Me encanta la música de películas, me gustan Alex North y John Barry, me entusiasman Nino Rota y Bernard Herman, disfruto escuchando a John Williams y Danny Elfman. Hace varios años que colecciono bandas sonoras. Era un tema que me tenía preocupado, pero al mismo tiempo me parecía una baza importante a la hora de llevar a buen puerto la película. Desde luego no estaban a mi alcance los efectos especiales que utiliza Zemeckis, ni puedo usar cientos de especialistas y decenas de días para rodar un tiroteo como John Woo, pero... ¿qué me impedía tener una acojonante música sinfónica?. Sólo precisaba de un tío con talento que escribiera una buena partitura.

ROQUE BAÑOS fue mi salvación. Un hombre con formación clásica y una intuición fuera de lo común para la música cinematográfica. En todas mis disquisiciones no había contado yo con que hacía falta una orquesta de 80 músicos... una pasta. La solución estaba en Praga: calidad superior a precios asequibles. Y ha quedado... bueno, James Horner, al paro. ¡Hasta vamos a sacarla en CD!.

Pero no todo es música instrumental. También están las canciones, que ha sido un episodio glorioso. "El Fary" interpretando el tema principal de la película era también una de mis fantasías desde que empecé a pensar en ella. Recuerdo que hace cuatro años en una radio en La Coruña ya canté "Apatrullando la ciudad". Uno de los presentes quedó tan impresionado que incluso hizo un corto inspirado en la canción y con el mismo título...

Otra satisfacción ha sido poder incluir un tema clásico de Augusto Algueró, del que siempre he sido admirador: tras el redescubrimiento del "Lounge" y del "Easy Listening", y si los americanos reivindican a Burt Bacharach... ¡¡es hora de reverenciar al Maestro Algueró!!.