Ref: para Cariñazo puesto el 6/4/01 0:18 |
dónde estás? |
Ref: puesto el 6/4/01 2:37 |
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Ref: Belfegor puesto el 6/4/01 7:56 |
Sé que es difícil de creer por tratarse de una situación harto recurrente en guiones de malas películas y peores novelas, pero tal como me ocurrió ayer por la tarde os la cuento… Trabajo en una entidad financiera de primer orden, en la planta 18 de un edificio de 26 plantas, de esos supermodernos con ascensores de alta velocidad que te trasladan en un santiamen desde la planta baja al último piso. Frecuentemente debo volver a trabajar por la tarde y en esas ocasiones salgo a comer a un restaurante cercano y vuelvo aproximadamente una hora después. Pues bien, como todos esos días ayer volví al trabajo y al subir al ascensor coincidí con Montse, secretaria personal de un importante subdirector general. Viajábamos los dos solos. - Bona tarda - Bona tarda. Yo conozco bastante superficialmente a Montse. Lo máximo a lo que he llegado es a invitarla a un café a la hora del almuerzo en la cafetería de la empresa. Debo decir que se trata de una chica preciosa de 28 años aproximadamente, casada desde hace poco tiempo y sin hijos. Su pelo en forma de media melena es rubio es muy fino. Ojos verdes, grandes de esos que te atraviesan con su mirada. Su cuerpo es escultural. No lo puedo asegurar, pero juraría que sus medidas se acercan mucho al ideal del 90-60-90. La situación es la típica en el interior de un ascensor de empresa. Yo marco mi piso, el 18, y ella, a su vez oprime ligeramente el botón de la planta 12 que, de inmediato, se ilumina. Ambos nos echamos hacia atrás de cara a la doble puerta del ascensor hasta que nuestra espaldas tocan con la pared metálica. No se porqué, pero en esas situaciones, si no tienes demasiada confianza con la otra persona, siempre aparece cierta timidez y la mirada vaga por el habitáculo o se fija en la pantalla por la que van apareciendo sucesivamente los pisos como si se tratara de un programa de T.V. interesantísimo. En esas estábamos cuando, de repente, el ascensor se detiene bruscamente mientras en el monitor estaba encendido el número siete. Las puertas permanecen cerradas. - ¡Vaya! - Dice Montse - ¡Ostras! - Exclamo yo Al unísono nos dirigimos a la botonera a marcar los pisos respectivos ya que los dos se han apagado al mismo tiempo que el ascensor se detenía. No se encienden. - Vaya, hombre, si que estamos bien - digo mientras sigo probando con los botones - Bueno, esperemos que lo arreglen enseguida. - Si. ¿Llamamos por el interfono? - contesta - Será lo mejor. Igual ni se han enterado de que nos hemos detenido. Abro una trampilla en cuyo interior se encuentra un teléfono. Lo descuelgo y me lo llevo al oído. - ¿Oiga? - nadie contesta - ¿Oiga? - Repito - ¿Si? - contesta una voz al otro lado del teléfono. - Que estamos atrapados en el ascensor - digo a la voz anónima - Ya nos hemos dado cuenta. No se preocupen que enseguida lo pondremos en marcha. - Dicen que enseguida lo ponen en marcha - informo a Montse. - Bueno, ¡ojalá no tarden! - No, no creo que tarden mucho. Ambos volvemos a nuestros pensamientos mientras yo sigo pulsando los botones al azar. Transcurren unos minutos sin ninguna novedad. - Ya tardan ¿no? - dice Montse - Bueno, deben estar arreglándolo - contesto. Cinco o seis minutos después, miro a Montse y veo que ha empezado a palidecer, su piel está brillante y su respiración algo agitada. - ¿Estás bien? - pregunto. - La verdad es que no. ¿Sabes? Tengo un poco de claustrofobia - No te preocupes, ya verás como enseguida estamos fuera. - Ojalá - contesta Pasan unos minutos más. Del exterior no llega señal alguna que nos dé esperanzas. Montse, cada vez más nerviosa, descuelga el interfono. - ¿Oiga? - dice muy bajito. - ¿Hay alguien ahí? - Si, aquí la zona de seguridad. No se preocupen que los técnicos de mantenimiento ya están trabajando y los sacarán en unos minutos. ¿Cuántos son? - Dos, somos dos - dice Montse en un hilo de voz - No tarden, por favor. - Si, no se preocupen es cuestión de unos momentos. Montse no parece estar más calmada después de esta conversación. Pasan unos cuentos minutos más. - Augusto… - dice - Dime - Te parecerá ridículo, pero tengo mucho miedo. Es superior a mi. ¿Te importa cogerme de la mano? - Claro que no - contesto - Intenta pensar en otra cosa - le digo Mientras, mi mano izquierda coge la suya, paso mi brazo derecho sobre sus hombros atrayéndola hacia mi. Ella, a su vez, me rodea con su brazo acercando su cuerpo al mío hasta llegar a rozarlo. Ambos nos detuvimos ahí mientras yo pasaba mi mano por su espalda acariciándola por encima de la ropa para intentar calmarla. En esa posición estuvimos unos momentos. Poco a poco, Montse fue acercándose cada vez más apretando su cuerpo contra mí. En un instante nos encontramos los dos abrazados, su pecho aplastado contra el mío, su cabeza sobre mi hombro mientras sentía, como, embriagador, el olor de su pelo me iba invadiendo haciendo que mi estómago se contrajera ante esa sensación tan conocida de la líbido desenfrenada. Otras partes de mi cuerpo se despertaban a su vez a la llamada del instinto básico. Muy despacio, como por casualidad bajé mis labios hasta su cuello. Lo rozo con los labios susurrando… - tranquila…- Ella echa su cabeza hacia un lado ofreciéndome una porción más generosa para mis labios. Casi desinhibido, beso con fruición su cuello delicado. Montse empieza a moverse contra mi cuerpo. Noto como sus pechos van endureciendo al ritmo de mis besos. Levanta la cabeza y veo su rostro más relajado. Los ojos entornados, sus labios jugosos medio abiertos, insinuantes. Muy despacio nuestras bocas se unen en un delicado beso que por instantes se hace más y más arrebatador. Mis manos levantan su camisa por detrás y se pierden debajo de la ropa acariciando la piel de su espalda que, poco a poco, va abandonando el trémolo de angustia que la dominaba hace solo un momento . Separo la cinturilla de su falda hasta llegar a sus glúteos. Montse no pierde el tiempo. Sus manos, juguetonas se dirigen hacia mi bragueta cuando y al mismo tiempo que baja la cremallera, de repente, resuenan unos golpes al otro lado de la puerta - ¿Hay alguien ahí? - preguntan - ¿Será gilipuertas…? ¿Dónde quiere que estemos? - pienso - Nos ha pillado por sorpresa. Nuestras caras reflejan a todas luces el susto y la frustración que ha provocado la irrupción de los técnicos. Montse se aparta bruscamente de mí mientras, precipitadamente, intenta recomponer su figura introduciendo su camisa bajo la falda y arreglando su cabello. Yo, por mi parte, cierro rápidamente la cremallera de mi bragueta y, ajustando el nudo de mi corbata exclamo con vox entrecortada… - Sssí … , aquí estamos. Al cabo de pocos minutos se abre la puerta apareciendo la cara sin afeitar de un técnico de mantenimiento. - Bueno, ya estamos aquí. Pueden salir… ¡ostras, qué calor hace aquí dentro! ¡Menos mal que hemos tardado poco tiempo, si no, los encontramos como dos pajaritos! ¡Ja, ja, ja!. No digo nada. Solamente miro a Montse que, abiertamente, corresponde a mi mirada - Gracias - dice - No hay de qué. Ya sabes… Ese "ya sabes" lleva implícita una invitación aunque sé de antemano que un encuentro como el que acabamos de tener no volverá a repetirse y menos premeditadamente. A partir de ahora, cuando suba al ascensor voy a mirar a mi alrededor con la esperanza de Montse vuelva a acompañarme en ese corto viaje, aunque esta vez con un destino diferente y mucho más grato todavía… |
Ref: Belfegor puesto el 6/4/01 8:00 |
Cari, tráemelo, tráemelo, que me acabo de comprar una de esas tijeras de capar bien afilas…
Al negrito se le va a acabar el fornicio y, sobre el don de lenguas, del francés va a tener que olvidar la voz pasiva…. |
Ref: cariñazo/ al de las 0:18 puesto el 6/4/01 18:09 |
Aquí mismamente. Y apreparándome pa la invasión de tus paisanos en estas fiestas. Bueno, sólo hasta el miércoles, que alueguito.... pos yo también me voy a invadir toíto lo que me dejen y a pasear este mi cuerpo serrano por esos mundos de allure, charme & perdiçao (o eso se pretende...) :-) *** (patí) |
Ref: cariñazo / Belfegor puesto el 6/4/01 18:11 |
En eso estamos, en eso estamos, apagnándole el pasaje al Negrito por cierto, dice que el episodio del ascensor tiene algunos cortes de censura... (jeje) mu bueno lo tuyo ;-) *** |