Ref: La tienda vaquera puesto el 8/1/05 19:06 |
La mañana del sábado, salí a comprar unos pantalones vaqueros en las rebajas, era una mañana de invierno soleada, se estaba bien en la calle, no me gusta mucho ir de tienda en tienda, suelo comprar rapidamente, pero no encontraba nada que me gustase.
Despues de pasar por tres establecimientos y salir sin lo que buscaba, me acordé de una pequeña tienda de ropa vaquera a la que había ido en una ocasión, decidí que sería mi última opción antes de regresar a casa. - Hola buenos días - Buenos días ( respondía la joven y atractiva dependienta) - Quería unos pantalones vaqueros... La joven , muy atenta, sacó varios modelos y me indicó un vestuario para probarmelos. - esta talla me esta algo pequeña, ¿no tiene una mayor? La joven enseguida me trajo dos pantalones y entreabriendo la cortinilla del vestuario me los dio, por el espejo vi que se quedaba unos segundos bajando la vista hasta mi boxer y que no la cerraba del todo. Me probé uno de los vaqueros, no estaba mal , decidí quedarmelo, pero cuando me lo estaba quitando vi reflejada en el espejo a la joven dependienta, mirandome disimuladamente desde el mostrador, mientras hacía que doblaba los vaqueros. Decidí probarme los otros pantalones, al sentirme observado me estaba excitando y quería que ella siguiese viendome. - Estos me estan algo extrechos, no entran bien. - Es la misma talla que los otros, me habré confundido, dejeme ver. La chica entreabrió mas la cortinilla y asomandose miro el vaquero, en ese momento tenia una erección lo que impedia que pudiese subirme del todo el pantalón, ella sujetó el vaquero de la cintura e intentó subirlo, pero golpeó en el abultado boxer, lo que hizo que un ligero quejido saliese de mi garganta. - Lo siento ( dijo ella, mientras me subia el vaquero con mas delicadeza) Su dulce voz me excitó aun mas, ella quería conseguir que me entrase el vaquero, por lo que ingenuamente puso una mano en el boxer y presionó sobre mi pene para que utilizando su mano como un calzador pudiese ajustar el pantalón. Su intento fue inutil, consiguió justo lo contrario, mi polla creció más aun, el glande casi asomaba por la cinturilla del boxer. Ella de rodillas delante de mi intentaba subir con suavidad el vaquero, desde arriba la miraba su exuberante escote en el que dos grandes tetas oprimidas luchaban por liberarse, los botones de su camisa parecian que iban a saltar de un momento a otro, por lo que decidí evitar que tuviese que coserlos despues. Acerqué una mano al escote y desabroche el primer botón, seguí con el segundo en el mismo instante en el que la dependienta de pantalones vaqueros comenzó a acariciar mi abultada polla pasando su tirna mano de un lado a otro en movimientos cadenciosos . Mi mano repitió los movimientos sobre sus tetas presionando en sus excitados pezones; la joven sin darme cuenta había sacado la verga del boxer y la pejeaba con un ritmo rápido mientras la contemplaba golosa, fue visto y no visto, se la introdujo en la boca y me la chupó como nunca me lo habian hecho, yo la quité el sujetador y la magree una y mil beces las tetas... Ella apenas tendría 20 años pero su tecnica de succión era increible, la acaricié su cara, su cabello, sus hombros desnudos... acerqué mis labios a su oreja y la dije gimiendo de placer que no aguantaba más.... Elisa, así me dijo despues que se llamaba, aceleró sus lamidas, y me pajeo rapidamente con su mano derecha... un rio de placer estalló en sus labios, no se paró, continuó succionando hasta que un segundo rio llenó su boca... La dije que queria metersela y ella me empujó sentandome en el pequeño banco del probador, se quitó los pantalones, bajó su tanga y se sentó sobre mi, clavandose de una vez la polla erecta... mi lengua deboró sus pezones, mis dedos estrujaron sus nalgas, ella saltaba ensartandose en el pene una y otra vez... no se cuanto tiempo pasamos allí, a los dos nos caian gotas de sudor de la cara.. Elisa me mordío un hombro mientras se corria, yo no deje que parara de moverse hasta que un nuevo orgasmo me vino, regandola esta vez su joven almeja depilada... La joven se arrodilló, me subió el vaquero y sonrió satisfecha al comprobar que me estaba perfectamente, compré los dos pantalones y desde ese día, creerme, esa es mi única tienda de ropa vaquera. Fín. |