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LA SUPERVIVENCIA EN LA MONTAÑA Para poder superar las dificultades y carencias que se pueden producir en la montaña, estando como está alejada de todo núcleo urbano y de lo que en él son comodidades y ventajas, es necesario un conocimiento lo más profundo posible del medio y otros como la forma de orientarse y de conseguir los elementos necesarios para poder adaptarse a ella de manera satisfactoria. Primera parte Como orientarse: De día y por el Sol en el hemisferio boreal, por ejemplo en España. Cuando el Sol está en su punto más alto, es decir al mediodía, su posición se corresponde con el Sur, la dirección de las sombras que proyecta de los distintos objetos o cosas señalan hacía el Norte. Si estamos en dirección al Sol una línea perpendicular a las sombras señalaría el Este hacia la izquierda y el Oeste a la derecha. A otras horas o en bosque cerrado nos podemos orientar por la inclinación de algunos árboles y el tamaño de sus ramas, ya que generalmente estos tienden a torcerse y sus ramas son más largas hacia el lado que reciben más sol, es decir, a cielo abierto, el Sur, o por el lado donde reciben menos y a veces crece el musgo en estos, el Norte. En el hemisferio austral, por ejemplo en Sudamérica, las posiciones naturalmente son justo hacia el lado contrario. En caso de poder disponer de un reloj de agujas, también hay una forma de utilizar este para poder orientarnos. Si los relojes de agujas tuvieran 24 divisiones u horas, tiempo que tarda el Sol en dar una vuelta completa y tenemos en cuenta que la posición del Sol al mediodía, las 12 hora solar, coincide con la dirección Sur en el hemisferio boreal o Norte en el hemisferio austral,es fácil deducir que orientando la aguja de las horas hacia el Sol, el Sur o Norte según el hemisferio estaría en la dirección de las doce. Dado que los relojes de agujas tienen sólo doce divisiones estaría por este motivo justo en la mitad del recorrido. Así el punto cardinal marcado por las doce (hora solar) se conseguiría orientando la bisectriz formada entre la hora y las doce hacia el Sol. Orientación de noche: Por las estrellas en el hemisferio boreal, por ejemplo en España Mirando hacia el norte y a unos 45 grados aproximadamente del horizonte podemos ver las constelaciones de la Osa Mayor y de la Osa Menor. Las dos tienen las estrellas más importantes colocadas de la misma forma: cuatro de ellas forman los ángulos de un cuadrilátero que se llama el Carro, otras tres forman el timón del Carro. La Estrella Polar está en la extremidad del timón de la Osa Menor y en la dirección Norte. Por las estrellas en el hemisferio austral, por ejemplo en Sudamérica En el hemisferio austral hay una constelación en que los ejes imaginarios de sus cuatro estrellas más importantes forman una cruz, la Cruz del Sur. Si se prolonga unas cinco veces la línea que forma el palo mayor de la cruz de la cabeza al pie, se llega a una estrella diminuta que está en la dirección Sur. Por supuesto si dispusiéramos de una brújula con esta herramienta siempre podríamos buscar cualquier punto cardinal sin mayor problema, La brújula está compuesta en esencia por una caja con una aguja de acero imantado que gira libremente sobre un eje y siempre señala la dirección Norte-Sur magnética. Al menos una de las puntas de la aguja está marcada con un polo y en el fondo de la caja hay un dibujo de la llamada rosa de los vientos que marca todos los puntos cardinales. Teniendo en cuenta que el polo magnético no está exactamente en la misma dirección que el geográfico ya que existe un ángulo de declinación de 1,5 a 2 grados aproximadamente según el lugar.. Simplemente hemos de colocar la aguja guardando este ángulo al Oeste del cero de la caja y automáticamente nos marcara todos los puntos cardinales. Hay que tener presente de que la caja este completamente plana para que la aguja no roce en ningún sitio y se falsee así la lectura. Con todos estos métodos, excepto cuando nos guiamos por las ramas o el moho de los arboles, es obvio que el modo de proceder una vez averiguado el punto cardinal hacia el que queremos ir, es fijando un punto imaginario con este en el horizonte visible y una vez llegado a él, volviendo a fijar otro. Si además disponemos de un plano hemos de identificar primero en él donde estamos situados y una vez lo sabemos y también hacia donde queremos ir, hemos de colocar el plano en la misma posición geográfica que la averiguada del lugar por cualquiera de los anteriores métodos, y de este modo ir siguiendo la ruta. |
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