Ref: Ya esta bien,creo puesto el 17/7/00 0:39
Hola,buenas noches. Estoy de acuerdo con un chico/a que no firmo su escrito ayer,pero creo que es justo,no hace falta insultar a nadie,por su forma de escribir,o como es,cada uno somos diferente y tenemos cada cual una forma de entender la vida,pero creo que ya esta bien de meterse con la gente,y MENDA,por lo que la conosco,es una persona muy especial y genial,siento si alguien no esta de acuerdo conmigo, bueno es mi opiñion,si alguien tiene alguna duda,creo que no la conoce de verdad....un besote ,MENDA y sigues como eres,no cambiess, un besote muy grande y cuidate preciosa
Ref: 24000 puesto el 17/7/00 0:43
qué quieres que te diga; si alguien mete un scroll como el que metió la menda la banean del chat de por vida; o sea, que no le veo la gracia
Ref: Cisne puesto el 17/7/00 1:41
jajajajajaja
Ref: JOER puesto el 17/7/00 4:52
HOS HABEIs PASAO POR METEOS CON UNA CHICA POR LA MANERA DE ESCRIBIR. YO SINCERAMNTE TENGO 13 AÑOS PERO AHORA ESTOY CON UNA CHICA MUY ESpECIAL Y ME JODERIA QUE LA GENTE SE QUEJARA POR LA MANERA DE ES CRIBIR. A SI QUE ESPERO QUE NO OS VOLVAIS A PASAR CON ELLA. BUENO Y TADOS LOS DEMAS ESPERO QUE SE LO PASEN BIEN EN ESTE PASO PAGINA. OS ESPERO EN EL ICQ 78756353 BUENO TI@S ADIOS Y ESPERO QUE NOS LLEVEMOS BIEN. CIAO
Ref: puesto el 17/7/00 10:55
ytjftdhhhhfhfc
Ref: PEPILLO al de las 10:55 puesto el 17/7/00 11:04
Es lo más sensato que he leido en estas páginas desde hace bastante tiempo.
Ref: Cisne puesto el 17/7/00 14:09
Ref: Cisne puesto el 17/7/00 14:18
No se ,si te referias a mi pepillo,pero de todas formas gracias,creo que ya esta bien de meterse con la gente. Y,aunque es una cosa que no es conmigo,siento manera de insultar a una buena amiga. Venga sin mas un besote ,para los amigos del chat.
Ref: puesto el 17/7/00 18:52
Ref: 12º/¿? puesto el 17/7/00 19:58
P O E S I A Los motivos del Lobo El varon que tiene el corazón de lis, alma de querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís, está con un rudo y torvo animal, bestia temerosa, de sangre y de robo las fauces de furia, los ojos de mal: El lobo de Gubbia, el terrible lobo. Rabioso ha asolado los alrededores, cruel ha deshecho todos los rebaños; devoró corderos, devoró pastores, y son incontables sus muertes y daños. Fuerte cazadores armados de hierros fueron destrozados. Los duros colmillos dieron cuenta de los más bravos perros, como de cabritos y de corderillos. Francisco salió; al lobo buscó en su madriguera. Cerca de la cueva encontró a la fiera enorme, que al verlo se lanzó feroz contra él. Francisco, con su dulce voz, alzando la mano, al lobo furioso dijo: "Paz, hermano lobo! " El animal contempló al varón de tosco sayal; dejó su aire arisco, cerró las abiertas fauces agresivas, y dijo: "¡ Está bien, hermano Francisco! " "¡Cómo! "- exclamó el santo -."¿Es ley que tú vivas de horror y de muerte? ¿La sangre que vierte tu hocico diabólico, el duelo y espanto que esparces, el llanto de los campesinos, el grito , el dolor de tanta criatura de Nuestro Señor? ¿No has de contener tu encono infernal? ¿Vienes del infierno? ¿Te han influido acaso su rencor eterno Luzbel o Belial? Y el gran lobo humilde: "¡Es duro el invierno, y es horrible el hambre! En el bosque helado no hallé que comer; y busqué el ganado, y a veces comí ganado y pastor. ¿La sangre? Yo vi más de un cazador sobre su caballo, llevando el azor al puño; o correr tras el jabalí, el oso o el ciervo; y a más de uno vi mancharse de sangre, herir, torturar, de las roncas trampas al sordo clamor, a los animales de Nuestro Señor. Y no era por hambre, que iban a cazar". Francisco responde:- En el hombre existe mala levadura. Cuando nace viene con pecado. Es triste. Más el alma simple de la bestia es pura. Tú vas a tener desde hoy que comer. Dejarás en paz rebaños y gente en este país. ¡ Que Dios melifique tu ser montaraz! - Está bien, hermano Francisco de Asís. - Ante el Señor, que todo ata y desata, en fe de promesa tiéndeme la pata. El lobo tendió la pata al hermano de Asís, que a su vez le alargó la mano. Fueron a la aldea. La gente veía y lo que miraba casi no creía. Tras el religioso iba el lobo fiero, y baja la testa, quieto le seguía como un can de caza, o como un cordero. Francisco llamó a la gente a la plaza y allí predicó. Y dijo: "He aquí una amable caza. El hermano lobo se viene conmigo; me juró no ser ya nuestro enemigo, y no repetir su ataque sangriento. Vosotros, en cambio, daréis su alimento a la pobre bestia de Dios.- ¡Así sea!, contestó la gente toda de la aldea. Y luego, en señal de contentamiento, movió testa y cola el buen animal, y entró con Francisco de Asís al convento. Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo en el santo asilo. Sus vastas orejas los Salmos oían y los claros ojos se le humedecían. Aprendió mil gracias y hacía mil juegos Cuando a la cocina iba con los legos. Y cuando a la cocina iba con los legos. Y cuando Francisco su oración hacía el lobo las pobres sandalias lamía. Salía a la calle, iba por el monte, descendía al valle. Entraba en las casas y le daban algo. Mirábanle como a un manso galgo. Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo, desapareció; tornó a la montaña, y recomenzaron su aullido y su saña. Otra vez sintióse el temor, la alarma, entre los vecinos y entre los pastores; colmaba el espanto los alrededores. De nada servían el valor y el arma, pues la bestia fiera no dio treguas a su furor jamás, como si tuviera fuegos de Moloch y de Satanás. Cuando volvió al pueblo el divino santo, Todos le buscaron con quejas y llanto, y con mil querellas dieron testimonio de lo que sufrían y perdían tanto por aquel infame lobo del demonio. Francisco de Asís se puso severo. Se fue a la montaña a buscar al falso lobo carnicero. Y junto a su cueva halló a la alimaña. -"En nombre del Padre del sacro universo, conjúrote - dijo - ¡Oh lobo perverso!, a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal? Contesta. Te escucho"-. Como en sorda lucha, habló el animal, la boca espumosa y el ojo fatal: -¡ Hermano Francisco, no te acerques mucho… Yo estaba tranquilo allá en el convento, al pueblo salía, y si algo me daban estaba contento y manso comía. Mas empecé a ver que en todas las casas estaban la envidia, la saña, la ira, y en todos los rostros ardían las frases de odio, de lujuria, de infamia y mentira. Hermanos a hermanos hacían la guerra, perdían los débiles, ganaban los malos, hembra y macho eran como perro y perra, y un buen día todos me dieron de palos. Me vieron humilde, lamía las manos y los pies. Seguía tus Sagradas Leyes, todas las criaturas eran mis hermanos: Los hermanos hombres, los hermanos bueyes, hermanas estrellas y hermanos gusanos. Y así, me apalearon y me echaron fuera. Y su risa fue como un agua hirviente, y entre mis entrañas revivió l fiera, y me senti lobo malo de repente; mas siempre mejor que esa mala gente. Y recomencé a luchar aquí, a me defender y a me alimentar. Como el oso hace, como el jabalí, que para vivir tiene que matar. Déjame en el monte, déjame en el risco, déjame existir en mi libertad, vete a tu convento, hermano Francisco, sigue tu camino y tu santidad!" El santo de Asís no le dijo nada, le miró con una profunda mirada, y partió con lagrimas y con desconsuelos, y habló a Dios eternocon su corazón. El viento del bosque llevó su oración, que era:"Padre nuestro, que estás en los cielos..." Que los muertos descansen en paz (Laß die Verstorbenen ruhen) ¡Muere, Filidor! ¿por qué no moriste por tu deseo? El coro de promesas de las musas anunciaba herederos a tu nombre, aunque pensara Florilis que ninguno se lamentaría por ti. Florilis, ciertamente, reirá con tu muerte; y, de seguro, chistes contará encima de tu ataúd y brincará, vitoreará y cantará sobre tu tumba. Si alguien menciona tu nombre, tras tu muerte, como, cuando o donde sea, ella se burlará sobre tu lápida, ella misma sacudirá tus roídos huesos. Mas orgullosa niña, no imagines que te dejaré ir así. Un rostro espectral, parecido al mío, te atormentará; te perseguirá mi fantasma e irá a la cama contigo. Un opresivo sueño te despertará frecuentemente. Con dificultad creerás cómo entonces puedo asustarte: Haré miserable tu vida con lamentos y golpes. Si por la mañana te econtraran contusiones, di que te las hice por vengarme. Si caes enferma te atormentaré en tus pensamientos. Mas vale entonces te corrijas mientras tiempo hay para hacerlo. Si me desvaneces en las aguas vaporosas del Aquerón no tendrá sentido quejarse cuando te atormente mi fantasma. La novia de Corinto Provenía de Atenas un joven que llegó a Corinto, donde nadie lo conocía. Él contaba con la amable recepción de uno de sus habitantes: sus padres estaban unidos por la hospitalidad, y habían convenido, mucho tiempo atrás, el matrimonio de una y otro: su hija y su hijo. Pero, ¿sería bienvenido aún si no compra con cariño este favor? Él es todavía pagano, como los suyos; pero ellos ya son cristianos y se han bautizado. Cuando nace una nueva fe, el amor y la fe jurada, frecuentemente, se destruyen como una mala yerba. Ya la casa entera reposa; padre e hijas; sólo la vigilia es de la madre; que recibe con diligencia al huésped: de inmediato lo conduce a la habitación más bella. Previniendo sus deseos , le presenta los vinos y manjares más preciados. Tras atenderlo, ella le desea una buena noche. Pese al buen alimento servido, él no siente deseo alguno de comer; la fatiga lo hace rechazar manjares y bebida. Y, vestido, se recuesta en el lecho. Casi está dormido cuando un huésped extraño se introduce en la recámara por la puerta abierta. Al resplandor de la lámpara ve avanzar por el cuarto a una joven silenciosa y púdica, cubierta de un velo y un vestido blancos; una lazo negro y oro ciñe la frente. Cuando ella lo percibe se azora y estremece y alza blanca su mano. "Soy, entonces --clama ella--, tan extraña en mi propia casa que para nada me avisan la presencia de un huésped? Es así, ay, que se me tiene encerrada en mi celdilla, y que mientras, aquí, se me cubre de vergüenza. Pero sigue reposando en tu lecho, me alejaré con la rapidez con que vine" "Quédate, bella joven", grita él levantándose con precipitación. "He aquí los dones de Ceres, he aquí los de Baco, y he aquí, querida niña, que tu traes el amor. ¡Estás pálida de miedo! Ven, querida, joven, ven y gustaremos juntos los goces divinos" "Quédate lejos de mí, buen hombre, deténte. Yo no estoy consagrada a la alegría. El último paso, ay, fue dado por mi querida madre: vencida por la enfermedad, ella hizo al mejorar el juramento de que mi juventud y mi cuerpo serían ofrecidos, de inmediato, al servicio del cielo. "Y apenas el brillante cortejo de los antiguos dioses partió la casa quedó en silencio. Ya no se adora más que a un solo Dios invisible en el cielo, Salvador sobre la cruz; a quien nadie aquí le ofrece en sacrificio toros o corderos sino víctimas humanas en cantidad infinita." Y él le pregunta y reflexiona todas sus palabras; ninguna escapa a su espíritu. "¿Será posible que en esta callada habitación frente a mí esté mi novia bien amada? ¡Sé mía entonces ! Los juramentos de nuestros padres nos valieron ya la bendición del Cielo." "No soy yo quien te está destinada, buen hombre; se reservó para ti a mi más joven hermana. Cuando en mi celdilla silenciosa sea librada a mis tormentos, en sus brazos, piensa en mí; en mí que no pienso sino en ti, que me consumo de amor y que, pronto, me iré a esconder bajo la tierra." "No, lo juro por esta flama que desde ahora Himeneo hace por nosotros brillar: tú no estás perdida, ni para mí ni para el placer, y tú me acompañarás a la casa de mi padre: bien amada, quédate aquí; celebra conmigo, en este mismo instante, aunque inesperado, nuestro festín nupcial!" Entonces intercambiaron ellos los gajes de la fidelidad: ella le tiende una cadena de oro y el desea ofrecerle una copa de plata de arte incomparable "¡Esta copa no es para mí; pero te pido me regales un rizo de tus cabellos!" En ese momento suena la hora lúgubre de los espíritus, y entonces, solamente, la joven parece sentirse a gusto. Ávidamente, de sus labios pálidos, ella bebió el vino de un rojo sombrío como la sangre. Pero del pan de trigo que él le ofreció amablemente, no tomó la menor migaja. Y ella tiende la copa al joven, quien, como ella, la vacía de un solo trago, golosamente. Y durante esa comida silenciosa, él le solicita su amor. Su pobre corazón, ay, estaba enfermo de amor. Pero ella se resiste a toda súplica hasta que él se echa a llorar en la cama. Y viene ella y se tiende cerca de él. "¡Ay, cómo sufro de ver tu tormento. Pero, ay, si tocas mis miembros sentirás estremecido lo que te escondí: blanca como la nieve pero fría como el hielo es la amante que tu has escogido!" Él la toma con ardor en sus vigorosos brazos, llevado por la fuerza de su joven amor. "Espera entonces recalentarte más cerca de mí todavía, aunque sea la tumba quien te haya enviado hacia mí. Mezclemos nuestros alientos, intercambiemos nuestros besos, que nuestro amor se desborde! ¿No te inflamas al sentir la llama que me devora?" Más fuerte aún los unió el amor: las lágrimas se mezclaron a sus arrebatos. Con avidez ella aspira el fuego de sus labios, y ninguno se siente vivir si no es en el otro. Con la furia amorosa del joven la sangre congelada de la muchacha se recalienta; pero en su pecho el corazón sigue inmóvil. Mientras tanto la madre, retrasada por los cuidados del aseo, pasa aún con suave marcha por el corredor frente al cuarto. Escucha tras la puerta, oyó largo tiempo esos sonidos extraños: voces voluptuosas y lamentos de un novio y de su prometida, balbuceantes insensatos del amor. Ella permanece de pie, inmóvil, frente a la puerta, porque ante todo desea convencerse plenamente: escucha colérica los juramentos de amor más solemnes, las palabras de amor y de promesa: "¡Silencio, el gallo despierta!" "--Pero la noche que viene ¿vendrás de nuevo?" Y besos sobre besos. La madre no puede contener más tiempo su indignación, abre con rapidez la bien sabida cerradura. "¿En esta casa hay entonces hijas perdidas, capaces de entregarse así de pronto al extraño?" Abre la puerta, entra. y a la luz de la lámpara distingue, oh Cielos, a su propia hija. Y el joven, en el primer momento de terror, quiere cubrir con su velo a la muchacha, esconder bajo el tapiz a la bien amada. Pero ella se defiende y libera con prontitud como con la fuerza de un espíritu su alta estatura se yergue lentamente sobre el lecho. Madre, madre", dice con una voz sepulcral, "¿me reprocha, entonces, esta noche tan bella? Me expulsa usted de esta cama cálida? ¿Sólo desperté para entregarme a la desesperación? ¿Ya no le satisface en buena hora haberme amortajado en un sudario y depositado en la tumba? "Pero una ley que me es propia me impulsa fuera de la fosa estrecha al duro manto de la tierra. Los cantos salmodiados por tus sacerdotes y su bendición no tienen efecto alguno. El agua y la sal son incapaces de extinguir los ardores juveniles y, ay, la tierra no enfría el amor. "Este joven me fue prometido, cuando en pie estaba todavía el templo de la amable Venus, Madre, y usted faltó a su promesa ligándose por un juramento bárbaro y sin valor. Porque ningún Dios acogerá a una madre que jura rehusar la mano de su hija. Una fuerza me arroja fuera de la fosa para buscar todavía los bienes de los que me despojaron, para amar aún al esposo ya perdido y para aspirar la sangre de su corazón. Y cuando éste muera, me pondré en busca de otros y mis jóvenes amantes serán víctimas de mi deseo furioso. "Bello joven, tus días están contados. Morirás de languidez, en este sitio. Te regalé mi collar, yo me llevo el rizo de tus cabellos. Míralo bien: mañana tus cabellos estarán grises; solamente en la tumba renegrecerán. "Escuche, ahora, madre, mi última plegaria: Haga levantar una hoguera, abra la estrecha tumba donde me ahogo, y dé reposo a los amantes entregándolos al fuego. Cuando la chispa salte, cuando ardan las cenizas, nos elevaremos hacia los antiguos dioses. Es imponente el reclamo de amor de la joven vampira hace 200 años: erguida sobre el lecho se lamentaba de un Dios que prefería sacrificar hombres que ofrendas. Goethe preludiaba la orfandad de un mundo en el que los hombres buscarían en la noche y entre los muertos vivos una eternidad y una luz que se les escapaba como arena entre los dedos.
Ref: puesto el 17/7/00 20:19
Ahora sí, ya estamos todos.
Ref: chano puesto el 17/7/00 23:00
Estoy solo y aburrido en Madrid, si alguna tiene cualquier sugerencia para las tardes noche de julio en Madrid. que me lo diga, se lo agradeceré chanomad@latinmail.com