Ref: Bibí a Tod@s puesto el 20/2/99 0:05 |
¿que ha pasado aquí? estoy fuera de España 2 meses, y cuando vuelvo...tengo que configurar todo otra vez. con lo torpe que soy. y esto está vacio... ¿que ha sido deIsabel?... ...¿y de vic?...¿ y de Sexymotherfuck?...y el resto de salidill@s...? ¿me tendré que acariciar sola esta noche?... ... y para mas INRI...no me funciona el chat... al final acabo metiendome a monja... bueno intentaré mas tarde...besitos humedos a tod@s..Ciao.. .. |
Ref: Bibí a Tod@s puesto el 20/2/99 0:16 |
Para Isabel con todo mi amor... si no grabaste el capitulo I, que fue el primero que te envié. Espero verte pronto y charlar contigo...te he echado de menos, al igual que a Vic. Besos para todos, Isa, Vic, Admirador Secreto, Val, Reina Negra, SexyMotherfuck, Sexsindi, salidill@s, y resto de webon@s, os quiero...hasta pronto... Besitos muy húmedos para todos de Bibí. Ciao.. Pd. El estilo no es muy ortodoso, pero me he excitado mucho escribiendo este relato, no por las formas, sino por el fondo. Perdonar la extensión del mismo, pero lo he resumido lo que he podido. LAS CRIADAS. Isabel y yo, dejamos el pueblo hace unos años y nos fuimos a la Capital en busca de trabajo, ya que las oportunidades en nuestra comarca eran escasas. Los primeros días, fueron muy duros, y sin resultados positivos, finalmente cuando nuestro ánimo empezaba a decaer, nos concedieron una entrevista para trabajar sirviendo en una gran casa de campo en las afueras, propiedad de gente de buena posición, tanto social, como económica. Fuimos ilusionadas y esperanzadas a dicha entrevista, y nos asombramos de las buenas condiciones económicas que nos ofrecieron, solo había una pequeña traba tendríamos que permanecer internas, y solo libraríamos un día al mes. Pero el gran sueldo que nos ofrecían y la posibilidad de trabajar juntas nos animó a aceptar. La casa era enorme 2 plantas, un sótano y una buhardilla. Pero la entrada tanto al sótano como a la buhardilla estaban cerradas con llave y nos informaron que no entraban dentro de nuestras atribuciones, por lo que no debíamos acceder a dichos emplazamientos. Nos alegramos de oírlo, algo menos de trabajo pensamos las dos al unísono. La señora de la casa era una mujer joven de unos 35 años, muy educada y elegante, pero a su vez muy exigente, y nos asesoró como y de que manera debíamos desempeñar nuestro trabajo de manera exhaustiva. Su marido era abogado, y asesoraba a varias empresas multinacionales, rondaba los 40 pero se mantenía en forma y bien cuidado, casi como un atleta de 20, además disponía una sala dotada como gimnasio que usaba a diario. La pareja tenía dos hijos varones, uno de 15 años y otro fruto de un anterior matrimonio de él, de 19 años. Nos facilitaron nuestros uniformes de trabajo, y nos llamó la atención que eran un poco provocativos, constaban de una bata blanca muy corta (demasiado corta para nuestro gusto), un delantal bastante pequeño y una cofia, donde llevar el pelo recogido. Las batas se transparentaban un poco, y recuerdo que sentimos un poco de vergüenza, cuando nos vimos con ellos puestos delante del espejo, nuestras habitaciones estaban juntas en el área de servicio, al lado de la del jardinero, un joven que rondaba la ventena de años bastante fornido y que nos pareció a las dos muy atractivo, que hacia a su vez las veces de chofer, para la señora o su hijos, cuando lo necesitaban. Los primeros días nos fuimos acostumbrando a las costumbres de la casa, y al desempeño normal de nuestras labores, sin nada en particular que reseñar, todos parecían contentos con nuestro trabajo. Un día mientras limpiaba la habitación del señorito Enrique (el mayor), encontré unas revistas pornográficas encima de su mesilla de noche, y la curiosidad me hizo ojearlas, me excitaron un poco y sin querer llevé mi mano a mi entrepierna y froté mi coño por encima de mis bragas, en ese momento entró el señorito Enrique y me vio en tan azarosa situación, cerró la puerta detrás de él y comenzó a gritarme que qué era lo que hacia registrando sus cosas, yo estaba aterrada, me dijo que iba a hablar con sus padres y que nos despedirían a las dos, yo traté de explicarme balbuceando apenas unas palabras, cuando de pronto, me soltó una bofetada en la cara, que me quedó helada y sin habla, me dio un empujón y quedé sentada sobre el borde de la cama, comenzó a desabrochar su pantalón y sacó su enorme polla empalmada y la plantó a escasos centímetros de mi cara, mientras me decía: - Si quieres seguir en esta casa, y que mis padres no se enteren que eres una fisgona, deberás, chupármela puta, y espero que sepas hacerlo bien. Yo no sabía como reaccionar, pero pensé que no encontraríamos otro trabajo igual, y que Isabel iba a pagar las consecuencias de mi desliz, así que no lo pensé y acerqué mi boca hacia su polla y comencé a chuparla tímidamente. El señorito Enrique entonces reprobó mi forma de hacerlo y mi falta de entusiasmo y de un golpe de cadera me la introdujo hasta la garganta, atragantándome, entonces tuve que ser más convincente y hacerle una buena mamada en toda la regla, como las que había practicado con mi novio en el pueblo, el empezó a jadear y animarme con sus palabras, mientras me decía que tendría que tragarme todo cuando se corriera, que si no lo hacía así no iba a servir de nada todo mis esfuerzos y se lo diría a sus padres, así que cuando explotó en mi boca, contuve la respiración y tragué toda la enorme carga de esperma que soltó dentro de mi boca. En ese momento se conformó solo con eso y me ordenó retirarme, yo tenía miedo, había cedido una vez, y sospeché que me tenía en sus manos. No comenté nada a Isabel, por vergüenza, ella notó que algo me pasaba y me preguntó, pero le dije que tenia un poco de jaqueca, nada más. Ese día cada vez que me cruzaba con el señorito Enrique por la casa, bajaba mi mirada avergonzada y agachaba la cabeza. Esa misma noche mientras estaba en la cama, mis temores se confirmaron, apareció el señorito Enrique en mi habitación en pijama, dispuesto a divertirse y gozar de mi cuerpo a su antojo. Encendió la luz y me hizo incorporarme de la cama, comencé a suplicarle que me dejara pero solo lograba aumentar sus deseos con mis súplicas me despojó del camisón y quedé sollozando avergonzada y desnuda delante de él, que se entretenía en admirar mi cuerpo mientras se despojaba del pijama y quedaba enfrente de mí sonriendo y alardeando orgulloso de sus enormes atributos masculinos. Durante un periodo cercano a las dos horas fui un juguete en sus manos, me vi obligada a chupársela, me folló en varias posturas y terminó amordazándome para que no se oyeran mis gritos y me sodomizó de forma bestial, acabando con el único rincón virgen que quedaba en mi cuerpo haciendo que sangrara de forma abundante, cuando eyaculó dentro de mí su esperma lubricó y consoló el dolor desgarrador. En ese momento, y sin saber aun como tuve un orgasmo muy intenso y quedé tirada encima de la cama, mientras el se marchaba con sigilo. Por supuesto no comenté nada a Isabel al siguiente día, pero mis andares doloridos eran bastante sospechosos, aunque yo lo disimulaba bastante bien. El señorito Enrique se volvió más osado y aprovechaba cualquier ocasión en que nadie le observara, para magrearme por encima de mi corta bata, mientras me llamaba puta y otras obscenidades, haciendo subir los colores a mis mejillas. Después de la servir la cena a toda la familia, aprovechó la ocasión para acercarse a mí y susurrarme que esa noche iría acompañado de su hermanastro, el señorito Andrés y que debía esperarlos vestida de puta, que me habían dejado una bolsa con la ropa que debía ponerme debajo de mi cama. Cuando llegué a mi habitación, miré debajo de la cama y efectivamente allí estaba la bolsa, la saqué y dentro había unas medias de seda negras, un liguero, un corpiño muy ajustado, de esos que sujetan los pechos pero los dejan totalmente fuera, un collar de perro con una cadena fina y muy larga, unos zapatos de tacón de aguja de mi número, unas esposas y algo de maquillaje, (barra de labios rojo intenso, rimel, sombra de ojos de tonos violáceos, colorete blanco pálido, laca de uñas color violeta, aceite corporal y vaselina). Sin dudarlo me desnudé por completo y comencé a maquillarme, los ojos y las uñas violáceos, los labios rojos intensos, que destacaban con la blancura de mi cara pálidamente maquillada, unté aceite por todo mi cuerpo para que brillara un poco, y siendo previsora unté una buena ración de vaselina en el interior de mi coño y mi dolorido culo, a sabiendas que tales conductos iban a ser penetrados en no mucho tiempo. Me admiré en el espejo y me noté excitada, seguidamente me puse las medias y los zapatos, el liguero y el corpiño y final-mente el collar de perro, cuya cadena sujeté a los barrotes de la cama, no sabía que hacer con las esposas, pero ante el temor que se enfadaran si no me las ponía, me esposé las manos a la espalda, y me senté en el borde de la cama a esperar, mientras mi excitación iba en aumento. Por fin se presentaron los dos hermanos y se quedaron un buen rato observándome con descaro y tremendamente excitados, por los enormes bultos que reflejaban sus entrepiernas. Después se desnudaron haciendo ostentación de sus enormes pollas delante de mí, eran enormes yo estaba a esas alturas tremendamente húmeda y deseaba sentirlas en mi interior, no tardaron mucho en repartirse mi anatomía y después de chuparles la polla a los dos, el señorito Enrique se dedicó a sodomizarme brutalmente, mientras el señorito Andrés se decantaba por mi coño, eran insaciables al principio no tardaron demasiado en correrse y llenarme con su leche, pero después de jugar un poco con mi cuerpo volvían a estar excitados y esa segunda vez tardaron bastante en vaciar sobre mí, lo poco que les había quedado en sus pelotas. Yo había tenido un par de orgasmos intensísimos, pero cuando me vendaron los ojos dejándome atada a la cama por el collar y esposada, supe que no iba a ser el último de la noche, me dijeron que iba a tener otra visita, y me alegró oírlo, pues pensé enseguida en el jardinero-chofer con el cual los señoritos se llevaban muy bien, pensé que querían darle una sorpresa y volví a excitarme pensando en su musculoso cuerpo poseyéndome. A los pocos minutos sonó la puerta y una persona entró en mi habitación, pensé que era Juan, el chofer, y estiré mi cuerpo voluptuosamente para ofrecerle una buena imagen de todo su esplendor. Sentí una verga húmeda y tiesa golpear mis labios y abrí mi boca para recibirla y la mamé ansiosa introduciéndola todo lo que podía con rítmicos movimiento de mi cuello. De pronto la sacó de mi boca y me amordazó con lo que identifiqué como una pelota de goma sujeta a unas correas que quedaron bien apretadas a mi cabeza a forma de bozal. Seguidamente me puso a cuatro patas, y yo pensé que me iba a follar el culo, era lo más lógico, pero lo que pasó fue que un látigo se estrelló con mis nalgas, con una fuerza bestial, la mordaza ahogó el grito que salió de mi garganta, pero el dolor me hacia retorcer, siguió otro latigazo igual de fuerte o más si cabe, y otro y otro...hasta que perdí la cuenta, la venda de mis ojos estaba empapada de las lagrimas que solté, casi perdí la consciencia, luego noté su cuerpo sudoroso y jadeante por el esfuerzo, agarrar mis caderas y penetrarme hasta correrse en mi coño de forma abundante, me quitó las esposas y me dejó tirada. Cuando me quité la venda de mis ojos se había marchado, nunca odié tanto a ninguna persona como en ese momento. Me quité la lencería y la deposité en la bolsa, seguidamente me limpié el maquillaje, y me di un baño para relajarme y reconfortar mi cuerpo, tenía las nalgas llenas de marcas rojas, y me ardían de calor. A la mañana siguiente me levanté a la 7 de la mañana como todos los días y me fui directamente a la habitación de Isabel a contarle lo que me había pasado. Me llevé una gran sorpresa cuando ella me narró como también llevaba dos días soportando al Señor de la Casa, en su cama y como había sido torturada por la Señora cuando los pilló en pleno polvo, y que también tuvo que darla placer con su boca, y humillarse ante ella. Estabamos decididas a pedir la cuenta y marcharnos, cuando los Señores nos reclamaron en el despacho. Nos dijeron que estaban muy satisfechos de nuestro comportamiento y el Señor se confesó como la tercera persona que me visitó la noche anterior y me dijo lo mucho que había gozado conmigo. Nos ofrecieron una buena gratificación si queríamos marcharnos, pero también nos ofrecieron duplicar nuestro sueldo y ser entrenadas para esclavas sexuales de ellos, de sus hijos y de todos los invitados a los que quisieran ofrecernos, también nos enteramos que Juan, el chofer era un esclavo de ellos y nos garantizaron que podíamos dejarlo cuando quisiéramos, pero si nos decidíamos lo íbamos a pasar muy mal al principio hasta que estuviéramos domadas y nuestros cuerpos acostumbrados a los golpes y al dolor. También nos informaron de que deberíamos obedecer en todo lo que se nos ordenase por muy descabellado que pareciera, y que deberíamos estar dispuestas las 24 horas del día para que nuestros amos disfrutaran de nuestros cuerpos a su antojo, de cualquier forma y en cualquier situación. Deberíamos carecer de voluntad propia, y que no se podía quedar una sola, ó nos quedábamos las dos o ninguna. Miré a Isabel asombrada de lo que acababa de oír, y ella me devolvió la mirada con un brillo intenso, dijimos a los Señores, que debíamos pensarlo que nos dieran un par de horas, y nos retiramos a discutirlo. Hablamos sobre ello, ganaríamos en un año más dinero que en cinco normales, además las experiencia había sido excitante, y decidimos quedarnos a probar. Así se lo hicimos saber a nuestros Señores, que a partir de ese momento nos indicaron que debíamos dirigirnos a ellos con la palabra amo ó ama, que nunca debíamos mirarles directamente a los ojos, salvo que ellos nos lo indicaran y nos proveyeron de nuestros nuevos uniformes, que eran exactamente la ropa que yo había llevado la noche anterior, o sea semi-desnudas, (medias, zapatos de tacón de aguja, liguero, el corset muy apretado y con los pechos fuera, un minúsculo delantal blanco de puntillas, la cofia, cuatro muñequeras con unas argollas para poder ser inmovilizadas en cualquier postura, en muñecas y tobillos, y el collar de perro al cuello, también nos informaron que nuestros pezones y labios del coño serian anillados y que debíamos llevar el coño totalmente afeitado al igual que las axilas, tampoco debíamos llevar nunca bragas puestas, bajo ningún concepto, ni tampoco ponernos tampax ó compresas si teníamos la regla, simplemente debíamos limpiar lo que manchara nuestra menstruación. . Una vez ataviadas de tal forma, acompañamos a nuestros amos al ático, ó buhardilla, donde aparte de un sinfín de aparatos de tortura, había un equipo de filmación de vídeo profesional, nos enseñaron una película donde se veía a una antigua esclava suya en pleno proceso de doma, e Isabel y yo nos estremecimos al ver lo que nos esperaba, también nos dijeron que se dedicaban a la venta de videos sado masoquistas donde filmaban la iniciación y proceso de doma de la esclavas, que si estabamos de acuerdo saldríamos siempre con los ojos cubiertos por antifaces y nos embolsaríamos un porcentaje de lo beneficios, aproximadamente un millón de pesetas más al año, la idea nos entusiasmó. Después bajamos al sótano, que estaba decorado como una mazmorra de la edad media, y nos dijeron que allí celebraban las fiestas privadas con sus invitados, y que allí iríamos después de ser iniciadas y pré-domadas en el ático a terminar nuestra doma, y que allí seríamos presentadas en sociedad. El ver todo aquello no hizo variar nuestra opinión. Entonces nos ordenaron que mientras Juan, preparaba nuestros anillados hiciéramos el amor las dos delante de toda la familia, para relajarnos e ir entreteniéndoles mientras comenzaba el plato fuerte. Isabel y yo totalmente excitadas, fundimos nuestros cuerpos salvajemente, rodamos por el frío suelo enzarzadas en una lucha amorosa que acabó con nuestros cuerpos temblando de placer entre orgasmo y orgasmo, a cual más fuerte e intenso. De pronto Juan entró en la habitación con los aparatos del piercing preparados, nuestros amos Enrique y Andrés nos inmovilizaron en las argollas de la pared y comenzó el primer ritual de la ceremonia de NUESTRA DOMA. (Continuará) Próximo capitulo: "LA DOMA DE LAS DONCELLAS". CAP II. LA DOMA DE LAS DONCELLAS. Parte 1ª. El ultimo día libre. El proceso del anillado de nuestros pezones y labios mayores, fue corto y preciso, y no fue demasiado doloroso ya que nos aplicaron un espray frío que insensibilizó, estas zonas tan delicadas de nuestros cuerpos. Seguidamente nos admiramos delante de un gran espejo y a las dos nos gustó el efecto que proporcionaba a nuestros cuerpos. A continuación nuestros amos nos informaron de que teníamos el día libre, nos dieron cien mil pesetas a cada una y pusieron el coche y el chofer a nuestra disposición para que fuésemos las dos de compras y a pasar el día al centro, teníamos que volver antes de las 12 de la noche, y nos desearon que lo disfrutásemos ya que iba a ser nuestro único día libre en mucho tiempo. Dimos las gracias a nuestros amos y nos fuimos a vestir de calle, eran las 9 de la mañana cuando montamos con Juan en el coche, que nos lanzó una sonrisa y nos dijo: -¿dónde desean ir las señoras?. Nos miramos las dos divertidas y contestamos a la vez: - Al centro de compras, mientras reíamos divertidas en el asiento trasero. Comenzamos a charlar sobre lo que nos apetecía hacer a las dos, descartamos comprar ropa pues pasaríamos mucho tiempo sin días libres para poder lucirlas, la lencería la ponían nuestros amos, así como los perfumes y artículos de maquillaje, también descartado, libros para nuestro escaso tiempo libre, descartado, había una inmensa biblioteca en casa de nuestros amos, así que compramos dos walkman y algo de música en nuestra primera parada, después invitamos a Juan a desayunar con nosotras en una cafetería, era muy simpático y atractivo, nos gustaba a las dos y decidimos entre cuchicheos que como era nuestro día libre y Juan tenia orden de servirnos en todo, aprovecharíamos para que nos follara a las dos y poder disfrutar juntas de su cuerpo atlético. Seguimos recorriendo tiendas aunque nos compramos nada, simplemente nos sentíamos importantes al saber que podíamos gastar una cifra de dinero a la que no estabamos acostumbradas en cualquier capricho. El tiempo pasaba volando, ya era la una de la tarde y decidimos comer en un buen restaurante, Juan nos recomendó un sitio y los tres degustamos una comida maravillosa, salimos de allí sobre las 4 de la tarde, caminamos un poco mientras aprovechábamos la temperatura primaveral que hacía, entonces Isabel le hizo saber a Juan que las dos queríamos un postre muy especial, a él. Le entusiasmó la idea y nos propuso hacerlo más excitante aún, nos dijo que sería maravilloso follarnos a las dos en una sala de cine X, que a esas horas y en día laborable solo habría 15 o 20 personas, pero que cuando nos descubrieran seguro dejarían de ver la película para mirarnos a nosotras. Nos divirtió la idea a las dos y aceptamos. Entramos en la sala y nos acomodamos al final en la última fila en un rincón apartado, en la pantalla había una joven en plena acción con tres hombres de miembros espectaculares y estaba gozando como una loca, por los gemidos y gritos que lanzaban los altavoces. Juan se sentó en medio de las dos y sus manos empezaron a recorrer nuestra anatomía con insinuantes caricias, cuando nuestros ojos se adaptaron a la luz ambiente de la sala vimos que efectivamente no habría mas de 25 personas dispersos por toda la sala , absortos en la proyección y masturbandose algunos de ellos, a tenor de los movimientos de sus brazos. Estabamos muy excitadas nos despojamos de nuestras bragas para que las manos de Juan acariciaran nuestros ya húmedos coños, desabrochamos el pantalón de Juan y palpamos a la vez su enorme polla , le bajamos los pantalones hasta los tobillos y reclinamos nuestras cabezas sobre su regazo para ir lamiendo y engullendo por turnos tan preciado trofeo, nuestras lenguas tropezaban entre sí, y entre chupada y chupada se nuestras bocas se unían golosas en húmedos y apasionados besos. Juan ya estaba totalmente empalmado, y nos sugirió que nos apoyáramos sobre los asientos vacíos de la fila que había delante y separáramos nuestras piernas para ofrecerle nuestros coños y poder ser penetradas. Lo hicimos al instante, nos pusimos las dos juntas nos remangamos las faldas hasta la cintura y sacamos nuestros pechos fuera de los jerseys para que los acariciara mientras nos penetraba, levantamos las caderas al máximo, para ofrecerle nuestros coños ansiosos y chorreantes, mientras mirábamos la pantalla y nos besábamos excitadas. Juan empezó a penetrar a Isabel, mientras yo esperaba mi turno en su misma postura y junto a ella sintiendo su placer y absorbiendo sus gemidos cada vez que la besaba. Juan estuvo un rato en esa posición y seguidamente me penetró a mí, aunque nuestros jadeos eran camuflados en parte por los de la protagonista de la película, empezaron a ser audibles por el resto de los asistentes que se fueron acercando y acomodándose cerca de nosotros para tener una completa visión de lo que acontecía, eso nos excitaba aún más, mientras Juan seguía penetrándonos por turnos. Ya nadie hacia caso a la película, Todos estaban pendientes de nosotros, unos de los espectadores, el más atrevido, se nos acercó y nos preguntó con mucha educación si podía participar, Juan se negó marcando como buen macho su territorio, y le dijo que podían mirar todo lo que quisieran pero que si alguno de los presentes nos rozaba un pelo, le abriría la cabeza, nadie osó acercarse a menos de un metro de nosotros, pero era excitante verlos apelotonados a nuestro alrededor con sus pollas fuera del pantalón y masturbandose sin parar, totalmente excitados. Juan tenía un especial control sobre su polla, aún no se había corrido y parecía que no iba a hacerlo nunca, aguantaba de una forma increíble para darnos el máximo de placer a las dos, que ya nos habíamos corrido un par de veces cada una. Se oyó una voz entre nuestros espectadores, que dijó: - Animo machote ahora rómpeles el culo a las dos. Isabel y yo nos reímos divertidas y me dirigí a Juan diciéndole: - Tienes que hacer caso a tus admiradores, tenemos el culito listo las dos. Juan se lubricó los dedos con saliva y comenzó a dilatarnos con ellos el ano a las dos a la vez, mientras nuestro público se entusiasmaba por momentos. Primero me enculó a mí, que empecé a gritar y gemir de forma ostensible para el agrado de los mirones, cuando me la sacó de dentro, lancé un gran suspiro y me corrí intensamente al mismo tiempo que uno de los espectadores más cercanos a mí lanzó un gran chorro de semen que se estrelló en mi cara , mientras Juan hacía gritar a Isabel como una loca mientras la sodomizaba, miré fijamente al grupo donde estaba el que se había corrido en mi cara, recogí los restos de semen con mis dedos y los introduje en mi boca lamiéndolos con deleite, para el asombro de la concurrencia. Comencé a besar a Isabel mientras era penetrada, Juan ya estaba a punto de correrse, y lo hizo dentro del culo de Isabel que al sentir el semen caliente por su interior se estremeció teniendo otro orgasmo. Mientras mirábamos como se iban corriendo uno a uno los espectadores. Fue increíble, nos arreglamos y salimos entre aplausos de la sala. Fuimos a tomar unas copas y a bailar a una discoteca hasta las 11 de la noche, que salimos a comer una hamburguesa y de regreso a casa, se acabó la diversión y empezaba nuestro calvario. A las doce menos diez, llegamos al chalet de nuestros amos, que nos estaban esperando, nos dijeron que si lo habíamos pasado bien, a lo cual asentimos, nos ordenaron retirarnos a descansar, debíamos levantarnos a las 6.30 de la mañana y abrir entonces y no antes, un sobre con instrucciones que había en nuestras habitaciones y seguir las mismas, pedimos permiso a nuestros amos para retirarnos y nos fuimos a dormir. Parte 2ª. El Aprendizaje. A las 6.30 de la mañana sonó el despertador, abrí ansiosa el sobré y comencé a leer las instrucciones dejadas por nuestros amos. Las instrucciones constaban de varios puntos que debíamos seguir al pie de la letra todos los días, salvo que al despertar encontráramos un sobre rojo con instrucciones especiales para ese día. 1. Comprobación de nuestro depilado corporal. Nuestros cuerpos solo podría mostrar pelo en la cabeza, cejas y pestañas, todo resto de vello en cualquier otro lugar debía ser eliminado diariamente, con especial atención a nuestras piernas, coño, ano y axilas. Para ello debíamos usar una máquina eléctrica que arrancaba el vello de raíz, cera ó bien rasurarnos en las zonas de vello más duro. 2. Lavativa anal y vaginal abundante y lubricación a base de aceite corporal ó vaselina. 3. Ducha con agua fría durante 3 a 5 minutos, era la única vez que debíamos asearnos al día, según transcurriera el resto del día nuestros cuerpos se impregnarían del aroma de los fluidos corporales de nuestros amos ó de sus invitados y nos estaba totalmente prohibido lavarnos en otro momento que no fuera el indicado de la ducha diaria, salvo orden expresa de nuestros amos. 4. Maquillado. Los tonos de nuestros maquillajes salvo orden expresa serían malvas y muy suaves, el rostro palidecido con colorete blanquecino y los pezones con un toque de carmín rojo fuego para resaltarlos. 5. Teníamos un juego de dos uniformes de tal manera que al acabar el día, procederíamos a limpiarlos exhaustivamente, para que estuviera listo dos días después, y así los íbamos alternando, el uniforme constaba de corsé de cuero, que levantaba nuestros pechos pero dejándolos totalmente descubiertos, liguero de encaje y medias de seda todo de color negro, un pequeño delantal blanco, más bien minúsculo que apenas tapaba nuestros coñitos, cofia blanca, collar de cuero negro al igual que dos tobilleras y muñequeras con argollas, para ser inmovilizadas en cualquier postura que nuestros amos desearan, y zapatos negros de tacón de aguja. Salvo orden expresa teníamos prohibido usar cualquier otra ropa, ni bragas, ni falda ni sujetador, de esta forma nuestras tetas y culos estaban totalmente expuestos a la vista y nuestros coños solo parcialmente ocultos baja una tela tan diminuta que cualquier movimiento brusco por nuestra parte lo exponía a la vista. 6. Teníamos exactamente una hora para toda esta ceremonia, ya que a las 7.30, debíamos presentarnos ante nuestros amos primero nos presentábamos en la habitación de los señores, que permanecían a esas horas en la cama, a que nos dieran su visto bueno. Muchos de los días estaban cansados aún a esas horas y nos aprobaban o nos daban alguna indicación y podíamos ir a hacer las tareas domesticas. Otras veces en cambio, les gustaba divertirse un poco con nosotras antes de nuestras tareas, y teníamos el deber de complacerlos en todo lo que se les antojase sin rechistar, aunque normalmente lo que más les apetecía a esas horas era vaciar sus vejigas en nuestras bocas y debíamos tragar todo sin derramar nada si no queríamos ser castigadas y tener mucho cuidado de no estropear nuestro maquillaje tan temprano, pues esto les enojaba. Así que nos acostumbramos a desayunar los orines de nuestra ama y de nuestro amo casi todos los días, hasta llenar por completo nuestros estómagos, Isabel y yo nos turnábamos y un día ejercía de orinal del señor y al siguiente de la señora y viceversa. Después íbamos a nuestras tareas domesticas, pero antes pasábamos por los lavabos del servicio, para vomitar nuestra carga antes de desayunar algo en la cocina, y ponernos manos a la obra con nuestras tareas. Algo más tarde sobre las nueve de la mañana debíamos visitar a los amos Enrique y Andrés y servirlos en cualquier antojo que tuvieran. Dormíamos siete horas diarias desde las 23.30 hasta las 6.30, pero los días que nuestros amos nos requerían para usarnos por la noche nuestro horario de levantarnos se modificaba, para poder descansar las 7 horas de rigor, eso según nuestros amos nos mantendrían más en forma. Nuestros amos y los señoritos se levantaban sobre las 10 en condiciones normales, y desde ese momento estabamos a su disposición para su antojo. Nuestros castigos corporales y las humillaciones y vejaciones sexuales de todo tipo se convirtieron en algo habitual, empezaron con un ritmo bajo pero día a día iba en progresión, la verdadera doma la realizaban en la Buhardilla, durante dos horas diarias, nuestros cuatro amos, más Juan, el Chofer, nos conducían allí, donde éramos torturadas y sometidas para acostumbrar nuestros cuerpos al dolor y hacer desaparecer la voluntad propia de nuestros cuerpos. Allí ayudados de múltiples aparatos de tortura y artilugios diseñados por mentes retorcidas éramos, azotadas, suspendidas de las extremidades, atadas, violadas por todos nuestros agujeros, humilladas y obligadas a hacer todos sus caprichos, y cada día que pasaba nuestros cuerpo se acostumbraban más y más al dolor y al pacer, empezamos a gozar en extremo con la situación. Nuestros amos nos obligaban a azotarnos con todas nuestras fuerzas mientras una de las dos estaba atada, la otra blandía un látigo y lo usaba sin pasión por todo el cuerpo de la otra, y las dos empezamos a disfrutar haciéndolo, no era raro que a escondidas en algún rato libre y lejos de las miradas de nuestros amos nos ded |
Ref: a bibi puesto el 20/2/99 0:22 |
ánimo que de vez en cuando regresamos los viejos amantes |
Ref: a bibi puesto el 20/2/99 0:22 |
ánimo que de vez en cuando regresamos los viejos amantes |
Ref: a bibi puesto el 20/2/99 0:24 |
yo era uno de tus admiradores secretos |
Ref: continuacion puesto el 20/2/99 0:25 |
Nuestros castigos corporales y las humillaciones y vejaciones sexuales de todo tipo se convirtieron en algo habitual, empezaron con un ritmo bajo pero día a día iba en progresión, la verdadera doma la realizaban en la
Buhardilla, durante dos horas diarias, nuestros cuatro amos, más Juan, el Chofer, nos conducían allí, donde éramos torturadas y sometidas para acostumbrar nuestros cuerpos al dolor y hacer desaparecer la voluntad propia de nuestros cuerpos. Allí ayudados de múltiples aparatos de tortura y artilugios diseñados por mentes retorcidas éramos, azotadas, suspendidas de las extremidades, atadas, violadas por todos nuestros agujeros, humilladas y obligadas a hacer todos sus caprichos, y cada día que pasaba nuestros cuerpo se acostumbraban más y más al dolor y al pacer, empezamos a gozar en extremo con la situación. Nuestros amos nos obligaban a azotarnos con todas nuestras fuerzas mientras una de las dos estaba atada, la otra blandía un látigo y lo usaba sin pasión por todo el cuerpo de la otra, y las dos empezamos a disfrutar haciéndolo, no era raro que a escondidas en algún rato libre y lejos de las miradas de nuestros amos nos dedicáramos a repetirlo y acabar las dos agotadas, sudando, doloridas y húmedas y cada una comiéndole el coño desesperadamente a la otra en un 69 apasionado. Nuestra periodo de aprendizaje había terminado, estabamos prédomadas, según decían nuestros amos, había llegado el momento de nuestra noche de doma y presentación en sociedad, donde adquiriríamos finalmente el rango de esclavas. Nuestros amos prepararon una fiesta nocturna con más de 50 invitados donde nosotras dos íbamos a ser la atracción. Ese día lo tendríamos libre de tareas domesticas y lo dedicaríamos a descansar sin ser castigadas, para guardar nuestras fuerzas para la fiesta de presentación, ese día nos indicaron dos cambios en nuestro atuendo, debíamos pintar nuestros labios con carmín rojo intenso y nos facilitaron uñas postizas largas y rojas también llevaríamos un antifaz ya que se iba a filmar toda la fiesta en vídeo para comercializarlo y todos los asistentes a la fiesta tanto hombres como mujeres llevarían un antifaz puesto para ocultar su identidad. La fiesta se celebraría en el sótano, y ya sabíamos Isabel y yo lo que eso significaba. Aquella iba a ser una noche muy larga. Parte 3ª Presentación en Sociedad Por fin llegó la noche señalada, sobre las 11 comenzaron a llegar los invitados, y se fueron sirviendo una copa ellos mismo y acomodándose en el enorme sótano para tener una inmejorable visión se lo que allí iba a acontecer, mientras Isabel y yo ya preparadas esperábamos nerviosas en la habitación de los señores que vinieran a por nosotras para conducirnos al sótano. A las 12 en punto, con todos los invitados acomodados fuimos llevadas al sótano sujetas por una fina cadena prendida de nuestros collares. Entramos entre murmullos de aprobación y fuimos sujetadas por las muñecas y por los tobillos a unas argollas que prendían de unas cadenas e hizadas hasta quedar suspendidas en el aire en una dolorosa tensión, los asistentes presenciaron como mi ama comenzaba a azotarme con rabia haciéndome chillar de dolor, mientras mi amo hacia lo propio con Isabel, no quedó zona de nuestro cuerpo sin su ración de golpes, entre las risas y excitación de los presentes. Nos bajaron y fuimos inmovilizadas en una especie de potro, de tal forma que ofrecíamos reclinadas todo nuestro cuerpo, Mientras mi amo introducía su polla en la boca de Isabel y mi ama ponía su coño depilado en mi boca, los Señoritos Andrés y Enrique nos sodomizaban brutalmente, los invitados ya semi desnudos se acariciaban excitados e iban esperando su turno para poseernos ó torturarnos según sus antojos. Las damas fueron surtidas con vibradores con arneses por si deseaban colocarlos a su cintura y poseernos, muchas lo hicieron otras preferían azotarnos ó utilizar instrumentos de tortura con nosotras, pinzas, agujas, pesas para los aretes de nuestros pezones y coño, etc... Nos liberaron del potro y una vez sueltas debimos demostrar nuestra completa sumisión entregándonos y obedeciendo a todos. Lo mismo nos follaban tres machos a la vez por nuestro coño, culo y boca, que éramos penetradas por una o varias mujeres armadas con vibradores sujetos a su cintura, u obligadas a lamer coños y culos de los asistentes. Habían pasado varias horas, y ya habían tenido varios orgasmos cada asistente, pero según se iban recuperando volvían a la carga, Isabel y yo estabamos destrozadas y con nuestros cuerpos repletos de semen y flujos vaginales, tanto por dentro como por fuera, y con nuestros coños y anos ampliamente dilatados, entonces nos ordenaron lamernos una a la otra todo el cuerpo y tragarnos todos los restos de semen lo hicimos sin rechistar e incluso gemíamos de placer para complacer a los invitados, después se nos acercaron dos mujeres con guantes de latex negro impregnados de vaselina y empezaron a introducirnos cada una de sus manos a la vez por el coño y por el culo, primero unos dedos y poco a poco toda la mano hasta la muñeca Isabel y yo gritábamos al sentirnos casi desgarradas, pero después con el movimiento acompasado de sus manos empezamos a gemir de placer y acabamos las dos berreando de gusto sumergidas en un increíble e intenso orgasmo, mientras los asistentes aplaudían complacidos. Quedamos tendidas en el suelo una al lado de la otra, casi nos costaba respirar, entonces comenzaron a orinarnos en grupos reconfortando con la tibieza de la orina nuestros cuerpos, y haciéndonos tragar buena parte de ella, nos orinaron por todo el cuerpo, pero en especial en la cara y en la boca las dos mujeres que nos habían penetrado con los puños pegaron sus coños a nuestras bocas y nos obligaron a tragar prácticamente la totalidad de sus vejigas llenándonos el estomago me gustaba ese sabor tan peculiar y tan familiar. Entonces nos giraron poniéndonos a cuatro patas una frente a la otra con las caderas bien levantadas y mientras nos besábamos ansiosas compartiendo los sabores impregnados en nuestras bocas nos introdujeron una polla en el culo y una vez dentro comenzaron a orinar llenando nuestros intestinos con tan original lavativa teníamos orden de aguantar todo el liquido dentro cuando acabaron los dos primeros otros dos ocuparon su lugar, y no aguantamos más cuando estos últimos acabaron y sacaron sus pollas, nuestros anos explotaron al unísono soltando a presión grandes chorros de orina dando descanso a nuestros castigados intestinos. Nos ordenaron seguir en esa posición a cuatro patas, y nuestras caras a escasos centímetros una de la otra, ya no sabíamos que nos podía esperar, pero pronto salimos de dudas cuando mi ama entró con dos perros enorme, eran dogos y parecían caballos en lugar de perros, los acercaron a nosotras, mientras estabamos inmóviles y un poco asustadas y enseguida comprobamos que estaban muy bien entrenados, acercaron sus hocicos a nuestros dilatados coños y culos y los olisquearon y lamieron un rato haciendo que se escaparan suspiros de placer de nuestros labios. Una vez excitados apropiadamente su enormes vergas fueron dirigidas a nuestros coños por unas manos hábiles y nos sentimos penetradas y mientras se movían follandonos a un ritmo endiablado, el peso del cuerpo de los perrazos era soportado a duras penas por nuestras espaldas. Al poco rato sentimos un enorme chorro cálido inundar nuestras vaginas y nos retiraron tan pesada carga. Isabel y yo nos miramos incrédulas de lo que habíamos podido hacer, de lo bajo que habíamos caído y sentimos vergüenza por haber gozado con ello. Entonces nos fundimos en un apasionado beso. Ya estaba amaneciendo habíamos sido el juguete de varias decenas de personas y de dos perros durante 7 horas, y estabamos totalmente agotadas e insensibilizadas pero habíamos gozado hasta un límite insospechado. Ya habíamos sido domadas, y pasábamos del rango de simples sumisas a esclavas. Para celebrarlo y como último acto de la noche, Juan (el chofer), apareció con los utensilios del piercing y nos anilló el labio inferior de la boca con un arete de oro macizo de 2mm de grosor. Después mientras los invitados se arreglaban y preparaban para marchar, tuvimos que arrodillarnos en el recibidor de la casa, y fuimos despojadas de nuestros antifaces, para que todos los invitados pudieran vernos el rostro, mientras ellos lo mantenían aun ocultos, así ellos podrían reconocernos ya que memorizaron nuestros rasgos pero nosotras jamás sabríamos quienes habían disfrutado de nuestros cuerpos esa noche. Cuando todos se habían marchado, nuestros cuatro amos se acercaron a nosotras y nos felicitaron efusivamente, dejando claro lo orgullosos que se habían sentido de nosotras y nos indicaron que teníamos 3 días de descanso, en todos los sentidos, y dispusieron una de las habitaciones de invitados con una gran cama de matrimonio y baño con agua caliente para las dos, en tres días no saldríamos de la habitación, Juan tenía la orden de servirnos en todo lo que le ordenáramos, incluso tendríamos comida a la carta. En ese momento solo pensábamos en dormir y descansar nuestros castigados cuerpos, preparamos una bañera con agua caliente, nos bañamos las dos juntas enjabonándonos y acariciando delicadamente nuestros cuerpos y una vez limpias y relajadas nos acostamos abrazadas y dormimos durante horas. Al cuarto día nos trasladaron a nuestras habitaciones y comenzamos a hacer la vida cotidiana de antes, y dos veces al mes se repetían la fiestas organizadas por mis amos, cada vez con nuevas variantes cada vez mas retorcidas. Ya había pasado algo más de un año desde nuestra iniciación y conversión en esclavas, nuestros amos habían filmado más de 50 vídeos con nosotras, y los habían vendido a muy buen precio haciendo una pequeña fortuna, de la cual nos habían prometido una suculenta comisión, además en sus fiesta recaudaban grandes sumas de dinero y también nos había entregado a veces a gente muy importante en sesiones privadas cobrando sumas ingentes de dinero. Fue entonces cuando Isabel y yo, decidimos terminar con aquella situación y empezar con el dinero que nos correspondía una nueva vida. Así se lo comunicamos a nuestros amos, fueron muy comprensivos y nos dijeron que nos iban a echar mucho de menos, y prepararon nuestra liquidación con un porcentaje extra, por lo satisfecho que estaban de nosotras, y nos entregaron un cheque de 15 millones de pesetas a cada una. Nos pidieron un ultimo favor, Nos entregarían un millón extra a cada una si asistíamos a la última Fiesta que iba a organizar en algún tiempo, mientras contrataba y domaba a nuevas candidatas, que esta fiesta sería el siguiente sábado, o sea, en 48 horas en la mansión de un conocido, y quería filmar una ultima película que tenía encargada, además esas 48 horas no tendríamos que hacer nada, seríamos sus invitados. Por supuesto aceptamos, se ofreció a guardar nuestros cheques en su caja fuerte y preparó otros dos talones más de 1.000.000.- de pesetas, nominativos para Isabel y para mi, y guardó los cuatro talones en la caja fuerte, nos dio 250.000.-Ptas en metálico y llamó a Juan, para que nos llevara de compras ó a donde le indicáramos. Pasamos otro día libre con Juan, memorable, en la línea del anterior, pero esta vez si compramos ropa y varios caprichos, aparte de disfrutar del musculoso y enérgico cuerpo de Juan. Llegó el sábado, y nos ataviamos como de costumbre, fuimos introducidas en el maletero del coche, pues según nos contó nuestro amo la mansión a donde nos dirigíamos era de alguien muy importante y debía guardar el anonimato, por lo que no debíamos ver donde nos dirigíamos, no nos pareció raro y aceptamos con naturalidad. Una vez en la mansión, que por cierto era enorme y muy lujosa, nos subieron a una especie de escenario dotado con una gran cantidad de aparatos y utensilios a los que estabamos acostumbradas y la sesión y filmación transcurrió por lo cauces normales de las otras veces. Latigazos, tortura, violación, humillación, penetración múltiple repetida, vejación, zoofília, lluvias doradas, lavativas, coprofilia, penetraciones con puños, ... etc...y todo un amplio repertorio de depravaciones ya comunes para nosotras. Cuando todo parecía llegar a su fin, como otras veces, los asistentes estaban saciados y nosotras agotadas, nuestra ama se acercó a nosotras nos besó en los labios tiernamente y nos dijo que iba a preparar el número de despedida, sacó de una bolsa un consolador de latex de unos 50cm de largo y 8cm de diámetro, de los que usábamos para nuestros números lésbicos, es decir como dos enormes pollas unidas por la base y acabado por sus dos extremos en dos enormes capullos, e introdujo un extremo en mi coño y el otro en el de Isabel y nos ordenó pegar nuestros cuerpos al máximo de tal forma que nuestros labios vaginales se unieran y nuestros coños se repartieran la totalidad del consolador. A continuación unió con pequeños candados las anillas de los labios vaginales de Isabel a las mías, repitió lo mismo con las de nuestros pezones y con la de nuestro labio inferior de la boca, después hizo lo propio con las argollas de nuestros collares y tobilleras, quedando así las dos atadas la una a la otra por nuestros piercing y por nuestros correajes. Esposó entonces nuestras muñecas a la espalda e introdujo unos enormes vibradores en el culo de cada una de nosotras, los puso en marcha y los introdujo por completo dentro de nuestros culos hasta que desaparecieron totalmente en su interior, después selló con cinta adhesiva nuestros anos para evitar que los expulsáramos, de esta forma quedamos completamente atadas la una a la otra e inmovilizadas, a así inmóviles, de píe y expuestas al público en medio del escenario empezó la última sorpresa que habían preparado nuestros amos para nosotras. CAPITULO III - LA ULTIMA SORPRESA. Nuestra ama se acercó a nosotras y nos susurró al oído lo siguiente: - Os voy a contar mi última sorpresa, pero antes quiero agradeceros la gran cantidad de millones que nos habéis hecho ganar, más los que nos vais a hacer ganar esta noche, el dinero de vuestros cheques lo usaré para comprarme un deportivo, hace tiempo que deseo cambiar de coche. Intentamos protestar pero de nuestros labios unidos por los anillos solo salió unos gruñidos incomprensibles, ella reía a carcajadas, y continuó diciendo: - Que ingenuas, ¿creísteis de verdad que os íbamos a dar 32 millones?, ja ja ja...ahora vais a ser vendidas como lo que sois, putas esclavas, aquí pujarán por vosotras, desde traficantes de blancas que os venderán para engrosar el Harem de algún jeque, amos y amas caprichosos y muy crueles, gerentes de los burdeles sadomasoquistas más estrictos y refinados y hasta un director de películas Gore , que después de filmar la violación múltiple y tortura de sus protagonistas femeninas las decapita delante de la cámara. Os deseo suerte, falta os va a hacer. Dicho esto, nos quedamos las dos heladas, que imbéciles habíamos sido, el único consuelo es que compartiríamos destino pues éramos vendidas en un solo lote. Un escalofrío recorrió nuestros cuerpos cuando se abrió la puja, mientras los vibradores enterrados en nuestros culos, seguían martilleando nuestras entrañas a un ritmo infernal. Isabel y yo resignadas unimos nuestras lenguas en un interminable beso mientras nuestros ojos salpicados de lagrimas seguían la puja atentamente esperando un destino no demasiado cruel. (¿continuará?) ESTA HISTORIA ES INTERACTIVA, PODRÁ CONTINUAR COMO TU QUIERAS, ANIMAOS Y VOTAR POR UNA DE LAS SIGUIENTES OPCIONES, PARA CONTINUARLA, LA MAS SUJERENTE O LA MAS VOTADA, SERÁ LA BASE DE LA CONTINUACIÓN. Opciones: a: acabamos en un harém de oriente medio. b: Nos compran el director de cine Gore, y somos sacrificadas en directo. c: Nos compra la Madame de un Burdel sado-maso. d: otra...(Eligelá tu mism@) espero vuestros votos...Ciao.. |
Ref: a Bibi puesto el 20/2/99 0:34 |
oye, me darías tu e-mail para sugerirte propuestas de continuación, Tu ADMIRADOR SECRETO. Besos humedos en tu cuello. |
Ref: Bibí a Admirador puesto el 20/2/99 1:06 |
No tengo e-mail...pero puedes dejarlo en carne...Besos para tí...Ciao.. ¡No seas muy fuerte...que por lo visto molesta!.. :) |
Ref: @rr puesto el 20/2/99 2:52 |
Hay alguien? |
Ref: yoi a Bibí puesto el 20/2/99 10:02 |
¡¡ BIENVENIDA !!! sniffff, aunque no te acuerdas de mí, snifffffff .... |
Ref: emoticons para chateros puesto el 20/2/99 15:39 |
:-) Feliz :) Sapito ;-) Apachando el Ojo, Guiño 8--) Con Anteojos |-) Durmiendo ,-) Apacho 1 ojo |-o Bostezando al despertarse :-| Aburrido ;-( Llorando [ ] Abrazo 8-| Sorprendido :-D Riendose %-) Desvelado, o anteojos :-* Beso =:-) Punk :-o Bostezo :-O Wow, Asombro :-p Sancando la lengua :-& Secreto, lengua amarrada :-V Hablando :-( Triste :-c muy triste (:-) Calvo Sonriente :)))) Carcajada, sonrisa animada }):=D Alce @:-) Elvis =|:-)= Abraham Lincon :-)@@ Santa Claus :-# Con Frenillos !-) Ojo Morado o-) Ciclope (-: Zurdo ::-) Cuatro Ojos P:-) Con Gorra ):-) Risa Malvada ~(:-O) Bebe Llorando ('(((-( Un Pez ;-@ Enojado :-! Fumando :-{) Bigote [:-) Con Walkman :-) 8 Dolly Parton ==:-) Don King @-,'-- Una Rosa \_/? Una Tacita de Cafe \_/ Un Vasito |
Ref: yo puesto el 20/2/99 19:14 |
Ref: yo puesto el 20/2/99 19:14 |
ALGIEN DE CORUÑA |
Ref: AleX puesto el 20/2/99 19:58 |
Me gustaría hablar con una chica para lo que ella quisiera, dejame mensaje, no tengo mucho tiempo Un besito, donde querais... |
Ref: A.S./Bibi puesto el 20/2/99 21:39 |
Que alegria de tu regreso...!Y que honor...!(Y que sigas igual tambien...) Al estupido/a (seguramente /o, que pretendio suplantarme, ni caso...Gracias a Dios que me dio por curiosear hoy en W-Carne...que descubri el timo...Coincidencias de la vida, porque te puedo jurar que no curioseo esta página sabe Dios cuanto...pero me alegro...por supuesto....! Ya me "copie" tu texto (como podrias imaginar), y esperare ansioso lo demas... Un besote... |
Ref: Smet puesto el 20/2/99 22:32 |
Hay alguien tras esta linea? |