Ref: Mossèn puesto el 24/1/02 9:22
RIIIIIIING
RIIIIIIING

Buen día.
Ref: puesto el 24/1/02 14:18
El silencio de las ovejas
Ref: Mossèn puesto el 24/1/02 15:38
És, de los corderos.
Ref: puesto el 24/1/02 19:39
¡Nooo!
¡No lo sabía!
Ref: puesto el 24/1/02 20:57
La compañía sevillana de aviación Air Consul ha presentado dos querellas contra funcionarios de la Dirección General de Aviación Civil -dependiente del Ministerio de Fomento- por no renovarles la licencia de su escuela europea de pilotos. El director general de la empresa, Roberto Manuel García, acusa a Aviación Civil y al delegado en Sevilla de Seguridad en Vuelo, Emilio Mora, de someter a su empresa a una persecución por no aceptar un presunto chantaje de certificaciones de reparaciones no realizadas en los aviones. Mora afirma que ha puesto el caso a disposición de los abogados del Estado. Air Consul es una pequeña empresa de avia-ción que se implantó en Sevilla hace dos años y medio con dos aviones y licencia para ejercer como aerotaxi. Hoy extiende sus actividades al alquiler de aviones y la enseñanza del pilotaje y otras actividades aeronáuticas. Su director general, Roberto Manuel García, asegura que está sufriendo una persecución que ha dejado su empresa sin licencia para seguir impartiendo cursos de piloto, azafata y mecánica de aviones por el hecho de no ceder a lo que considera un chantaje del delegado en Sevilla de Seguridad en Vuelo, Emilio Mora. Según García, Mora derivaba las obligatorias revisio-nes de los aparatos de la empresa al taller de un amigo suyo, taller que García califica como "inexistente" y considera una tapadera para que el funcionario público presuntamente cobrase por expedir el certificado de las reparaciones. García asegura que esta práctica "es habitual en el espacio aéreo español y causa numerosos accidentes en aeronaves pero pocos se atreven a denunciarlo". Él mismo se sometió al prin-cipio a este sistema hasta que descubrió, según su versión, una grieta en el tren de aterrizaje de uno de sus aviones que podía haber costado un accidente mortal. Entonces pidió licencia para montar su propio taller de reparaciones, licencia concedida por ins-pectores de la Dirección General de Aviación Civil de Madrid. Según García, ése fue el comienzo de la persecución a que dice lo somete Mora y que lo llevó a una escalada de tensiones que culmina cuando a principios de 2001 una inspección de Aviación Civil realizada tanto a Air Consul como a la delegación de Seguridad en Vuelo -organismo dependiente de Aviación Civil- acaba sin explicar sus conclusiones. Retirada de licencia García presentó querella contra los funcionarios que realizaron la inspección por falsedad en documento público, prevaricación y tráfico de influencias. En julio de 2001, además, los inspectores de Aviación Civil encargados de renovar o retirar la licencia para la enseñanza de pilotos deciden no renovar la que tenía Air Consul hasta entonces como Centro Europeo de Enseñanzas Aeronáuticas; es decir, el permiso para continuar sus actividades como escuela de pilotos dentro de la categoría reconocida para toda la UE. Una decisión que, según García, ha llevado a la compañía a cerrar 2001 con unas ventas de unos 1,2 millones de euros, en lugar de los tres millones previstos. Air Consul emplea a 40 personas. Emilio Mora asegura que "todo el mundo relacionado con la aeronáutica en Andalucía tiene problemas con Roberto Manuel García". El delegado de Seguridad en Vuelo en Sevilla afirma que Air Consul sigue teniendo en marcha su propio taller autorizado y que la renovación de la licencia para la enseñanza aeronáutica no depende de la delegación que dirige, sino de los inspectores designados al efecto, "que son de Valencia y de Santiago de Compostela. Yo ni siquiera conozco el informe emitido para no renovarle el permiso por lo que ignoro las causas", añade. Emilio Mora asegura que ha puesto el asunto en manos de los abogados del Estado por si tienen a bien querellarse. Así las cosas, García movilizó incluso a sus propios alumnos y se concentró la semana pasada con ellos y sus empleados en Madrid ante el Ministerio de Fomento, sin conseguir que nadie les atendiera, pese a que llegó a abordar físicamente a algún alto funcionario de la Dirección General de Aviación Civil. El empresario ha dirigido cartas al presidente del Gobierno, José María Aznar, y al ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, solicitando una comisión de investigación sobre su caso en el seno del Gobierno. El Ministerio de Fomento no ha contestado a los requerimientos de este periódico para que se pronuncie sobre el conflicto. El papel de las delegaciones de Aviación Civil En España, la normativa sobre seguridad en vuelo es una transposición literal de lo que dicta la norma estadounidense como primera potencia mundial en materia de investigación en seguridad aérea. Los aparatos están obligados a realizar reparaciones periódicas bajo la responsabilidad de las distintas delegaciones territoriales de Aviación Civil, llamadas específicamente delegaciones de Seguridad en Vuelo. Según el presidente de Air Consul, el problema no existe en las grandes aerolíneas de pasajeros porque cuentan con sofisticados equipos propios de inspección y reparación, pero sí en las aeronaves pequeñas que dependen del dictamen "personal" de los delegados territoriales de Seguridad en Vuelo. "Es muy fácil convencer a empresarios agrícolas de que den dinero a cambio del certificado de reparación que les permite fumigar de nuevo", afirma. "En la manifestación de Madrid se nos unió espontáneamente un piloto de helicóptero que fue despedido por negarse a volar en una aparato en mal estado. A la semana siguiente murieron dos compañeros suyos en el mismo aparato", cuenta. "Cuando hay un accidente la culpa se la están echando a los pilotos", añade. -----------------------