucama no puede tener esos zapatos masculinos.Te buscaré lo más apropiado" Sale al cuarto y regresa con unos zapatos rojos de tacón un poco grandes para su bello pie. "Estos los tengo guardados, como muchas cosas que vas a usar, porque hace tiempo he estado preparando la utilización de un esclavo en mi vida. Tienes el honor de aspirar a serlo, y debes ganártelo. Quítate tus zapatos y utilizas estos, mucama idiota!" Me los pongo y al ponerme de pie, me siento ridículo y apenado. Creo que eso es lo que buscaba, porque la vuelvo a ver sonreír.Me encanta su sonrisa, y haría muchas cosas para que fuera más frecuente.Creo que la siento como una reina y su poder y autoridad femenina me subyugan. "Ahora, al cuarto, mucama estúpida. Lo quiero limpio, ordenado y totalmente en orden.Nada de polvo por ningún lado.Y nada fuera de lugar. Mi ropa interior, lavada y colgada, mis cosméticos en orden y mis zapatos guardados.Apúrate, criada imbécil"Siento otra palmada más en la nalga, que ahora es más dolorosa con el intruso en mi agujero. Salgo caminando lentamente, por los tacones que no controlo y por el tubo insertado atras.Es verdaderamente humillante, pero me hace excitar totalmente el hecho de divertir y servir a una ama tan bella y autoritaria.Es algo que me produce un placer inigualable. Su cuarto, como cuarto de hotel que es, es bastante sencillo, pero está totalmente en desorden. Vasos con agua, colillas de cigarrillo en los ceniceros, ropa suya en la cama y hasta en el suelo.Paquetes de ropa sin abrir sobre una mesita, papeles sobre la alfombra . En el baño, su ropa interior colgada cerca de la ducha, y parte en el suelo. Sandalias en una esquina, jabones por varias partes, y cepillos de peinarse por otras. Para mí es algo totalmente nuevo.Nunca me he colocado zapatos de mujer.Nunca he tenido un delantal puesto. Y nunca había sentido un objeto extraño entre mis nalgas. Y por añadidura, muy poco he aseado cuartos, ni siquiera el mío. Pero, mi deber de esclavo me da fuerzas e imaginación , además de la excitación de saber que mi dueña es muy exigente y el miedo a su castigo me hacen ser eficiente. Llevo una hora más o menos trabajando con dificultad por los motivos conocidos, cuando siento el ruido de una palmada,en la sala. Inmediatamente, trato de correr, pero caigo en la alfombra al enredarse los tacones.Me incorporo, y salgo caminando penosamente y mucho más lentamente de lo que se espera de mi, creo. Y así es! No le agradó a mi ama mi tardanza. Me postro a sus pies con la cabeza hacia el suelo y la mirada a sus zapatos. "La demora en acercarte a mí, es una falta que más tarde vamos a corregir. !Quiero agua fría, pero en una bandeja y con una servilleta.Ya!" Salgo hacia la cocina, que no conozco aún a cumplir su orden. Coloco el agua en un vaso, y la llevo lo más rápido que puedo. La agarra por la servilleta, le mete el dedo, y se enoja "Te dije fría, mucama de mierda!" Me la tira a la cara, mojándome de improviso. "Eres totalmente imbécil o es que te gusta que te maltrate?" "La quiero fría, y mas vale que no me hagas perder más tiempo.Además, mi cuarto todavía te espera." Vuelvo a la cocina, mientras siento su mirada furiosa en mi espalda.El objeto en mi culo se ha estado aflojando y ella debe haberlo visto, porque al regresar,luego de tomarse el agua, tira el vaso al suelo para verme recogerlo.Lo recojo y regreso a sus pies, como es mi deber. Luego, me ordena voltearme y mostrarle otra vez las nalgas, que todavía me arden. Las masajea y les pasa las uñas.Agarra el dispositivo y lo saca violentamente mientras analiza la situación de mi pequeño agujero.Me mete los dedos varias veces hasta que parece estar satisfecha ."Corre a lavarlo bien y regresas para volvértelo a colocar" Luego, lo coloca otra vez en su sitio y dándome una palmada más, me manda a terminar mis labores.
Ref: LA MOSCA puesto el 30/4/98 16:28
UN POQUITO MAS Una lágrima por Mallorca Reconozco que no soy todo lo sumiso que debiera, en realidad con el resto del mundo (a pesar de mi timidez) en cuanto tengo algo de confianza soy bastante borde y discuto cualquier argumento aunque sepa que la otra persona tiene razón sólo por llevar la contraria, pero con mi AMA no puedo y ella sabe que puede hacer conmigo todo lo que le plazca y que puede usarme como desee, a pesar de esto el ser humillado por una Mujer (aunque lo desee y disfrute con ello) hace que salga mi orgullo a relucir, incluso El último día que estuve con ella volví a defraudarle, reconozco que a veces me aprovecho de lo buena que es conmigo y mi orgullo me delata, lo que hace que se enfade y yo en el fondo soy el que más lo siente, cuanto más disfruto es viendo feliz y complaciendo a mi Señora y soy incapaz de darle una alegría. A veces lo he pensado, y aunque muchas veces me amenaza con expulsarme o entregarme a otra Ama más severa para que de verdad sepa lo que es la disciplina, creo que se lo ha tomado como un reto person Me ha ordenado que me presente ante ella y aquí estoy, de pié observando como ella, sentada en su trono termina de leer un libro, es perfecta, con que suavidad pasa cada una de sus hojas, como cruza sus interminables piernas, como se levantan sus pechos con cada uno de sus suspiros, como se apar ta el pelo que le molesta cuando cae sobre su ideal rostro... por fin termina, cierra el libro y mirándome a los ojos me dice: - Hola Lete, pero bueno todavía estás así, ¿cuántas veces tengo que decirte que en mi presencia debes estar completamente desnudo y arrodillado? Contemplando tanta belleza me había quedado absorto en mi pensamiento, olvidando mis obligaciones. - Ruego me disculpe, mi AMA -respondo nervioso. - Desde luego está claro que contigo no puedo ser buena, mira que sabes que no me gusta castigarte, pero no aprendes... Una vez completamente desnudo me acerco a ella y me arrodillo para que me imponga el collar de perro al cuello y el arnés que aprieta mi polla y huevos, desde ese momento ya no tengo escapatoria, ya no puedo hacer nada, mi orgullo desaparece, mis ideas de rebeldía dejan de existir y me convierto en su juguete, soy simplemente algo de su absoluta propiedad, es Dueña de mi cuerpo, alma, mente y espíritu, soy de su posesión y no puedo hacer nada, su superioridad y mi debilidad son infinitos una vez enfren - ¡Qué! te gusta ¡eh! perro, ¿ahora no me criticas? Lo ves puedo hacer contigo lo que quiera ¿ahora no dices nada? - Mi AMA suplico perdón, soy suyo puede hacer conmigo todo lo que desee, mi rebeldía y orgullo han desaparecido, seré mucho mejor esclavo... se lo aseguro, mi AMA. - Ya no te puedo creer, tu palabra cada vez vale menos. - Lo sé mi AMA pero esta vez es diferente. Pronto se levanta de su sillón y eso quiere decir que debo tumbarme en el suelo boca arriba para que ella pise mi miembro y lo use como suyo mientras la contemplo desde esa perspectiva y no puedo evitar excitarme pensando que alguien tan perfecto puede estar perdiendo su valioso tiempo con algui en que es tan poca cosa. Cuando se cansa de juguetear con mi pene y tirando de la correa que une mis huevos y cuello con su mano, me hace ponerme a cuatro patas para tirando de mi arrastrarme hasta un potro atando cada una de mis extremidades a sus patas. - Mira que intento ser dulce contigo, pero no hay manera...-me decía. - Lo siento mi AMA, cambiaré seré más dócil. - Ya... eso me lo has dicho demasiadas veces, ya no puedo creerte. - Se lo aseguro, soy un esclavo nuevo. - Eso tenlo seguro. Y ahora calla puto esclavo. Mientras me ordena que me calle y con el látigo en la mano empieza a fustigar diferentes zonas de mi cuerpo, piernas, espalda, brazos, polla,... mientras dice "esta por desobedecerme, esta por rechazarme, esta por abandonarme, esta por tocarme, esta por criticarme, esta por contradecirme, esta p or correrte sin mi permiso, esta por dudar de mi superioridad,... esta porque me apetece...". Con cada uno de sus latigazos no puedo evitar disfrutar de esos momentos de placer y dolor con lo que mi polla crece má Mi Señora me ha dejado solo durante unos instantes, cuando vuelve y sin decir palabra empieza a ponerme vaselina en el culo - dios, no mi AMA -no puedo reprimirme, gritando durante los primeros días de mi doma, mi Señora ante mi temor que yo tenía a ser penetrado me había dado el privilegio de no ser sodomizado, y ella aceptó no hacerlo si no era necesario conformándose con mi palabra de que yo me prestaría a ser enculado cuando ella lo desease, pero sin llegar nun ca a realizarlo sobre mi; hasta cierto punto me sentía un esclavo especial porque mi AMA no me lo hiciese, pero debía de haberla enfadado mucho cuando ahora lo iba a hacer - Ya sabes lo que voy a hacer ¿verdad? - Mi AMA no por favor, eso no, se lo suplico seré mucho más sumiso se lo prometo, pero eso no, no me encule, por lo que más quiera. - Tus súplicas no te servirán de nada, te mereces un buen castigo. - Mi Señora como Vd. desee, pero no es necesario llegar a esto para que sea un mejor siervo, ¡por favor no me sodomice!. - Cállate, no quiero oír tus lamentos, ni siquiera un sólo ruido tuyo mientras te penetro o recibirás un castigo aún mayor. - Perdone mi AMA, no diré nada más. - A CALLAR y así lo hace, una vez finalizó de aplicarme la vaselina, se pone delante mía y me enseña el consolador que me iba a penetrar, me parece inmenso, realmente no sabía por donde iba a meterlo con un ojete tan pequeño como el mío, estoy acojonado y callo, con tal de que pase lo más rápidamente posi ble. Lo saca y lo mete, una y otra vez, llega hasta el fondo por momentos pienso que me va a atravesar, ahora si que puedo decir que ha aniquilado toda resistencia, su control sobre mi es absoluto... Me conoce demas Cuando termina me deja sólo durante unos momentos, pensando en que al menos a valido la pena si he satisfecho a mis Señora, cuando vuelve se pone delante mío y yo con el poco orgullo que me queda levanto la mirada para contemplarla, a pesar de lo que me había hecho me siento bien conmigo mismo y más después de ver su cara de satisfacción por el triunfo obtenido, en el fondo me había gustado por ver que había complacido a mi Señora y más ahora que la estoy contemplando, está increíble con su maravillosa - Todavía no he acabado contigo -me dijo. Me desata y tirando de la correa me lleva entre arrastras y a cuatro patas hasta su habitación - esto ha sido sólo el principio, perro. Yo ya no me atrevo a decir nada, ya me puedo esperar cualquier cosa, una vez en su dormitorio me ata los piernas y las manos a la espalda, me hace sentarme en una silla, a la que me ata uniendo mis muñecas con mis tobillos, esta vez si que ha atado bien, no hay forma de mover un músculo, esto y completamente inmovilizado, posteriormente me amordaza y me venda los ojos. Ya no sé que pensar, no quiero ni imaginarme lo que me podría pasar. Pero pronto lo iba a notar, eran los pellizcos de una pinzas las p - ¿deseas correrte? -me preguntó dulcemente acercando su boca a mi oído yo sin poder decir palabra sólo muevo la cabeza en señal de afirmación, mientras ella continúa manejando mi miembro a su antojo - ¿de verdad que lo deseas? ¿lo deseas mucho? - me volvió a preguntar, ahora en la otra oreja mientras, muevo la cabeza cada vez más rápido, me tiene en sus manos pero es un placer indescriptible, la corrida iba a ser de las que hacían época y cuando siento por las tuberías de todo mi cuerpo, que el volcán en erupción en que se ha convertido mi polla va a explotar.... mi AMA vierte sobr e este la cera de una vela caliente, y todo lo que podía haber sido se queda en nada - ¿ves lo fácil que es controlarse? -me decía desde al oscuridad de mis ojos vendados, desde el silencio de la mordaza, desde la inmovilidad de mis ligaduras, no puedo dejar de tener su imagen presente, su mirada altiva, sus gestos de superioridad... sólo tengo algo en mi cerebro, su figura; la operación la repite una, dos y tres veces más s in permitirme llegar nunca al orgasmo. - a partir de ahora seguro que empiezas a pedirme permiso antes de tocarte y seguro que no te corres si no te lo he permitido yo. Desde luego tiene razón, cuando se cansa me desata y me quita la venda , la mordaza así como el collar y el arnés, y se dirige a mi con voz desengañada - sabes Lete creo que lo mejor es que te deje en libertad y busques a otra Ama; me canso de tener que estar siempre detrás tuya para que cumplas mis deseos... - NO, -reaccioné-, se lo suplico mi Señora no me abandone, imploro clemencia, no me deje, Vd. es la mejor AMA no me deje a mi suerte sin Vd., se lo suplico Imploro clemencia, mientras intento que mi Dueña entre en razón y me permita ser uno más de sus muchos sumisos que forman parte de su pléyade, no me puedo creer que mi AMA decida despedirme, ya no sé que hacer así que me aferro a sus largas piernas y a sus perfectas nalgas como único motivo de m i existencia y empiezo a lamerle sus zapatos como si se me hubiesen acabado los argumentos y sólo quisiese complacerla para que entrase en razón y me permitiese seguir con ella. Pero esta me rechaza apartándome y - Muy bien esclavo si quieres ser uno de mis sumisos, ya sabes lo que tienes que hacer así que espero que lo hagas bien o sino ya sabes las consecuencias - Si mi AMA, intentaré satisfacerla... si mi AMA. no puedo desaprovechar esta oportunidad y a cuatro patas subo hasta los dominios de su lecho, aquí está yaciendo en la cama y con la oportunidad de dar placer a mi Señora, poco a poco y lentamente me acerco a ella y empiezo a tocar su cuerpo todavía vestido recorriendo con mis manos su cuello, s eguidos de pequeños mordisqueos y mimitos, mordisqueando los lóbulos de sus orejas y soplándole al oído, rozando levemente mis labios con los suyos, acariciando sus pechos todavía con la blusa puesta, quitándosela - Es Vd. fantástica, es perfecta,... -no puedo reprimirme a decírselo me pongo a sus pies para reverenciarlos, acariciarlos, lamerlos,... dedo a dedo, pasando por la planta voy lamiéndolos para ir lentamente subiendo por sus largas piernas disfrutando de ese espectáculo que es estar con alguien tan deseable y aferrándome a sus nalgas... - es Vd. única, dios como la deseo recorro cada centímetro cuadrado de su cuerpo con lentos y largos lametazos, introduzco mi lengua en su ombligo para girarla dentro, fuera alrededor... desplazo mi atención a sus pechos para recorrerlos con besos pequeños y cariñosos, sobando sus tetas, sujetándolas, acariciándolas, chupeteándol as, manoseándolas suavemente, adorando sus dos pecas... paso mis dedos por sus axilas y las beso y contemplo su precioso rostro apartándole delicadamente los pelos de su bonita melena y metiéndole mi dedo índice - que cuerpo mas perfecto, su silueta es la de una Diosa Le abro de piernas y acaricio sus muslos, arrodillado ante monumento tan grandioso, no puedo hacer otra cosa que comérselo... mi lujuria recorre todo mi ser mientras ella empieza a estremecerse y no deja de pedirme que siga y no lo deje, está gozando, lo noto y para mi es un honor que me deje d árselo todo... me coloco arrodillado debajo de su coño, mientras ella me tiene en su poder pasando sus largas uñas por todo mi cuerpo y tocándome la polla, mi lengua mojada recorre todos los alrededores de su aguj - Mi AMA, pero que buena está me muevo al compás que mi Dueña me marca, se lo chupo, se lo acaricio, se lo succiono, se lo lamo,... todo lo rápido que puedo, de arriba a abajo, de derecha a izquierda, en círculos... mientras hago lo mismo con el dedo índice en la parte superior de su vagina, sólo me repite una y otra vez que continúe, que no lo deje "sigue, sigue, sigue..." siento como mías cada una de sus sensaciones, lo hago una y otra vez, de derecha a izquierda, de arriba a abajo, en circulo, sigo tal y como mi Señora desea, y - mmmmm...Bien Lete, lo necesitaba.... - Le agradezco mi Señora que me lo haya permitido... mi Ama me acaricia suavemente el pelo mientras quedo echado a su lado como un buen perro. - Lete hoy no te voy a permitir que te corras, aunque te has portado bien, debes volver a aprender a contrólate,... pero es posible que vuelva a llamarte para complacerme. - Si mi Señora, lo sé, como siempre tiene razón. Gracias mi AMA por su comprensión, paciencia y generosidad. Gracias mi AMA. Su esclavo Lete intentará no volver a defraudarle. En ese momento cae una lágrima por mi mejilla, yo sé en mi interior que ya nada será como antes y que mi Señora se merece sumisos mejores... sólo espero haber perdido a mi AMA pero haber ganado a una Amiga (la mejor).
Ref: LA MOSCA puesto el 30/4/98 16:36
A Iris, con cariño Hace dos años tuve la experiencia erótica más sensacional de mi vida, experiencia que nunca olvidaré. Por singular que parezca, este maravilloso encuentro sucedió casi por casualidad. Entonces nos encontrábamos en casa de Ignacio a quien mi marido conocía desde la infancia y nunca dejaba de visitar cada vez que viajábamos a Manzanillo. En una de las reuniones que Ignacio nos organizó para darnos la bienvenida conocí a un muchacho que de inmediato cautivó la atención con su charla ágil aderezada por finos ademanes y gestos que le devolvían a su rostro una expresión alegre y picaresca. Sus ojos brillaban al narrar sus anécdotas salpicadas de ingenio y humor, deambulando entre la gracia y la solemnidad con la impresionante seguridad de quienes han recorrido mundo. Hablaba los mismo de las galerías de arte en Milán donde exhibía sus fotografías que de la comida en los mercados mexicanos. De pronto, mis oídos dejaron de escuchar para concentrarme de lleno en aquella boca jugosa, de labios carnosos. Vestía una camisa de seda blanca al estilo pirata muy ajustada, haciéndolo lucir esbelto y fuerte. Sus cabellos largos ondeaban de un lado a otro mientras acompañaba cada palabra con giros elegantes de cabeza como si estuviese siguiendo el ritmo de alguna melodía. Ignacio nos aclaró que Mariano también se encontraba de paso por Manzanillo; de allí viajaría hacia el sur a través de toda la costa hasta llegar a Honduras fotografiando rostros de mujeres y hombres costeños. Nunca olvidaré la profunda y anhelante mirada de Mariano de la cual fui objeto cuando me senté a su lado en la mesa. Sin embargo, traté de no delatarme con mis expresiones para evitar cualquier sospecha por parte de Jorge. Continuamos charlando mientras comíamos en torno a una mesa cuadrada para los doce, incluida la chica que lo acompañaba, quien seguramente me maldecía en silencio. Las viandas lucían aún pletóricas sobre la mesa. Un caldo largo con Pernott precedía a los calamares a la romana; arroz con pulpo en su tinta; camarones al ajillo; anguilas en aceite; langostinos y langostas rellenas de mariscos; ostiones en su concha y a la Rockefeller; patas de cangrejo, setas a las provenzal y peje lagarto. La jarra de vino quedó vacía y de inmediato me levanté para rellenarla. Ignacio me indicó que la nueva cava se encontraba debajo de la escalera. Detrás de mí, se levantó con el pretexto de ir al baño. Tenía ojos de haber bebido un dedo de más y quizá por ello se atrevía a observarme con cierto descaro. Al inclinarme a llenar la jarra sentí como si mi escote bostezara y los pechos salieran a tomar el fresco. Fingiendo no darme cuenta, lo dejé observar libremente. Sin embargo, mis pezones crecieron al sentirme penetrada por el verdor de sus ojos. Me sentí un tanto orgullosa de poder mostrarle dos sedosos botones bien puestos. Levantó la vista y me miró fijamente con una mezcla de ternura y deseo que me hizo humedecer. No dijo nada y cerró tras de sí la puerta del baño. Comimos y bebimos alegremente en medio de chascarrillos y anécdotas de viaje. El tono de la conversación empezaba a subir de color. Carolina, una amiga de Ignacio, nos relató algunas aventuras después de separarse de un marinero, que sin embargo le había redituado grandes contactos con propietarios de yates, quienes la mantenían viajando de uno a otro continente. Sandra, una costeña de ojos claros, quiso competir con las anécdotas íntimas de Carolina y logró erotizar el ambiente con historias ardientes en los acantilados de California. El vino, la música y los temas candentes pusieron alegre a Jorge que no dejaba de acariciarme los muslos bajo la corta falda que llevaba puesta. Mariano, de vez en vez, echaba un vistazo. En dos o tres ocasiones sentí el contacto de sus rodillas sobre las mías por debajo de la mesa e involuntariamente nos tocamos un par de veces las manos. Lo fugaz de los contactos logró excitarme. Entonces decidí provocar a Jorge. Le besé furtivamente el cuello para susurrarle al oído que me estaba calentando. Subió su mano un poco más y entonces le pregunté si deseaba sentirme desnuda. La erección de Jorge bajo su pantalón confirmó que había logrado mi objetivo, me miró asintiendo y de inmediato procedí a bajarme la tanga con mucha discreción mientras el resto de los invitados se concentraban en la charla de Sandra. Sólo Mariano se daba cuenta de lo que estaba haciendo pero permaneció impávido. Sentí los dedos de Jorge recorrer mi humedecida vagina. -En verdad estás excitada -me dijo al oído. Y sí lo estaba. Me acomodé de tal manera que pudiera proporcionarle a Mariano una vista más placentera sin ser descubierta por los demás. Sus ojos se abrieron tremendamente y trató de desviarlos en otra dirección, y cuando alguien le preguntó acerca de su próxima publicación, Mariano estaba tan distraído que al repetirle la pregunta, titubeó y perdió todo aquel aplomó del que había hecho alarde en un principio. Me sentí satisfecha y a la vez, más excitada de haber provocado aquel estado de confusión imaginando que los dedos de Jorge pertenecían a Mariano. -¿Apeteces unos ostiones en la concha? -me preguntó Jorge al oído. -Sí. -le contesté sin pensar en el alcance de mi respuesta. Jorge tomó un ostión llevándolos hasta el fondo de mis muslos. Al sentir la viscosidad del molusco sentí correr un líquido acuoso entre mis piernas. Entonces, Jorge se escurrió debajo de la mesa, engulléndolo de un sólo sorbo. Un intenso calor se apoderó de mí, las piernas me temblaban y un río me serpenteo por los muslos. De soslayo, Mariano me lanzaba alguna sonrisa y no perdía oportunidad de rozarme con su rodilla. Se humedecía los labios y ese gesto me parecía una verdadera invitación, la cual debía de evadir a toda costa. Llevaba ya varios años de casada y nunca me había atrevido a liberar mis deseos. No estaba acostumbrada a responder a los constantes filtreos de los hombres pero en esta ocasión empezaba a comprender el concepto de hacer química con alguien. Así que me dejé llevar por mis propias fantasías y de manera discreta seguí coqueteando y disfrutado sus intentos por atraerme. Después de tres horas se despidió y pensé: "bueno, fue agradable mientras duró". Sin embrago, regresó una hora más tarde cuando todos bailaban. -¿Ustedes no bailan? -le preguntó a Jorge que se encontraba absorto charlando con Ignacio, en la sala. -No. Al rato. -respondió lacónico. Mariano extendió su mano invitándome a bailar y de inmediato acepté. -Rescátame -le pedí a Jorge en secreto a sabiendas de que no lo haría. Pero de esa manera ya tendría el pretexto para iniciar o evitar una reyerta. Empezamos a bailar separados pero pronto nos encontramos abrazados. Su pierna se internaba entre las mías haciéndome sacudir de un lado a otro al ritmo de la música. Bailaba como un profesional conduciéndome con suavidad entre sus brazos, sintiendo el roce de sus muslos entre los míos y viendo crecer su miembro bajo su estrecho pantalón de mesclilla. Nuestras caras se acercaban y se alejaban, dejándome percibir el aroma sensual los perfumes mezclados con el intenso sudor de placer. Sentía oleadas de excitación y estoy segura de que él sentía lo mismo, así que cuando paró la música apresuré un par de copas más, "para darme valor". Sabía que actuaba mal pero sentía la recompensa del placer que no quise detenerme. Bailamos suave y lentamente dejándome llevar por el goce de un enorme falo que pedía escapar de su prisión. Nunca había sentido un pene tan enorme, aunque me daba la impresión de que podría tratarse de algún paquete que llevara en el bolsillo. -¿No llevas nada debajo? -me preguntó como si no lo supiera en verdad. -¿Lo viste o lo estás sintiendo? -le respondí insinuante. -Lo estoy disfrutando. -No dijo más y continuamos bailando con los ojos cerrados dejando que un suave temblor recorriera nuestros cuerpos ardientes. De vez en vez, sus ojos se depositaban entre la abertura de mi blusa hurgando con morbosa curiosidad. -¿Qué tanto me miras? -Se la solté a bocajarro, y acercando sus labios a mi oído empezó a susurrar: "Tétin refait, plus blanc qu'un oeuf, / tétin de satin blanc tout neuf./ Tout qui fais honte à la rose, Tétin plus beau que nulle chose...." Con la voz más sensual que pude lograr le pedí que lo tradujera. -"Pezón perfecto, más blanco que un huevo, / pezón de satín blanco y nuevo, / un todo que avergüenza a las rosas. / Pezón más bello que ninguna cosa, / Pezón duro - no tanto pezón / Como una bola de marfil / sobre la cual descansa / una fresa, o una cereza / que nadie ve, que nadie toca...." Se trata de un blasón de Marot" -me pronunció al oído y corrió dentro de mí un ardiente escalofrío. En la siguiente melodía, Mariano fijo sus deseos sobre mis ojos. -¿Qué va a pasar? -me inquirió. -Nada. -dije tajante. El fingió no escuchar y me apretó con más fuerza haciéndome llegar hasta la oreja un halo de aire cálido. Me solté de inmediato y corrí a sentarme en un puf a lado de Jorge. Mariano se acercó con dos copas. Me ofreció una y se acomodó frente a nosotros. Procuré entreabrir un poco las piernas para dejarlo observar libremente, entonces se levantó y salió al jardín. Lo seguí con la vista pero no hice ningún intento por alcanzarlo. Jorge había bebido bastante y los invitados empezaban a despedirse. -¿Nos vamos o nos quedamos? -me preguntó Jorge arrastrando la lengua y entornando los ojos en señal de cansancio. -¡Vámonos! Mariano va hacia la marina pero se ofreció llevarnos al hotel. Así no tendremos que levantarnos tan temprano. Salimos por una puerta lateral, caminamos hasta el automóvil y entonces recordé haber olvidado la bolsa. Le pedí a Jorge que la buscara, que no estaba segura en dónde la había dejado; quizá en la recámara de Ignacio o tal vez en el estudio, a saber..... Mientras Jorge regresaba, Mariano me abrazó con ternura, nuestras lenguas jugueteaban, sus manos exploraban por mi piel desnuda haciéndome estremecer de placer, lujuria o lo que fuera. Besó mi cuello y no resistí la tentación de tocar su pene crecido bajo el pantalón. Sentí los pasos de Jorge y me desprendí con naturalidad. Nos acomodamos los tres en el asiento delantero. Mis rodillas alcanzaban a tocar los nudillos de Mariano al activar las velocidades, y sólo sentir su roce, me excitaba. Pasé los brazos de Jorge sobre mis hombros; él ya se encontraba bastante adormilado por el vino y las continuas desveladas. Pero cuando puse su mano sobre mis muslos pareció entusiasmarse y rápido la llevó hasta mi clítoris. -¡Nos va a ver! -le dije en voz baja. -¡Qué importa! -me contestó sin dejar de balancear sus dedos rítmicamente. -No me gusta, lo sabes -le dije sin oponer mayor resistencia a sus caricias. Mariano seleccionó un disco compacto de James Carter, la sensualidad del jazz, las imágenes de mi cabeza, la evocación de Mariano y los dedos ágiles de Jorge, me provocaron un orgasmo de antología. Tres espasmos me sacudieron hasta que no pude reprimir más el grito y exploté en una carcajada tan loca que provocó en Jorge una tremenda erección. Con el mayor descaro desabroché la bragueta de Jorge, me recline sobre sus pierna y chupe saboreando el agridulce glande; mi lengua giraba en círculos y al tiempo de eyacular succioné sus jugos tragándolos con verdadero deleite. Exhausto, Jorge cayó en un profundo sueño, pero no me importó. Seguía lamiéndolo cuando sentí los enormes dedos de Mariano recorriendo mis desnudas nalgas. El carro se deslizaba a buena velocidad por la carretera y en cada curva los dedos de Mariano se internaban profundamente dentro de mi vagina jugueteando dulcemente. Volví a venirme con un placer vaginal hasta entonces desconocido por mí. El miembro de Jorge parecía dormir profundamente junto con él. Me incorporé y de inmediato empecé a jugar con el pene de Mariano. Era en verdad enorme y de un diámetro respetable. Me preguntó que si me gustaría quedarme en su casa de playa. Estaba a punto de desocuparla y valía la pena disfrutarla hasta el último momento. No había nada que deseara tanto pero mi conciencia me decía: ¡No, no, no, no! Por último, me negué, pero lo dejé con la impresión de que consideraría el volverlo a ver. Jorge entreabrió los ojos y preguntó qué dónde estábamos. -Faltan todavía 15 kilómetros para llegar a tu hotel y me preguntaba si no querrían quedarse en casa junto a la playa y se encuentra a sólo dos minutos de aquí. Yo podría dormir en casa de una vecina -dijo con falsedad. -Creo que será lo mejor, si no te incomoda. -respondió Jorge entre adormilado y ebrio. Al llegar, Jorge se dirigió directamente hasta la recámara que nos habían indicado y dejándose caer quedó profundamente dormido. Me senté a su lado para desvestirlo, cuidando de no despertarlo. -¡Buenas noches, que descansen! -dijo Mariano para mi sorpresa. -¿Ya te vas? -pregunté casi suplicante de que no se alejara. -¡Siéntate un ratito! Mariano entornó los ojos, esbozo una sonrisa y sacudió la cabeza de un lado a otro. Fue inclinándose poco a poco hasta quedar de rodillas frente a mi y así, sin hablar separó suavemente las rodillas como quien siente miedo de romper algo delicado y hundió su rostro entre mis piernas. Sentía la tibieza de la duela bajo mis pies, la humedad de su lengua en mi vagina recorriéndome en círculos lentos y rítmicos. Con verdadera agilidad aquellos dedos hurgaron bajo mi blusa hasta liberar los erguidos senos cuyos pezones esperaban ansiosos ser oprimidos con violencia. Su lengua seguía trabajando con verdadero afán haciéndome gozar. Me acariciaba el clítoris con la nariz cuando un espeso jugo empezó a deslizarse entre mis piernas. Sentía el cuerpo ardiente y ya no podía detenerme. Mi estómago bailaba de emoción, el corazón latía a toda velocidad y el llanto irrumpió sorpresivamente. Eran lágrimas de placer. Me tumbé de espalda y al estirar los brazos para dejarlo actuar con más libertad, sentí el pene crecido de Jorge entre mis manos. De momento me sobresalté pensando que se había despertado. Me cercioré de que aún dormía y me acerqué a chupárselo con suavidad. Entre sueños, Jorge me tomó de la cabeza lanzando pequeños gemidos de placer. En caso de que despertara, Mariano se encontraba fuera de su vista y yo podría lanzarme sobre mi marido para propiciar la huida sin ser descubiertos. Este pensamiento me excitó todavía más y quise imaginarme poseída por ambos a la vez. Giré sobre mi cuerpo hasta quedar de espaldas si dejar de lamer el miembro erguido de Jorge. Mariano, al darse cuenta de lo que sucedía, decidió jugar con mis nalgas primero y luego fue introduciendo sus dedos entre mi vagina y otro por el culo. Ambos dedos se tocaban y no dejaba de imaginarme que se trataba de dos penes debatiéndose dentro muy dentro de mí. Cuando Mariano me penetró por detrás ya era imposible detenerlo. Era la primera vez que alguien me sodomizaba pero no podía evitarlo, ardía de tanto placer que mi cabeza ya no era capaz de encontrar ninguna razón válida para oponerse. Chupe con mayor violencia el pene de Jorge ante las embestidas de Mariano quien pellizcaba con fuerza cada uno de mis pezones. Momentos después, volví a girar zafándome suavemente de Mariano. El me miró a los ojos en medio de la penumbra. Nuestras caras quedaron frente a frente escuchando el estertor del mar, la palpitación de nuestros corazones, y sintiendo el ardiente deseo de no terminar jamás. Me tomó suavemente del rostro y me condujo hasta sus labios. Nos besamos con ternura. Al principio mi lengua se deslizaba por sus labios; luego, ambas jugueteaban una con otra hasta terminar devorados en un beso apasionado que duró largos minutos. Ambos estábamos empapados de sudor, pero nuestros perfumes flotaban en el ambiente como un símbolo inequívoco de pasión y de placer desbordada. Sentí sus besos sobre mi cuello, bajo la oreja y luego mordisqueándome los pezones que se mantenían bien erguidos. Recorrió con la lengua mis axilas humedeciendo los escasos vellos que brotaban en ella. Nadie me había besado ahí y hasta entonces descubrí una zona erógena más inquietante. Mis manos se perdían entre la espesa cabellera lacia y rubia mientras le infringía sendas mordidas en el cuello sin dejar de sobar su pene cada vez más erecto. Jorge estaba muerto. Su respiración era agitada pero todo hacía indicar que no despertaría en mucho tiempo. De rodillas sobre la cama volví a inclinarme sobre el pene de Jorge para reiniciar mi labor mientras que Mariano me volvía a sodomizar con bastante furia. Empecé a sentir más cálido, grande y grueso su pene dentro de mí infringiéndome un placentero dolor que acabó por lastimarme. Entendió mis movimientos y lo introdujo por delante. Sabía que en cualquier momento eyacularía y no estaba segura de dejarlo hacer. Pero el gozo fue más fuerte que mi voluntad y cuando por fin explotó, mi vagina estalló en un tremendo orgasmo que se prolongó por varios segundos antes de sacudirme en espasmos liberando un mar entre mis piernas. Mariano se dejó caer sobre el piso con la cara hacia arriba. Su pene se mantenía perfectamente erecto, así que decidí sentarme sobre él para galopar alegremente. Dos o tres sacudidas más precedieron una larga y ardiente eyaculación. Me zafé de inmediato para saborear las últimas gotas que derramaba. En ese momento sentí la mano de Jorge sobre mis nalgas. Aún dormía pero su pene estaba tan erguido como al principio. Quise aprovecharlo y ahí, delante de Mariano, me senté sobre Jorge a galopar de nuevo. Éste, medio dormido, me tomó de la cintura haciéndome mover con cadencia. Sin zafarme, giré mi cuerpo para quedar de frente hacia Mariano quien me miraba deleitado con unos ojos infantiles y tiernos que hasta el día de hoy no he podido olvidar. Jorge empezó a moverse con más vigor sin abrir siquiera los ojos. Entre gemidos, ambos terminamos al mismo tiempo. Era la primera vez que Jorge podía eyacular en esa posición. Se volvió a quedar dormido y yo me acurruqué junto a él. Mariano se acercó para sentarse a la orilla de la cama, me acarició y volvió a besarme largamente en los labios antes de morir en el más placentero sueño. Mientras desayunábamos a la orilla de la alberca, Mariano propuso salir de pesca, si no teníamos algún compromiso que cumplir. Jorge aceptó de inmediato. Dijo que le encantaba la idea de navegar en ese pequeño yate e intentar pescar algo mar adentro. Mariano se comportaba con bastante naturalidad, pero a mí se me dificultaba disimular el placer de sólo verlo. Durante el desayuno esquivé la mirada, comportándome particularmente melosa con Jorge. Le llamaba cariño, le hacía caricias prolongadas y tiernas, prodigándole todo tipo de halago y de seguridad frente a quien reconocía como un virtual contrincante. A las once de la mañana ya nos encontrábamos en el muelle listos para zarpar. En alta mar me quité la salida de playa que llevaba puesta y el primero en protestar por mi ultra conservador traje de baño, fue Jorge. -¡Qué bien te queda ese traje! -dijo amablemente Mariano. -¿Te parece? Para mi gusto es bastante anticuado, ¿de dónde lo sacaste? -preguntó Jorge un tanto intrigado. -Lo he tenido siempre. Nunca te fijas en lo que compro, es lo que pasa -le respondí fingiendo molestia, al tiempo que cruzaba una mirada de complicidad con Mariano, quien seguramente se sorprendió de mi audacia al ponerme algo que él mantenía escondido bajo su cama. -No trajiste otro menos pinche -volvió a protestar Jorge. -No. Es el único que traje. Me quedo con éste o sin nada. -le respondí provocándolo. -Pues desnuda te verías mejor. - Ya sabía que eso contestaría. Mariano entró a la cabina de mando y luego se dirigió hacia la cocina en donde un tipo preparaba una suculenta paella. Mariano le dio algunas instrucciones acerca del menú y la forma de emplear los condimentos. Llevaba puestos unos pantalones de lino blanco y una camisa de algodón azul que armonizaban bien con sus alpargatas blancas. Se desplazaba ágil y seguro de un lado a otro girando instrucciones y supervisando que todo estuviese en perfecto orden. Hablaba con un tono sensual; cada ademán era una cascada de sensualidad; caminaba valanceándose con suavidad, deslizándose en el aire, nunca nadie, había provocado ese efecto erotizante en mis sentidos como aquel hombre lleno de vitalidad y alegría contagiosa. Sólo de verlo empecé a humedecerme. -¿Puedo bajarme los tirantes? -le pregunté cariñosamente a Jorge. -Por mí, quítatelo todo. Está horrible ese traje. -me contestó sin voltear a verme, tumbado de panza con la vista fija en el cielo. Mar adentro, Mariano nos invitó a bucear. -En esta parte hay una variedad de pequeños peces maravillosos de intensos colores e increíbles formas. Vale la pena que bajen, no se arrepentirán. Jorge declinó la invitación con un giro de cabeza. -¡Yo si voy! -dije decidida, con el deseo de practicar un poco el buceo, que había abandonado desde hacia varios años. Con el peso de los tanques bajamos rápidamente hasta una roca cubierta de algas. Los peces nos rodeaban sin prestarnos atención. Mariano se acercó y me envolvió con por detrás. Me sostuvo de los senos y con verdadera maestría me desprendió el traje de baño. Sus labios volvieron a hundirse entre mi vagina hasta perder el aire. Una bocanada de oxígeno y volvía a su empresa, ahora mordía con suavidad mi clítoris. Durante un buen rato jugamos el uno con el otro. Nos acariciamos y finalmente me poseyó en las profundidades del océano Pacífico, ahí donde jamás me imaginé poder competir con la furia del mar. Ya no se trataba de una simple y fortuita cogida. Era mucho más que eso. Los sonidos en la profundidad del mar son como las melodías hermosas de nuestros mejores sueños, la luminosidad del sol pasando a través de las aguas, los peces danzando a nuestro alrededor y la constante lucha por no perder la respiración que nos hace debatir entre la vida y la muerte, todo ello era nuevo para mí. Tanatos y Eros ahora se unían a Neptuno en una orgía interminable. El grito contenido en las profundidades, el éxtasis en un mundo mágico. Era el retorno al embrión, a la vida intrauterina. La marea nos balanceaba con la cadencia de una madre que lleva dentro de sí la vida de alguien a quien ama. El agua nos cobijaba. Algún recuerdo limitado y menguante de la noche anterior se apagó tras la evocación en silencio de una hermosa melodía, mientras seguía disfrutando del abrazo de Mariano que hacía palpitar mi vagina con sus tiernas embestidas. Así unidos, fusionados, fundidos en un sólo cuerpo, nadamos hasta la superficie. Segoviano, el ayudante de navegación, nos lanzó la escalerilla. Mariano se adelantó para darme oportunidad a colocarme el traje de baño. -Su amigo se decidió al final, y ahora debe estar buceando por allí. -señaló en sentido opuesto a donde nos encontrábamos nosotros. La tarde caía. Jorge había comido con gula y bebido como cosaco. -Fue el buceo lo que me despertó el apetito. Un poco mareada por el cognac decidí recostarme en uno de los camastros. Jorge tomó otro y lo acomodó a mi lado. Mariano hizo lo mismo, dejándome entre ambos. La salida de playa era corta y sin el ridículo traje de baño se me ceñía al cuerpo dibujando mi desnudez total. El cognac empezaba a surtir sus efectos liberadores, sin embargo, seguimos bebiendo entre charlas y risas hasta quedarnos dormidos. Ya había oscurecido cuando los labios de Mariano me despertaron. Al verlo, colocó el índice sobre los labios en señal de silencio y con la cabeza ordenó que lo siguiera. Bajó hacia el camarote y cuando yo descendía me detuvo sobre las escalerillas con la cabeza aún sobre la cubierta. -Voltéate -me suplicó, -si viene Jorge haces como si fueras saliendo. Así de espaldas empecé a sentir su lengua recorriendo mi clítoris. De nuevo estaba caliente. -Penétrame por detrás -le rogué. Mis pezones eran dos enormes granos de café que crecían más al escuchar sus palabras al oído: -Tienes las tetas duras y firmes, son melones frescos y jugosos, muévete, balancéate, siente la cadencia del mar, siente la cadencia de mi verga, te estoy penetrando hasta el final de tus propias fantasías, navega por el mar de mi cuerpo, nuestras humedades son los ríos que alimentan este mar embravecido, tus movimientos son el oleaje del mar y cada gemido es la música de este inmenso océano. -Muévete y castígame sin prisas, suave, suave, suave....- dije suplicante. Lo tenía verdaderamente duro, durísimo. Lo sacudía de un lado a otro mientras me introducía un dedo hasta tocar una zona inexplorada que me prodigaba el placer de sentirme puta entregada por completo y sin inhibiciones a las más estridentes pasiones del cuerpo. Es el punto G, me decía a mí misma, no puede ser otra cosa que eso. Con mis líquidos lo expulsé escalera abajo. De pronto sentí que algo rodeaba mis dos tobillos. Un clic llamó mi atención y entonces me vi aprisionada por un par de grilletes. -¡Qué juego es este? -protesté confundida. ¡Shhhh! Aguanta -dijo Mariano sin dejar de chuparme. Su lengua me devolvió al goce haciéndome olvidar aquella travesura. Al correrme de nuevo, mojé la cara de Mariano quien se deleitaba sorbiendo mis apetitosos jugos. Pasando sobre mí, salió hacia la cubierta para regresar a su camastro. Jorge seguía durmiendo. Yo no entendía aquel juego que empezaba a fastidiarme. No podía gritarle a Mariano por temor a despertar a Jorge y no sabía cómo quitarme estos grilletes pues tampoco podía moverme. Todavía con la cabeza hacia la cubierta pude observar que Jorge se incorporaba y no tuve más remedio que llamarlo con la voz más baja que pude. -¡Ven, ven, ven! -le invoqué simulando el canto de las sirenas. Al acercarse, se arrodilló y lo besé intensamente. Le susurré al oído cuánto lo amaba y cuánto lo deseaba. "He inventado un juego para ti, le dije. ¡Asómate!". Entonces le permití observar hasta el último escalón en donde mis pies estaban atrapados por esas cadenas. A Jorge le encantó la idea, pero fue más allá. Me vendó los ojos y me ató las manos a la misma escalera. Luego me desnudó. Un silencio sepulcral se hizo de repente. El mar rugía y percibía el golpeteo de las olas contra la embarcación sin alcanzar a adivinar dónde podría estar Jorge. -¿Estás ahí, Jorge? Contesta: ¿Estás ahí?. ¡No juegues! ¡Tócame! ¡Hazme el amor!. No pierdas el tiempo. Mis ruegos fueron vanos. Ni Jorge ni Mariano respondían. Pasaron varios minutos cuando sentí una pluma a través del cuerpo. Sentía más cosquillas que placer y protesté. Jorge no respondió y empezó a besarme los muslos de afuera hacia adentro, de arriba hacia abajo. Se detuvo en los pies. Lamió cada uno de mis dedos como nunca lo había hecho. Acercó a mis labios una cereza bañada con Amareto y la segunda me la pasó directamente con sus labios. Por un buen rato me besó con fruición mientras me pellizcaba los pezones y me penetraba. Un extraño calambre invadió mi cuerpo ardiente, quería abrazarlo; verlo, pero la imposibilidad incrementaba mi excitación cada vez más. Mordió mi clítoris hasta hacerme venir frenéticamente. El seguía sacudiéndose dentro de mí y a punto de eyacular lo colocó dentro de mi boca haciéndome tragar todo el semen. Mis labios lo absorbían ansiosos, me lo tragué entero y no deseaba dejar de chuparlo, pero él lo retiró en silencio. -¡Qué rico me lo hiciste, mi amor! Le dije con toda sinceridad. -¡Penétrame otra vez, por favor!. Volví a sentirlo dentro de mí durante largos minutos antes de correrse nuevamente. Su silencio me provocaba un estado de ansiedad que iba del miedo al placer. Al posar las manos sobre mis piernas sentí el aroma del bronceador y supuse que me daría un masaje a través de todo el cuerpo. Así fue. Completamente desnuda empezaba a sentir la brisa fresca del mar, pero el calor que sus manos le impregnaban a mi piel me hacía olvidar cualquier incomodidad hasta el cansancio de permanecer tanto tiempo de pie sobre esa escalerilla de madera. El masaje me relajó lo suficiente pero volví a calentarme. Le pregunté por Mariano y no me contestó; entonces un presentimiento me invadió, pero no quise preguntarle si era Mariano. Le pedí que me acariciara de nuevo. Lo hizo y entonces pude percatarme de que aquellas manos no eran tan grandes como las de Mariano y sentí un ligero descanso de conciencia. Jorge pasó sobre mí y salió del camarote sin pronunciar palabra alguna. De pronto sentí que alguien me liberaba de una mano y tras hacerlo escuché cómo se alejaba apresuradamente. Me desprendí la venda de los ojos, retire la amarra de mi otra muñeca y encontré a mi alcance las llaves del candado del grillete. Me vestí y salí a cubierta. Jorge y Mariano se encontraban en el comedor pelando los últimos camarones de una enorme mariscada a punto de fenecer. Ambos habían bebido demasiado y se veían bastante borrachos. Había pasado mucho tiempo desde que Jorge me había amarrado Y apenas unos cuantos minutos de haberme dejado en el camarote. ¿Cómo era posible que estuviese ebrio en tan poco tiempo? Entonces, ¿Quién me había hecho el amor? No pudo haber sido Mariano ni Jorge, pues ambos estaban juntos y borrachos. Pensé en Segoviano y sentí asco. ¡Guácala! Un mulato panzón y grotesco haciéndome el amor! ¡Guácala! Eso es abominable. Sin embargo, pronto descubrí que Segoviano tampoco pudo haber sido pues supe que no se había despegado del comedor para nada. Jorge me observó con curiosidad y frunciendo el ceño, me preguntó: -¿Cómo te lograste soltar? Ante la pregunta quedé atónita. No sabía que contestar. Si ellos no habían sido... ¡Entonces! ¿Quién? -Ya ves, una se da sus mañas -dije orgullosa y sonriente como restándole importancia al hecho. Entonces me acerqué de inmediato a Jorge para decirle que se veía guapísimo, así bronceado y con esos pantalones marinos. Un poco adolorida de tanto ajetreo decidí ponerme al parejo con ellos. Pedí un cognac y bebí uno tras otro hasta marearme. Jorge y Mariano estaban en el punto de las incoherencias. No entendía su conversación, así que intenté darle un giro y plantee la posibilidad de permanecer esa noche en alta mar. Ambos asintieron y Mariano instruyó a Segoviano para disponer lo necesario. En el salón bar nos acomodamos sobre unos cojines a escuchar música. El silencio era agradable. Me permitía traer a mi mente la imagen de Jorge cuando lo conocí... Lo recordaba en el corredor del hotel, con un libro de magia en la mano, mirando a veces los colores intensos del cielo. Esa tarde hablamos de alquimia, inquisición, brujería y hechizos. Jorge dijo que precisamente estaba tratando de reconstruir el pensamiento mágico de las sociedades medievales y establecer a partir de su cosmogonía, la ruptura del hombre con su propia naturaleza erótica. Mientras las brujas y magos se afanaban por reencontrarse con su propia naturaleza, los cristianos se empecinaban por reprimirla hasta su muerte misma, hasta la negación del cuerpo a cambio de una inexistente vida futura. Agregó que los grandes descubrimientos de los alquimistas no se reducían a las aleaciones de los metales sino a la comprensión de la química humana y de algo que pudiera ordenarla para mantenerla en armonía con el universo y ese era justamente el motivo de la incesante búsqueda de la piedra filosofal. No se trataba, de ningún modo, de prolongar la vida sino de hacerla más intensa. Esa es la filosofía de Erófanes, me decía. Esos pensamientos corrían ahora por mi mente con una claridad prístina, por fin lograba entender el alcance de sus ideas. Química y vida intensa eran los sinos de esta aventura, de este mágico despertar a las pasiones sin la monserga de las culpas a cuesta. Erófanes era la vida misma sin disimulos ni simulaciones. ¿Por qué disimular las pasiones? ¿Por qué simular el amor? Fijé mis ojos en Jorge y lo encontré hermoso, despreocupado y alegre. Lo observaba con arrobamiento, llena de admiración y quise demostrárselo acurrucándome a su lado. Mariano leía a Borges: -"Alto lo veo y cabal, / con el alma comedida, / capaz de no alzar la voz / y de jugarse la vida. // Nadie con paso más firme / habrá pisado la tierra; / nadie habrá habido como él / en el amor y en la guerra". Mariano dejó de leer sin soltar el libro, sus pensamientos viajaban en torno nuestro. Nos miró con ternura y dijo: "este es tu tocayo: Jorge Luis Borges. Escuchen lo que sigue". Pero enmudeció. Se levantó y tras servirse una copa se acomodó recargando su cabeza sobre mis piernas y con toda naturalidad retomó el libro. Mientras él buscaba la página, mis manos se perdieron en su cabellera. Aquellas caricias dejaban de ser simple lasciva, quería disfrutarla como una escena tierna, cálida y llena de romance. Eramos los tres en un mutuo contacto sereno, sin prejuicios y sin culpas. El amor de ambos hombres fluía libremente por mi mente, por mi cuerpo.... La voz varonil de Mariano resonó en la habitación; -"Entre las cosas hay una / de la que no se arrepiente / nadie en la tierra. Esa cosa / es haber sido valiente. / Siempre el coraje es mejor, / la esperanza nunca es vana; / vaya pues esta milonga / para mi amiga Ana". Jorge y yo sonreímos al escuchar mi nombre. -¿Qué no era a Jacinto Chiclana? -protestó jovial Jorge. -Es válida para cualquiera que desee ser valiente en esta tierra -le contestó Mariano al tiempo que se alejaba hacia su dormitorio. La luz penetró a través de la claraboya a temprana hora. Jorge y yo habíamos permanecido enlazados el uno al otro toda la noche en el suelo. La música seguía incesante y nadie parecía haberse despertado aún. Referir con fidelidad los hechos de aquella mañana sería difícil y quizá mejor valdría mantenerlos en el fondo de mi mente a salvo de cualquier distorsión. Por otra parte no sería justa si omitiera a Felipe en esta historia. Al pasar por el baño de la tripulación me detuvo la figura de un hombre a quien no había visto hasta ese momento. Se trataba de un joven moreno y musculoso con evidente tipo de pescador. Sus nalgas brillaban bajo la regadera. Súbitamente sentí un irrefrenable impulso por abrazarlo, quise empaparme junto a él, ser valiente por un momento, arremeter con coraje, no arrepentirme como decía Borges. El moreno giró hacia mi con la cabeza aún enjabonada sin abrir los ojos. Cualquier comparación que se hiciera de su pene sería vana considerando sus atributos al momento de actuar. Sin pensarlo más, me desprendí del vestido y como si estuviese esperándome se dejó rodear por mis brazos sin decir nada. Sus nalgas rozaban mi vientre provocándome un placentero cosquilleo. Recargué mi cabeza sobre su espalda y llevé mis manos hasta su erecto miembro sacudiéndolo con fuerza. El permanecía quieto como una figura de ébano dejándose acariciar. Enjaboné su cuerpo palmo a palmo, con el mismo cuidado que una madre tiene con su bebé. En su pene me detuve un buen rato para examinarlo con curiosidad, entonces, él me cargó. Al desenredarme de sus brazos me vi recostada en una mesa de masajes. Sin ofrecer resistencia dejé que actuara libremente. Yo permanecía con los ojos cerrados completamente relajada haciendo acudir a mi mete miles de imágenes disparatadas. Me veía al pie de un acantilado rodeada de los dioses; uno de ellos era Neptuno quien sonreía sardónicamente, otro era Onán quien no dejaba de masturbarse absorto en la contemplación de Venus. Eros y Tanatos discutían sobre una roca donde las olas rompían con furia antes de internarse en una cueva que conducía hacia una laguna subterránea. Hasta allí fui conducida por Zeus cuyo rostro era semejante al de Jorge. De la cueva emergían cientos de Unicornios blancos y grises seguidos por una infinidad de Pegasos. Cinco Sirenas surgidas de las profundidades de esas aguas cristalinas nos envolvieron con sus cantos al tiempo que nos ofrecían uvas y manzanas. Zeus y yo flotábamos en aquellas aguas mansas sin hacer ningún esfuerzo. Eros, muy parecido a Mariano, se unió a nosotros en esa diáfana mañana para deleitarme con sus caricias. Se detuvo en los pies. Lamió cada uno de mis dedos como nunca lo había hecho y ..... De pronto, al sentir los labios del moreno sobre mis dedos descubrí quién me había poseído la tarde anterior. Reprimí el sobresalto dispuesta a todo. Su lengua buscaba ávida reconocer cada segmento de mi cuerpo, a veces se detenía un poco más aquí, un poco menos allá, sin perder un segundo. Regresé a mis fantasías, ahora más terrenales. Compartía con Jorge y Mariano la misma cama, la misma familia; los tres viajábamos incansablemente en yate a través del mundo entero y sin embargo, todos fingían no darse cuenta del menage perpetuo. Ya no había responsabilidades que cumplir, ni dinero del qué preocuparse. Los disgustos cotidianos se hundían en el olvido y sobre ellos emergía una nueva historia de aventuras y de vida. La aurora nos obsequiaba cada mañana una nueva esperanza y al declinar el día la sonrisa dibujaba un rictus de alegría en nuestros rostros. La pesada carga de la cotidianidad había quedado en tierra firme, ahora nuestros contornos no eran sino agua y horizonte sin límite. El moreno continuaba su labor sobre mi cuerpo tan lejano de sus manos como mis pensamientos, tan cercanos a sus manos como la realidad misma. Abrí los ojos para descubrirme en los suyos. Eran de un negro intenso, tristes y brillantes a la vez. Me sonreía con los labios entreabiertos exhibiendo una dentadura envidiablemente blanca. Se recostó a mi lado y así se quedó un largo rato. Inmóvil, callado. Con la mayor suavidad que pude, me desprendí de sus brazos. Besé su pene hasta hacerlo crecer, todo él se perdió dentro de mi boca, tocó los más recóndito de mi cerebro y su semen, al salir expulsado con toda su fuerza, se dispersó dentro de mí alojándose una parte en mi garganta que pronto subió hasta salirme por la nariz. El moreno se envolvió con una toalla y salió del baño justo cuando Mariano se asomaba por la puerta. -¿Qué haces aquí? Este no es el baño de las visitas. -y por su gesto me di cuenta de que había presenciado toda aquel affaire con el moreno. Ya no sentía ninguna gana de seguir cogiendo, así que me alejé tan pronto como pude. Al terminar el desayuno nos fuimos acercando al muelle. Mariano le pidió a Segoviano que buscara al mudo para bajar las cosas. De inmediato apareció el moreno a quien llamaban Felipe y dentro de mi hubo una gran quietud de conciencia al saberlo mudo. ¡Pero cómo es posible que con esa genial lengua pueda ser sordomudo? -decía para mis adentros. La casa de playa se ubicaba en la punta de un acantilado lo que le permitía una amplia vista del mar desde cualquier ángulo, salvo el frente que miraba hacia una arboleda interrumpida por la cancha de tenis. La sala y las recámaras contaban con un balcón volado hasta donde el sol llegaba cada mañana. A un costado de la sala se extendía la alberca. Se trataba de una residencia de una sola planta decorada alegremente al estilo de Manzanillo. Muebles de marquetería con flores de mil cien colores diseñados en Colima con un gusto exquisito. Los muros exhibían pinturas originales de algunos artistas huicholes y coras con motivos de mujeres indígenas; unas a la orilla de algún río, otras, trotando cuesta abajo. Una de ellas llamó particularmente mi atención, se trataba de una mujer recargada en un árbol con las piernas muy abiertas y las manos hurgando entre su vientre, detrás de ella se veía una enorme cascada y su gesto era de dolor y de placer a la vez; ese era el enigma que me había intrigado. -Es un gesto de placentero dolor o de doloroso placer, cualquier parturienta podrá decírtelo- me aclaró Mariano, sin saber que aquella observación me hería profundamente. El deseo por concebir un hijo se había prolongado demasiado y a Jorge no parecía interesarle hacer crecer la familia. Mis amigas no hablaban más que de sus hijos y al permanecer callada delataba la amargura que sentía al saberme sola. Tan sola como esa indígena atendiendo su propio parto; pero ella, en un instante abandonaría aquella soledad al sentir a su lado la caricia de su propio amor. Repetí estas últimas palabras en voz baja y me avergoncé de tanta cursilería maternal. En un enorme salón, contiguo a nuestra recámara, había una serie de objetos extraños para mí. Se trataba de antiguas piezas de navegación del siglo XVI y XVII que habían pertenecido a embarcaciones inglesas, españolas, chinas y holandesas. Un gran Mascarón cubría por entero una de las paredes cubiertas de madera fina. Cerca de 50 distintas lámparas pendían de las vigas del techo; al centro, una vitrina de cristal esmerilado exhibía sextantes, monóculos, brújulas, timones a escala, sables, vasos, platos y cubiertos de plata. Junto a la otra pared se alternaban estandartes, lanzas, escudos y armaduras. A un costado, un enorme árbol genealógico daba cuenta de varias generaciones que en línea paterna se iniciaba en el siglo XVII y concluían en el año de 1965. Cada hoja del árbol contenía un retrato al óleo de cuatro diferentes personajes en cada uno de los 15 niveles ascendentes. -¡De 1609 a 1965! -Exclamé asombrada al ver sus nombres grabados en miniatura. Un sólo retrato Coronaba el árbol: Elizabeth Ibargüengoitia de Velasco. Era una pintura en la que la joven lucía un espléndido torso apenas cubierto con una fina gasa que dejaba el nacimiento de sus senos al aire. Sus mejillas pálidas contrastaban con el brillo de unos ojos verdes, de un intenso verde bosque. Las manos parecían sostener un mentón casi perfecto. Sus dedos eran largos, muy largos. Una mujer de extraña y hechizante belleza. Debajo del retrato aparecían a su derecha los Ibargüengoitia y a su izquierda la línea de los Velasco. En la parte inferior, un hombre vestido elegantemente a la usanza del siglo XVII llevaba por nombre Gonzalo de Ibargüengoitia, Archiduque de algo que ahora no recuerdo y junto a él, Doña Prudencia Arnaz. En el mismo nivel, pero al otro extremo se observaba a Don Jacinto de Velasco, Doctor de la Ilustrísima Universidad de Salamanca y a su mujer, Doña Caridad Esquivalzeta. Absorta en la contemplación del árbol genealógico dejé transcurrir el tiempo. Mariano y Jorge irrumpieron de pronto en la habitación dejando tras de sí una estela de perfume de mujer. No pertenecía a ellos sino a ella; a la dueña de casa; a la fina señorita Elizabeth. Portaba nombre de reina y en verdad lo era. La pintura al óleo poco le favorecía. Ella era la mujer más hermosa que jamás hubiera visto. Una extraña sensación me invadió de pronto. Emoción, mente y cuerpo se fundieron como plomo bajo el ardiente fuego que irradiaba la presencia de Elizabeth. A la admiración le sucedía la envidia; a la aceptación, el rechazo; al reconocimiento, el enojo. Eramos casi de la misma edad pero entre ambas se abría una infinita brecha cultural y social de la cual me percataba claramente. Una mujer puede competir con la belleza de otra, pero difícilmente con su herencia cultural, con su clase, y eso me hacía sentir incómoda, insegura. Quise de inmediato descubrir algún defecto en ella, algún ademán impropio, cualquier cosa de la cual asirme en mi propia defensa. -Elizabeth. Ana. -Fue la escueta presentación de Mariano. -Espero que disfruten sus vacaciones. La casa permanece vacía casi todo el año, así que siempre es grato contar con amigos en ella. Sólo un favor, no traten de entrar a la habitación de puertas negras, pertenecía a mi padre. Ahora discúlpenme, deseo descansar un poco, el viaje fue largo y tortuoso. Ni siquiera nos había dado la oportunidad de abrir la boca cuando dio media vuelta alejándose lentamente de nuestra vista. La túnica blanca que le cubría dejó traslucir su cuerpo al cruzar el rellano de la sala. Su desnudez me alteró al grado de proponerle a Jorge retirarnos de inmediato. -¡Lindo caftán, ese! - dijo Jorge sin quitarle la vista de encima. -¡Lindo caften, eres tú! -estaba en realidad molesta con el descaro de Jorge. Si no, por qué emplear esa palabra que ya había quedado enterrada en mi memoria. La sola idea de pensar en tratantes de blancas me estremecía. Cuando conocí a Fabián, ya hace muchos años, le pregunté: "A qué te dedicas"; con una actitud altiva me respondió: "soy caften y me gustaría que colaboraras conmigo". La palabra caften, como el la pronunciaba, adquiría un acento más francés que turco. No sé qué me imagine que podría ser aquello de caften, pero la palabra sonaba interesante y no quise demostrar mi ignorancia de niña bachiller frente a él, así que acepté ser su colaboradora. Primero como novios, luego amantes y al final, un día me llevó a una gran fiesta de diplomáticos en donde pronto supe que iba en calidad de mercancía y no de invitada. Un tipo rubicundo y medio calvo me esperaba en la alcoba con una copa en una mano y un Habano en la otra. Me recibió con una sonrisa amable, con el aplomo de un lama tibetano haciéndome sentar a su lado. Fabián me había rogado ser extremadamente amable con el Embajador pues de él dependía la decisión de algunos importantes negocios con los cuales podríamos viajar a Medio Oriente. -Ponte cómoda, muchacha -en ese momento me pareció una invitación paternal, pues el fulano podría ser casi mi abuelo. Pero apenas me acomodé junto a él me tomó de los hombros conduciéndome suavemente hasta sus labios. El sabor del tabaco se confundía con el aroma de un embriagante perfume que terminaron por excitarme. Mientras me besaba, sus ágiles dedos abrían los botones de la blusa y se internaban presurosos bajo el corpiño de seda hasta apretar mis senos con tal suavidad que me resultaba difícil resistirme a tales caricias. Decidida a todo, me desprendí de la blusa para regalarle mis tetas. Era como descorrer las cortinas del Lido de París. La frente me ardía, avanzo sus manos hacia mis pechos y con su dedo índice pareció oprimir todos los botones de las constelaciones del Universo cuando finalmente llegó hasta mi pezón. La Vía Láctea empapó mi calzón. Más tarde, cuando fumábamos muy abrazados y desnudos aún, entendí el verdadero sentido de la palabra caften y entonces comprendí el tipo de trabajo que realizaba Fabián. Jamás lo volví a ver. -No me dirás que estás celosa. Te has quedado pálida, como muerta. -con estas palabras, Jorge me envolvió en sus brazos y continuó diciendo: -Tú abarcas todos los espacios de mi mente, de mi cuerpo. El sexo acerca más que el amor y todavía no nace quien pueda suplirte en las artes del placer. No te sientas celosa, no hay motivo. No eran celos los que sentía en ese momento, y menos por Jorge a quien me unía un amor más fraternal que carnal. Era la posibilidad de perder la atención de Mariano lo que en realidad me inquietaba. También el fugaz recuerdo de Fabián, recobrado ahora, después de 15 largos años de esperar su llamada. El orgullo y la dignidad son vanas consejeras de la moral, se refugian tras el caparazón de la razón y despiadadamente terminan por extinguir la pasión. ¿Qué habría sido de mí, de haber aceptado el viaje con Fabián, sus condiciones, su estilo de vida? No estoy segura, pero al menos no me hubiese visto relegada a ser una perfecta historiadora ama de casa, viajando cada fin de semana al supermercado, fingiendo placer en la monotonía de los mismos brazos, bajo las dulzonas palabras que terminan por perder su sentido, haciendo el amor como quien se lava los dientes, despellejándome los sentidos al paso del tiempo. Al menos hubiese conocido otros países, otras personas; me hubiese internado en la flagelación constante de entregarme a otros con el lúbrico placer que otorga el miedo, la inseguridad. Abrir el grifo por el que corre tanta adrenalina al sentir la mano ajena sobre tu piel, sentir esos dedos extraños penetrando entre tus piernas hasta hacerte chorrear los jugos con el furor de una loba en celo. Ahora lo sabía de cierto. Después de comer, Mariano no regresó sino hasta el anochecer. Jorge se había mantenido junto a la alberca en duermevela y yo daba vueltas por las habitaciones junto con mis pensamientos. Algo me incomodaba en aquella casa y no deseaba reconocer que se trataba de la inoportuna presencia de Elizabeth. ¡Era tan joven para ser tan rica! Quise justificar su fortuna gracias al accidente de haber nacido en el seno de una familia de alcurnia. Así cualquiera puede ser millonario. Pero no era eso lo que en verdad me irritaba, sino su altivez, esa seguridad de quien sabe ordenar y ser obedecida. Quizá su extraña belleza y saberme en desventaja, aunque yo también me sabía hermosa y atractiva. A cada instante consultaba el reloj y los minutos parecían pasar lentamente con un desgano tal que se antojaba adelantar las manecillas. Sin darme cuenta, me dirigí hacia la alberca. Ya no recuerdo lo que dije pero insulté a Jorge. Lo acusé de evadirme, de estar pensando en ella y no sé que otras estupideces le argüí. La discusión derivó en un enojo mutuo que nos condujo al más profundo de los silencios. Esos silencios tan frecuentes entre nosotros producto del tedio y aburrimiento, de la incomprensión y la intolerancia. Jorge se refugió en la habitación y yo aproveché la ocasión para acercarme a Elizabeth quien se encontraba en ese momento tenida al sol, apenas cubierta por su transparente caftán. Sin voltear a verme me invitó a sentar a su lado. -En el amor, me dijo- más que hablar de fidelidad hablemos de lealtad, precisamente por lo que de amistad tiene el amor. La lealtad es imprescindible que exista. Si tú eres desleal con la persona que está más próxima a ti, ¿qué confianza de lealtad se puede poner en ti ? Me parece que es lo único exigible. Si el amor se va transformando en otra cosa, si la rutina lo va deteriorando, lo primero que debes hacer es tener una conversación con esa persona, decirle lo que piensas e intentar, con ella, reintentar el amor. Eso es lo que Jorge ha tratado de hacer contigo y tú no lo has entendido. Aún después de una infidelidad hay que tener la lealtad de decirlo. Si no, el sentimiento se transformará en resentimiento y éste lo corrompe todo. Quedé atónita ante aquella conclusión y me sentí algo traicionada por Mariano al comprobar que Elizabeth sabía de nuestro affaire y sin embargo quise comprobarlo. -¿por qué me dices esto ? - le interrogué. - Vives equivocada. Identificas el amor con la posesión y la penetración y eso ya es antiguo. Hay quienes piensan que los jóvenes como yo, son rarísimos restregándose unos contra otros en las discotecas y luego salen de allí y cada uno se va a su casa. Pero es que en realidad, han estado haciendo el amor sin penetración porque no la necesitan. Antes existían kilómetros de distancia entre el sofá y la cama. Ahora todo mundo tiene un sofá convertible y eso es terrible, porque de repente, te das cuenta de que te has comido el postre sin pasar por los aperitivos. Entonces, ¿Qué importancia pueden tener para ti esos pequeños roces, esas secretas caricias, misteriosas, casi arrebatadas, ese beso a hurtadillas, esa mirada en la mirada ?. Después de haberse tomado el postre, los aperitivos ya no tienen sentido. Y el camino de vuelta al amor es costosísimo. Por eso, yo, que no soy partidaria de la castidad y que no me afiliaría a ese club... me parece, entre otras cosas, que el sexo sin pasión, es como bailar sin música, pero el amor sin sexo es no bailar. Hay que hacer el amor al ritmo de la pasión. Las palabras de Elizabeth me cautivaban. Su monólogo parecía estar dirigido especialmente a mí. La seguí hasta el jacuzzi para seguirla escuchado. - La pasión es distinta del amor. La pasión es un amor que se reconcentra, que se aísla, que elimina todo el resto del mundo, que se queda frente a frente con el amor desnudo y solo. Esa es la pasión y solamente se puede tener una vez en la vida. E como una larga guerra de la que se vuelve, si se vuelve, completamente cambiado, con los ojos mirando de otra manera y con el alma quebrantada y comprensiva. De un amor se puede salir limpio y dispuesto para otro amor. De la pasión, no. Durante un largo rato guardamos silencio. Ambas bebíamos vino y poco a poco me empecé a sentir un poco aturdida. No sé en que momento Mariano se había incorporado a la charla y ahora Jorge también entraba en la enorme tina de burbujas. Nadie hablaba. Solamente intercambiábamos miradas furtivas. Todo se mantenía a la expectativa, como soldados que esperan la señal para el ataque. Al salir de entre las espumas Elizabeth dejo al descubierto su cuerpo desnudo, era extraordinariamente fina su piel bronceada y sus senos firmes denotaban la juventud que reflejaban sus ojos cristalinos. Jorge la siguió con su mirada mientras iba y regresaba con otra botella de vino. Ese momento fue aprovechado por Mariano quien sorpresivamente llevo el dedo de su pie hasta mi sexo haciéndome chorrear de inmediato. Discretamente me acerqué a él para acariciarle desde los muslos hasta llegar al punto que más me interesaba. Lo tomé con fuerza y sin ninguna preocupación empecé a acariciarlo con furor. Elizabeth se acercó también a Mariano besándolo frenéticamente en los labios. Sentí de pronto una rabia que tuve que contener para no perderlo. Jorge observaba aquella escena con cierto placer morboso. Salió de la tina y se alejó perdiéndose de vista. Mariano se dejaba querer por nosotras. Debajo del agua quise hacerlo terminar para reducirlo a la impotencia, justo cuando sentí la rígida penetración de Jorge. Me deje caer en los brazos de Mariano quien aprovechó la oportunidad de penetrarme por el frente, y Elizabeth se dedicó a besar a Jorge. Aquel encuentro parecía interminable. Continuamos sobre la alfombra y al final todos cambiamos en la misma cama abrazados unos a otros. Así amanecimos. Al despertar giré la vista hacia Jorge, entonces comprendí el cariño que le tenía, comprendí la admiración que me había conducido hasta él, pero también me descubría a mí misma por primera vez. El había hecho lo imposible por reinventar el amor, pero para mi todo era más claro, de un amor se puede salir limpio y dispuesto para otro amor. De la pasión, no. Salí de la cama como liberada de una gran culpa que había cargado durante años, bese a Mariano y luego a Jorge, me calce mis sandalias y sin más que los jeans y mi blusa me encontré de pronto a pie de carretera pidiendo un "ride"
Ref: LA MOSCA puesto el 30/4/98 16:38
Y POR ULTIMO UNO DE ANIMALES.................................................... A solas YO Y EL MALLORCA. ERA UN DIA COMO CUALQUIER OTRO REGRESABA DE LA ESCUELA, ERA YA UN POCO TARDE, LLEGUE A LA CASA Y MIS PAPAS NO ESTABAN, REVISE TODA LA CASA Y NO ENCONTRE A NADIE ERAN ALREDEDOR DE LAS 9:00 ELLOS HABIAN SALIDO A CENAR, MI CASA ES DE UN PISO, INMEDIATAMENTE SUBI A MI HABITACION QUE QUEDABA AL FINAL DEL PASILLO, ENTRE ENCENDI LA LUZ Y PASE, DEJE MIS COSAS EN LA MESA DE ESTUDIO, VIVO EN UNA DE LAS ZONAS ADINERADAS DE LA CIUDAD DE MEXICO, SOY UNA CHICA QUE MIDE 1.70m, TEZ BLANCA, OJOS AZULEZ, DE CABELLO RUBIO UN POCO MAS ABAJO DE LOS HOMBROS, NO TENGO UN CUERPO PERFECTO PERO MIS MEDIDAS SON 89,60,90 SIEMPRE HE SIDO DEPORTISTA, TENGO MI ESTOMAGUITO PLANO Y UNAS LARGAS PIERNAS, MIS AMIGAS Y AMIGOS ME DICEN QUE TENGO UN CUERPO PERFECTO, AUNQUE YO NO LO CREO ASI. ESE DIA TRAIA PUESTO UN PANTALON DE MEZCLILLA TOTALMENTE AJUSTADO COLOR AZUL, Y UN TOP BLANCO DE LIKRA AJUSTADO A MIS PECHOS, ESTOS SON FIRMES Y REDONDOS, ABAJO DE MI PANTALON TRAIA UNA TANGA DE ENCAJE ELASTICA DE LAS MAS CHIQUITAS, ESTA ESTABA METIDA ENTRE MIS NALGUITAS Y NADA MAS SE ASOMABA EL HILO QUE SALIA EN LA PARTE SUPERIOR DE ELLAS CERCA DE MI CINTURA, POR ADELANTE SOLO CUBRIA LO NECESARIO, CUBRIA APENAS MI VAGINA DESAPARECIENDO EN LA PARTE INFERIOR HACIENDO UN TRIANGUILITO CHIQUITO. ME SENTE EN LA CAMA NO TENIA ABSOLUTAMENTE NADA QUE HACER Y ESTABA SOLA EN CASA, COMENCE A QUITARME LA ROPA PARA IR A DORMIR, PIMERO QUE NADA LOS ZAPATOS DE TACON ALTO QUE USO, PUSE MIS PIES SOBRE LA ALFOMBRA SUAVE DESABOTONE EL PANTALON Y COMENCE A BAJARLO LENTAMENTE SIN PRISA SINTIENDO COMO IBA SALIENDO DE ENTRE MIS NALGAS Y VIENDO COMO SE QUEDABA AL DESCUBIERTO LA DIMINUTA TANGA QUE TRAIA PUESTA, TERMINE DE BAJAR EL PANTALON Y LO QUITE DE MIS PIERNAS DEJANDOLO SOBRE LA CAMA POR CASUALIDAD HABIA QUEDADO ENFRENTE AL ESPEJO DE CUERPO ENTERO QUE TENGO, ME VOLTIE Y ME VI EN EL, VI MI PANCITA PLANA Y LA TANGA COMO ME QUEDABA DE UNA FORMA PERFECTA, COMENCE A QUITARME EL TOP BLANCO Y DEJE AL DESCUBIERTO MIS PECHOS FIRMES Y REDONDOS LOS VI REFLEJADOS EN EL ESPEJO, LOS TOQUE DE UNA FORMA SUAVE, ME DIRIGI HACIA EL GUARDARROPA PARA SACAR MI ROPA DE DORMIR AL ABRIRLO ME QUEDE PENSATIVA POR UN INSTANTE Y RECORDE QUE TENIA UN TRAJE DE TELA ELASTICA QUE HABIA COMPRADO EN UNA TIENDA COMERCIAL, ES UNO DE ESOS TRAJES QUE SON AJUSTADOS AL CUERPO DE UNA SOLA PIEZA DESDE LOS TOBILLOS HASTA EL CUELLO, DE COLOR BLANCO Y QUE NO DEJAN ABSOLUTAMENTE NADA A LA IMAGINACION, ES IGUAL AL QUE USAN LAS MODELOS EN LAS EXIBICIONES DE ALGO IMPORTANTE, LO HABIA COMPRADO PORQUE UNA AMIGA ME HABIA DICHO QUE SE ME VERIA MUY BIEN Y QUISE PROBALO NADA MAS QUE SE ME HABIA OLVIDADO POR COMPLETO QUE ESTABA ALLI LO VI COLGADO Y QUISE PROBARMELO, LO SAQUE Y LO COLOQUE SOBRE LA CAMA. QUERIA PROBARMELO PERO SIN TENER ROPA INTERIOR PUESTA, ASI QUE TOME LOS TIRANTES DE CADA LADO DE LA TANGA Y COMENCE A BAJARLA LENTAMENTE, EN LA PARTE DE ATRÁS COMENSO A ENREDARSE EL HILO QUE SALIA DE ENTRE MIS NALGUITAS SOBRE SI MISMO, A MEDIDA QUE LA IBA BAJANDO MAS ESTE SE SEGUIA ENREDANDO SENTIA COMO IBA SALIENDO DE ENTRE MIS NALGAS, ESTO ME ENCENDIA, SEPARE UN POCO LAS PIERNAS PARA FACILITAR SU SALIDA, PERO NO FUNCIONO, LA BAJE COMPLETAMENTE PERO LA ULTIMA PARTE QUE ES LA QUE ESTABA METIDA CERCA DE MI HOYITO Y ENTRE LOS LABIOS DE MI VAGINA FUE LA QUE SALIO AL ULTIMO. LA DESLICE POR TODAS MIS PIERNAS HASTA QUE POR FIN CALLO SOLA SOBRE LA ALFOMBRA, SAQUE UN PIE Y LUEGO EL OTRO, QUEDANDO COMPLETAMENTE DESNUDA EN TODA LA HABITACION, PODIA VER MI MONTE DE VENUS VELLUDO DESCUBIERTO Y BIEN RECORTADO, ASOMANDOSE MIS LABIOS, PENSE QUE AMERITABA TAMBIEN PONERME ZAPATOS NUEVOS, ASI QUE CAMINE UNOS PASOS Y SAQUE LO ZAPATOS DE TACON ALTO DE COLOR BLANCO, ME ACORDE QUE TENIA UNA TANGA BLANCA QUE HABIA COMPRADO Y QUE TODABIA NO ESTRENABA. EN ESE SITIO ME COLOQUE LOS ZAPATOS NUEVOS BLANCOS, CAMINE UNOS PASOS HACIA DONDE HABIA DEJADO EL TRAJESITO BLANCO QUE ME IBA A PONER, DE PIE TOME MI TANGA BLANCA Y ME AGACHE, SIN DAME CUENTA QUE ESTABA DE ESPALDAS AL ESPEJO, YA HABIA METIDO UNA PIERNA EN LA TANGA CUANDO MIRE ENTRE MIS PIERNAS Y ME VI REFLEJADA EN EL ESPEJO, NUNCA SE ME HABIA OCURRIDO AGACHADA MIRARME EN EL ESPEJO, PUDE MIRAR MIS NALGAS BIEN FORMADAS Y ENMEDIO DE ELLAS MIS LABIOS DE MI VAGINA, PUSE UNA MANO EN UNA NALGA Y LA ABRI, PUDE VER MI ANO DE COLOR CAFÉ, ARRUGADITO Y CERRADO COMPLETAMENTE A MI ME PARECIO ALGO BONITO, ME SOLTE LA NALGUITA Y SE CERRO Y YA NO LO PUDE VER MAS. COLOQUE EL OTRO PIE DENTRO DE LA TANGA Y COMENCE A SIBIRLA LENTAMENTE, CUANDO LLEGO A MI VAGINA ACOMODE EL TRIANGULITO, ESTA TANGUITA ERA DE LIKRA MUY SUAVE Y FRESCA, INTENTE QUE MIS LABIOS QUEDARAN DENTRO DEL TRIANGULITO CONTINUE SUBIENDOLA Y SENTI COMO LA PARTE DE ATRÁS IBA ENTRANDO LENTAMENTE Y SENTIA QUE ME ESTABA ABRIENDO, SEPARE UN POCO LAS PIERNAS PARA FACILITAR QUE SUBIERA RAPIDO. PERO ESTO NO FUE ASI, LA TUVE QUE SEGUIR SUBIENDO HASTA QUE LLEGUE CON LOS TIRANTES DE LA TANGA HASTA MI CINTURA, ASI AL FINAL TOME MIS NALGAS CON LAS MANOS Y ME LAS ABRI DEJANDO QUE ENTRARA EL HILO DE LA TANGA, POR CIERTO ERA MAS GRUESO QUE EL DE LA ANTERIOR, CUANDO ME VOLTIE CUAL FUE MI SORPRESA AL VER REFLEJADO EN EL ESPEJO QUE LA TANGA SE HABIA METIDO ENTRE MIS LABIOS DE MI VAGINA, COLOQUE LOS DEDOS EN CADA UNO DE LOS LADOS DEL TRIANGULO INVERTIDO Y LOS BAJE SUAVEMENTE Y AL MISMO TIEMPO SEPARE UN POCO LAS PIERNAS, PUDE SACARLA DE MIS LABIOS Y MODELE PARA MI MISMA ACOMODANDO LOS TIRANTES DE MI TANGA VIENDOME DE PERFIL EN EL ESPEJO, VOLTIE HACIA EL FRENTE Y LO UNICO QUE SE VEIA ERA MI OMBLIGO ENMEDIO DE MI PANCITA PLANA, ME VOLTIE PARA VERME POR DETRAS Y VI LA TIRITA QUE SALIA DE EMNEDIO DE MIS APRETADAS NALGUITAS. MIS PECHOS ESTABAN FIRMES Y MI PEZON SOBRESALIA DE ELLOS, YO LOS TOCABA CON SUAVIDAD, VOLTIE Y TOQUE MI TRAJESITO BLANCO, LO TOME ENTRE MIS MANOS Y PENSE ESTE ESTARA PUESTO EN UNOS MINUTOS EN MI BELLO CUERPO, ME SENTE Y COLOQUE UNA PIERNA DENTRO DEL TRAJECITO Y DESPUES LA OTRA QUEDABA AJUSTADO DESDE LOS TOBILLOS, LO SUBI HASTA LAS RODILLAS Y ME LEVANTE LO SEGUI SUBIENDO HASTA LOS MUSLOS SENTIA LA TELA SUAVE ROZANDO MIS PIERNAS CUANDO LLEGUE A MI VAGINA LO SUBI CON MUCHA FUERZA, ESTA SE COMENZABA A MARCAR EN SU CONTORNO , SENTI QUE SE HIBA METIENDO LENTAMENTE ENTRE MIS NALGUITAS, LO SEGUI SUBIENDO HASTA LLEGAR A MI CINTURA, ESTABA METIDO ENTRE MIS NALGUITAS LO SUBI DE NUEVO, COMENCE A METER MIS PECHOS FIRMES EN EL TRAJE ESTE SE AJUSTABA COMPLETAMENTE, LO SUBI HASTA MIS AXILAS Y ALLI FUE DONDE METI LOS BRAZOS PRIMERO UNO Y LUEGO EL OTRO Y LO TERMINE DE SUBIR HASTA EL CUELLO. AL FINAL ESTABA DENTRO DEL TRAJE AJUSTADITO DE COLOR BANCO, LA TANGUITA QUE TRAIA PUESTA SE MARCABA DE LO MAS RICO, ESTO A CUALQUIER HOMBRE HUBIERA BUELTO LOCO, MIS PEZONES SOBRESALTABAN DE MI PECHO, ESTABA COMPLTAMENTE METIDO ENTRE MIS NALGAS DEJANDO MOSTRAR MI CULO HERMOSO MODELE PARA MI MISMA CUANDO ME SENTE SENTI QUE ENTRABA EN MI, MI CUERPO SE VEIA HERMOSO, CAMINE UNOS PASOS PARA PODERME VER EN EL ESPEJO DE CUERPO COMPLETO, DE LEJOS SE VEIA MEJOR LA TANGA, ME VEIA REALMENTE DELICIOSA, NO DEJABA NADA A LA IMAGINACION, DE PERFIL SE VEIA MI PANCITA COMPLETAMENTE PLANA Y MIS NALGAS SOBRESALIENTES, SENTIA RICO TENERLO PUESTO, ME RECOSTE EN LA CAMA DE PANCITA Y QUICE GOZAR LO QUE TRAIA PUESTO. DESPUES DE ALGUN TIEMPO ME LEVANTE Y QUISE LUCIRLO POR TODA LA CASA QUE SE ENCONTRABA SOLA, SALI DE MI HABITACION Y CAMINE POR EL PASILLO HACIA LA ESCALERA, BAJE LOS ESCALONES Y ME ACERQUE A LA SALA, ME SENTE EN ELLA, QUERIA SENTILO DE NUEVO COMO ENTRABA EN MI, ALVOLTEAR VI A BOBBY, BOBBY ES UN PERRO COQUER DE RAZA PURA QUE MI PAPA COMPRO, ERA UN PERRO QUE TENIA PEDIGREE, TUVE UN DESEO DE QUE ALGUIEN ME VIERA COMO ESTABA VESTIDA, PERO EL ERA EL UNICO QUE ME PODIA VER, DE REPENTE TUVE UN DESEO ANIMAL DE QUE EL SE ACECARA A MI, ME LEVANTE Y CAMINE HACIA DONDE EL ESTABA, ME ARRODILLE Y LO COMENCE A ACARICIAR Y PASO POR MI MENTE LA IDEA DE HACERLO CON EL, EL DESEO ERA INTENSO PERO SEIA UNA NUEVA EXPERIENCIA, TENIA MIEDO DE QUE EL NO REACCIONARA AMIS IMPULSOS ANIMALES, PUDIERON MAS MIS DESEOS, ME LEVANTE Y LO LLEVE A MI HABITACION, SUBIMOS LAS ESCALERAS, ENTRAMOS EN MI HABITACION Y CERRE LA PUERTA CON SEGURO EL SE RECOSTO EN LA ALFOMBRA, ME ARRODILLE DE NUEVO Y COMENCE A ACRICIARLO, PASE MIS MANOS POR SU ESPALDA Y LAS MOVI HACIA SU SEXO Y COMENCE A MOVERLAS , EL DISFRUTABA ESE MOMENTO, COMENZO A CRECER Y A ASOMARSE SU PENE DE COLOR ROSA, CUANDO ESTO SUCEDIÓ LO ACARICIE DE UNA MANERA SUAVE PARA QUE SE SINTIERA BIEN, LE FUE CRECIENDO DE UNA AMNERA RAPIDA, EL ME MIRABA COMO GUSTOSO DE LO QUE SUCEDIA. ME SENTIA POSEIDA POR EL DESEO, POR UN MOMENTO NO CREIA LO QUE ESTABA HACIENDO, PERO ME DEJE LLEVAR POR MIS INSTINTOS ANIMALES, LO SEGUIA ACARICIANDO, Y SU PENE CONTINUABA CRECIENDO, SALIA UNA SUSTANCIA QUE LO HACIA PARECER ASI DE SUAVE, TUVE EL IMPULSO DE OLERLO, Y ME FUI ACERCANDO CADA VEZ MAS HASTA QUE LO TENIA A UNOS MILIMETROS DE MI NARIZ, FUE CUANDO ME PREGUNTE A QUE SABRIA, LO TOME CON UNA DE MIS MANOS Y LO HACEQUE A MI BOCA, LO BESE Y DE MOMENTO LO METI EN MI BOCA ERA UNA SENSACION MUY AGRADABLE AUNQUE UN POCO EXTRAÑA LO SABOREE POR UNOS INSTANTES MOVIENDO MI BOCA ALREDEDOR DE SU PENE ME SENTIA ATRAPADA POR ESE INSTINTO ANIMAL, Y DECIDI QUE TENIA QUE TERMINAR LO QUE HABIA COMENZADO, TENIA QUE DEJARLO TOTALMENTE SATISFECHO, EN ESE MOMENTO ME LEVANTE Y COMENCE A QUITARME EL TRAJESITO ENFRENTE DE EL SENTIA SU MIRADA RECORRIENDO MI CIERPO, LO DESLICE LO MAS RAPIDO QUE PUDE HASTA SACARLO POR MIS TOBILLOS QUEDANDOME EN TANGUITA, TOME MIS TIRANTITOS DE MI TANGUITA Y COMENCE A BAJARMELA DE FORMA RAPIDA, BOBBY SE ME QUEDABA VIENDO Y YO VEIA SU PENE DADA VEZ MAS EXITADO, SAQUE LA TANGUITA DE MIS MUSLOS Y SAQUE UNA PIERNA Y LUEGO LA OTRA , ME ARRODILLE SENSUALMENTE Y ACARICIE DE NUEVO SU PENE CON MIS MANOS, MI TANGUITA SE HABIA QUEADO TIRADA DETRAS DE MI, LA TOME Y SE LA ACERQUE PARA QUE LA OLIERA, DESPUES SIGUIENDO EL OLOR DE MI TANGA LA FUE SIGUIENDO Y LO CONDUGE HACIA LA PARTE DETAS DE MI. EL ESTANDO DETRAS DE MI PUDE SENTIR SU ALIENTO Y SU NARIZ FRIA ENTRE MIS NALGUITAS, YO ME ENCONTRABA ARRODILLADA Y CON LAS PIERNAS CERRADAS, FUE ALLI CIANDO DECIDI QUE ERA EL MOMENTO PRECISO PARA QUE EL PUDIERA GOZAR, ME DESHICE DE LA TANGA, Y EMPEZE A INCLINARME HACIA ADELANTE, EL SE ENCONTRABA A LA ESPERA DE LO QUE SUCEDERIA, ME ESTIRE LO MAS QUE PUDE Y COLOQUE MIS CODOS EN LA ALFOMBRA Y SEPARE LAS PIERNAS, BOBBY EN UN IMPULSO COMPLETO SUBIO SUS PATAS EN MI ESPALDA Y ACERCO SU PENE, LO SENTI ROZANDO MI MUSLO, EL NO ES MUY ALTO Y NO ALCANZABA A COLOCARMELO, ASI QUE TUVE QUE SEPARA LO MAS QUE PUDE LAS PIERNAS, A SU SEGUNDO INTENTO NO PUDO COLOCARLO DE NUEVO, TENIA QUE ABRIR MAS LAS PIERNAS, DE UNA FORMA DESCOMUNAL Y HACIENDO UN GRAN ESFUERZO LOGRE SEPARARLAS COMO NUNCA LO HABIA HECHO, BOBBY SE ACERCO Y SENTO SU PENE ROZANDO MI VAGINA, COMPRENDI ENTONCES DE QUE MI ESFUERZO NO HABIA SIDO INUTIL, PASE LA MANO DERECHA POR DEBAJO DE MI ESTONAGO Y TOME EL PENE DE BOBBY Y LO COLOQUE EN MI ANO, LO SENTI MUY SUAVE Y DEREPENTE EL COMENZO A EMPUJARLO, SENTI COMO ME PENETRABA Y EN UNOS SEGUNDOS YO LO TENIA ADENTRO, EL TENIA UNA EXELENTE LUBRICACION RESBALABA MUY BIEN ASI PERMANECIO Y DESPUES DE UNOS MOMENTOS SENTI COMO SE HACIA MAS GRANDE, EL ESTABA GOZANDO MUY RICO Y YO TAMBIEN, POR UN MOMENTO EL DETUVO SU ACCION Y SENTI UN LIQUIDO CALIENTE DENTRO DE MI, ME MOVO LIGERAMENTE PARA QUE ESE LIQUIDO ME INVADIERA ADENTRO, NOS QUEDAMOS QUIETOS ASI POR UNOS MINUTOS, YO CON LAS PIERNAS TOTALMENTE ABIERTAS Y EL ADENTRO DE MI, CUANDO SU PENE COMENZO A DESHINCHARSE ME MOVI Y EL SE SEPARO DE MI DEJANDO ESPAR EL LIQUIDO AQUEL QUE SALIA DE MI HOYITO. YO ME ACERQUE Y LO ACARICIE EL ESA NOCHE SE QUEDO EN MI HABITACION, TO DORMI TOTALMENTE DESNUDA EN LA CAMA Y HABIERTA DE PIERNAS Y BOBBY EN LA ALFOMBRA QUE HABIA SIDO TESTIGA DE NUESTRO ENCIENTRO.
Ref: insecticida a la mosca puesto el 30/4/98 17:02
¡ppzzzzzzzzzzzzzzzz...! Espero haberte dado de lleno y que te calles la boquita un rato, hijo/a de ...
Ref: Peter a Angel@ puesto el 30/4/98 17:15
Llámame como pone la referencia. ¿Qué me cuentas?
Ref: Angel@ puesto el 30/4/98 17:16
Estoy en literario.
Ref: NEREA A MOSCA puesto el 30/4/98 17:41
ME GUSTAN MUCHO TUS ABRAS LITERARIAS
NUNCA JAMAS NADA SEMEJANTE ME HABIA HECHO EXCITARME TANTO,
COMO PODEMOS CONECTAR?
Ref: NEREA A MOSCA puesto el 30/4/98 17:42
ME GUSTAN MUCHO TUS ABRAS LITERARIAS
NUNCA JAMAS NADA SEMEJANTE ME HABIA HECHO EXCITARME TANTO,
COMO PODEMOS CONECTAR?
Ref: NEREA A MOSCA puesto el 30/4/98 17:43
ME GUSTAN MUCHO TUS ABRAS LITERARIAS
NUNCA JAMAS NADA SEMEJANTE ME HABIA HECHO EXCITARME TANTO,
COMO PODEMOS CONECTAR?
Ref: LA MOSCA puesto el 30/4/98 17:48
ESTOY APENADO POR MI POBRE MALLORCA.DESPUES DEL GRAN ESFUERZO DE AYER NO HA SERVIDO PARA NADA. ESTO ES PEOR QUE FOLLAR DURANTE TRES ORAS Y AL FINAL NO PODER CORRERSE. ESO MISMO LE PASO AYER AL MALLORCA. PERO NO OS PROCUPEIS.AQUI ESTOY YO PARA ANIMAR UN POCO ESAS MENTES DECAIDAS.
Ref: NEREA A MOSCA puesto el 30/4/98 17:50
MOSCA ERES GENIAL, COMO PUEDO PONERME EN CONTACTO CONTIGO?
Ref: a Ramón de Pablo puesto el 30/4/98 18:36
Gracias por publicar el cuento Del Amor y la Locura, cuando lo ví escenificado hace unos años por una maravillosa y muy recomendable "cuentista" llamada Virginia Imaz (que también suele actuar con el grupo Trokolo) me quede prendado no sólo de la poesía del cuento sino de la sublime humanidad con que ella lo narra y lo interpreta, al oirla en directo el cuento toma vida. Para quienes no lo hayan leído lo pueden hacer en el 28/4/98 a las 15:17 de literario.
Ref: SUKER A LA MOSCA puesto el 30/4/98 19:15
PARA YA LUCAS, QUE PARA ACTUALIZAR LA PAGINA ESTAS UN CUARTO DE HORA, COÑO VETE A QUEJIOS Y DEJANOS EN PAZ DE UNA PUTA VEZ. PUTA MALLORCA
Ref: MOSCA A SUKER puesto el 30/4/98 21:06
PUTA MADRID. VISCA LA JUVE
Ref: De alguien a LA MOSCA puesto el 30/4/98 22:37
¡ ozú , ozé y Maria !... ó Tránsito por el alma enCARNADA.